C43- NO QUIERO OTRA LUNA.LIONA.―¿No vas a decir nada?Gideon me miraba con una sonrisa, pero sus ojos buscaban algo más, algo que yo no estaba segura de poder darle. Llevaba casi cinco minutos callada, intentando ordenar mis pensamientos, pero las palabras se atoraban en mi garganta. Finalmente, abrí y cerré los labios un par de veces antes de tomar una decisión. Tenía que ser honesta, aunque doliera.—Gideon… —empecé, mi voz apenas un susurro, pero lo miré directamente a los ojos—. Eres un hombre maravilloso. Y cualquier loba estaría feliz de ser tu luna, de estar a tu lado. Pero yo… yo no soy esa mujer. No puedo.La sonrisa de Gideon se desvaneció lentamente, como si el peso de mis palabras lo aplastara. Su expresión cambió a una de clara decepción, aunque intentaba mantenerla firme. Y eso me hizo sentir peor, pero sabía que si no era clara, solo lo lastimaría más.—Aunque tú sientas que soy tu pareja —continué, esforzándome por no romperme—, yo… yo no lo siento. Y puede que estés
C44-ELLA ES MI HEMBRA.DARIUS.El sonido del acero chocando llenaba el patio de combate, junto con los gritos y jadeos de los guerreros entrenando. Estaba sin camisa, el sudor corriendo por mi pecho mientras esquivaba un golpe del guerrero frente a mí. Mi puño se estrelló contra su costado, y él retrocedió, pero no lo suficiente. Volvió a cargar, y yo lo recibí con un giro rápido, bloqueando su ataque.No era un mal oponente, pero mi mente estaba en otro lugar.Liona.No importaba cuánto intentara evitarlo, ella seguía ahí, en mi cabeza, como una maldita sombra que no se iba. Recordé su risa suave, sus manos pequeñas sobre mi pecho cuando estábamos en la cama. La forma en que me miraba, tímida pero decidida, cuando me decía que me quería. Esa memoria me golpeó como un puñetazo en el estómago. Cerré los ojos un segundo, y cuando los abrí, el enojo ya estaba ahí, ardiendo en mi sangre.Gruñí y lancé un golpe directo al guerrero frente a mí, más fuerte de lo necesario. El impacto lo tumb
C45- ¡TU NO ERES EL ALFA!El ambiente de la manada se tornó expectante cuando Zander cruzó los límites con Susan a su lado. Las lobas detuvieron lo que hacían para observarla con curiosidad, algunas susurraban entre sí y otras la miraban con descaro, evaluándola.Pero antes de que Susan pudiera acostumbrarse a las miradas, una beta se acercó con paso seguro. Su cabello castaño ondeaba con el viento, y su sonrisa era descarada cuando fijó su atención en Zander.—Zan —ronroneó con confianza—, hace tiempo que no te veo. ¿Por qué no nos vemos más tarde en el arroyo? Podríamos ponernos al día...Susan abrió los ojos como platos.¿Había escuchado bien? ¿Acababa de invitarlo, así de descaradamente, delante de ella?Zander quiso que se lo tragara la tierra, se aclaró la garganta con incomodidad y se apresuró a corregirla.—Lo siento, pero hoy tengo planes más importantes —dijo con un tono firme—. Como buscar a un lobo que tenga más respeto por la privacidad ajena, tal vez.La beta lo miró com
C46-NO DEJARÉ QUE TE ENCUENTRE.LIONA.Ver a Susan después de tanto tiempo fue como volver a casa.No importaba lo lejos que hubiera estado ni el tiempo que había pasado escondiéndome, en el momento en que sus ojos se encontraron con los míos, todo lo demás dejó de existir. Se me vinieron a la mente recuerdos de nuestra amistad: las noches en las que nos reíamos hasta que nos dolía el estómago, las veces que conspirábamos juntas contra algún lobo molesto, los secretos compartidos bajo la luz de la luna. Susan siempre había sido más que mi amiga, era mi hermana elegida, la única persona que podía entenderme sin que tuviera que decir una palabra.Cuando escuché que alguien de la manada Crepúsculo estaba aquí, no pude contenerme. Lo intenté, lo juro, pero fue inútil. Mi corazón empezó a latir con fuerza, esa esperanza tonta y secreta que había guardado durante tanto tiempo se encendió de nuevo.¿Y si era él? ¿Y si después de todo este tiempo, él había venido por mí?No pensé mucho más.M
C47-ELLA VA A QUEDARSE.Desde mi ventana, podía ver a la manada moviéndose en el patio. Era una manada tranquila, unida, que nunca había tenido problemas graves. Claro, había desacuerdos como en cualquier familia, pero siempre habíamos salido adelante juntos. Desde que heredé la manada de mi padre, me había esforzado por mantener esa paz. Él me había preparado para esto desde que era un niño, enseñándome a liderar con justicia y fuerza.Zander siempre había estado a mi lado. Aunque éramos diferentes en muchas cosas, trabajábamos bien juntos. Él era más relajado, más dado a disfrutar de la vida, mientras que yo llevaba el peso de la responsabilidad sobre mis hombros.Pero nunca hubo rivalidad entre nosotros. Zander sabía que yo no había elegido ser el alfa, y yo sabía que podía confiar en él para apoyarme cuando lo necesitaba.Y ahora, mientras los observaba desde la ventana, sentía que todo eso estaba en peligro. No por ellos, sino por lo que estaba pasando dentro de mí.Mi mente no e
C48-GIDEON Y YO ESTAMOS JUNTOS.LIONA.El sol de la tarde entraba por la ventana, iluminando el rostro de Susan mientras me miraba. Estábamos sentadas en la pequeña sala del castillo y, por un momento, el silencio entre nosotras era casi incómodo. Sonreí ligeramente al verla apartar un mechón de cabello de su rostro, y sin pensarlo mucho, lo acomodé detrás de su oreja. —¿Cómo has estado, Liona? —preguntó, su voz suave pero cargada de interés—. ¿Qué pasó ese día? Mi sonrisa se desvaneció. Sentí apretarse mi pecho al recordar; sin embargo, respiré hondo y hablé, aunque las palabras salieron con dificultad. —Fui atacada por lobos rebeldes —dije, mirando un punto fijo en el suelo—. Ellos… ellos me llamaban "la Luna de la Manada". Susan frunció el ceño, claramente desconcertada. —¿Luna? —repitió. —Sí —asentí—. Decían que yo era la Luna de Darius. Es como si… como si hubieran ido directamente allí por mí, como si supieran exactamente a dónde ir. Susan apretó los labios y su expresión
C49- QUIERO QUE TE ENAMORES DE MÍ.LIONA.Respiré hondo frente a la puerta de la habitación de Gideon. Mi mano temblaba ligeramente mientras me decidía a golpear. Sabía que esto era lo correcto, que después de lo que le había dicho a Susan, no había marcha atrás. Así que levanté el puño y toqué dos veces.—¿Quién es? —preguntó su voz grave desde el otro lado.—Soy yo… Liona. ¿Podemos hablar un segundo? —respondí, tratando de sonar más tranquila de lo que realmente estaba.Hubo una breve pausa antes de que contestara.—Pasa.Giré el pomo con nerviosismo, sintiendo cómo el aire se atascaba en mis pulmones. Entré lentamente, cerrando la puerta detrás de mí, y lo vi salir del baño. Llevaba puesto únicamente un pantalón de lino, su cabello dorado todavía goteaba, y el agua caía en pequeñas gotas por su pecho desnudo. Estaba cubierto de tatuajes ancestrales que parecían contar historias de tiempos pasados. Tragué saliva, sintiéndome ridículamente nerviosa.Puede que no tuviera sentimientos
C50- UN LOBO QUE NO ESCUCHA.DARIUS.La cena en el salón principal del castillo estaba impecable, como siempre. Las luces de las antorchas iluminaban las paredes de piedra, y el aroma de la comida recién servida llenaba el aire. Los ancianos del consejo estaban sentados a mi alrededor, cada uno con su copa en mano, sus ojos atentos y sus rostros serios, como si la comida no fuera más que un trámite antes de llegar al verdadero propósito de la reunión.Uno de los lobos ancianos, el más viejo, Eldric, carraspeó, atrayendo la atención de todos.—Darius, ¿qué acciones piensas tomar con respecto a las muertes que han estado apareciendo en los límites de nuestro territorio?Dejé mi copa con calma sobre la mesa, aunque por dentro sentía un ligero malestar. Las muertes recientes eran un problema que no podía ignorar, pero tampoco tenía todas las respuestas aún.—Estamos investigando —respondí—. Podría tratarse de una bestia de los bosques. No sería la primera vez que una criatura de ese tipo