Solo dime eso…El momento en que Rania y Hakim se reunieron entres sus bocas y lenguas entrelazadas, todo se transformó en una expresión pura de pasión y deseo largamente reprimido.Era como si hubiese mucha sed entre ellos, y eso se notó cuando en un impulso incontenible, Hakim la subió a una encimera sin soltar su boca, y restregó las manos en su cuerpo de forma desesperada. Incluso eso borró los pensamientos de Rania, ahora no podía pensar ni tener claridad, solo se quería fundir en su hombre, y que él se hundiera en ella quitándole todas las dudas.El beso fue un torbellino de emociones reprimidas durante tanto tiempo que Rania se sintió abrumada por la pasión y el deseo que ardían entre ellos. Sus manos exploraban con urgencia los cuerpos del otro, como si quisieran confirmar que esta reunión era real y no un sueño fugaz.Hakim la apretó aún más contra él, sus labios se movían con hambre sobre los suyos, y Rania respondía con la misma intensidad.La boca de Hakim se comía la de
Desde que la vio a ella…Rania miró a Hakim con preocupación cuando lo vio perder el control de sus emociones. La ira ardía en sus ojos y su voz temblaba de furia contenida. Temía que Hakim actuara impulsivamente y pusiera en peligro todo lo que habían planeado, así que se acercó a él…—Hakim, por favor, cálmate —suplicó Rania, acercándose a él y colocando una mano en su brazo—. Si Samir cree que estoy de su lado… él nunca me hará nada, y mucho menos a Omar… tienes que saber que ha dejado que Yassira se siente en la mesa, incluso después de que la llevarán a las celdas, ella se sentó en la mesa como si nada estuviera pasando.Hakim se giró para mirarla mientras la palabra “Yassira” explotaba en su mente. Nunca había odiado con tanta fuerza a alguien, y ella resumía todas sus desgracias…—Ni me la nombres… No quiero esperar el día en que ella pague por todo —Hakim respiró profundamente, intentando recuperar la compostura. Sus puños seguían apretados, pero asintió con la cabeza—. Pero e
Estaba loco…Rania regresó al palacio con el corazón lleno de confusión, a pesar de que le había vuelto el alma al cuerpo al saber que Hakim estaba vivo. La revelación de que tenía una segunda esposa, Azahara, la había sacudido hasta lo más profundo de su ser.Y negaba de vez en cuando diciéndose a ella misma que no, ella tenía que creer y confiar.—Debo ser fuerte… debo ser… —se dijo a sí misma, y al ver que ya casi entraban al palacio, pasó un trago queriendo quitar el nudo de su garganta y colocando su mejor cara.Al llegar al palacio, mantuvo la compostura y se aseguró de que nadie notara su angustia. Mientras Samir siguiera en el poder, cualquier señal de debilidad o duda podría ser peligrosa. Así que se esforzó por actuar como siempre, cuidando de Omar y cumpliendo con su fachada intacta.Caminó por los pasillos, saludando a los sirvientes con una sonrisa forzada y antes de que llegara a su habitación, escuchó unos susurros y se detuvo de golpe.Entró muy despacio, y lo primero
Ella era igual o peor que él… Rania tenía a Omar en sus brazos, y lo besaba cada nada, aunque estuviera completamente dormido. —Debería descansar, mi señora… no ha dormido nada… Ella miró a Laya y negó. —No… estaré bien. —Está asustada, lo entiendo, pero no puede mostrar su miedo. Rania contuvo su sollozo. —Ese tipo está loco. Literalmente lanzó una amenaza contra Omar, pero te lo juro… —ella miró a Laya con determinación—. Nunca pondrá un dedo sobre Omar, primero tendrá que sacarme hasta la última gota de sangre… Laya sonrió a pesar de la situación. Esta era la chica que necesitaba el palacio y ella oraba todos los días para que la situación empeorara, porque eso solo quería decir que esta desgracia pronto llegaría a su fin. Rania miró a su bebé de nuevo, y luego pensó que debía reunirse con Zulema. Su mente estaba lejos de estar tranquila. La revelación de que Samir planeaba convertir a Omán en una dictadura y su evidente desequilibrio mental la aterraba y ella debía estar m
Sus ojos cambiaron…—Menos mal que no es tu madre de verdad… —Rania miró a su bebé que le sonreía mientras un pinchazo en su corazón se hacía más profundo.Zulema estaba muy preocupada por el rumbo de las cosas, y ella no había recibido otra notificación para encontrarse con Hakim, desde la última vez, había pasado una semana y a pesar de que no debía pensar en esa mujer, era algo que la martirizaba todo el tiempo.Observó a Zulema, «¿qué podía pensar ella cuando supiera que la segunda esposa estaba vivía? ¿Tenía algún lazo con ella? ¿La quería?»—Trataré de distanciarme de Hadara… ella es igual que Samir… —dijo en un susurro, y le sonrió a Omar cuando hizo otro sonido.Cada vez lo veía más grande.—Omar está precioso… y muy entendido —Zulema se acercó, mientras él movió sus manitas—. ¿Quién es el chico más hermoso de este palacio? Por supuesto, tú…Rania sonrió abiertamente y puso un dedo en su manita que él apretó de forma inmediata.—¿Señora Zulema? —comenzó ella con un atisbo de d
Estado de emergencia…El silencio se adueñó del espacio apenas iluminado, solo roto por el suave murmullo de Omar en brazos de Hakim. La revelación de Rania cayó como un mazo, aplastando el aire entre ellos. El rostro de Hakim, antes lleno de preocupación paternal, se transformó en una máscara de furia contenida.—No permitiré que eso suceda… —dijo con la voz apretada mientras su respiración se hacía pesada.Rania asintió, sintiendo un torbellino de emociones. El miedo, la incertidumbre, pero también una chispa de esperanza al ver la determinación en los ojos de Hakim.—Debemos actuar rápido, Hakim. Samir está perdiendo la razón cada día más. Si se proclama rey, será el fin de todo lo que conocemos… —sus palabras eran urgentes y apremiantes.Hakim asintió, colocando a Omar suavemente en un cojín cercano. Se acercó a Rania y tomó sus manos entre las suyas.—Tengo un plan, pero necesitaré tu ayuda. Debes seguir actuando como si nada, ganar tiempo. Mientras tanto, nosotros prepararemos e
Mi nueva boda… Las calles de Omán se habían transformado en un eco sombrío de lo que una vez fueron. Bajo la orden de Samir, la guardia había tomado el control total, patrullando con una severidad que rozaba la crueldad. La proclamación del estado de emergencia resonaba como un trueno sordo, ahogando los susurros de libertad que aún quedaban, y las celdas de Omán estaban repletas de ministros, y personas que incluso estaban declaradas a muerte. En el palacio, la tensión era casi palpable. Los sirvientes se movían con cautela, esquivando las miradas de los guardias. Rania, desde la distancia, observaba el cambio con un corazón pesado siempre alerta, disfrazando sus expresiones, y, sobre todo, dejándole claro a Samir que ella estaba de su lado mientras la amenaza de Samir se materializaba ante sus ojos, y su presencia, una vez apenas tolerable, ahora se cernía como una sombra oscura sobre todos. Y ahora, dos días después, ella se estaba preparando para una cena, a la que estaba obliga
Desesperación… —¿Quién me asegura que cuando esté en el poder de nuevo, no volverán a hostigarnos?—Podemos tener acuerdos desde ya… soy un hombre de palabras, pero si le quedan dudas, haremos pactos. Sin embargo, no podrán pretender que cedamos a situaciones que ustedes saben que no pasarán…El hombre que supuestamente era el líder momentáneo, y el que estaba dando la cara de los rebeldes, miró a sus otros hombres, mientras Hakim no movía ni un solo músculo. Y sonrió.Estaban en una carretera vieja, dentro de un tráiler destartalado.Estaba trabajando sin cesar, literalmente debajo del suelo todos estos días, buscando todas las formas para que el plan final se ejecutara con maestría.Faltaba solo una semana para que sus refuerzos militares llegaran, pero lidiar con tantos bandos a la vez, era bastante difícil.—Samir tiene consigo un grupo considerable de desertores… ¿Usted lo sabe? —Hakim asintió hacia el hombre mientras Mahir resguardaba el sitio con sus demás hombres.—Sé todo lo