Amelia. “Hay un lugar… solo cuando estés segura, irás allá… espero que sea mañana mismo.”—Tienes rato perdida… ¿En dónde estás? —Levanté la mirada hacia Edric, y luego miré a Máximo, que también me miraba con preocupación. Así que negué.—Nada… Emily tiene algunos problemas, y estaba pensando en las cosas que me dijo…Edric masticó con lentitud sin quitarme la mirada, pero yo bajé mis ojos al plato que estaba casi intacto.—¿También te quitó el apetito? —y tomé el tenedor para meterme un poco de comida en la boca.La verdad es que tenía el estómago revuelto, las emociones sacadas de mi piel, y tenía una mezcla de ansiedad. Había besado a Ares esta mañana, y ahora por la noche, aún me ardía la boca, y un líquido caliente seguía emergiendo de mi sistema.Era como un volcán encendido que tomaba fuerza con cada segundo.Un golpe se hizo en la mesa, y salté mirando a Edric que se detuvo.—¡¿Qué coños te pasa?! ¿Te hablo y no respondes? —Máximo se alertó y negué hacia Edric.—Edric… Máxim
Ares Miller. —Es más complicado de lo que pensamos… —Anthony llamó mi atención y me acerqué a la computadora.Eran las once de la noche, y no paraba de revisar el expediente, pero lo dejé a un lado para observar.Allí se mostraba todas las áreas que operaban con mercancía de contrabando, y zonas de descarga que el mismo Rausing utilizaba para sus negocios ilegales. Mientras más indagábamos en el informe, más se extendían las personas que estaban mezcladas con los Rausing.—Collins debió guardarse todo… pensó que este sería un éxito, así como tú ascendiste en pocos años por tus méritos. Te imita en todo…Mi ceño se frunció un poco.—Es extraño que fuese un caso tan complejo y no haya dado informes tan pronto cuando lo tenía.—Por eso digo… —Anthony me miró—. Creo que estaba escalando a lo alto…—O… —interrumpí—. Hay más en esto…—¿El teniente Collins? Es listo… por eso le di la oportunidad, pero es un hombre muy trasparente…Y sonreí.—No creo que en la lealtad de nadie.Y Anthony tor
Amelia. A pesar de la agitación y el extremo deseo, puse mi mano en el hombro y cerca del cuello y negué.—Un golpe…—Sé que es un golpe… —Ares intentó seguir revisando, pero lo aparté bruscamente.No era el momento de revelar mis intensiones ni mi desgracia, si decía una sola cosa, él comenzaría a saberlo todo, una cosa detrás de otra, y por ahora, no podía colocar a Máximo en medio de Edric y él.Y aunque él pensaba que me tenía en su plan, también yo estaba haciendo planes, aunque sabía que podía odiarme aún más después de saber que había ocultado a su propio hijo.Bajé la mirada llenándome de amargura y negué.—No es nada, estaba jugando con mi hijo… me golpeé con una mesa…Ares frunció el ceño, y sus ojos llenos de deseo, cambiaron por unos neutros.—No puedo quedarme mucho…—Te quedarás lo que sea necesario… —caminó tranquilamente, mientras yo era la única que sabía que el tiempo era un asesino para mí.—Entraré en la empresa… —y él se giró de golpe—. Tus negocios están resuel
Amelia. —El señor William me pidió que la llevara a donde quiera… —alcé mi rostro hacia un conductor que me abrió la puerta del auto, e intenté mirar hacia arriba del edificio, sabiendo que no podría adivinar donde estuve en unos minutos.Mis manos temblaban mucho, y me metí al auto sin chistar.«Donde demonios estás»Había otra notificación de Edric, y pegué mi cabeza al respaldo del asiento para cerrar los ojos, y luego, cuando me alejé del sitio unos diez minutos más tarde, marqué la llamada y él contestó en el primer tono.—¡Maldita sea! —y apreté los dientes pasando el trago—Salí sin el chofer, se lo dije a Emily… ¿No te dijo?—Me importa una mierd@!, ¡tienes una chofer…! ¿Dónde estás?—En la norte… comprando algunas cosas… esta tarde iré a la empresa…—Envíame la ubicación, ¡ahora mismo…!Miré al chofer que entendió todo perfecto, y en cinco minutos estuvimos en aquella avenida repleta de tiendas. Mis manos temblaron cuando envié la dirección, y me metí a cualquiera, tomando c
Ares Miller. No sé por qué algo se activó en mí, era demasiado extraño y pasé el brazo que Anthony puso para que me detuviera, y tomé el brazo de Amelia para girarla.—¿Estás bien? —la mirada de Rausing se fue rápidamente a mi mano y juro que su labio tembló.Sin embargo, la mirada de Amelia era la peor. Sus ojos incluso me hablaban cuando negó diciéndome que retrocediera, pero como soy un cabrón, no lo hice.—¿Estás bien? —volví a preguntar y ella abrió mucho los ojos como si me implorara algo.—Sí… me atoré señor William…Me la quedé mirando por unos segundos, y luego bajé la mirada a su cuello, que tenía unas grandes marcas, pero en ese momento, el tacto de ese hombre sobre mi brazo, hizo que desviara la mirada hacia él.—Ella está bien, señor Parker… suéltela… —su voz se puso grave, e incluso amenazadora.Mis ojos miraron su mano, y luego volví a su rostro haciendo caso omiso a su instrucción.—Puedo jurar que vi sus manos en el cuello de su esposa… ¿Quizás estaba alucinando? —mi
Amelia. —Estás colmando mi paciencia…—No es algo nuevo… no entiendo para qué me quieres a tu lado, si solo te causo esto…Edric se acercó mucho a mí y cerró la puerta tras nosotros.—Porque eres mi propiedad… y me da la gana… tú nunca me muestras amor, así que no te quejes…Sonreí de la pura ironía.—¿Amor? ¿Qué amor? Desde el principio…—¿Desde el principio? —Edric dio un golpe en la mesa—. Desde el principio me engañaste… llegaste embarazada… —y mis ojos se agrandaron.—No voy a trabajar con ese hombre corrupto… —lancé mi primera jugada—. Trabajaré aquí en la empresa, pero me niego a ser parte de esta sociedad… corrompida…La sonrisa de Edric se ensanchó y se limpió la boca. Conocía demasiado bien a Edric como para saber lo que venía a continuación.—¿Querías trabajar aquí? Bien… pues lo harás conmigo en esta sociedad… y experimentarás que el dinero, es dinero de donde venga… sucio o limpio, mantiene nuestros lujos.—No quiero trabajar con este tipo de personas Edric… no soy como
Amelia. —Mi chica, ven aquí… —Emily me envolvió en un abrazo, y me dejé ir mientras mis lágrimas corrieron. —Sigo enamorada de ese hombre, Emi… —sollocé—. Cada fibra, cada célula… todo de mí late fuertemente por él… lo juro. Emily me acarició el cabello y asintió. —Lo sé… lo sé… Y ahora temo por ti, estás muy vulnerable… —me quité de su agarre y limpié mis lágrimas negando. —No… sé que Ares también siente algo por mí, y aunque suene cruel, estoy usando eso para sacar a Maxi de todo esto. —Sí, es cruel… porque también es su hijo. Se ha perdido todo de él y Maxi cree que su padre es ese monstruo… Mis labios se compungieron. —¿Puedes creer que tus peores enemigos son tu misma familia? —Lo son… —Emily se puso erguida—. Tu familia es la peor mierd@ que puede existir… y lo juro Amelia… espero que cuando Ares sepa toda la verdad, los mande al infierno… Negué volviendo a recostarme en sus piernas, venir al apartamento de Emi era una parte de mi refugio, y trataba de aprovechar su co
Amelia. —Cariño… —mis ojos parpadearon, pero Ares ya no estaba frente a mí, aunque bajé para mirar mis manos, donde aún estaba esta copa que me dio minutos antes—. ¿Quién te dio esa copa? —Un camarero… —respondí rápidamente observando a Edric, y me bebí el resto de contenido de un solo sorbo. —¿Qué pasa contigo? —Edric pareció escandalizado y le sonreí. —Nada… quería beber algo, y… —Amelia… —su boca se apretó y puse mi mano en su mejilla. —Tranquilo esposo… voy a actuar frente a toda esta gente de que somos una pareja perfecta y de que estamos muy enamorados… que nuestra familia es la mejor, y que no puedo ser más feliz… haré todo lo que a mi esposo le dé la put@ gana… Los ojos de Edric se pusieron oscuros, y estaba a punto de tomar mi brazo, cuando escuché esa voz de nuevo. —Señor Rausing… —tanto Edric como yo nos giramos. Allí estaba Ares, y su abogado. Pero yo solo podía mirarlo a él mientras mi boca se abría. Edric le asomó una sonrisa y asintió. —Bienvenido… —Señora…