C21- SOPA ENVENENADA. LIONA. ―Por suerte los genes de los cachorros son muy fuertes, alfa y se pudieron salvar. Al escuchar al sanador, me sentía aliviada. No podía creerlo. Los cachorros estaban bien. Sus genes, fuertes como los de su padre, los habían salvado. Respiré hondo, pero entonces, la voz de Darius me sacó de ese breve momento de paz. —¿Veneno? —preguntó, y su tono me hizo sobresaltar—. ¿De dónde salió? El sanador se humedeció los labios antes de responder, como si las palabras le costaran. —La comida. No se me ocurre otro lugar, Alfa. Sus palabras resonaron en mi cabeza, claras y frías como un cuchillo. Casi al instante, recordé la sopa. Esa maldita sopa que Serena me había estado dando desde hace días. Me dijo que era para mantener fuertes a los cachorros, que necesitaba nutrirme bien. Pero ahora... ahora todo cobraba sentido. No era para ayudarme. Era para deshacerse de ellos. De mí. Apreté la sábana entre mis dedos hasta que los nudillos se pusieron blancos. La
C22- JUICIO ANTE EL CONSEJO.LIONA.Caminaba hacia el patio del castillo con el corazón latiéndome en las sienes. Mis pasos eran lentos, como si cada uno me pesara más que el anterior. Podía sentir las miradas de todos sobre mí, quemándome la piel. Los lobos del consejo estarían allí, en primera fila, con sus ojos fríos y calculadores. Juzgándome. Culpándome.A mi lado, Susan apretó mi mano. Su toque era firme, casi reconfortante. —No temas —me susurró —. Mi hermano sacará a esa perra hoy mismo.No pude evitar sentir una ligera emoción ante sus palabras. Quería creerle, quería aferrarme a esa esperanza. Pero, aunque no lo quisiera, la duda se coló en mi mente. ¿Darius estaba haciendo esto por mí? ¿O solo por los cachorros? No quería pensar en eso, pero la pregunta estaba ahí, como una espina que no podía ignorar.Cuando llegamos al centro del patio, vi a Serena rodeada por su séquito. Estaba secándose las lágrimas con un pañuelo, su rostro una máscara de tristeza que sabía que no e
C23- UN PLAN ARRIESGADO.LIONA. Cuando regresamos del juicio, apenas podía mantenerme en pie. Sentía el peso de todo lo que había pasado como si me estuviera aplastando. Susan me abrazó en cuanto cerramos la puerta detrás de nosotras. No dijo nada al principio, solo me sostuvo. Yo quería llorar, pero estaba tan cansada que ni eso podía hacer. —Todo esto es tan extraño, Liona —dijo al fin, dejando ver su frustración—. Es como si Serena ya se hubiera preparado para esto de antemano. Me aparté un poco de su abrazo y la miré. Su expresión era seria, pero había algo más, como si estuviera tratando de entender algo que se le escapaba. —Sí, supongo que sí —murmuré, aunque la verdad es que no tenía una respuesta clara—. No sé cómo lo hizo, pero… cuando estaba en la habitación del sanador, vi una sombra. Seguro le avisaron. Además, ¿por qué siempre su sirviente esperaba que terminara de beber la sopa? —Suspiré, dejando que mis palabras se ahogaran en el aire pesado de la habitación—. Pero…
C24- ME ENAMORÉ DE ELLA.DARIUS.Entré al estudio y barrí todo lo que estaba en el escritorio. Aún podía sentir la ira bullendo en mi pecho, como un fuego que no podía apagar.¿Cómo demonios había salido Serena librada de la acusación?Era obvio que tenía algo que ver con el envenenamiento. Todo apuntaba a ella. Todo. Pero ahí estaba, sonriendo como si nada, como si no cargara con la sangre de mis cachorros en sus manos.Fin rugía furioso solo de pensarlo.Cerré los ojos, tratando de calmarme. No podía seguir dejándome consumir por esto. Tenía que pensar con claridad. Pero entonces, como si fuera inevitable, mis pensamientos se desviaron hacia Liona.Siempre lo hacían últimamente.Su imagen apareció en mi mente como un bálsamo, pero también como un recordatorio doloroso. Me vino a la cabeza nuestra última discusión, cuando le propuse ser mi amante. Su mirada herida, esa mezcla de decepción y tristeza que me atravesó como una daga.Había sido un idiota. Un completo idiota.Ella no era
C24- ATAQUE BRUTAL.LIONA.Trataba de dormir un poco, cuando escuché los gritos. Luego rugidos. Todo pasó tan rápido que apenas me dio tiempo de reaccionar. El caos se desató afuera, y mi instinto me empujó hacia la ventana.Desde allí, vi el desastre.El patio principal era un campo de batalla. Los rebeldes atacaban sin piedad, y los nuestros… los nuestros estaban cayendo. Reconocí a algunos de ellos y ver sus cuerpos desplomarse me dejó paralizada por un segundo.Sentí que el aire me faltaba.Entonces lo vi. Darius.Estaba en su forma de lobo, cubierto de sangre, pero seguía de pie. Luchaba como si no tuviera nada que perder, como si el mundo dependiera de ello. Su furia era casi palpable. Quise odiarlo, recordarme a mí misma por qué no debía preocuparme por él, pero… ¿y si lo lastimaban? ¿Y si lo mataban?Sacudí la cabeza.No.No podía pensar en eso ahora. No debía permitirme sentir nada por él. No después de todo lo que me había hecho.De repente, un ruido detrás de mí me sacó de
C25-EL TIEMPO SE ACABA.LIONA.Levanté la vista y vi un lobo de pelaje rojo frente a mí. Sus ojos verdes me miraban, y aunque parecían divertidos, algo en su mirada me hizo tensar el cuerpo. No estaba solo. Había otros cuatro lobos con él, todos observándome con una calma inquietante, como si ya supieran cómo iba a terminar esto.—¿A ti es a quien estamos buscando? —siguió, inclinándose hacia mí.Mi mente estaba a mil por hora. ¿A mí? ¿Por qué me buscaban? No tenía ni idea de qué estaba pasando, pero antes de que pudiera hacer una pregunta, el lobo rojo respondió como si ya supiera lo que pensaba.—Vamos a vengarnos de Darius... a través de ti. O al menos, te serviremos para que nos devuelva lo que nos robó.Mis labios se entreabrieron, pero no logré decir nada.«¿Vengarse? ¿Qué les había hecho?» pensé.—¿Qué...? ¿Qué les hizo? —logré preguntar, la garganta cerrándose con el nudo que se formaba.El lobo rojo volvió a reír, pero esta vez no había diversión en su risa. Solo amargura. Ta
C26- LO QUE QUERIA SE HA IDO.El lobo detrás de mí me empujó con fuerza, casi haciéndome tropezar.—¡Camina más rápido! —gruñó con una sonrisa burlona—. Aquí no estás en tu castillo, Luna.Respiré hondo, intentando contener el dolor que me atravesaba como un cuchillo. Aun no entendía porque me llamaban luna y menos quien les habia dicho como llegar a mí. Pero no tenía tiempo para perder en eso, mi vientre ardía, y cada paso que daba era una tortura.Pero no podía detenerme. No podía dejar que ellos lo supieran. Mis cachorros… mis cachorros tenían que sobrevivir.«Por favor, resistan» les pedí en silencio, apretando los dientes mientras un sudor frío me recorría.Y de repente, de la nada, un grupo de lobos emergió de entre los árboles. Sus ojos brillaban con furia, y sin previo aviso, se lanzaron al ataque.El caos estalló.Los gruñidos y el ruido de dientes que chocaron llenaron el aire. Estaban en todas partes, pero yo, proveché la confusión. Mis piernas se movieron antes de que pudi
C27- SOLO UNO MURIÓ LIONA. Despierto de golpe. Y mi mente empieza a reproducir todo lo que pasó: el ataque de los pícaros, la pelea, la huida... y luego correr por el bosque. Mi cuerpo se siente pesado, y en cuanto trato de moverme, una punzada en el vientre me recuerda todo. Me llevo una mano al estómago, asustada. —Mis cachorros… —murmuro. —Están bien —responde una voz. Me giro rápidamente hacia la dirección de donde viene y veo a una anciana que me sonríe. La mujer se acerca con un cuenco de agua y me ofrece un poco. —Toma —me dice. No confío en ella, pero no tengo fuerzas para moverme. ―Vamos ―insta ―Han pasado muchos días. Debes estar deshidratada. Abro los ojos sorprendida y mi voz suena áspera cuando intento hablar. —¿Di… días? —logré preguntar. —Bebe un poco —repitió ella—. Luego podrás hacerme las preguntas que quieras. A regañadientes, tomé el cuenco y bebí dos sorbos. El agua calmó un poco el ardor en mi garganta, pero no mi ansiedad. Solo había una pregunta en