Regrese a la residencia con el corazón destrozado. Eso es lo que me pasa por permitir entrar a mi vida a una persona que no vale la pena. Guarde la armadura en el fondo de mi ser solo para poder experimentar aquello de lo que todos hablan cuando están enamorados, que tonto fui, lo único que logre fue que me lastimaran y que nuevamente encendieran a la bestia que llevo dentro.—Hijo ¿Qué te pasa? —Carlotta me persiguió por todo el pasillo.—Tú lo sabias ¿verdad? —me detuve solo para enfrentarla.—Saber ¿Qué? —estaba más confundida que yo.—Que Dorien Nikolaou es mi padre —sus ojos se abrieron de par en par.—Tu madre me pidió que guardara el secreto, yo…—la interrumpí.—No quiero verte. Largate de mi casa y de mi jodida vida ¿entendiste?—¿Qué está pasando? —dijo el profesor.—Tú también alejate de mí ¡quiero que ambos desaparezcan de mi vista!—¡¿Qué mosco te pico?!—¡¿Qué no entendiste, anciano?! —lo sujete del cuello e impacte su espalda contra el muro.—¡Suéltalo, Drako! ¡Lo vas a
Quince días después.Agnes.Lo que estoy sintiendo no es nada comparado con la mierda en la que me convertí. Desde que salí de la residencia de Drako vine directamente al pentahouse, Julio fue el que me escolto para que nadie pudiera hacerme daño. Ya van varios días en los que no puedo asimilar que todo haya terminado de esa forma cuando días atrás estábamos tan bien. No se a donde se fue mi madre, pero estoy segura de que el profesor Roberts la acompaña… me siento un poco tranquila al tener la certeza de eso. Le explique lo sucedido a Dorien, creo que él debe estar enterado de todo lo que esta pasando, bueno… no de todo, ya que no pude decirle que su hijo quiere asesinarme, no lo considero propio. También, con toda la vergüenza del mundo le pedí un par de días libres, accedió a mi petición con la condición de que hablara con él aunque fuera una vez al día. Antes de sumergirme en mi propia miseria me comunique con mi madre para informarle que me quedaría en mi casa un tiempo, necesito
A través de mi ventana vi pasar los días y las noches. Mi teléfono celular sonaba como loco y preferí apagarlo para no responder el llamado de mis seres queridos, seguramente deben estar preocupados por mí. Los malestares que me torturan al amanecer aumentaron distribuyéndose por la tarde y la noche, es seguro que algo le pasa a mi sistema. Debo acudir al hospital si quiero seguir viviendo.Me desperté muy temprano para ducharme y cambiarme de ropa. Desayune el respectivo jugo de arándanos antes de salir de mi casa. Cubrí mi cuerpo con un abrigo y sentí temor al dar los primeros pasos en la acera. Con discreción observe a mi alrededor, una camioneta completamente negra se puso en movimiento al copas de mis pies, me seguían de cerca. Con temor tome el primer taxi que encontré en la avenida y le pedí que me llevara al hospital mas cercano.>No me equivocaba al pensar que alguien estaba siguiéndome. Varios hombres armados se bajaron de la c
Subí al elevador con el corazón en un hilo. Me faltaba la respiración y no sabia lo que estaba sintiendo, tenía náuseas y ganas de vomitar. Pase de largo cuando la secretaria intento hablarme para saludarme, no le preste atención y continúe caminando como una demente. Al llegar a la oficina de Dorien abrí la puerta sin llamar.—Estoy embarazada y tu hijo quiere matarme —con el pulso acelerado no me importo hablar frente a diez caballeros que enseguida me miraron de pies a cabeza. Los ojos de Dorien se abrieron completamente al ponerse de pie.—Lárguense —dijo —¡Que se larguen!—Si señor —todos salieron de la oficina como cucarachas.—Dime por favor que lo que dijiste no es una broma —se acercó a mí.—Estoy esperando un bebito —me lance a sus brazos como una niña pequeña —. Drako ha dado la orden de que cualquiera puede matarme — comencé a llorar —. Me dijo que no quiere verme, estaba muy molesto… no se a dónde se fue. Cuando salí de mi casa varios hombres me siguieron hasta el hospita
—Que bueno que respondes —le dije.—¿Dónde está? —dijo molesto y con los ojos oscurecidos. Fue una cruel forma de hacer que callera en mi juego el decirle que Agnes desapareció.—No lo sé, solo quise informarte ya que varios hombres armados estuvieron en su penthouse.—Mmh — apretó la mandíbula.—Fue una bajeza lo que hiciste con ella, Drako.—Vete a la mierda —dijo.—Eres un cobarde que decidió ocultarse en cualquier rincón del mundo antes que enfrentar tus problemas.—No sabes lo que estás diciendo.—¿Cómo pudiste dar la orden para que asesinen a Agnes? ¡se supone que ella es el amor de tu vida!—¡Es solo una ramera que carrera a los brazos del primero que pase por su casa! —estrello sus puños en el escritorio.—No la trates asi.—Vaya —sonrió —. Creo que el siguiente en la lista serás tú. Ya me imagino que debe estar mamandote la verga para hacerte creer que te quiere.—¡Callate, hijo de… ¡—me detuve porque no voy a manchar el nombre de Alessia —. No sabes lo que estas diciendo yo
Moscú, rusia.Drako.Desperté con tres mujeres desnudas en mi cama, la noche de ayer fue un descontrol total. Derritieron mi piel con sus caricias, moldearon de nuevo a la bestia que llevo dentro. Borraron con besos húmedos las huellas que aún conservaba del amor que predique por mucho tiempo a una mujer de cabellos negros que ahora no puedo recordar su nombre o por lo menos eso puede decir para confundir a mi mente. Hable con la luna para que no se fuera y me alcanzara la oscuridad para fundirme entre estos cuerpos esqueléticos que me dieron placer por unos cuantos billetes. Me levanté de prisa por las intensas nauseas que sentí al percibir los olores que dejo en mi cuerpo un encuentro tan carnal. Al llegar al escusado devolví lo poco que tenía en el estómago.—Carajo —enjuague mi boca antes de meterme a la ducha. Cuando salí del sanitario las chicas aun dormían plácidamente, sin intenciones de despertarlas me retire de la habitación y pague la cuenta en la recepción.—Señor —como es
—¿Todo bien? —el uniformado que bajo de uno de los vehículos es el coronel del ejército ruso, lo conozco desde hace mucho tiempo, se podría decir que hemos compartido un poco de todo en este ambiente tan hostil que se vive entre la mafia y la justicia.—Si. Solo venía a joderme la vida.—¿Es por lo que sucedió en Afganistán? —pregunto sin mirarme.—Asi es.—¿Rescataste a la chica?—Por supuesto que si —sonreí de lado —. Nadie puede escaparse de mí.—Eso ya lo sé —se alejó de mi como si nada hubiera pasado.Regrese a lo que estaba haciendo. Asuntos de política no me interesan, está claro que nunca podre pisar la tierra de Afganistán, cosa que no estoy dispuesto a hacer. Antes de anochecer termine de acomodar el motor en su lugar, mañana a primera hora del día volare esta maravilla de jet. Al volver a la residencia en la que me estoy quedando, lo primero que hice fue ducharme y cambiarme de ropa para bajar a cenar. El silencio es un perfecto cómplice para relajar mi adolorida cabeza.P
Un par de días después.Agnes.Me levante super temprano para ducharme. Tengo una cita con la ginecóloga y el señor Dorien me acompañara ya que se muere de las ganas de conocer a su nieto. Es la primera vez que me siento apoyada por alguien que no es de mi familia. Aun no le he dicho nada a mi madre, espero que después pueda perdonarme. Apenas ayer cuando hable con ella por el móvil le explique en donde me estaba quedando y le pedí de favor que no le dijera nada a Drako. Al menos me prometió que guardaría el secreto con la condición de que por lo menos le llame dos veces a la semana. En ocasiones pienso que mi madre no me quiere tanto como a su “pequeño niño indefenso”.—¿Ya estas lista? —Dorien medio abrió la puerta de mi habitación para que pudiera escucharlo.—Si, solo esperame cinco minutos.—Ok, estaré en el comedor —seguí en lo que estaba. Me termine de maquillar y acomode mi cabello antes de tomar mi bolso. Baje los pequeños escalones del pasillo e inmediatamente Dorien corrió