Bruno
El comportamiento de Alexandra me asusta, salimos de la habitación dejándola sola ahí, escuchamos un grito al que no le prestamos atención, hasta que poco después escuchamos un segundo grito, el capitán trata de abrir la puerta, pero estaba cerrada por dentro, - Alexandra abre la puerta – le grito mientras goleó para que escuche, golpeó y la llamo varias veces.Nos desesperamos todos ahí afuera, el capitán maldecía por haberla dejado ahí sola – mierda con que a eso se acercó - ¿Qué pasa? – le pregunta Lourdes – saco mi cuchillo - ¿Cómo no te fijaste cuando lo hizo – le grito al hombre – no la sentí, no sé cómo pasó, cuesta sacarlo –Por mi cara caía un sudor frío, me estaba desesperando la espera, ella no salía y se escuchaban más gritos, tampoco sabíamos que estaban hablando, no se escucha nada a través de esas gruesas puertas.Después de unos minutos me rendí con la puerta – se abrió – anuncia Lourdes – Alexa…- la veo salir con una mirada frita y susLourdes “han pasado ya casi dos meses desde que el avión se estrelló con al menos 10 empleados de la multinacional Makris, aún no se encuentran todos los restos de los tripulantes, uno de ellos eran la secretaria de Alexandra Makris, Andrea Styl y el hijo menor del reconocido empresario Gabriel Búlgaris, Román Búlgaris” Hace dos meses -¿Qué aremos? – la pregunta de Harrison me da vueltas, no sé que hacer con ellos, Bruno nos dijo que hiciéramos lo posible por deshacernos de ellos dejando a la vista que nadie se puede meter con ellos, Andrés fue clara diciendo que si tuvieran otra oportunidad lo aria de nuevo. Esta mujer se escondió muy bien durante tanto tiempo, odiando no solo a Alexandra, si no que a toda la familia y a quien tuviera que ver con ellos. -los aremos desaparecer, somos buenos para eso – le digo a Harrison -yo estoy medio loco, pero esta chica ni alma tuvo, mira- una de las puñaladas en las piernas desgarro por completo el músculo de la pierna, estaba a simpl
Alexandra Llevo estos dos meses durmiendo sola, los gritos de Andrea me despiertan todas las noches que termino amaneciendo en el dormitorio de los niños, las noches son largas, si no fuera por el maquillaje se verían ojeras terribles. Mateo salió a las dos semanas de la clínica, debía hacer reposo para que no hubiera problema, volvió hace poco a trabajar, y para que no tuviera carga trabaja solo medio día en su oficina en la sala de ventas. No soy capaz de mirar a la cara a Bruno, después de lo que hice no me siento yo misma, perdí una parte de mi ese día, recupere a mis hijos y a Mateo, pero perdí parte de mi alma. -señora ya le reserve el avión para que los lleve a su isla – Mía me saca de mis pensamientos – le hablaré al señor Bruno para que se haga cargo está semana de lo que sea necesario – solo si tú vienes Mía – la interrumpo antes que siga hablando, a echo mucho por mi estos meses, se merece descansar también, sobre todo si a soportado mi genio estos días - ¿Señora pe
Mía Nunca me atreví a buscar de nuevo a Alexandra, la veía siempre que tenía una reunión con Lourdes, las que fueron más recurrentes desde que le llegaron las amenazas, vi todo lo que pasó aquel día, sus ojos perdidos, su alejamiento con Bruno y Mateo. Estaba tan cerca y a la vez tan lejos, yo era la que menos derecho tenía de sentirme así, de extrañarla, de quererla, era injusto para mí, para mi novia que pasó semanas tratando de arreglar nuestra relación, cada día que estaba con ella pensaba en Alexandra. Desde que comencé a trabajar como su secretaria, por petición de Lourdes, me aleje más de mi novia, no por qué ser su secretaria demandará mucho, era casi el mismo trabajo que con Lourdes, si no por qué estando más cerca de Alexandra todo cambiaba, a pesar de sus cambios de humor, de que era más fría, no solo conmigo, en estos dos meses muchos se alejaron de su lado sin saber por qué se comportaba así, las únicas que quedamos cerca de ella fuimos Lourdes y yo, y
Sus manos recorren mi cuerpo, no puedo evitar hacer lo mismo, de la nada quedo sin la blusa y mi brasier – Nicol – su lengua aprieta mi pezón – Nicol basta – la alejo de mi, tratando de recuperar el control – cuando me pediste elegir no solo elegí mi trabajo Nicol, también elegí estar sola, no quiero lastimarte – el típico “no eres tu, soy yo” ¿Verdad? – si lo quieres así, te quiero pero ya no te amo, y no quiero que me mal entiendas, no estoy con nadie, solo quiero tiempo para mí – le dije mientras trataba de ponerme algo de ropa, no dijo nada – necesito tu llave – sus mejillas estaban empapadas en lágrimas, me tira las llaves dándome un golpe en el pecho y sale dando un portazo. No la quiero dejar entremedio de algo que se que no pasará, no sería justo para ella que estemos juntas mientras yo pienso en otra, otra que tengo todos los días conmigo, otra con la que are un viaje que no es precisamente de negocios, otra con la que ya la engañé una vez. Me baño y arreglo par
Alexandra Al poco tiempo del despegue nos quedamos todos dormidos, por primera vez no soñé con ese día, en mis sueños estaban Bruno y Mateo, recordando la primera vez que estuve con los dos juntos, en un lugar muy parecido a dónde vamos ahora. En un parpadeo llegamos a la isla, la azafata que está con nosotros nos despierta para avisarnos que habíamos llegado, no me di cuenta en qué momento aterrizamos o si el piloto habló, creo haber sido la última en despertar, los gemelos siguen durmiendo, lo que quiere decir que no despertarán en toda la noche. Aún dudo de como actuar con ellos, mi pecho está apretado, un nudo en la garganta cada vez que los veo – ve, habla con ellos, los necesitas tanto como ellos a ti – me dice Mía mientras terminamos de bajas las - tengo miedo – ellos no, solo ve – aún no entiendo cómo Mía fue capaz de aguantar estos meses, fui completamente una idiota con ella, con todos. Acosté a los niños en sus camas, debe ser por lo menos
Por primera vez en meses me sentía viva, volvía en mi con cada movimiento, con cada jadeo sobre Bruno, con cada centímetro recorrido por sus manos en mi cuerpo. Le pido a Mateo que se acerque para ayudarlo a que su erección vuelva, no tuve que hacer mucho, un par de movimientos y estaba completamente duro. Al mismo tiempo Bruno aumenta los movimientos saliendo bruscamente de mi, afirmándose con su mano, controlando su respiración en mi boca. Mateo me mira con una sonrisa curvada en sus labios, de que es lo que quiere – va a ser una noche muy larga – me dice Mateo tomándome en sus brazos – nos debes muchas – dice Bruno mientras camina al baño. Mateo se sienta dejándome de espalda a el, sentándome sobre él, una mano me afirma de mis pechos apretándolos, mientras la otra juega con mi clítoris, subiendo y bajando, su boca y lengua recorren mi cuello, la adrenalina en mi cuerpo me recorre por completo, mi cuerpo se siente bien, mis caderas se mueven al compás de las manos de
Mía Busque la habitación más alejada de la de ellos, lo más probable es que tengan una intensa noche, me coloco los audífonos en caso de que eso no sea suficientemente lejos, no hay señal de teléfono ni internet en la isla, por lo que me puse a ordenar mis cosas en una pequeña cajonera, nos son muchas puesto estaremos solo una semana aquí, el lugar es mucho más lindo de lo que imaginaba, y eso que es de noche, el cielo esta completamente iluminado por las estrellas y la luna, no hay rastros de contaminación, el aire es salado pero aún así me gusta, despeja mi mente. Terminando de ordenar mis cosas por instinto tomo mi teléfono, habían por lo menos unos veinte mensajes de Nicol “no te quiero perder” “sabes que te amo” “no quiero a nadie más conmigo” “dime si estás con alguien” “respóndeme” “ dime algo” Todos así, el más preocupante “lo que me pase será tu culpa” me quiere culpar por haberla dejado, cuando le dije que ya no es como antes, que quería que fuera realme
Alexandra me abraza por la espalda, no la sentí entrar al agua, envuelve sus piernas y brazos en mi cintura y me muerde el lóbulo de la oreja - ¿Qué haces? – te vi y quise acompañar – su lengua rosa mi mandíbula, si no estuviéramos en el agua diría que es ella la que me tiene mojada - ¿Bruno y Mateo? – preparan el desayuno – trato de girarme – no lo hagas, estoy desnuda- no sería primera vez que te veo así – si, pero tu aún traes… algo – baja sus piernas mientras su mano baja por mi abdomen hacia el contorno de mi traje de baño, metiéndose suavemente apretando mi clítoris, masajeando y acariciando mis pliegues – espera nos vamos a hundir - ¿Seguimos adentro? – su mano no deja de moverse, estoy tan excitada que no me atrevo a detenerla de nuevo – si no te gusta me detengo – no – afirmó su mano sin dejarla sacarla. Amo esa sensación, sus manos recorriendo mi cuerpo excitándolo haciéndolo llegar a su límite, su boca probando lo que está a su paso, toma mi barbilla girándome a ell