Regrese a la habitación solo para ducharme y cambiarme de ropa. Es necesario que acuda a la empresa para resolver un problema de producción que se suscitó ayer por la noche. Agnes dormías plácidamente en la cama, me encanta verla tan indefensa y semidesnuda sobre los edredones. Anoche antes de que todo se fuera a la mierda logre hacerla mía, quizás sea la última ves que pueda disfrutar su cuerpo como lo he hecho todo este tiempo. Ajuste mi reloj antes de pasar los dedos sobre mi cabello húmedo.—Asi que fue por eso que estabas extraño conmigo ¿no es asi? —tal vez estoy enfermo, pero me enloquece verla enfadada.—Algo asi —pellizque el puente de mi nariz con algo de fuerza.—¿Estas celoso de lo que Edgar pueda hacer?—Ese imbécil no me llega ni a los talones —la mire con severidad.—Ambos son distintos, ayer te explique eso y parece que no lo entiendes.—Aja —me coloque el saco —. Te veo después.—¿Por qué no quieres seguir conversando?—Porque ayer te dije todo lo que tenias que saber
—No debe hacer eso, es de mala educación escuchar conversaciones ajenas —dijo Julio.—Callate y dejame escuchar —me recargue en uno de los muros.—No se que es lo que me esta pasando o mejor dicho lo que esta pasando con todo esto —dijo Agnes. Me imagino que debe tenerle mucha confianza a Dorien como para contarle aspectos privados.—Debes darle tiempo, no es nada fácil.—¿Tiempo? Ayer me dijo que Edgar estaba buscándome y hoy casi me manda por un tubo —esta molesta, de eso estoy seguro.—¿Qué fue lo que te dijo?>—Me dijo que… —se detuvo para aclarar su garganta antes de continuar —. Que puedo hacer lo que quiera, al final, no existe ningún bebé que pueda retenerme a su lado.—Cálmate, lo dijo por despecho o porque está molesto.—A veces me lastima con lo que dice. Primero me trata con dulzura y mucho amor, hasta paleamos tener un bebé y ahora... me manda al carajo —Julio giro el rostro para mirarme, el muy idiota quiere juzgarme por lo que está pasa
Regrese a la residencia con el corazón destrozado. Eso es lo que me pasa por permitir entrar a mi vida a una persona que no vale la pena. Guarde la armadura en el fondo de mi ser solo para poder experimentar aquello de lo que todos hablan cuando están enamorados, que tonto fui, lo único que logre fue que me lastimaran y que nuevamente encendieran a la bestia que llevo dentro.—Hijo ¿Qué te pasa? —Carlotta me persiguió por todo el pasillo.—Tú lo sabias ¿verdad? —me detuve solo para enfrentarla.—Saber ¿Qué? —estaba más confundida que yo.—Que Dorien Nikolaou es mi padre —sus ojos se abrieron de par en par.—Tu madre me pidió que guardara el secreto, yo…—la interrumpí.—No quiero verte. Largate de mi casa y de mi jodida vida ¿entendiste?—¿Qué está pasando? —dijo el profesor.—Tú también alejate de mí ¡quiero que ambos desaparezcan de mi vista!—¡¿Qué mosco te pico?!—¡¿Qué no entendiste, anciano?! —lo sujete del cuello e impacte su espalda contra el muro.—¡Suéltalo, Drako! ¡Lo vas a
Quince días después.Agnes.Lo que estoy sintiendo no es nada comparado con la mierda en la que me convertí. Desde que salí de la residencia de Drako vine directamente al pentahouse, Julio fue el que me escolto para que nadie pudiera hacerme daño. Ya van varios días en los que no puedo asimilar que todo haya terminado de esa forma cuando días atrás estábamos tan bien. No se a donde se fue mi madre, pero estoy segura de que el profesor Roberts la acompaña… me siento un poco tranquila al tener la certeza de eso. Le explique lo sucedido a Dorien, creo que él debe estar enterado de todo lo que esta pasando, bueno… no de todo, ya que no pude decirle que su hijo quiere asesinarme, no lo considero propio. También, con toda la vergüenza del mundo le pedí un par de días libres, accedió a mi petición con la condición de que hablara con él aunque fuera una vez al día. Antes de sumergirme en mi propia miseria me comunique con mi madre para informarle que me quedaría en mi casa un tiempo, necesito
A través de mi ventana vi pasar los días y las noches. Mi teléfono celular sonaba como loco y preferí apagarlo para no responder el llamado de mis seres queridos, seguramente deben estar preocupados por mí. Los malestares que me torturan al amanecer aumentaron distribuyéndose por la tarde y la noche, es seguro que algo le pasa a mi sistema. Debo acudir al hospital si quiero seguir viviendo.Me desperté muy temprano para ducharme y cambiarme de ropa. Desayune el respectivo jugo de arándanos antes de salir de mi casa. Cubrí mi cuerpo con un abrigo y sentí temor al dar los primeros pasos en la acera. Con discreción observe a mi alrededor, una camioneta completamente negra se puso en movimiento al copas de mis pies, me seguían de cerca. Con temor tome el primer taxi que encontré en la avenida y le pedí que me llevara al hospital mas cercano.>No me equivocaba al pensar que alguien estaba siguiéndome. Varios hombres armados se bajaron de la c
Subí al elevador con el corazón en un hilo. Me faltaba la respiración y no sabia lo que estaba sintiendo, tenía náuseas y ganas de vomitar. Pase de largo cuando la secretaria intento hablarme para saludarme, no le preste atención y continúe caminando como una demente. Al llegar a la oficina de Dorien abrí la puerta sin llamar.—Estoy embarazada y tu hijo quiere matarme —con el pulso acelerado no me importo hablar frente a diez caballeros que enseguida me miraron de pies a cabeza. Los ojos de Dorien se abrieron completamente al ponerse de pie.—Lárguense —dijo —¡Que se larguen!—Si señor —todos salieron de la oficina como cucarachas.—Dime por favor que lo que dijiste no es una broma —se acercó a mí.—Estoy esperando un bebito —me lance a sus brazos como una niña pequeña —. Drako ha dado la orden de que cualquiera puede matarme — comencé a llorar —. Me dijo que no quiere verme, estaba muy molesto… no se a dónde se fue. Cuando salí de mi casa varios hombres me siguieron hasta el hospita
—Que bueno que respondes —le dije.—¿Dónde está? —dijo molesto y con los ojos oscurecidos. Fue una cruel forma de hacer que callera en mi juego el decirle que Agnes desapareció.—No lo sé, solo quise informarte ya que varios hombres armados estuvieron en su penthouse.—Mmh — apretó la mandíbula.—Fue una bajeza lo que hiciste con ella, Drako.—Vete a la mierda —dijo.—Eres un cobarde que decidió ocultarse en cualquier rincón del mundo antes que enfrentar tus problemas.—No sabes lo que estás diciendo.—¿Cómo pudiste dar la orden para que asesinen a Agnes? ¡se supone que ella es el amor de tu vida!—¡Es solo una ramera que carrera a los brazos del primero que pase por su casa! —estrello sus puños en el escritorio.—No la trates asi.—Vaya —sonrió —. Creo que el siguiente en la lista serás tú. Ya me imagino que debe estar mamandote la verga para hacerte creer que te quiere.—¡Callate, hijo de… ¡—me detuve porque no voy a manchar el nombre de Alessia —. No sabes lo que estas diciendo yo
Moscú, rusia.Drako.Desperté con tres mujeres desnudas en mi cama, la noche de ayer fue un descontrol total. Derritieron mi piel con sus caricias, moldearon de nuevo a la bestia que llevo dentro. Borraron con besos húmedos las huellas que aún conservaba del amor que predique por mucho tiempo a una mujer de cabellos negros que ahora no puedo recordar su nombre o por lo menos eso puede decir para confundir a mi mente. Hable con la luna para que no se fuera y me alcanzara la oscuridad para fundirme entre estos cuerpos esqueléticos que me dieron placer por unos cuantos billetes. Me levanté de prisa por las intensas nauseas que sentí al percibir los olores que dejo en mi cuerpo un encuentro tan carnal. Al llegar al escusado devolví lo poco que tenía en el estómago.—Carajo —enjuague mi boca antes de meterme a la ducha. Cuando salí del sanitario las chicas aun dormían plácidamente, sin intenciones de despertarlas me retire de la habitación y pague la cuenta en la recepción.—Señor —como es