Narrador omnipresente.Con más de cien hojas impresas, Agnes suspiro por el arduo trabajo que llevo a cabo en poco tiempo. Con todo temor se preparó para ir a la oficina y enfrentarse con su jefe, tiene el valor ético y moral de informarle al dueño lo que está sucediendo dentro de la empresa. Quizás el señor Marchetti entre en razón y haga lo que le compete retirando a su esposa de la mesa directiva ya que ella es la que ocasiono el problema. Lo que la bella señorita Bianchi desconoce es que el monstruo que intenta conquistarla es un ser vil y cruel que lo único que busca es el beneficio personal.—Buen día Agnes ¿Cómo estás? —dijo la secretaria del CEO.—Muy bien ¿está el señor Marchetti en su oficina? —dijo con temor.—Si. Dejame anunciarte.—Muchas gracias —el cuerpo entero se estremeció cuando escucho la voz de su jefe.—Puedes pasar, te está esperando —no pudo pronunciar palabra alguna, los nervios la estaban matando.—Adelante, señorita Bianchi —dijo Bruno —¿En qué puedo ayudart
Palermo, Sicilia.Drako.El amanecer sorprendo a mi mente cuando puse los pies en la tierra que me vio nacer. Viejos recuerdos que pensé que había olvidado me trasladaron a la residencia en la que fui feliz hasta que mi hogar fue destruido por una mujer de la vida galante.—Bienvenido señor Marchetti —el chofer abrió la puerta de la camioneta.—Al cementerio.—Como ordene.Compre el arreglo floral con las flores que tanto le gastaban a mi madre. Es justo y necesario que vaya a visitarla a su tumba. Han pasado muchos años y creo que este sería el mejor comienzo. El guardia del camposanto abrió las enormes rejas de metal. La camioneta se detuvo y le pedí al chofer que se mantuviera en su puesto, es obvio que quiero unos minutos a solas con la mujer que me trajo al mundo. Las ramas secas de los pasillos de piedra crujían con el peso de mis pulidos zapatos. A paso lento me acerque a la fría lapida en la que coloque las rosas blancas y amarillas.—Hola mamá —me mantuve de pie mirando las l
—El motivo de la reunión es para informarles que mi hijo, Drako Marchetti asumirá el puesto como CEO de la empresa, deberán dirigirse a él con propiedad —el viejo estaba muy nervioso > —. A partir de hoy podrán dirigirse a mi como COO. Eso es todo, ya pueden regresar a sus labores —los presentes estaban confundidos a pesar de que la noticia recorrió los pasillos de las oficinas mucho antes de que llegara al edificio.—Que los representantes de cada área se reúnan conmigo en la sala de juntas —le ordene a la secretaria.—Si señor —atendí un par de llamadas antes de que la señorita que corre de un lado a otro me informara que ya estaban esperándome. Mi presencia causo incomodidad entre las cinco personas más importantes de toda la empresa.—¿Qué papel representas aquí, Tabetha? —me quede de pie frente a la mesa.—Soy la responsable de las finanzas —dijo orgullosa.—No me hagas reír —sonreí de lado —. Tu nunca has pisado un jodido colegio en toda tu vida. No tienes nada q
Agnes.Ayer llegue tardísimo al trabajo, no pude estar presente cuando presentaron al nuevo CEO de la empresa, en verdad que tenía ganas de conocerlo, quizás sea diferente al señor Marchetti. Hable con mi madre solo para preguntarle sobre el hombre que asegura es un “pan de Dios” yo no creo que sea de esa manera, pero es mejor darle el veneficio de la duda. Mi mamá hablo maravillas del supuesto niño que vio crecer, aunque fue poco el tiempo que lo tuvo en sus brazos. Aseguro que su corazón es más grande que el de un santo > no se si creerle o pensar todo lo contrario.>—¡¿Ya viste al nuevo jefe?! —Donato entro a mi cubículo sin llamar a la puerta.—No.—Mujer te pierdes de mucho —tomo asiento en una silla.—¿Por qué?—Se cae de bueno el condenado —mordió sus labios con deseo.—Explicame, porque no te estoy entendiendo.—Te contare el chisme completo. Ayer que llego el jefe, yo estaba en la recepción, ya te imaginaras la escena. Con hombre
Cinco hombres armados descansaban en los cómodos sillones, fijaron la visita en mi cuando me vieron entrar a la lujosa cafetería, parecen asesinos de series de televisión.—Un café americano por favor —le dije a la chica que atiende detrás del mostrador.—Claro que si —acepto la tarjeta que le entregue para pagar —. En un momento estará lista tu orden.—Gracias — tome asiento frente a los caballeros que murmuraban por lo bajo. Sin importar lo que estuviera a mi alrededor incliné la cabeza y cubrí mi rostro con mis manos. Necesito pensar que es lo que voy a hacer con el enorme problema en el que me he metido y no hablo del nuevo ´puesto que el gruñón del CEO acaba de darme sino del asunto con el señor Marchetti.>—Aquí tiene —dijo la señorita al colocar la taza caliente sobre la mesa.—¿De casualidad tendrás un par de hielos y un popote?—Si. Enseguida te los traigo —la chica se movió con rapidez hasta donde se encontraban
—Buen día —dije al saludar a las secretarias.—El señor Marchetti programo una junta a las nueve de la mañana.—Gracias —abrí la puerta de mi cubículo. Al observar el desastre casi me da un infarto de solo pensar en que tenía que organizar de nuevo todos los documentos que ayer utilice para los informes.Apilé las carpetas y fui colocando las hojas dentro de los aros, estaba punto de terminar el primer tomo cuando un enmicado se resbalo y cayó al suelo. Al levantarlo la esquina de mi escritorio tenía un tornillo afuera de la estructura de metal y rasgo mi falda partiéndola desde mi muslo hasta llegar a la cresta iliaca.>No fue la mejor decisión que tuve en la mañana de colocarme una tanga delgada de color negro debajo de la falda. La prenda no es tan corta pero ahora que prácticamente se partió en dos se ve más provocadora de lo que era antes. Busqué en mi bolsa algo que me ayudara a cocer la tela, pero no encontré nada. Les pregunte a las secretarias si tenían hilo y
Algunas de las personas que se encontraban en el pasillo me miraron extrañamente, seguramente no comprendían la forma de la prenda que usaba, pero al menos no le prestaron tanta importancia. En mi cubículo llame a mi madre y le pedí que me enviara un pantalón de vestir color negro. Poco tiempo después el oficial de seguridad me entrego el paquete, enseguida fui al sanitario y me cambié de ropa. A partir de hoy voy a procurar traer en mi coche y en mi bolso una muda. Esto no puede volver a sucederme. Abrí la ventana de mi oficina al recibir el mensaje de texto de mi novio, dudé en leer la notificación de la aplicación.Flavio: hola, mi amor, quiero verte ¿Qué te parece si esta noche vienes a mi casa y cenamos juntos?Agnes: está bien amor, llegare a las siete.Flavio: perfecto. Cuidate mucho, besitos.Agnes: besos.>De nuevo en la sala de juntas los directivos de las áreas explicaron a detalle la estrategia que tenían en mente. Mi objet
Drako.El incidente con la hija de Carlotta me tiene mal… muy mal. La extravagante figura de su cuerpo es un manjar para este pobre servidor que está obsesionado con el placer y la belleza. Jamás imagine que mi nana pariera a una mujer tan exquisitamente bella como lo es Agnes Bianchi. Es obvio que detrás de las sensuales prendas con las que suele cubrir su desnudez se oculta una piel tersa y pálida. Lo descubrí en el instante en que le agradecí al destino por haberme permitido mirar tan perfecta obra de arte. Fue increíble la manera en la que sus mejillas se sonrojaron cuando su falda termino de romperse. Enloquecí con la diminuta tanga que portaba ese día. Estuve a punto de arrancarle la ropa interior para hacerla mía. Controle mis instintos porque sé que la pelinegra es una parte fundamental en la vida de la persona que me crio desde muy pequeño—Señor Marchetti, lo esperan en la sala de juntas —hasta el momento la secretaria ha desempeñado muy bien sus labores, no puedo quejarme d