—Si, como tal, el apellido Beltrán desapareció, se extinguió con la muerte de los últimos cabecillas y con respecto a la herencia, pues está retenida mientras los familiares lejanos siguen en peleas legales por saber quién se queda con la fortuna… — Marcus se encogió de hombros como si nada, mientras hablaba al tiempo que se paseaba por el salón.—Pero tú… Acabas de decirme que tú y tu padre… Que ustedes eran familiares lejanos de los Beltrán, ¿eso quiere decir que…? — Murmuró Carmen pensativa.—¡Exacto, diste en el blanco, Carmen! — Marcus sonrió, levantando la copa. — Mi padre es uno de esos familiares que también está peleando por esa gigantesca herencia, todos la quieren… ¿O por qué crees que Carolina Hidalgo se casó con mi papá?—¿Qué? — Carmen arrugó el entrecejo, confundida.—Piénsalo, un hombre viudo, con un hijo algo crecidito, no debía ser un gran candidato para una mujer adinerada, joven, hermosa y soltera, como la gran Carolina Hidalgo. — Marcus le guiñó el ojo a
No era sencillo olvidar a Bastián, el hombre que Carmen amó desde niña, con quien convivió casi toda su vida y con quien ella mantuvo una relación íntima por años.Un hombre que aunque cometió muchos errores y en algunos momentos fue muy cruel con Carmen, también en otras ocasiones, fue muy dulce y amable con ella.Pues en diferentes momentos de su vida, Bastián le enseñó a Carmen y solo a Carmen, un lado tierno que nadie más conocía del hombre frío y orgulloso que todos veían en el exterior.Y eso hacía sentir a Carmen especial.Quizás por eso ella todavía no podía olvidarlo, pero Carmen estaba segura de que solo necesitaba tiempo y todas sus heridas sanarían, Marcus tenía que entenderlo, pues solo había pasado algunos días desde que empezaron esta inesperada relación.Carmen daba vueltas en su cama pensando en todo esto, luego de Marcus se despidiera para dormir, él simulaba estar bien, pero se notaba que en el fondo Marcus estaba incómodo por el rechazo de Carmen, y eso tambié
Aunque su pudor le gritaba a Carmen que detuviera la mano que bajaba, por supervivencia y por instinto, ella sostuvo la mano que apretaba su cuello, evitando que la ahorcara más.—¿Qué no sabes de qué hablo?, no tienes que avergonzarte o simular, Carmen, ya otras en tu lugar han pasado por lo mismo y tú… — Fue declarando Elías.Mientras que Carmen de inmediato pensó en Pamela, la otra asistente, ¿otras han pasado por lo mismo?, ¿qué clase de hombre era este?—Mírate, tú no eres nadie… Eres una simple huérfana, sin papeles, ni procedencia, con estudios medios y sin experiencia alguna, y aquí estás, en mi empresa… Lograste conseguir un buen empleo, uno sin muchas responsabilidades y con un sueldo estúpidamente alto, solo porque Marcus se lo inventó…—¡¿Qué?! — Carmen se detuvo impactada, este trabajo, este puesto, ¿Marcus lo inventó?, ¿por qué él haría algo como eso?—Así es, entonces, ya ambos sabemos lo que quiero decir… No sé qué tan bien te los coj€s o si es que tienes oro
Bastián no la veía con rabia o decepción, mucho menos parecía juzgarla, ¿cómo podría? Ella no era la culpable y él lo sabía.Cuando por fin Carmen se atrevió a levantar la mirada hacia él, ella vio por primera vez, en los ojos de Bastián, una expresión que parecía ser compasión.¿El CEO multimillonario frío y orgulloso podía sentir algo así?—Gracias, Bastián… Muchas gracias, yo no sé qué hubiera sido si… — Carmen terminó de quebrarse, todavía nerviosa y reventando en llanto, ella abrazó a Bastián.En ese momento, él se convirtió su refugio seguro, su salvador.Bastián se impresionó por el abrazo de Carmen, la fuerza con la que ella se aferraba a él, temblando, mientras lloraba, él se quedó estático por un instante.Pues después de todos los rechazos por parte de Carmen desde que ella se marchó, Bastián no se esperaba ese abrazo, pero la comprendió, por lo que no dijo nada, no fue necesario.Él solo la recibió con los brazos abiertos, apretándola contra su pecho el tiempo sufi
«¿Qué dijo Bastián?, ¿qué podía haber muchas personas mal intencionadas a mi alrededor?, ¿de quiénes habla?, ¿qué es lo que Bastián quería decir?»«¿Acaso Bastián ya sabía qué clase de persona era Elías?, ¿pero cómo es que Marcus, siendo amigos de Elías, no lo sabía?»La mente de Carmen empezó a trabajar a toda velocidad sacando diferentes conclusiones.«O quizás Bastián solo lo decía en general, podía ser que él hablaba de la maldad de las personas en general y puede ser que yo simplemente esté siendo paranoica»«Un momento… Elías había dicho que Bastián quería comprar su empresa, entonces… ¿Bastián había llegado para cerrar el negocio y se encontró con esto, o él ya sabía, ya conocía de las intenciones de Elías?, ¿y cómo es que…?»Había tantas preguntas por hacer, pero solo había una que englobaba lo que Carmen quería decir.—Espera un minuto… Bastián… Todo este tiempo, tú… ¿Tú me has estado siguiendo? — Soltó Carmen con convicción.—Te dije que nunca te dejaría… — Contestó
Llegaron a un lujoso restaurante, y de lejos, al ser guiada a su mesa por un camarero, Carmen pudo ver una mueca de molestia en la expresión de Marcus, quizás por qué él llevaba mucho tiempo esperándola, pero eso debía ser normal, supuso ella al pensar en cuanto se demoró.Al acercarse a la mesa y cuando Marcus la notó, de inmediato él cambió su semblante por una cálida y deslumbrante sonrisa, al tiempo que se levantaba de su lugar para recibirla de manera caballerosa.—Carmen, cariño… Ya empezaba a preocuparme… — Marcus la besó tiernamente en la mejilla y movió la silla para ella.—Lo siento, no pensé que demoraría tanto… — Carmen se sentó, simulando una sonrisa.Ella todavía se sentía confundida con todo lo que había sucedido hace poco en la oficina, ¿quizás vio mal la expresión de Marcus al llegar y ahora estaba siendo paranoica con su prometido?Un pequeño dolor de cabeza comenzó a molestar a Carmen y mientras avanzaba la noche, durante la conversación que se desarrollaba e
Carmen empezó a detallar cada persona y auto cercano, buscándolo, cuando sintió una fuerte mano en su espalda que la empujaba.Entre el mareo y los tacones, ella no pudo sostenerse y trastabilló hacia la calle.Mientras su cuerpo se bamboleaba, Carmen pudo ver de refilón al hombre que había visto hacía tan solo un momento, ese que vestía un oscuro y elegante traje, estaba corriendo, alejándose a toda velocidad.Ese mismo hombre desconocido, uno de los hombres de Bastián, fue quien la había empujado hacia la calle.Y lo siguiente que vio Carmen, fue la fuerte luz de los faros de un carro, que se acercaba a toda velocidad, encandilándola.—¡Carmen! — Ella escuchó de fondo la voz de Marcus, llamándola a todo pulmón.Pero no tuvo tiempo para nada más, Carmen solo cerró los ojos esperando el inminente golpe del auto.Sin embargo, tan rápido como sintió el empujón y antes de sentir el golpe del auto que la derribaría, Carmen sintió como fue tomada por la muñeca con fuerza, siendo ja
Carmen exhaló, repentinamente nerviosa, al recordar la advertencia del señor Nicolás.—Quizás… Quizás no debería decírtelo, porque… Pero creo… —Balbuceo Marcus, dándole vueltas al asunto y poniendo más nerviosa a Carmen.—Marcus, por favor, habla… — Pidió Carmen llena de ansiedad.—Pienso que ese hombre, el que te empujó, fue enviado por Bastián… — Soltó Marcus al mismo tiempo que arrugaba el entrecejo.—¡¿Qué?! — Voceo Carmen atónita.—Lo siento mucho, Carmen, no debí… — Marcus se levantó de la silla, gruñendo al tiempo que se mesaba los cabellos, con una expresión contrariada, mientras que Carmen lo seguía con la mirada, confundida. — No debí decirte eso, no así, tan repentinamente, sobre todo sabiendo lo que sientes por Bastián, pero…—No, es imposible… — Susurró Carmen arrugando el entrecejo.Ella apretó los puños en su regazo y se mordió la lengua con fuerza, intentando contenerse de gritarle a los cuatro vientos la conversación que había escuchado entre Marcus y Nic