Capitulo 34.

Tras llegar a casa Gregory sonrió aliviado, puesto que su mejor amigo no había sufrido ningún daño ocasionado por el explosivo implantado en la camioneta.

Envió a sus hombres a limpiar todo, puesto que no le conviene tener a la policía hurgando en sus incidentes, quitaron todo rastro de la camioneta quemada y borraron los videos de seguridad. No debían dejar nada que lo pueda ligar a la muerte de los Rossini así sea un asunto de venganza.

—Gregory hijo mío qué te ha pasado— preguntó su madre preocupada al ver su camisa blanca manchada con sangre, él miró su hombro sabiendo que no tiene más que un simple rasguño del roce de una bala, pero podría usarlo a su favor para atraer a su reina.

—n

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