Capitulo 58.

—Bastardo.

—¿Te dolió? Ups, creo que si —soy muy cruel.

—Ya lo vemos —con un leve empujón me alejo de su cuerpo para ponerse de pie.

—Alejate de Agnes o de lo contrario sufrirás las consecuencias ¿queda claro Bruno? —le lance una mirada de odio y rencor.

—Entendí muy bien la amenaza.

—Que buen perro eres, nunca dude de tus capacidades —azoto la puerta al salir, la molestia que le provocaron mis palabras dudo mucho que pueda disiparse en unas horas —. Llama a la señorita Bianchi, necesito su presencia en mi oficina —le dije por el teléfono a la secretaria. A los pocos minutos escuche sus tacones impactarse en el pulido piso del pasillo.

—Señor Marchetti —dijo con su sensual voz.

—Ven —la tome ligeramente de la cintura y la lleve hasta el sanitario. Inmediatamente Julio cerro las persianas de la oficina y se colocó en la puerta para que nadie pudiera molestarnos.

—¿Qué sucede? —levanto sus brazos y acuno mi rostro entre sus manos.

—Me tienes muy duro mujer —bese con hambre sus labios —.
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