Lucía se puso las manos en la cabeza mientras daba un profundo grito, sentía que su mano le ardía, le quemaba de la bofetada que le había dado a la perra de su prima; no podía soportar más esa opresión en su cuerpo, no sabía lo que le estaba pasando, tenía la sensación como si algo se estuviera desgarrando su pecho, su vista empezó a oscurecerse, aunque trataba de no colapsar, Damon se acercó a ello con una expresión de dolor, decía algo, pero a ella ya no le importaba, no estaba interesada en oírlo.Salió de esa habitación como si cientos de demonios la persiguieran, corrió hacia el salón donde se estaba celebrando la fiesta, pensó que lo más duro era reconocer ante la manada, que el hombre con quien se había comprometido unas horas antes, se lo había encontrado follando con otra, y no era con cualquier otra, sino nada más y nada menos que con la arpía de su prima.Entró al salón como un vendaval, todos fijaron su mirada en ella, al principio sonriendo, pero cuando vieron la expresió
Día de la fiesta en la mañana El reloj despertador sacó a Lucía Verónica de su profundo sueño, normalmente, no le gustaba levantarse temprano, pero ese día era diferente, muy especial, el más importante de su vida. Ese día cumplía sus dieciocho años, iba a salir su loba y el alfa de la manada, Damon, el hombre de su vida, la reclamaría como su luna.Desde que tenía uso de razón se enamoró de Damon, era un hombre apuesto, musculoso, ojos mezcla de verde y ámbar, el deseo de todas las mujeres de la manada, no había una sola que no terminara babeando por él, no solo por su atractivo físico, sino por ser uno de los hombres más poderosos y el futuro alfa de la manada Lirio Plateado. Lo enamoró desde que, a los dieciséis años, a su cuerpo flacucho le salieron curvas, además, ella era una chica especial, sufría de heterocromía, las tonalidades de ambos ojos son completamente diferentes uno era verde y el otro color miel, eso la hacía lucir más atractiva para el sex0 opuesto y por supuesto qu
El grito de Lucía, llamó atención de las personas en la cama y estas dejaron de besarse, en el rostro de Violeta se dibujó una expresión mezcla de burla y satisfacción, mientras que la de Damon era confusa; entretanto la joven se sentía herida, no pudo contener esa mezcla de rabia y dolor que se agitaba en su interior de manera peligrosa… se acercó con pasos largos donde yacían su prima y su prometido.La sonrisa de la muchacha se congeló cuando Lucía la agarró por los cabellos y sin ningún rastro de piedad, la sacó a rastras de la cama con una fuerza descomunal, le sostuvo la cabeza con una mano, mientras con la otra le lanzaba bofetada tras bofetada, sin dejar de lanzarle insultos.—¡Maldit4 bruja! Te lo cogiste ¡Bien! ¡Es tuyo! ¡Te lo regalo! Pero tu rostro va a quedar irreconocible para que la gente vea la clase de perra que eres… no te importó nuestro parentesco, a mí tampoco me importará tú —espetó golpeándola hasta que la mano le ardió de dolor.Luego extendió la vista a Damon
Neo levantó la nariz y olfateó el aire, sintiendo que ese pelo en la cruz de su lomo se erizaba. Era fácil reconocer el aroma de la sangre, pero cuando esta venía de un lobo, era una mala noticia. Echó a correr a todo lo que le daban las patas, saltó a la rivera opuesta del río y bordeó la desembocadura hasta llegar a la playa.El olor a sangre se hizo más penetrante y Neo llamó a su lycan para una regresión, pocos minutos después el gigantesco lobo se perdía en el cuerpo de un hombre proporcional, de músculos definidos y piel suavemente tostada por el sol.«¡Es una hembra, una hembra herida, está en problemas, tenemos que ayudarla, ayúdala, John, ayúdala...!» El espíritu de su lobo se revolvía desesperado en su interior y el lycan sabía que la única forma de calmarlo era ir a ver qué pasaba.A sus treinta años, John Roberts era el alfa de la manada Agua Clara, la más extensa y poderosa de la costa oeste. Era un hombre respetado, un lobo extremadamente fuerte y un Alfa temido, y eso ba
Damon luego de aceptar el rechazo cayó en el suelo consumido por el dolor, por eso en ese momento se sentía como si lo hubieran roto en miles de pedazos, sus oídos zumbaban se llevó las manos allí, tratando de silenciar ese ruido, su cuerpo vibraba ante los lamentos de Lucía y los rasguños de su lobo herido del alma.—¡Lucía! ¡Lucía! —gritaba en un profundo sollozo mientras Boss, su lobo se agitaba en su interior. No sabía lo que ocurrió, lo único que recordaba es que sintió ese olor tan único, especial que lo enloqueció e hizo que corriera y se lanzara de manera arrolladora sobre Violeta.—¡Maldit4 sea! ¿Qué ocurrió? —se preguntaba, mientras trataba de encontrar una explicación lógica, extendió la vista y se dio cuenta que debía ir por Lucía, no podía dejar que la historia entre ellos se acabara de esa manera.Cuando salió se tuvo que detener, su padre estaba parado frente a él, se veía que estaba tratando de controlarse para no transformarse en ese mismo momento.—Dime Damon ¡¿Qué d
Las amenazas de Norah Hugg, causaron temor en los hombres que la sostenían, no tuvo el mismo efecto en Damon, quien la agarró por el cuello, apretando los dientes con un gruñido, empezó su transformación, aunque no la completó, sus manos se convirtieron en garras, y sus dientes lobunos quedaron expuestos a la vista de Norah, quien no pudo evitar un estremecimiento de temor.—¡No te tengo miedo! ¡¡¡¿Qué vas a hacer?!!! ¿Intentarás de nuevo hechizarme para caer en las manos de tu hija? —preguntó en tono amenazante.—¡No! —dijo la mujer segura que iba a disfrutar los últimos minutos en la manada Lirio Plateada—. Tengo algo mejor que hacer —susurró en un leve murmullo audible solo para él—. Yo sé dónde está Lucía.El hombre la tomó por el brazo y comenzó a sacudirla con fuerza, parecía una marioneta siendo batida.—Dime ¿Dónde está Lucía? ¿Qué le hiciste? —preguntó sin poder ocultar su creciente molestia, y Boss no estaba mejor, se agitaba en su interior queriendo salir y acabar con todo
Las palabras de Grimm, tuvieron el efecto de un fuerte golpe en John, quien por unos segundos enmudeció.—¿Cachorro? ¿Quieres decir...?—Este es un caso muy triste, muchacho —dijo Grimm mirando a la muchacha, que se debatía entre la inconsciencia y los sollozos—. Está embarazada y demasiado débil, si la marcas, la matarás a ella y al cachorro... eso si es que el rechazo no lo mata antes.John sintió un nudo en la garganta porque sabía a lo que se refería.—Un cachorro no puede sobrevivir sin la presencia de su padre —murmuró.—Y me temo que ella no podrá sobrevivir sin su cachorro. Es demasiado joven todavía.—Entonces... ¿realmente la traje hasta aquí para verla morir? —preguntó John mientras sentía en su interior el aullido desesperado de Neo.—Lo siento, muchacho —dijo el médico palmeando su hombro—. De verdad lo siento.El pronóstico era terrible, pero aun así John no se apartó del lado de la muchacha ni una sola vez, veló sus sueños, la cuidaba como sí ella fuera importante para
Manada Lirio PlateadoLa tensión en el ambiente se podía cortar con un cuchillo, todos los presentes miraban a Damon esperando su reacción, incluso su padre, quien estaba a la defensiva.Las palabras de Damon cayeron como una bomba en el corazón de su padre, quien no podía creer que fuera a desafiarlo. Los dos se miraron fijamente durante unos segundos, en los que ninguno quería darse por vencido, hasta que finalmente el padre de Damon se cansó y suspiró.—¿Quieres desafiarme a un duelo? —replicó acercándose peligrosamente a Damon—. No te estoy obligando a nada… ¡Solo te estoy diciendo que debes tomar otra luna! Ella será tu compañera y tú serás el alfa de esta manada. Ya no eres un niño y debes asumir tus responsabilidades.Damon sabía que su padre tenía razón, pero no quería aceptarlo, no quería olvidar a Lucía y mucho menos sustituirla por otra. La sola idea de olvidarse de ella le causaba angustia, tendría que pensar en alguna forma de convencerlo de lo contrario. Se quedó viend