— No te menosprecies, Carmen, eres una buena chica, amable y hermosa, te mereces a un hombre que te valore, que sea capaz de luchar por ti y que te respete, que te dé tu lugar… — Soltó Marcus y con pena, Carmen volteó la vista inmediatamente hacia un ventanal de la habitación, sintiendo ese doloroso pinchazo, pues ella sabía perfectamente que Marcus lo decía por Bastián. — Si tú me lo permites, Carmen, yo soy capaz de darte eso… — La otra mano de Marcus cubrió la pequeña mano que sostenía de Carmen, envolviéndola entre sus dos grandes y fuertes manos. — ¿Qué? — Carmen los observó confundida, sintiendo como los latidos de su corazón iban acelerándose y perdiendo su ritmo normal. — Si te soy honesto, tú… — Marcus bajó la mirada, apenas era visible un pequeño rubor en sus blancas mejillas, ¿él se estaba sonrojando? — Carmen, tú siempre me pareciste una chica muy linda, desde un principio, tú fuiste la primera en mirarme y tratarme como alguien de la familia cuando llegué con los Hidal
Fue en ese instante, cuando Marcus levantó el rostro, al principio él se vio sorprendido, pero luego de una inhalación muy profunda y de ver las silenciosas lágrimas que Carmen había derramado, Marcus pareció darse cuenta de lo que estaba haciendo y de inmediato, se separó de ella, tirando el cuerpo hacia atrás.—Carmen, yo… Lo lamento mucho… — Se levantó de la cama algo alterado. — Lo siento, de verdad, no me di cuenta, yo pensé que tú…Marcus parecía verdaderamente afectado y apenado, él no podía ni verla a la cara y se dio media vuelta para salir de la habitación de inmediato, cuando Carmen lo llamó, sintiéndose algo mal por él, después de todo, Marcus la había estado ayudando las últimas horas, así que con convicción, Carmen se sentó en la cama.—Marcus, espera… — Voceo Carmen y Marcus se detuvo en el umbral de la puerta. — Es que… Es que creo que yo también tuve algo de culpa… Yo te correspondí el beso y al principio todo iba bien, pero luego… — Ella se abrazó a sí misma, si
Carmen bajó la vista con vergüenza y tomó los cubiertos tal como lo hizo Marcus, retomando la cena, recordando todo lo que Marcus le había comprado ese día en que él salió y la dejó sola, para que luego Bastián llegara con la intención de llevársela y luego Marcus los encontró discutiendo. En ese momento Carmen no lo sabía, pero Marcus se había ido para comprarle lo que para ella era una tienda completa, ropa, accesorios, bolsos, zapatos, maquillaje, artículos personales. Todo lo estaba descargando un empleado de Marcus cuando este se adelantó y subió solo al apartamento, en busca de Carmen, pero luego de todo lo ocurrido esa noche, fue al día siguiente en que Marcus pudo entregarle los excesivos regalos a Carmen. — Tienes que usarla, Carmen, ya no eres una empleada, ¿recuerdas?, además… Si luego quieres trabajar en una empresa, debes empezar a lucir como una ejecutiva y este es el primer paso… — Explicó Marcus con un tono lleno de amabilidad, Carmen asintió, sonriéndole, ese hom
Fueron largas e interminables horas de saludos y presentaciones, en las que la mayoría de los presentes preguntaban por la procedencia de Carmen.Todos hacían la misma pregunta, ¿de qué importante familia provenía?, y el mismo Marcus fue quien se encargó de responder a todos por igual, mientras que Carmen solo asentía e intentaba sonreír.Claro, aunque muchos de los invitados presentes en la fiesta, ya habían visto a Carmen antes, en la fiesta de compromiso de Bastián, ninguno la recordaba, ¿quién podría estar al pendiente de una simple sirvienta?, sin embargo, muchos sí afirmaba que la joven les parecía algo familiar.—Oh, claro, por supuesto, mi hermosa prometida proviene de una importante familia… — Soltaba Marcus y en cierta manera él no mentía, pues de alguna forma Carmen provenía de los mismos Hidalgo, aunque evidentemente ella no llevaba su misma sangre. — Es un pequeño secreto, pero más adelante se sabrá quienes son su familia…Mientras tanto, Carmen se sostenía del brazo
Carmen se tomó su tiempo, usó el baño, le lavó y refrescó un poco, se detuvo frente al espejo intentando calmarse, era demasiado extraño, estar en su propia fiesta de compromiso con un muy antiguo amigo, simulando ser quien no era e intentando mortificar al hombre que siempre quiso.Y ahora, ella había descubierto que Bastián se casaría en tan solo en tres meses, ¿por qué tan pronto?, ¿por qué…?Carmen sintió el repentino deseo de abofetearse a sí misma, la verdadera pregunta que tenía que hacerse era, ¿por qué seguirse mortificando pensando en eso?, ¿acaso ella no había decidido dejarlo atrás?, debía olvidarlo.Una vez más, Carmen inspiró profundo intentando llenarse de valor y salió a enfrentarse de nuevo a toda esa gente desconocida junto a su prometido, sin embargo, ella no encontró a Marcus entre los invitados.El pent-house era grande, aunque no tanto como la mansión de Bastián, por lo que se suponía que debía ser fácil para Carmen encontrar a Marcus y luego de un buen rato
Bastián se quedó en silencio por un instante, viéndola directamente con los ojos entrecerrados y la mandíbula apretada, él parecía querer mostrar su habitual máscara de frialdad, como si no le hubieran afectado las palabras de Carmen, pero ella podía ver su disgusto y el dolor.Al parecer todo lo que Carmen dijo, parecía haber dado justo en el clavo.—Hemos convivido juntos desde jóvenes, crecimos juntos, Carmen, he hecho todo lo que he podido por ti y… ¿Ni siquiera un voto de confianza me puedes dar?, ¿así es como me quieres pagar? — Mascullo Bastián luego de haberse tomado su momento.—¿Cómo te quiero pagar qué cosa…? — Preguntó Carmen, elevando una ceja con incredulidad.—Cuidé de ti todos estos años…—¿Me cuidaste?, ¿así lo recuerdas tú?, por qué yo lo recuerdo muy diferente, Bastián… De cuando éramos jóvenes, recuerdo un dedo acusador y una mirada llena de odio cuando tú y tu madre dijeron que yo era la culpable de la muerte del señor Hidalgo, solo porque no supe qué hac
Carmen tuvo el presentimiento de que lo mejor, por el momento, era no comentarle nada a Marcus sobre la discusión que ella escuchó en la biblioteca con los padres de él y mucho menos, sobre lo que sucedió con Bastián. — Bien, es hora de hacer el anuncio de nuestro compromiso… — Marcus tomó la mano de Carmen y la colocó nuevamente sobre su brazo, para que ella se sostuviera de él, como ya lo habían hecho antes, y Carmen sintió como se le sobresaltó el corazón al escuchar que ya había llegado el gran momento. Y en una pequeña tarima improvisada en la sala principal del pent-house, frente a todos los invitados, Marcus se arrodilló frente a Carmen, sacando del bolsillo de su chaqueta un hermoso anillo de compromiso con una grandiosa piedra. Con una joya un poco más impresionante que la que Bastián le entregó a Laura en su compromiso y con mucha delicadeza, Marcus deslizo la costosa y exclusiva sortija por el delgado dedo de Carmen. — Este anillo es mi promesa de un próximo matrimon
Y por un rato más la fiesta continuó, hasta que los invitados comenzaron a abordar a los prometidos para despedirse, incluyendo a la familia Hidalgo, quien antes de irse, pasaron a felicitar una vez más a la pareja.Pues debían mantener las apariencias frente a todos, excepto por Bastián, quien fue el primero en salir sin decir nada, ni despedirse.Mercedes, su madre, simuló una sonrisa, pero Carmen pudo reconocer en su expresión esa mirada de odio que la señora ya le había dirigido muchas veces antes, algo habitual.Más atrás, Carolina Hidalgo solo tomó la punta de la mano de Carmen con apatía, simulando un apretón, mientras que Nicolás, el padre de Marcus, intentó ser algo más amable, dándole un corto y sencillo medio abrazo a Carmen, algo distante.La última en salir, fue Laura, quien sorprendió a Carmen con un fuerte y apretado abrazo que duró lo suficiente como para que se sintiera asfixiada y al soltarla, dejar a Carmen casi sin aliento.—¿Pasó algo?, ¿te sientes bien? — P