Otra vez estaba allí, en el altar, esperando a la mujer que amaba, la primera vez que se casó con ella fue un acto de despecho, según él para tratar de olvidar a quien creía era su verdadero amor, sin saber que el destino tenía algo mejor preparado, porque lo estaba premiando al poner en su camino a la mujer de su vida, cuyos sentimientos por ella no podían ser comparados con ninguno, porque simplemente Gálata y todo cuanto representaba en su vida, era único.
No obstante, hoy todo era muy diferente, al punto de no poder contener esa profunda emoción que se agitaba en su interior como las hojas al viento, todo valió la pena, cada momento de angustia y de separación sirvió para escudriñar en sus sentimientos y descubrir que no existía más nadie en el mundo a quien amara, sino a su bella y pequeña esposa, su Gálata Ferrari, la mujer que lo hizo volver a v
ADVERTENCIAContiene escenas eróticas, si no le agrada este tipo de contenido absténgase de leer y busque otra historia sin ese contenido, como por ejemplo Gitana por Amor (También de mi autoría), es una historia hermosa y sin mucho contenido sexu4al.*******Matteo pasaba sus manos por la cabeza en un gesto de frustración, mientras conversaba con su amigo Leandro.—Sabes las razones por las cuales me casé con Gálata, fue por despecho. Porque creí que Helena me había engañado con otro hombre y en ese momento solo quería sacarla de mi mente y mi corazón, pero ahora que ha vuelto, que nos hemos escrito, hablado por teléfono y hemos aclarado muchos malentendidos, me he dado cuenta que nada ha cambiado entre nosotros.» Sospecho que sigo amándola, por una parte quisiera verla para saber la verdad y ver si mis sent
Gálata había llevado una bandeja al despacho de su marido, contentiva de café y galletas para darle a Leandro y a su esposo, pero cuando los oyó hablando, no pudo evitar intentar escuchar, sus palabras, allí entendió el significado del refrán "la curiosidad mató al gato", pues eso fue lo sucedido, en sentido figurado, sintió como filosos puñales se clavaban en su corazón destrozándolo, debió respirar por la boca, para recobrar el aliento.Ella nunca fue una mujer impulsiva, todo lo contrario, aprendió a callar las cosas cuando no le agradaban, para mantener en armonía su hogar, nunca discutía con Matteo, lo buscaba complacer en todo, pues pensaba que de esa manera siempre estaría allí para ella.Pensar en eso, le causó un profundo pesar, si miraba hacia atrás, se daba cuenta de que dejó de ser la joven extrovertida, decidida
Por primera vez Gálata se enfrentó a una negativa tan rotunda de su padre, y también por primera vez sintió temor, nunca habían estado en desacuerdo, siempre la apoyaba en todo, pero al parecer está vez iba a ser la excepción.Se quedó viéndolo no solo con sorpresa, si no con un atisbo de tristeza y hasta de molestia.—Papá ¿Por qué te pones de esa manera? ¿Por qué te desagrada tanto Matteo? Él es hijo de tu mejor amigo, del tío Nick, ¿Por qué no sería el hombre adecuado para mí? —preguntó sin dejar de ocultar su contrariedad frente a la posición de su padre.—¡Porque no! No me gusta para ti —habló el hombre con firmeza, mientras permanecía con su hija aún en el salón discutiendo, llamando la atención de algunos de los presentes.&mda
Matteo escuchó la voz al otro lado de la línea y su corazón comenzó a latir enloquecido, como si se tratara de los redobles de unos tambores, un sudor frío recorrió su espina dorsal, hizo un primer intento de hablar, más las palabras se quedaron atragantadas en su garganta.—Matteo ¿Estás allí? ¿Me escuchas? —preguntó la mujer en un tono de angustia.El hombre aclaró su garganta y por fin encontró su voz.—Helena… aquí estoy —suspiró, presintiendo que las palabras pronunciadas a continuación, serían duras de decir, y así fue —. Sin embargo, creí que todo había quedado muy claro entre nosotros la última vez, te pedí no volver a llamarme. ¿Por qué insistes? —Su primera intención había sido no tener el mínimo acercamient
Cuando Matteo sintió los labios de Helena en los suyos, un leve gemido de sorpresa salió de su boca, lo cual ella aprovechó para tener acceso a su cavidad bucal, el hombre sintió como su corazón repiqueteó con mayor fuerza y una corriente fría lo recorrió de pies a cabeza, las sensaciones eran intensas, por unos segundos la dejó besarlo e incluso correspondió a su beso.Helena se incendió, estaba excitada, se sentía emocionada al estar con el amor de su vida, comenzó a recorrer los músculos de su pecho, tratando de abrirle la camisa para acariciar directamente su piel, de hecho logró soltar varios botones y el deseo bulló dentro de ella con la poderosa fuerza de un volcán, añoraba sentirse suya otra vez, no le importaba si era un hombre casado, en su corazón él era suyo.Las respiraciones de los dos se aceleraron, Matteo sent&iacut
Matteo la observó por un momento, no pudo evitar recorrerla de pies a cabeza, se veía angelical, etérea, la veía más hermosa que nunca, su boca entreabierta invitaba a probarla, no fue posible resistirse, se acercó a ella y chupó su labio inferior como un sediento, con su lengua recorrió el borde de su boca, de nuevo susurró con voz ronca "¡Mi dulce Gálata!",Introdujo su lengua húmeda, cálida y ansiosa en su cavidad bucal, se encontró con la de ella que tímidamente se movía, juntas bailando una danza erótica al ritmo marcado por el deseo agitado en su interior, con la furia y fuerza avasalladora de un volcán.Al soltar su boca, bajó por su cuello recorriéndolo lentamente con su lengua; en su paladar el sabor de Gálata era más embriagante a cualquier exquisito vino, dulce, delicioso, intenso, explosivo, sintió s
La llamada del hombre le dio una sensación de incomodidad a Gálata, sintió una ráfaga helada congelar sus huesos, y a pesar de no querer ser grosera, no le gustaba la idea de recibirlo y mucho menos verse con él, había algo que la obligaba a repelerlo. —Leandro, ¡Qué sorpresa tu llamada! Aunque me desconciertan tus palabras ¿Por qué habría yo de necesitarte? Ni siquiera somos tan cercanos —mencionó ella con desconcierto. —¡Lo siento Gálata! Mi intención no es incomodarte, yo te considero tan amiga mía como lo soy de Matteo y pienso que me necesitas en este momento, porque quizás estés agobiada por la aparición de Helena y es bueno desahogarse con alguien, no es bueno reprimir esas emociones, terminan causándote daño, enfermándote —manifestó el hombre con tono de preocupación. —Muchas gracias por tu ofrecimiento, prefiero no molestarte —declaró la chica tratando de evadirlo y preguntándose “¿Cómo sabe que conozco de la aparición de Helena?”, sin embargo, no continúo con esos pensamie
Leandro se quedó viendo a Paula con rabia, apretando sus manos a un lado del cuerpo, cerró los ojos y seguidamente la golpeó con fuerza en el rostro haciéndola rodar por el suelo, un hilo de sangre comenzó a brotar de su boca.—¡Perra! ¡¿Quién te ha llamado para que te metas en lo que no debes?! —expuso apretando los dientes y aprovechando la postura de la joven en el suelo, empezó a golpearla con los pies, sin detenerse.—¡Leandro! ¡Déjala! ¿Te has vuelto loco? —gritó la chica horrorizada al ver la actitud salvaje del hombre.—¡Leandro! —volvió a exclamar.Cuando Leandro escuchó la voz de Gálata llamándolo, salió de su ensoñación, todo se lo había imaginado, no pudo evitar observar a Paula, y aunque no podía reaccionar como lo imaginó, no perdió