C82- SOLO UNO SOBREVIVIRÁ.GIDEON.El aire en la habitación se volvió denso, cargado de tensión. Podía sentir el olor del licor mezclado con mi propia rabia, un aroma amargo que parecía envolvernos a ambos. Darius seguía ahí y no pude evitar soltar una risa amarga.—¿Ya te vas a largar de mi manada? —dije, con una sonrisa burlona.Darius no se inmutó. En cambio dio un paso hacia adelante, su mirada fija en la mía, implacable.—Me iré, Gideon, pero me llevaré a Liona y a sus hijos conmigo.Sus palabras fueron como un golpe directo al pecho.La mezcla de emociones me invadió, una ola de rabia y dolor que me atravesó. Sin pensarlo, tomé el vaso y bebí un trago más de licor, sintiendo cómo quemaba mi garganta y luego me puse de pie.—¡Eres un cabrón de mierd@, Darius! —mis ojos clavándose en los suyos—. Un maldito que solo se está aprovechando de la vulnerabilidad de Liona. Y sobre todo, de su miedo a perder a los niños.Darius no retrocedió, su rostro permanecía serio, decidido.—No esto
C83- VÍNCULO RECONOCIDO.DARIUS.El aire olía a tormenta y sangre.Mis puños ya estaban cerrados antes de siquiera acercarme a Liona. La vi ahí, temblando, sus ojos brillando como luna partida en dos. Cada lágrima que rodaba por su cara me quemaba más que cualquier herida.—Darius, por favor— su voz sonó quebrada, como si ya me estuviera perdiendo. ―No lo hagas…Le agarré la cara entre mis manos, ásperas de tanto pelear. Sentí el temblor de su piel bajo mis dedos.—Mírame— le ordené, bajando la voz hasta que casi fue un rugido—. ¿Ves miedo en mí?Ella negó, pero sus uñas se clavaron en mis brazos como si pudiera retenerme ahí.—Gideon te va a matar— susurró.Una risa ronca me salió del pecho.—Ese bastardo rubio puede intentarlo. Pero no hoy, mi luna. Hoy gano.El beso que le di fue corto, duro. Un sello de promesa. Su sabor a miel y lágrimas se me quedó en los labios cuando me aparté.—¡Qué patético!— la voz de Gideon cortó el aire como cuchillo en carne viva. Se paseaba como si ya h
C84- TIENES QUE HABLAR.LIONA.Respiré hondo tres veces antes de levantar el puño. El sonido de mis nudillos golpeando la madera resonó como un disparo en el silencio del pasillo.—Pasa— la voz de Gideon sonó ronca desde dentro.Al abrir la puerta, el olor a hierbas medicinales y sangre vieja me golpeó. Gideon estaba recostado en la cama, vendajes blancos envolviendo su torso y brazo derecho. A pesar de todo, seguía teniendo esa presencia... esa fuerza que siempre lo hizo parecer más grande de lo que era.—Me... mandaste a llamar— dije, quedándome junto a la puerta. Mis dedos se retorcieron solos.Él señaló el sillón junto a la cama con un movimiento de barbilla.Me senté al borde, como si el mueble pudiera quemarme. No sabía por dónde empezar. Cada palabra que se me ocurría sonaba falsa o cruel.Pero Gideon resolvió el problema por mí.—Te libero del compromiso— dijo abruptamente, clavando esos ojos verdes en los míos.El aire se me atascó en los pulmones.—¿Qué?—Perdí. Darius me de
C85- ELLA ESTÁ VIVA.—Voy a matarlo —pensé mientras me ponía de pie, con el corazón latiendo como un tambor furioso en mi pecho.Caminé de un lado a otro, sintiendo la necesidad de despedazarlo todo a mi alrededor. La decepción me quemaba por dentro; mi beta, el hombre en quien confiaba, había sido capaz de hacerle semejante crueldad a mi hermana.También sentía una culpa aplastante por no haber podido protegerla, por haberla juzgado, y ahora, la pérdida de ese bebé pesaba en mi conciencia como si fuera mi culpa.Miré a Susan, que ahora abrazaba a Liona. Y ver a mi hermana así me apretaba el corazón.Tragando con dificultad, me acerqué a ella.—Debiste confiar en mí, Susan... debiste... —comencé, pero me detuve al ver sus lágrimas. Maldije por lo bajo y fui hacia ella—. Estoy aquí, hermana —dije suavemente—, y te juro que ese infeliz va a pagar lo que hizo. —Le besé el cabello—. Lo prometo.La abracé con fuerza mientras miraba a Liona, quien me devolvió una mirada llena de determinaci
C86- ERAMOS UNO SOLO.LIONA.El ambiente en la manada era festivo. Susan y Zander estaban oficialmente juntos, el lobo más anciano había oficiado la ceremonia. Mi amiga reía y besaba a Zander, mostrando un amor tan puro que me llenaba de alegría. Ella merecía esa oportunidad, y la diosa se la había concedido.De repente, sentí la mano de Darius sobre la mía, sacándome de mis pensamientos.—¿Qué ocupa tu mente, mi amor? —me preguntó.Reí y luego vi a uno de nuestros hijos jalando el cabello de su padre, sonriendo. Era nuestra pequeña lobita, la que había conquistado su corazón.—Nada, solo estoy feliz por Susan... ella... ha sufrido tanto.Darius endureció por un instante su mirada al ver a su hermana.—Me siento culpable, si hubiera sabido...—No es tu culpa... Susan estuvo enamorada toda su vida de Nico y él... él no debió aprovecharse de eso... el único culpable es él.Darius asintió.—Sí, pero... ese infeliz fue quien me aconsejó que... que enviara a Susan aquí... que arreglara el
C87- LA NOCHE DEL ATAQUE.DARIUS.Ahí estaba yo, en medio de la celebración más importante de mi vida, cuando el aire se volvió denso y un olor a hierbas quemadas me hizo fruncir el ceño. Una figura encapuchada emergió de las sombras, y mi instinto de protección se activó al instante. Me puse delante de Liona, asegurándome de que nuestros hijos estuvieran a salvo.Cuando la figura levantó la capucha, reconocí al anciano brujo de mi manada: Vexis. Mi estómago se contrajo con una sensación de que lo que venía no sería nada bueno, pero sabía que debía escucharlo.—¿Vexis? ¿Qué haces aquí? —pregunté, tratando de mantener la calma.Él sonrió, una sonrisa que no prometía nada bueno.—Tengo la respuesta, Darius. Aunque ya has asumido el vínculo con tu compañera, ¿no te gustaría saber qué es lo que te hizo Serena?El nombre de Serena era como una daga en mi pecho. La tensión en el aire era palpable, pero asentí. Quería saber, necesitaba saber.Así que nos reunimos en un salón del castillo: Li
C1-UN AMOR OCULTO.POV LIONA.—¿Por qué el Alfa tiene que comer comida cocinada? ¿No es más simple y nutritivo solo comer carne cruda? ¡Somos lobos! —me quejé mientras cortaba un poco de zanahoria. La hoja del cuchillo golpeaba con rapidez la madera, pero mi frustración no disminuía.Soy Liona Lindbergh, y desde que tengo razón soy esclava de la manada “CREPUSCULO”. Fui adoptada por una pareja de ancianos que me dieron un hogar hasta que la muerte los reclamó. Desde entonces, tuve que pagar mi comida y mi techo sirviendo en la cocina del Rey Alfa Darius.No tenía otra opción.Debía servir.—Deberías estar agradecida por tu talento en la cocina, de lo contrario solo tendrías que fregar los pisos como los demás esclavos —dijo Susan al entrar en la cocina.Me giré para dedicarle una sonrisa. Susan siempre decía lo que pensaba, sin importar lo duro que sonara.—Tu hermano es un hombre lobo, no un humano —le dije, sin contener mi sarcasmo.La pelirroja se rió mientras tomaba un trozo de fr
C2-MADRE SUSTITUTA.POV LIONA.«Tres meses»Esa palabra hizo que mis manos temblaran. Volví a cortar las zanahorias, intentando que Susan no notara el efecto de su comentario en mí. Pero era imposible. Mi pulso tembló y el filo del cuchillo resbaló peligrosamente cerca de mis dedos. No me sorprendería que terminara cercenándome uno.―Pero su Luna... ¿acaso ya la Diosa…?—Nop... —Susan hizo un movimiento negativo con su cabeza, restándole importancia—. No, su Luna todavía no ha aparecido. Pero si no tiene descendencia, los otros miembros de la familia y la línea de sucesión querrán derrocarlo. Ya sabes cómo es esto: subes al trono y ya debes pensar en hacer un sucesor. Más bien, mi hermano se ha tardado.Su tono era despreocupado, como si no acabara de hundirme una daga en el corazón. Pero no podía culparla. Ni siquiera ella sabía mi secreto.Susan tomó otro trozo de zanahoria y lo metió en su boca antes de continuar, como si estuviera hablando del clima.—Pero eso no es lo verdaderame