C16 -ERES MÁS MÍA DE LO QUE CREES.LIONA—No estaba coqueteando con Eldrin, Darius. —Mi voz salió más firme de lo que esperaba, aunque mi corazón latía con fuerza. Levanté la mirada para encontrarme con sus ojos helados—. Y aunque lo estuviera, no es asunto tuyo.Su expresión cambió en un instante. Una mezcla de sorpresa e ira cruzó su rostro.—¿No es asunto mío? —siseó, bajo y amenazante. Dio un paso hacia mí, y aunque mi instinto me gritaba que retrocediera, me quedé en mi lugar.—No, no lo es. —Le sostuve la mirada, aunque sentía que mis piernas temblaban ligeramente—. Puedo hablar con quien yo quiera. No tienes derecho a cuestionarme.Su risa fue baja, casi un gruñido.—¿Derecho? —murmuró, y su voz se volvió más fría—. Soy tu Alfa, Liona. El padre de los cachorros que llevas en tu vientre. Fui tu primer hombre. ¿Y te atreves a decirme que no tengo derecho?Sus palabras me golpearon como un balde de agua helada, pero no como él esperaba. No sentí orgullo ni conexión. Solo decepción
C17- DEMASIADO TARDE.DARIUS.El sabor de los labios de Liona todavía ardía en los míos, como si el fuego que ella encendió se negara a apagarse. Me pasé la lengua por el labio roto, sintiendo el leve escozor, y Fin gruñó en mi cabeza.“Esto es tu culpa” espetó con desdén. “Por tu indecisión. Por no marcarla. Por no reclamar lo que es nuestro. Ahora otros machos la rondan como buitres.”Lo odiaba. Odiaba que tuviera razón. Pero también odiaba lo que esas palabras significaban. Marcarla. Reclamarla. Convertirla oficialmente en mía. ¿Cómo podía hacerlo cuando ni siquiera estaba seguro de lo que sentía?Porque no podía ser amor. No. Lo que sentía por Liona era algo más primitivo, más visceral. Era deseo, puro y simple. Eso era todo. Ella me pertenecía porque yo había sido su primer hombre, porque había sido yo quien la tomó cuando nadie más lo había hecho. Y ahora, verla con otro… verla sonreírle a Eldrin como si él tuviera derecho a estar cerca de ella… eso me volvía loco. Ella era mía.
C18 - UNA PROPUESTA.Estaba agotada. Últimamente, cada vez que me inclinaba sobre la mesa de la cocina para amasar el pan o cortar los ingredientes, sentía cómo el cansancio se acumulaba en mis piernas y espalda. Mi vientre pesaba más a medida que pasaban los días, y, aunque intentaba mantenerme ocupada, había momentos en los que simplemente necesitaba sentarme y respirar.Los cachorros dentro de mí no me lo ponían fácil; parecían estar jugando a su propio juego, con pequeñas patadas que me arrancaban una sonrisa, aunque estuviera sola. Era una sensación extraña, pero hermosa. Me hacía pensar en cómo sería cuando finalmente estuvieran aquí, en mis brazos.Por eso había decidido pasar más tiempo con los cachorros de la manada. Pensé que sería una buena manera de prepararme, practicar para lo que venía. Hoy iba camino a las guarderías, donde acababan de nacer un par de mellizos de un viejo matrimonio de lobos grisáceos. Siempre me habían parecido una especie entrañable, con su pelaje mo
C19- SE MI AMANTE.LIONA.Cerré la puerta lentamente, dejando que el eco del clic llenara el silencio entre nosotros. Crucé los brazos, intentando aparentar una seguridad que no sentía, aunque por dentro, mi corazón latía con fuerza. Lo miré directo a los ojos, tratando de descifrar qué demonios quería de mí ahora.—¿Qué tipo de propuesta? —pregunté, mi voz sonó más fría de lo que esperaba.Darius no respondió de inmediato. Dio un par de pasos hacia mí, lo justo para invadir mi espacio personal, para hacer que el aire en la habitación se volviera denso, casi asfixiante. Siempre había tenido esa presencia, esa manera de llenar todo con solo estar ahí. Pero esta vez no era intimidante; era algo más... algo que no sabía si quería enfrentar.—Escúchame, Liona —dijo, su voz baja, casi un susurro—. No puedo seguir así. No puedo verte todos los días y no tenerte. No puedo seguir viviendo sabiendo que estás tan cerca y tan lejos al mismo tiempo.Lo miré, tratando de encontrar algo genuino en
C20- ENVENENADA.LIONA.Estaba en la cocina, moviéndome entre el calor de la olla y el aroma del guiso que burbujeaba con suavidad. Tarareaba una canción que solía calmar a mis cachorros. Mi vientre, un poco más abultado, me recordaba que debía tomar las cosas con calma.Después de que Darius me pidió ser su amante, he mantenido la distancia. No sé si fue por orgullo, por miedo o porque simplemente no quería darle esa parte de mí. Quizás él también lo entendió, porque desde entonces se ha mantenido ocupado con los problemas de la manada. Los lobos rebeldes volvieron a acercarse al territorio, y las luchas se intensificaron. Cada día llegaban noticias de enfrentamientos, de patrullas heridas o de líneas que habían sido cruzadas. Era como si el aire estuviera cargado de tensión, como si algo grande estuviera a punto de estallar.Mientras tanto, yo tenía mi propio plan. Había estado ahorrando todo lo que podía. Guardaba comida en un rincón escondido de la cabaña: carne seca, frutas deshi
C21- SOPA ENVENENADA. LIONA. ―Por suerte los genes de los cachorros son muy fuertes, alfa y se pudieron salvar. Al escuchar al sanador, me sentía aliviada. No podía creerlo. Los cachorros estaban bien. Sus genes, fuertes como los de su padre, los habían salvado. Respiré hondo, pero entonces, la voz de Darius me sacó de ese breve momento de paz. —¿Veneno? —preguntó, y su tono me hizo sobresaltar—. ¿De dónde salió? El sanador se humedeció los labios antes de responder, como si las palabras le costaran. —La comida. No se me ocurre otro lugar, Alfa. Sus palabras resonaron en mi cabeza, claras y frías como un cuchillo. Casi al instante, recordé la sopa. Esa maldita sopa que Serena me había estado dando desde hace días. Me dijo que era para mantener fuertes a los cachorros, que necesitaba nutrirme bien. Pero ahora... ahora todo cobraba sentido. No era para ayudarme. Era para deshacerse de ellos. De mí. Apreté la sábana entre mis dedos hasta que los nudillos se pusieron blancos. La
C22- JUICIO ANTE EL CONSEJO.LIONA.Caminaba hacia el patio del castillo con el corazón latiéndome en las sienes. Mis pasos eran lentos, como si cada uno me pesara más que el anterior. Podía sentir las miradas de todos sobre mí, quemándome la piel. Los lobos del consejo estarían allí, en primera fila, con sus ojos fríos y calculadores. Juzgándome. Culpándome.A mi lado, Susan apretó mi mano. Su toque era firme, casi reconfortante. —No temas —me susurró —. Mi hermano sacará a esa perra hoy mismo.No pude evitar sentir una ligera emoción ante sus palabras. Quería creerle, quería aferrarme a esa esperanza. Pero, aunque no lo quisiera, la duda se coló en mi mente. ¿Darius estaba haciendo esto por mí? ¿O solo por los cachorros? No quería pensar en eso, pero la pregunta estaba ahí, como una espina que no podía ignorar.Cuando llegamos al centro del patio, vi a Serena rodeada por su séquito. Estaba secándose las lágrimas con un pañuelo, su rostro una máscara de tristeza que sabía que no e
C23- UN PLAN ARRIESGADO.LIONA. Cuando regresamos del juicio, apenas podía mantenerme en pie. Sentía el peso de todo lo que había pasado como si me estuviera aplastando. Susan me abrazó en cuanto cerramos la puerta detrás de nosotras. No dijo nada al principio, solo me sostuvo. Yo quería llorar, pero estaba tan cansada que ni eso podía hacer. —Todo esto es tan extraño, Liona —dijo al fin, dejando ver su frustración—. Es como si Serena ya se hubiera preparado para esto de antemano. Me aparté un poco de su abrazo y la miré. Su expresión era seria, pero había algo más, como si estuviera tratando de entender algo que se le escapaba. —Sí, supongo que sí —murmuré, aunque la verdad es que no tenía una respuesta clara—. No sé cómo lo hizo, pero… cuando estaba en la habitación del sanador, vi una sombra. Seguro le avisaron. Además, ¿por qué siempre su sirviente esperaba que terminara de beber la sopa? —Suspiré, dejando que mis palabras se ahogaran en el aire pesado de la habitación—. Pero…