Neo levantó la nariz y olfateó el aire, sintiendo que ese pelo en la cruz de su lomo se erizaba. Era fácil reconocer el aroma de la sangre, pero cuando esta venía de un lobo, era una mala noticia. Echó a correr a todo lo que le daban las patas, saltó a la rivera opuesta del río y bordeó la desembocadura hasta llegar a la playa.
El olor a sangre se hizo más penetrante y Neo llamó a su lycan para una regresión, pocos minutos después el gigantesco lobo se perdía en el cuerpo de un hombre proporcional, de músculos definidos y piel suavemente tostada por el sol.«¡Es una hembra, una hembra herida, está en problemas, tenemos que ayudarla, ayúdala, John, ayúdala...!» El espíritu de su lobo se revolvía desesperado en su interior y el lycan sabía que la única forma de calmarlo era ir a ver qué pasaba.A sus treinta años, John Roberts era el alfa de la manada Agua Clara, la más extensa y poderosa de la costa oeste. Era un hombre respetado, un lobo extremadamente fuerte y un Alfa temido, y eso bastaba para que no existiera loba en su manada que no lo codiciara.Se levantó sobre un de los riscos y vio allá abajo en la playa la figura gris de la loba. Gemía desesperadamente y eso hizo que John se apurara. Llegó junto a ella y se dio cuenta de que apenas estaba consciente, pero sin dudas estaba sufriendo mucho.—Es una loba joven, demasiado joven... -murmuró John examinándola.Tenía una larga herida en una de las patas traseras, pero por suerte era superficial.«No está sanando. ¿Por qué no está sanando?» gemía Neo con desesperación.—Porque está más concentrada en sobrevivir —respondió John sosteniendo su cabeza—. Hey, bonita, mírame, mírame... —Las pupilas de la loba estaban dilatadas y vidriosas. Parecía como si se estuviera asfixiando—. ¿Quién eres, bonita, cómo te llamas?Pero la loba era incapaz de responderle.«Neo, ayúdame», le pidió.«¡Nash!», le gritó su lobo. «Se llama Nash... Creo que esta es su primera transformación».John apretó los dientes. Una loba recién nacida era un asunto de cuidado, pero el Alfa estaba seguro de que ese no era el único problema.—Nash, bonita, mírame —le ordenó John acariciándola y sus ojos se tornaron de un dorado brillante. La loba se estremeció y por un segundo se concentró en él—. Tienes que hacer una regresión, Nash. ¿Sabes cómo hacer una regresión? ¿Puedes devolverme a tu lycan?Pero de parte de la loba le llegó solo un pensamiento:«Mi lycan... ella... me duele».John entendió al instante, Nash había nacido en un momento de demasiado dolor para su lycan, y en lugar de reforzar el vínculo era como si solo se lastimaran la una a la otra.—Entiendo, bonita, por eso mismo tienes que entregarme a tu lycan -le dijo acariciando su lomo-—. Neo y yo vamos a ayudarte a hacer la regresión, ¿sí? Vamos a intentarlo.Las palabras tranquilizadoras de John y las instrucciones de Neo alcanzaron para someter la voluntad de Nash, al menos lo suficiente como para que la piel de la loba comenzara a desaparecer lentamente en el cuerpo desnudo y frágil de aquella chica.Aun inconsciente gemía y sollozaba igual que su loba. John apretó los dientes cuando la levantó contra su pecho, porque sabía exactamente la causa de ese dolor. Lo había vivido hacía décadas, en su propia carne, en su propia alma. Neo y él habían estado igual de desesperados.Corrió durante varias millas hasta alcanzar la base de la montaña donde residía su manada y pocos minutos después estaba entrando en el hospital de la pequeña comunidad.—Llamen al doctor —ordenó mientras la acostaba en una de las pequeñas camas y la cubría con una manta-. ¡Ahora!Un instante después un hombre mayor entró a revisarla. El médico de la manada, más viejo que astuto, puso una mano sobre la frente de Lucía y emitió un gruñido de disgusto.—Dime qué pasó. No omitas nada —le pidió al Alfa y John se sentó junto a ella.—No hay mucho que decir. Neo encontró a su loba herida y tirada en la playa. La ayudamos con su primera regresión, su loba se llama Nash, pero de ella no tenemos ni idea, lo único que es evidente es que las dos estaban... están —se corrigió—. Sufriendo mucho.—Entiendo —dijo el doctor—. Ahora necesito espacio para trabajar. Por favor, John, espera afuera.Ningún otro lycan de aquella manada se habría atrevido jamás a tutearlo, ni a decirle que se fuera de ninguna habitación, pero aquel hombre no solo era el doctor de la manada, sino que prácticamente había criado al Alfa como a su hijo y el respeto era algo demasiado importante para John.Salió de allí directo a lavarse y a vestirse, y cuando regresó media hora después, se dio cuenta de que el médico había terminado y la chica seguía acostada en la cama, pero limpia también.«Sé lo que estás pensando». John escuchó la voz de su lobo. «Yo creo lo mismo, nosotros también la necesitamos».“Sé que no es nuestra pareja, pero ella también está sola” ahora respondió John. "Amarla puede ser nuestra decisión, lo mismo que convertirla en nuestra Luna. ¿Eso es lo que quieres?”.Neo se revolvió con inquietud dentro de él, pero John ya conocía su respuesta:«Sí...»Neo había pasado ya demasiado tiempo solo y él también. Sintió que los colmillos de su lobo se extendían dentro de su propia boca y levantó a la muchacha, pegándola a su pecho. Sin embargo, antes de que pudiera rozar siquiera su piel con uno de ellos, algo duro y pesado lo golpeó en la nuca.—¡¡Ni se te ocurra marcarla!! —le gritó el médico asustado.—No estoy pidiendo tu permiso para hacerlo, Grimm —gruñó el Alfa con molestia, encarándolo. Tú sabes tan bien como yo lo que le pasó. Fue rechazada, se puede oler su dolor a millas. Yo puedo ayudarla.—Tal vez, pero esta no es la manera...—¡¡Eso lo decidiré yo!! —bramó John—. Esta manada necesita una luna, Neo y yo queremos aceptarla y ella ya no pertenece a nadie...—No, ella ya no pertenece a nadie... pero su cachorro no te pertenece a ti —replicó el médico y John retrocedió vivamente.Damon luego de aceptar el rechazo cayó en el suelo consumido por el dolor, por eso en ese momento se sentía como si lo hubieran roto en miles de pedazos, sus oídos zumbaban se llevó las manos allí, tratando de silenciar ese ruido, su cuerpo vibraba ante los lamentos de Lucía y los rasguños de su lobo herido del alma.—¡Lucía! ¡Lucía! —gritaba en un profundo sollozo mientras Boss, su lobo se agitaba en su interior. No sabía lo que ocurrió, lo único que recordaba es que sintió ese olor tan único, especial que lo enloqueció e hizo que corriera y se lanzara de manera arrolladora sobre Violeta.—¡Maldit4 sea! ¿Qué ocurrió? —se preguntaba, mientras trataba de encontrar una explicación lógica, extendió la vista y se dio cuenta que debía ir por Lucía, no podía dejar que la historia entre ellos se acabara de esa manera.Cuando salió se tuvo que detener, su padre estaba parado frente a él, se veía que estaba tratando de controlarse para no transformarse en ese mismo momento.—Dime Damon ¡¿Qué d
Las amenazas de Norah Hugg, causaron temor en los hombres que la sostenían, no tuvo el mismo efecto en Damon, quien la agarró por el cuello, apretando los dientes con un gruñido, empezó su transformación, aunque no la completó, sus manos se convirtieron en garras, y sus dientes lobunos quedaron expuestos a la vista de Norah, quien no pudo evitar un estremecimiento de temor.—¡No te tengo miedo! ¡¡¡¿Qué vas a hacer?!!! ¿Intentarás de nuevo hechizarme para caer en las manos de tu hija? —preguntó en tono amenazante.—¡No! —dijo la mujer segura que iba a disfrutar los últimos minutos en la manada Lirio Plateada—. Tengo algo mejor que hacer —susurró en un leve murmullo audible solo para él—. Yo sé dónde está Lucía.El hombre la tomó por el brazo y comenzó a sacudirla con fuerza, parecía una marioneta siendo batida.—Dime ¿Dónde está Lucía? ¿Qué le hiciste? —preguntó sin poder ocultar su creciente molestia, y Boss no estaba mejor, se agitaba en su interior queriendo salir y acabar con todo
Las palabras de Grimm, tuvieron el efecto de un fuerte golpe en John, quien por unos segundos enmudeció.—¿Cachorro? ¿Quieres decir...?—Este es un caso muy triste, muchacho —dijo Grimm mirando a la muchacha, que se debatía entre la inconsciencia y los sollozos—. Está embarazada y demasiado débil, si la marcas, la matarás a ella y al cachorro... eso si es que el rechazo no lo mata antes.John sintió un nudo en la garganta porque sabía a lo que se refería.—Un cachorro no puede sobrevivir sin la presencia de su padre —murmuró.—Y me temo que ella no podrá sobrevivir sin su cachorro. Es demasiado joven todavía.—Entonces... ¿realmente la traje hasta aquí para verla morir? —preguntó John mientras sentía en su interior el aullido desesperado de Neo.—Lo siento, muchacho —dijo el médico palmeando su hombro—. De verdad lo siento.El pronóstico era terrible, pero aun así John no se apartó del lado de la muchacha ni una sola vez, veló sus sueños, la cuidaba como sí ella fuera importante para
Manada Lirio PlateadoLa tensión en el ambiente se podía cortar con un cuchillo, todos los presentes miraban a Damon esperando su reacción, incluso su padre, quien estaba a la defensiva.Las palabras de Damon cayeron como una bomba en el corazón de su padre, quien no podía creer que fuera a desafiarlo. Los dos se miraron fijamente durante unos segundos, en los que ninguno quería darse por vencido, hasta que finalmente el padre de Damon se cansó y suspiró.—¿Quieres desafiarme a un duelo? —replicó acercándose peligrosamente a Damon—. No te estoy obligando a nada… ¡Solo te estoy diciendo que debes tomar otra luna! Ella será tu compañera y tú serás el alfa de esta manada. Ya no eres un niño y debes asumir tus responsabilidades.Damon sabía que su padre tenía razón, pero no quería aceptarlo, no quería olvidar a Lucía y mucho menos sustituirla por otra. La sola idea de olvidarse de ella le causaba angustia, tendría que pensar en alguna forma de convencerlo de lo contrario. Se quedó viend
Damon sintió que la desesperación y el dolor brotaban en su interior. No podía creer que Lucía estuviera con otro hombre, y la idea de perderla lo llenaba de una profunda pena y tristeza. Pero incluso en su angustia y desesperación, algo dentro de él se negaba a rendirse; estaba seguro de que Arya era Lucía, la mujer que estaba destinada a pasar la vida a su lado. «Damon—dijo suplicante Boss, su lobo—Ella es Lucía, es su olor, no la dejes, debemos llevaría con nosotros». Sintiéndose un poco confuso, Damon se quedó allí, con los ojos llenos de dolor e incredulidad mientras observaba a Arya y John juntos. Con una mirada decidida, Damon dio un paso adelante una vez más hacia la mujer que estaba segura que era su mate. —Tienes que venir conmigo, Lucía. El lobo de John gruñó y comenzó a transformarse, mas este detuvo la transformación. —¡No busques que te arranque la cabeza! —habló John amenazante—. No des más motivos de pelea entre nuestras manadas… ella es mi mate y punto —dijo con
Damon regresó a su manada con los dos hombres, durante todo el trayecto estuvo silencioso, no deseaba hablar, no podía evitar que le doliera lo que estaba ocurriendo, el reciente incidente con la chica se replicaba una y otra vez en su mente… cuando la vio estuvo seguro de que se trataba de Lucía, pero al parecer se había equivocado; entretanto su lobo estaba demasiado molesto que hasta se negaba a hablar con él, se había ocultado, porque estaba empeñado en que se trajera a Arya a la fuerza a su manada y él no podía hacer eso, ya suficientes problemas habían tenido con la manada Agua Clara, para el propiciar una guerra al robarle la luna a ese alfa. Al descender en su manada sus padres lo estaban esperando, se quedaron observándolo con atención, enseguida se dieron cuenta de que algo le había ocurrido, y su madre no perdió oportunidad en indagar. —¿Qué pasó? —interrogó su madre sin perder detalle de su expresión. Damon suspiró, se sentía impotente, frustrado, incluso avergonzado po
Las palabras penetraron en su mente como cuchillos y se repitieron una y otra vez."¡Tu luna está viva! ¡Tu luna está viva!" Resonaba en su cabeza como un mantra. No pudo evitar mirar a la bruja, sin poder creer lo que salía de su boca. Ella continuó hablando, como si sus palabras no estuvieran causando una revolución en su interior.—El vínculo no pudo romperse por el bebé que está dentro del vientre de tu mate, pero sí se debilitó. El lobo dentro de tu luna huyó, porque el dolor de la traición lo hizo alejarse; era demasiado para soportar, y su dolor se intensificó... tienes que encontrarla, porque solo tú puedes protegerlos —dijo la bruja sin mirarlo.Damon permaneció inmóvil, tratando de procesar toda la información que acababa de recibir. Su mente se negaba a aceptarlo, pero sabía que era cierto; tenía una conexión con un bebé... ¡Su bebé, su Lucía estaba viva! Sintió una alegría indescriptible, un impulso de correr libremente por el bosque, sin embargo, antes de que pudiera hace
Después de tener esa discusión con su padre, no dudó en regresar a Keizer, esta vez acompañado de Óscar, su futuro Beta, aunque quiso ir solo, este no lo dejó, temía que su futuro Alfa fuera atacado. Hizo el trayecto como la primera vez, turnándose en el volante, Óscar y él, estaba ansioso y a medida que iba alcanzando los kilómetros sentía más esa conexión con su bebé, no solo él estaba intranquilo, también lo estaba su lobo, Boss, no dejaba de recriminarlo por dejarla sola la primera vez. «Debiste simplemente agarrarla y cargarla a la fuerza así no quisiera». El hombre suspiró frustrado, porque a pesar de molestarle las recriminaciones de su lobo, sintió que tenía razón. “Ella no me recuerda, quizás sea una consecuencia de lo ocurrido”, dijo Damon. «De cualquier manera debes tomarla esta vez sin pedir permiso, porque Lucía, Arya y como carajos quiera llamarse es nuestra», gruñó con posesión Luego de un recorrido de más de cuarenta horas de carretera desde el condado de Somerset,