Sin muchos ánimos tuve que acompañar a Hayden hasta el salón en donde se llevara acabo la recepción de su boda, tenia el deber de entregarle el lugar tal y como esta para que la decoradora se encargara de todo lo demás, banquete, decoración, bebida y esas cosas que suelen usar en un evento como este. Soporte escuchar las ideas que tenía la novia sobre los arreglos florales, para mi gusto no eran tan elegantes ni mucho menos reflejan la esencia de los dos como pareja. Se supone que es una celebración en donde importa la opinión de los dos, no solo la de uno de ellos. Es ridículo que algo tan importante como esto se tome a la ligera en cuestión de lo que se les proporcionara a los invitados.>Al estar de regreso en mi residencia subí a mi habitación y me duche, al instante en que me coloque los pantalones alguien llamo a mi puerta, enseguida pensé que sería el profesor Roberts y preferí no contestar para que no siga molestándome con las ideas absurdas que les pasa po
Bogotá, Colombia.Agnes.Ha sido difícil recuperame de todo lo que viví en tan poco tiempo. Me duele recordar las palabras de mi madre y también de aquella persona que nunca imagine que sería mi progenitor. Un golpe duro en el corazón fue el que me destruyo y me dejo a punto de desmoronarme en vida. Lloré hasta que mi alma se quedó seca y agradecí a todas los profesionales que estuvieron a mi lado para brindarme el apoyo que tanto necesitaba. El camino que tuve que seguir se me dificulto mucho ya que las constantes pesadillas no me permitían descansar con normalidad. Las sesiones con el psicólogo me arrebataron el peso extra que traía sobre mis hombros, en algún momento pensé que yo fui la causante de que mi propio padre abusara de mí, pero ¿Cómo iba a saber la triste realidad que oculto Carlotta durante mucho tiempo? Desconocía esa versión de la historia y con dolor obligue a mi corazón y a mi espíritu a aceptarla, aunque muy en el fondo jamás asimilare tal situación. Fuimos muchos l
—¿Qué idiomas dominas? —frunció el ceño con curiosidad.—Inglés, español e italiano.—Ok. Continua.—Mis padres tenían una propiedad desde mucho antes de que yo naciera, aunque casi nunca vivimos en ese lugar cuando era pequeña. Tal vez la razón era que el momento de mudarnos no era el correcto. Aun necesitaba atención y ellos sabían perfectamente que a distancia no podían cuidar de mi como es debido. Cuando cumplí 20 años mi madre decidió que era el momento de que aprendiera a valerme por mí misma, cosa que desde que cumplí ocho hice, ya que no dependía totalmente de mis padres. Con facilidad me mudé y permanecí en ese sitio por muchos años. La rutina era sencilla, acudía a la universidad y en los fines de semana esperaba la presencia de las dos personas que amo con todo el corazón. No fui problemática a pesar de que tenía la casa libre para hacer lo que quisiera con ella, preferí respetar el espacio de mis padres.—¿No te molestaba la ausencia de tus padres?—Al principio si fue alg
—¿Aceptaste?—Si. Quería experimentar y la verdad es que me gustaba mucho asi que decidí arriesgarme.—Y ¿Qué fue lo que sucedió?—Me mostro un mundo diferente —me envió al paraíso cuando sus manos recorrieron mi piel, esa sería la manera correcta de describir lo que me hizo sentir —. Lleno mi corazón de cariño, pasión, sensualidad y erotismo. Con Drako pude disfrutar de una sexualidad plena sin tabúes. Adoro mis gustos en todos los sentidos. Consintió mi alma quedándose conmigo cuando más lo necesitaba.—Te hizo sentir deseada y muy querida.—Si —sentí un intenso calor en todo el cuerpo cuando miré a los ojos a Edgar.—Regularmente en tu inconsciente se genera un modelo de caballero que necesitas en tu vida para estar completamente estable, lamentablemente el cerebro se confunde y nos hace creer todo lo contrario. Es por ello por lo que, aunque querías a Flavio jamás lograste experimentar lo mismo que con Drako —se puso de pie —. El italiano destilaba seguridad, riesgo y adrenalina,
—¿Listos? —la señora Lourdes estaba muy atenta a todas las personas que subían a las camionetas—. Agnes ¿en qué vehículo te vas a ir? —levante el rostro al escuchar su voz.—¡Aquí sobra un lugar! —dijo Claudia.—Ok, por favor —me indico el camino dirigiéndome con su mano.—Anda, que ya nos vamos —Claudia casi me arrastra para que subiera a la camioneta —¿Y tú equipaje?—Esta en el portaequipaje —respondí.—No mi amor, aquí se dice en la cajuela.—Ok —me reí por lo bajo, pero después la felicidad que sentí se disipo con la presencia de la persona que estará a cargo de conducir.—¿No falta nadie? —dijo el psicólogo.—No, estamos completos —Carlos iba de copiloto.—Perfecto.>El camino fue bastante largo desde el centro hasta la finca, tanto, que Claudia se quedó dormida desde que las ruedas de la camioneta comenzaron a rodar. Por mi parte preferí mantenerme despierta para disfrutar del hermoso paisaje. Es la primera vez que salgo de
—¿Mejor?—Si —en una coleta alta recogí mi cabello. Al levantarme y ponerme de pie las rocas estaban mojadas… resbale, pero con suerte, Edgar, sostuvo mi cuerpo entre sus brazos. Mi pecho quedo tan cerca de él que enseguida mis prendas mojadas humedecieron las suyas. Hubo una tensión entre nosotros, aquella que te invita a pecar y experimentar. Mientras pasábamos de mirar los ojos y los labios de cada uno, la respiración se transformaba cada vez en un susurro de deseo —. Este… —me separe un poco de el —. Perdón… creo que moje tu camisa.—No te preocupes —y entonces… se quitó la prenda quedándose solamente con una camiseta de color negro > sus brazos son musculosos y a decir verdad, todo él era asi. No a tal grado de verse grotesco sino todo lo contrario. Parece que le gusta ejercitarse —¿Sucede algo? —se dio cuenta que estaba mirándolo.—No… no, para nada —mis mejillas se sonrojaron.—Anda, tenemos que regresar. Deben estar esperándonos.—Eso creo.—¿O prefieres queda
—¿Besaste al psicólogo? —dijo sin abrir los ojos.—No.—Que lastima.—A veces pienso que me vas a vender al mejor postor.—No estaría mal. Mira todo lo que tiene el psicólogo que pensé que no era más que otro curalocos. Resulta que es millonario.—Sabe cómo manejar la herencia de sus padres.—Aja y yo me chupo el dedo —se incorporó solo para sentarse —. Su café se comercializa en todo el mundo y ¿Adivina que? Es el mejor de todos.—Su trabajo le ha costado.—Eso sí, pero si yo tuviera la oportunidad de cogérmelo y retenerlo a mi lado con un chamaco te juro que lo haría. Viviría como reina toda mi vida.—El dinero no lo es todo Claudia.—Pues para mi si lo es —dijo decidida —. Toda mi vida viví en la miseria y después de eso comencé a meterme drogas y mirame, estoy aquí encerrada tratando de curarme.—Todos pasamos por una etapa traumática en nuestras vidas.—¿Cuál es la tuya? —hiso un par de pucheros.—Fui violada por mi padre bilógico y encima de ello me acosté con mi medio hermano.
—¿Quién es Julio?—El guardaespaldas y mano derecha de Drako.—¿Qué sucedió después?—Estuve a nada de dispararle a Bruno, no pude hacerlo, algo me detuvo —incliné la cabeza hacia un lado —. Julio me llevo al hospital donde me medicaron para evitar posibles complicaciones. Al llegar a casa me encerré en mi habitación y me sumergí en una profunda depresión. Drako se mantenía junto a mí, observándome. Supo darme el espacio que necesitaba y le agradecí las noches enteras que paso sentado en el sofá frente a mi cama. Guardo silencio cuando debió hacerlo.—¿Cuándo supiste que Bruno era tu padre biológico?—Un par de días después, mi madre escucho que vino a reclamar a la mujer que había hecho suya a la fuerza. En ese instante supe la verdad.—¿Qué sentiste en ese momento?—Me sentí sucia, usada, maltratada y engañada. Quería morirme por haber permitido que mi padre abusara de mí.—No tuviste la culpa de nada Agnes, no sabias quien era Bruno Marchetti.—Lo sé, y cuando lo supe imagine los p