Llegue a la residencia a bañarme, de nuevo, y cambiarme de ropa para ir directamente a la oficina. Ni siquiera tenía ganas de desayunar, asi que solo bebi un vaso de jugo de arándanos que la ama de llaves muy amablemente me entrego antes de subir a la camioneta. Los empleados me saludaron en cuanto me vieron cruzar el umbral de las puertas de la compañía, enseguida leí el informe que recibi de mi secretaria.—Señor Marchetti tiene una junta con los directivos a las nueve de la mañana —dijo la chica.—En quince minutos.—Si señor —la señorita corría detrás de mí con varias carpetas entre sus brazos —. La señora Deniska llamo esta mañana para informar que no podría asistir a la reunión.—Excelente ¿algo más? —detuve el paso para mirar a la secretaria.—Es todo señor.—Mmh —encendí la portátil y comencé a enviar los correos que tenía pendientes del fin de semana. Confirme mi asistencia con el idiota de Ahmad, de nuevo requiere de mis servicios para trasportar su mercancía. Estos últimos
—Bastardo.—¿Te dolió? Ups, creo que si —soy muy cruel.—Ya lo vemos —con un leve empujón me alejo de su cuerpo para ponerse de pie.—Alejate de Agnes o de lo contrario sufrirás las consecuencias ¿queda claro Bruno? —le lance una mirada de odio y rencor.—Entendí muy bien la amenaza.—Que buen perro eres, nunca dude de tus capacidades —azoto la puerta al salir, la molestia que le provocaron mis palabras dudo mucho que pueda disiparse en unas horas —. Llama a la señorita Bianchi, necesito su presencia en mi oficina —le dije por el teléfono a la secretaria. A los pocos minutos escuche sus tacones impactarse en el pulido piso del pasillo.—Señor Marchetti —dijo con su sensual voz.—Ven —la tome ligeramente de la cintura y la lleve hasta el sanitario. Inmediatamente Julio cerro las persianas de la oficina y se colocó en la puerta para que nadie pudiera molestarnos.—¿Qué sucede? —levanto sus brazos y acuno mi rostro entre sus manos.—Me tienes muy duro mujer —bese con hambre sus labios —.
Toda la semana me mantuve inquieto, deseoso de sentir su cuerpo junto al mío. Por las noches no puedo conciliar el sueño, duermo por ratos y eso no me ayuda a descansar como necesito. Las ganas inmensas que tengo de hacer mía a Agnes no se han ido, creo que hasta se intensificaron más desde que se entregó a mí por primera vez, parece que mi instinto y mi subconsciente se han puesto de acuerdo ya que en ningún momento del día dejo de pensar en ella… en la bella sonrisa con la que refleja la felicidad de su alma.—Señor Marchetti, el licenciado esta esperándolo en la sala —dijo la ama de llaves al entrar al despacho.—Enseguida estoy con el —esta tarde después de salir de la oficina no pude invitara cenar a Agnes ya que por cuestiones de trabajo tuve que irme lo más rápido posible —. Licenciado —me acerque a él y estreche su mano con fuerza.—Un gusto verlo señor Marchetti.—¿Qué es lo que tiene para mí?—Los documentos de su divorcio —extendió el folder —. Por fin un juez pudo obligar
—Que lo disfrutes —después del placentero encuentro en donde la hice mía, tuvimos que sentarnos a desayunar. Es obvio que lo que menos quiero es comer, pero tengo que hacerlo solo por salud.—Huele bastante bien —no miento, el olor del desayuno era fabuloso. Mi saliva se hizo agua de solo imaginar el sabor.—Espero te guste.—Mmh—casi gimo del placer que me provoco masticar el primer pedazo de esa maravilla. Se que para muchos es un platillo demasiado sencillo, pero créanme cuando les digo que para mí es un manjar que pocas veces he probado. Además de que es un alimento hecho por la mujer que quiero a mi lado el resto de mi vida.—No exageres, no es para tanto.—Me encanto —la explosión de sabores era exquisito, entre dulce y salado.—Ok —suspiro —¿Qué haremos en todo el día?—¿Quieres ir de compras?—Pues… —se quedó pensativa.—Eso es un sí.—No dije eso.—Tus ojos lo dicen por ti —seguí comiendo —. Se que tienes una obsesión por las zapatillas y me gustaría tener un par de ellas de
Agnes.Desperté entre sus brazos y el olor de su piel es una fragancia tan deliciosa de la cual me he vuelto adicta. Rasguñe ligeramente su pecho, es increíble lo bien trabajado que tiene su cuerpo. Sus músculos son perfectos para la altura que posee. Me siento completa y muy segura cuando estoy a su lado. Me sorprendió mucho lo que hizo por mí al comprarme todo lo que quise, no dudo en extender la tarjeta para pagar los artículos que claramente ambos vamos a disfrutar. Como la noche de ayer, que al modelarle la lencería que el escogió para mí el acto termino en un encuentro en mi cama, aun puedo sentir la humedad de las sábanas. Drako es tan distinto a Flavio, en el encontré pasión y mucho sexo, es como una combinación perfecta entre cariño y deseo, además de que es muy pervertido, algo que me gusta mucho. En pocas palabras me hace sentir mujer.—Buen día —sonreí al besar sus labios.—Hola —enseguida dirigió su mano hasta mis glúteos, creo que de alguna manera me he acostumbrado a la
—Wow ¿A quién vas a ir a conquistar? —dijo Donato al verme. Debo reconocer que soy muy vanidosa y me encanta verme bien es por ello por lo que decidí colocarme una falda ajustada de color rojo con una abertura a un costado de la pierna, sensual y provocadora. En la parte de arriba una blusa de tirantes delgados en un tono negro. Las zapatillas obviamente las convine con la falda.—A nadie.—Aja, y yo me chupo el dedo —apago las luces de la cocina —. Estoy seguro de que el trabajo en la oficina me producirá un fuerte dolor de cabeza.—No te programes.—Eso quiero, pero ya es automático— conversamos en todo el camino. Algunas cosas eran sobre el trabajo y otras sobre tips de belleza.Llegamos al edificio al mismo tiempo en que las camionetas de CEO aparcaron en el cajón que le corresponde. Sentí su penetrarte mirada antes de que bajara del vehículo y cuando lo hizo sus lentes de sol me impidieron observar el gris tan intenso de su mirada. Paso a un lado mío sin ni siquiera dirigirme la
Fue extraño llegar a la oficina sin escoltas, tal parece que me acostumbre a estar rodeada de varios caballeros y ahora que estoy sola es un poco difícil aceptar que todo lo que un día hubo termino como debió de haber sido desde el principio. No fuimos hechos para amarnos como deseábamos hacerlo. Desconozco el estado actual de Drako, desde ayer no sé nada de él, ni llamada ni mensajes, pienso que todo lo que vivimos solo fue una locura de pasión ocasional en donde perdimos los estribos solo para entregarnos a lo que sentíamos en la entrepierna. Disfrute de la experiencia mientras duro, ya no se puede hacer nada mas que seguir en lo que estaba.—Señorita Agnes, la estaba buscando —dijo el señor Lombardi.—Dígame ¿en que puedo ayudarlo? —le entregue la credencial a la recepcionista.—Tengo un pequeño problema con las cantidades que ayer obtuve de todo lo que se ha gastado en el área que me corresponde —caminé junto al señor —. Me gustaría que las revises para que descartes todos los err
—¿Tienes hermanos? —dijo Alessandro.—No. Soy hija única y ¿tu?—Igual. Creo que nuestros padres se pusieron de acuerdo —ambos reímos —. Aunque, no se si te pase, pero mi mamá me acosa con eso del matrimonio y los bebés.—Estamos igual. Ellos piensan que ya se te paso el tren o algo asi, pero en realidad todo llega en su momento.—Estoy de acuerdo contigo, es mejor esperar antes de cometer una locura.—Si —levante mis cejas para darle la razón.—Eres muy hermosa Agnes. Pareces una muñequita de porcelana, lo digo con todo el respeto que te mereces —se apresuro a decir lo último.—Y a veces siento que eso no es suficiente.—No digas eso, cualquier hombre desearía tenerte entre sus brazos para hacerte muy feliz.—Lo trágico de todo esto es que soy la espanta hombres —bebi un poco de agua.—¿Por qué lo dices?—Todo me sale mal con los caballeros, parece que mi forma de ser no les agrada.—¿Eres toxica?—No —me reí por lo que dijo.—¿Entonces?—Ni yo se que es lo que sucede. Algunos dicen