C24- ME ENAMORÉ DE ELLA.DARIUS.Entré al estudio y barrí todo lo que estaba en el escritorio. Aún podía sentir la ira bullendo en mi pecho, como un fuego que no podía apagar.¿Cómo demonios había salido Serena librada de la acusación?Era obvio que tenía algo que ver con el envenenamiento. Todo apuntaba a ella. Todo. Pero ahí estaba, sonriendo como si nada, como si no cargara con la sangre de mis cachorros en sus manos.Fin rugía furioso solo de pensarlo.Cerré los ojos, tratando de calmarme. No podía seguir dejándome consumir por esto. Tenía que pensar con claridad. Pero entonces, como si fuera inevitable, mis pensamientos se desviaron hacia Liona.Siempre lo hacían últimamente.Su imagen apareció en mi mente como un bálsamo, pero también como un recordatorio doloroso. Me vino a la cabeza nuestra última discusión, cuando le propuse ser mi amante. Su mirada herida, esa mezcla de decepción y tristeza que me atravesó como una daga.Había sido un idiota. Un completo idiota.Ella no era
C24- ATAQUE BRUTAL.LIONA.Trataba de dormir un poco, cuando escuché los gritos. Luego rugidos. Todo pasó tan rápido que apenas me dio tiempo de reaccionar. El caos se desató afuera, y mi instinto me empujó hacia la ventana.Desde allí, vi el desastre.El patio principal era un campo de batalla. Los rebeldes atacaban sin piedad, y los nuestros… los nuestros estaban cayendo. Reconocí a algunos de ellos y ver sus cuerpos desplomarse me dejó paralizada por un segundo.Sentí que el aire me faltaba.Entonces lo vi. Darius.Estaba en su forma de lobo, cubierto de sangre, pero seguía de pie. Luchaba como si no tuviera nada que perder, como si el mundo dependiera de ello. Su furia era casi palpable. Quise odiarlo, recordarme a mí misma por qué no debía preocuparme por él, pero… ¿y si lo lastimaban? ¿Y si lo mataban?Sacudí la cabeza.No.No podía pensar en eso ahora. No debía permitirme sentir nada por él. No después de todo lo que me había hecho.De repente, un ruido detrás de mí me sacó de
C25-EL TIEMPO SE ACABA.LIONA.Levanté la vista y vi un lobo de pelaje rojo frente a mí. Sus ojos verdes me miraban, y aunque parecían divertidos, algo en su mirada me hizo tensar el cuerpo. No estaba solo. Había otros cuatro lobos con él, todos observándome con una calma inquietante, como si ya supieran cómo iba a terminar esto.—¿A ti es a quien estamos buscando? —siguió, inclinándose hacia mí.Mi mente estaba a mil por hora. ¿A mí? ¿Por qué me buscaban? No tenía ni idea de qué estaba pasando, pero antes de que pudiera hacer una pregunta, el lobo rojo respondió como si ya supiera lo que pensaba.—Vamos a vengarnos de Darius... a través de ti. O al menos, te serviremos para que nos devuelva lo que nos robó.Mis labios se entreabrieron, pero no logré decir nada.«¿Vengarse? ¿Qué les había hecho?» pensé.—¿Qué...? ¿Qué les hizo? —logré preguntar, la garganta cerrándose con el nudo que se formaba.El lobo rojo volvió a reír, pero esta vez no había diversión en su risa. Solo amargura. Ta
C26- LO QUE QUERIA SE HA IDO.El lobo detrás de mí me empujó con fuerza, casi haciéndome tropezar.—¡Camina más rápido! —gruñó con una sonrisa burlona—. Aquí no estás en tu castillo, Luna.Respiré hondo, intentando contener el dolor que me atravesaba como un cuchillo. Aun no entendía porque me llamaban luna y menos quien les habia dicho como llegar a mí. Pero no tenía tiempo para perder en eso, mi vientre ardía, y cada paso que daba era una tortura.Pero no podía detenerme. No podía dejar que ellos lo supieran. Mis cachorros… mis cachorros tenían que sobrevivir.«Por favor, resistan» les pedí en silencio, apretando los dientes mientras un sudor frío me recorría.Y de repente, de la nada, un grupo de lobos emergió de entre los árboles. Sus ojos brillaban con furia, y sin previo aviso, se lanzaron al ataque.El caos estalló.Los gruñidos y el ruido de dientes que chocaron llenaron el aire. Estaban en todas partes, pero yo, proveché la confusión. Mis piernas se movieron antes de que pudi
C27- SOLO UNO MURIÓ LIONA. Despierto de golpe. Y mi mente empieza a reproducir todo lo que pasó: el ataque de los pícaros, la pelea, la huida... y luego correr por el bosque. Mi cuerpo se siente pesado, y en cuanto trato de moverme, una punzada en el vientre me recuerda todo. Me llevo una mano al estómago, asustada. —Mis cachorros… —murmuro. —Están bien —responde una voz. Me giro rápidamente hacia la dirección de donde viene y veo a una anciana que me sonríe. La mujer se acerca con un cuenco de agua y me ofrece un poco. —Toma —me dice. No confío en ella, pero no tengo fuerzas para moverme. ―Vamos ―insta ―Han pasado muchos días. Debes estar deshidratada. Abro los ojos sorprendida y mi voz suena áspera cuando intento hablar. —¿Di… días? —logré preguntar. —Bebe un poco —repitió ella—. Luego podrás hacerme las preguntas que quieras. A regañadientes, tomé el cuenco y bebí dos sorbos. El agua calmó un poco el ardor en mi garganta, pero no mi ansiedad. Solo había una pregunta en
C28- RECHAZO INTERRUMPIDO.MANADA CREPÚSCULO.Tres días después del ataque de los pícaros, la manada Crepúsculo seguía contando víctimas. Y el Consejo de lobos Ancianos estaba reunido. La preocupación no solo venía por las pérdidas, sino por algo que consideraban aún más grave: el alfa, Darius, había abandonado la manada en su momento más crítico para ir tras una simple cocinera. Y para ellos, eso era inaceptable.La sala del consejo estaba llena. Los ancianos, los líderes de las familias más respetadas, y algunos guerreros estaban presentes. Pero Darius no parecía prestarles atención. Desde el día del ataque, específicamente desde que encontró el collar de Liona entre los cuerpos, se había encerrado en sí mismo. Estaba allí físicamente, pero su mente estaba en otro lugar.Un anciano de gran importancia rompió el silencio. —Esto es tu culpa, Darius. —Su tono era frío y severo—. Como alfa, no estabas aquí para liderar a tus guerreros. Las pérdidas que sufrimos son el resultado de tu
C29- A TI Y A TUS BEBÉS.LIONA.Horas después de que Runa se fue, me levanté de la cama con cuidado. La sanadora había insistido en que podía caminar un poco, pero que no debía exigirme demasiado por el bien de mis bebés. Planeaba hacer caso, pero necesitaba estirarme antes de volver a acostarme.Mis músculos estaban tensos después de tanto tiempo en reposo.Caminé despacio por la habitación, observando los frascos y hierbas que Runa había dejado organizados. Estaba pensando en cuánto tiempo más tendría que quedarme allí cuando la puerta se abrió de repente.Me congelé en mi sitio.El hombre que entró me miraba fijamente, y no podía apartar los ojos de él. Era… no encontraba otra palabra para describirlo: guapo, extremadamente guapo.Nunca salí de la manada Crepúsculo, pero estaba segura de que ningún hombre se le compararía. Tenía el cabello largo, hasta los hombros, de un color dorado que me recordaba al sol. Su rostro era masculino, con una mandíbula cuadrada y una barba bien mante
C30- EXPIAR SU CULPA.Estaba en mi estudio. La habitación estaba en penumbra, solo iluminada por la tenue luz de las velas. Me serví un trago de hidromiel y lo bebí de golpe. El líquido ardió al bajar, pero no me importó. Me serví otro y dejé la copa sobre la mesa.Cerré los ojos un momento, intentando calmar mi mente.Pero ahí estaba ella.Liona.Su sonrisa, su calor, su aroma.Todo de ella seguía grabado en mi memoria como una marca que no podía borrar. Podía verla tan claramente como si estuviera frente a mí, como si nunca se hubiera ido.Abrí los ojos de golpe, sintiendo cómo las lágrimas quemaban. Mis ojos estaban rojos, y no pude evitarlo. Tomé el collar que había sido suyo, el que encontré junto a su cuerpo y un sollozo escapó de mis labios, uno que no pude contener.La culpa y el dolor me carcomían.Porque todo era mi culpa. Yo debí haberla protegido. Yo debí haber estado allí. Cuidar de ella y darle el lugar que merecía. A mi lado, como mi reina. Pero no lo hice, no lo hice p