Hola chicas, hoy subiré otro capítulo que es el final y mañana subiré un extra y el epílogo. Sé que suelo ser muy repetitiva en mis comentarios, pero de verdad que les agradezco mucho su apoyo, sus comentarios y mensajes, no tienen idea de lo mucho que me animan, si yo sigo aquí en este hermoso mundo de la escritura, es por ustedes y aquí estaré mientras me sigan leyendo. Un abrazo y nos vemos más tarde.
Han pasado algunas semanas del incendio, por suerte todo está mucho mejor y mi mujer está cada día más hermosa. Decidimos derribar lo que quedaba de la casa, para construir otra un poco más grande, ya que mis padres querían mudarse para darnos nuestro espacio, algo que ni Serenity, ni yo aceptamos y la mejor opción que decidimos como familia, fue construir algo para ellos y así tenerlos cerca. —Buenos días —saludo al entrar a la cocina y noto a Serenity y a Lupita cuchicheando, a veces las escucho hablando de orgasmos y solo me da risa, pero en esta ocasión las noto un poco serias. —Buenos días —responden las dos al mismo tiempo. Me acerco le doy un beso a mi preciosa mujer y en eso entra mi mamá. —Douglas está histérico con los preparativos de la boda —dice mi madre, ya que se casarán esta tarde. —Ahora voy para ver si necesita ayuda —respondo. —Llévale un tranquilizante para toros —bromea—. Eso lo ayudará. Las carcajadas de Lupita me hacen reír. —Voy a ayudar a Mei con
Lupita…—No quiero irme —Le digo a Serenity, mientras preparamos las maletas.—No lo hagas —replica—. Nadie te está corriendo.—Tengo muchos pendientes, me quedé más tiempo de lo que inicialmente había pensado y necesito revisar algunas cosas con el contador nuevo.—Me parece que el sheriff tuvo algo que ver, en estas vacaciones extendidas.—Sí —reconozco con tristeza.—¿Pasa algo?—Vas a pensar que estoy loca —suspiro—. Entre Jeriko y yo obviamente ha habido momentos apasionados e inolvidables, me ha demostrado que la madurez es mucho mejor que el colágeno —sonrío.—¿Pero…? —inquiere.—Nunca hemos hablado de lo que pasará cuando me vaya, no sé si estamos en una relación o si es solo sexo, y tal vez con mi partida todo acabe.—Me extraña que siendo tan directa, no le hayas preguntado —menciona mi amiga y sé que tiene razón.—Tengo miedo, creo que me enamoré y no quiero sufrir si me confirma que solo era algo pasajero —confieso, haciendo un puchero.—¡Ay Lupita! —vocifera en modo recri
Al llegar a la casa, me toma en los brazos para entrar. —Bienvenida a su casa, señora Dawes —Me pone en el suelo con cuidado y me lanzo a sus brazos para besarlo, intento quitarle rápidamente la ropa y me detiene. —Eres muy inquieta —sonríe—. Vamos a disfrutarnos como nunca antes. Me alza llevándome a la habitación y me doy cuenta que la tiene decorada con pétalos blancos, la emoción me sobrepasa y empiezo a llorar. —Lo siento —me disculpo—. Nunca me imaginé que pudiera sentirme tan feliz. —Quiero que te sientas así, todos los días a partir de ahora —Me abraza con fuerza y nos quedamos así por unos minutos. Ya que estoy más tranquila me alejo un poco, me quito el vestido quedando en ropa interior y suspira. —Eres tan hermosa —exhala y empieza a desnudarse. Como siempre me pasa desde la primera vez que lo vi desnudo, se me hace agua la boca, es un hombre delgado, pero tiene el cuerpo muy tonificado, además que sabe muy bien lo que hace cuando me tiene entre sus brazos. Llevo mi
El nacimiento de los gemelos, fue muy impresionante, si bien ya había presenciado el nacimiento de Haimi, en está ocasión me sentía sumamente abrumado al ver a Serenity en la camilla, esperando la cesárea, la cual se realizó a las treinta y seis semanas de embarazo, estaba nervioso hasta que escuché el llanto de nuestros pequeños, logré respirar con normalidad y lloré como nunca antes lo había hecho. Ahora nuestros niños tienen cinco meses, y llevan los nombres escogidos por sus hermanos, Haiden y Hadriel, este último tiene los ojos un poco más oscuros y es la única forma de diferenciarlos, mi madre siempre los confunde y hay ocasiones en que le cambia el pañal al mismo en el transcurso de unos minutos. Se parecen mucho a mí, mi padre dice que son mini Evans, así que el los llama Evan uno y Evan dos. Nuestra rutina ha cambiado, es cierto que tener dos bebés al mismo tiempo es difícil, pero también es una bendición, además aquí no falta ayuda, mis padres, Pedro, Silvana, Haimi, Dougla
Hola chicas, aquí vengo de nuevo con otra historia, aún no tengo fecha para iniciar con las actualizaciones, pero estaré subiendo capítulos eventualmente en lo que empiezo a actualizar.Es una novela muy sencilla que tenía muchas ganas de escribir, como siempre no faltará el drama y el cliché.Espero que la disfruten , gracias por estar aquí y por su paciencia.Hasta pronto.Quédate un poco más, es una novela escrita por Dannya Menchaca. (DannyaRent) registrada en SafeCreative bajo el código: 2309245402173.Se prohíbe su distribución parcial o completa, ya que estará infringiendo con los derechos de autor.~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Hoy es mi cumpleaños número treinta y siete. Y aquí estoy, buscando una razón para celebrar.He llorado la mayor parte del día. La soledad en algunas ocasiones me agobia demasiado y me hace revivir aquellos momentos en los que anhelaba tener una casa como esta. Siempre imaginé que sería de dos plantas con un enorme jardín por el que correrían nuestr
Se sentó en la orilla de la cama, pasó las manos por su cabello con frustración y asintió. —¿Desde cuándo? —pregunté con el corazón hecho pedazos y sintiendo un extraño hueco en el pecho que me impedía respirar con normalidad.—Unos meses después de que entró a trabajar a la empresa, pero te juro que no es algo serio. —¿¡Llevas más de un año con tu secretaria y no es algo serio!? —grité. —Estábamos juntos todo el día y una cosa llevó a la otra.—Esa no es una justificación, si yo estoy toda la tarde con el jardinero, entonces, ¿también puedo tener algo con él?—No es lo mismo —espetó molesto—. Además, lo mío con Adriana es solo sexo —aclaró.—¿A qué te refieres con que “es solo sexo” ? —repetí su tono de voz. —No hay sentimientos involucrados —intentó explicar—. No dudes que yo te amo, Serenity —Se puso de pie y me tomó por los hombros—. Tratemos de hacer que lo nuestro funcione de nuevo, despediré a Adriana y haremos como que nada ha pasado. Por alguna extraña razón, me reí como
—¡Feliz cumpleaños! —Me sorprende felicitándome mi mejor amiga, Lupita, con un enorme ramo de flores.—Pensé que no vendrías —digo, abrazándola.—Jamás te dejaría sola —asegura—. Ayúdame a bajar las cosas del coche.—¿Qué cosas?—Traje un pastel y algunas bebidas, tenemos que embriagarnos.—¡Ay no! —exclamo, dejando el ramo de flores sobre la mesa—. Aún me duele el estómago de la última noche loca que tuvimos.Suelta una enorme risotada y la acompaño a su coche.Lupita y yo nos conocimos hace unos años en el gimnasio y ha sido un gran apoyo para mí en todo este tiempo, si no hubiese sido por ella, no me imagino como estaría en estos momentos.—¿No me digas que estuviste llorando? —cuestiona y no puedo negarlo—. Tenemos que hacer algo antes de que te deprimas.—No me voy a deprimir, solo me dio algo de nostalgia —confieso y me mira sin creerme.—Esta bien, voy a fingir que te creo y que las otras veces que te he encontrado llorando, es porque tenías una basurita en los ojos —musita con
Después de terminar con todas las botellas por preparar más orgasmos, me invade la tristeza y me dan ganas de llorar de nuevo.—Ay no, Serenity, por favor no llores —Me consuela mi amiga, haciendo pucheros. —No puedo creer que estoy completamente sola, dediqué mi vida entera a mis hijos y a Tomás, y ahora ellos son felices y ni siquiera se acuerdan de mí —Logro decir entre lágrimas. —Si se acuerdan, te llamaron para felicitarte —asegura—. Pero los orgasmos te están nublando la mente. —Los extraño. —¿También al bufón?—No, a él no. —Menos mal —resopla—. Además, todavía puedes rehacer tu vida, eres joven y hermosa —Intenta animarme.—Conforme mis hijos crecían, me di cuenta que mi matrimonio iba de mal en peor, el distanciamiento cada vez se hacía más evidente entre nosotros, pero, ¿sabes qué? —Me quedo pensando unos segundos—. No lo culpo, yo estaba tan agotada, que cuando llegaba, lo único que quería era ver que llegó bien para irme a dormir, fueron tantas comidas en soledad que