Aunque su pudor le gritaba a Carmen que detuviera la mano que bajaba, por supervivencia y por instinto, ella sostuvo la mano que apretaba su cuello, evitando que la ahorcara más.—¿Qué no sabes de qué hablo?, no tienes que avergonzarte o simular, Carmen, ya otras en tu lugar han pasado por lo mismo y tú… — Fue declarando Elías.Mientras que Carmen de inmediato pensó en Pamela, la otra asistente, ¿otras han pasado por lo mismo?, ¿qué clase de hombre era este?—Mírate, tú no eres nadie… Eres una simple huérfana, sin papeles, ni procedencia, con estudios medios y sin experiencia alguna, y aquí estás, en mi empresa… Lograste conseguir un buen empleo, uno sin muchas responsabilidades y con un sueldo estúpidamente alto, solo porque Marcus se lo inventó…—¡¿Qué?! — Carmen se detuvo impactada, este trabajo, este puesto, ¿Marcus lo inventó?, ¿por qué él haría algo como eso?—Así es, entonces, ya ambos sabemos lo que quiero decir… No sé qué tan bien te los coj€s o si es que tienes oro
Bastián no la veía con rabia o decepción, mucho menos parecía juzgarla, ¿cómo podría? Ella no era la culpable y él lo sabía.Cuando por fin Carmen se atrevió a levantar la mirada hacia él, ella vio por primera vez, en los ojos de Bastián, una expresión que parecía ser compasión.¿El CEO multimillonario frío y orgulloso podía sentir algo así?—Gracias, Bastián… Muchas gracias, yo no sé qué hubiera sido si… — Carmen terminó de quebrarse, todavía nerviosa y reventando en llanto, ella abrazó a Bastián.En ese momento, él se convirtió su refugio seguro, su salvador.Bastián se impresionó por el abrazo de Carmen, la fuerza con la que ella se aferraba a él, temblando, mientras lloraba, él se quedó estático por un instante.Pues después de todos los rechazos por parte de Carmen desde que ella se marchó, Bastián no se esperaba ese abrazo, pero la comprendió, por lo que no dijo nada, no fue necesario.Él solo la recibió con los brazos abiertos, apretándola contra su pecho el tiempo sufi
«¿Qué dijo Bastián?, ¿qué podía haber muchas personas mal intencionadas a mi alrededor?, ¿de quiénes habla?, ¿qué es lo que Bastián quería decir?»«¿Acaso Bastián ya sabía qué clase de persona era Elías?, ¿pero cómo es que Marcus, siendo amigos de Elías, no lo sabía?»La mente de Carmen empezó a trabajar a toda velocidad sacando diferentes conclusiones.«O quizás Bastián solo lo decía en general, podía ser que él hablaba de la maldad de las personas en general y puede ser que yo simplemente esté siendo paranoica»«Un momento… Elías había dicho que Bastián quería comprar su empresa, entonces… ¿Bastián había llegado para cerrar el negocio y se encontró con esto, o él ya sabía, ya conocía de las intenciones de Elías?, ¿y cómo es que…?»Había tantas preguntas por hacer, pero solo había una que englobaba lo que Carmen quería decir.—Espera un minuto… Bastián… Todo este tiempo, tú… ¿Tú me has estado siguiendo? — Soltó Carmen con convicción.—Te dije que nunca te dejaría… — Contestó
Llegaron a un lujoso restaurante, y de lejos, al ser guiada a su mesa por un camarero, Carmen pudo ver una mueca de molestia en la expresión de Marcus, quizás por qué él llevaba mucho tiempo esperándola, pero eso debía ser normal, supuso ella al pensar en cuanto se demoró.Al acercarse a la mesa y cuando Marcus la notó, de inmediato él cambió su semblante por una cálida y deslumbrante sonrisa, al tiempo que se levantaba de su lugar para recibirla de manera caballerosa.—Carmen, cariño… Ya empezaba a preocuparme… — Marcus la besó tiernamente en la mejilla y movió la silla para ella.—Lo siento, no pensé que demoraría tanto… — Carmen se sentó, simulando una sonrisa.Ella todavía se sentía confundida con todo lo que había sucedido hace poco en la oficina, ¿quizás vio mal la expresión de Marcus al llegar y ahora estaba siendo paranoica con su prometido?Un pequeño dolor de cabeza comenzó a molestar a Carmen y mientras avanzaba la noche, durante la conversación que se desarrollaba e
Carmen empezó a detallar cada persona y auto cercano, buscándolo, cuando sintió una fuerte mano en su espalda que la empujaba.Entre el mareo y los tacones, ella no pudo sostenerse y trastabilló hacia la calle.Mientras su cuerpo se bamboleaba, Carmen pudo ver de refilón al hombre que había visto hacía tan solo un momento, ese que vestía un oscuro y elegante traje, estaba corriendo, alejándose a toda velocidad.Ese mismo hombre desconocido, uno de los hombres de Bastián, fue quien la había empujado hacia la calle.Y lo siguiente que vio Carmen, fue la fuerte luz de los faros de un carro, que se acercaba a toda velocidad, encandilándola.—¡Carmen! — Ella escuchó de fondo la voz de Marcus, llamándola a todo pulmón.Pero no tuvo tiempo para nada más, Carmen solo cerró los ojos esperando el inminente golpe del auto.Sin embargo, tan rápido como sintió el empujón y antes de sentir el golpe del auto que la derribaría, Carmen sintió como fue tomada por la muñeca con fuerza, siendo ja
Carmen exhaló, repentinamente nerviosa, al recordar la advertencia del señor Nicolás.—Quizás… Quizás no debería decírtelo, porque… Pero creo… —Balbuceo Marcus, dándole vueltas al asunto y poniendo más nerviosa a Carmen.—Marcus, por favor, habla… — Pidió Carmen llena de ansiedad.—Pienso que ese hombre, el que te empujó, fue enviado por Bastián… — Soltó Marcus al mismo tiempo que arrugaba el entrecejo.—¡¿Qué?! — Voceo Carmen atónita.—Lo siento mucho, Carmen, no debí… — Marcus se levantó de la silla, gruñendo al tiempo que se mesaba los cabellos, con una expresión contrariada, mientras que Carmen lo seguía con la mirada, confundida. — No debí decirte eso, no así, tan repentinamente, sobre todo sabiendo lo que sientes por Bastián, pero…—No, es imposible… — Susurró Carmen arrugando el entrecejo.Ella apretó los puños en su regazo y se mordió la lengua con fuerza, intentando contenerse de gritarle a los cuatro vientos la conversación que había escuchado entre Marcus y Nic
Todo era tan confuso para ella, que parecía un sueño, ¿quizás seguía inconsciente y no se había dado cuenta? No, la calidez del tacto de Marcus era muy real y la hacía sentir de una forma muy diferente, como no lo había sentido antes.¿Pero Bastián? El pecho de Carmen dio un sobresalto al recordarlo, provocándole un fuerte dolor, ¿Bastián un mafioso que quería acabar con ella por dejarlo? Eso no podía ser cierto, ¿de qué clase de hombre se había enamorado Carmen?Todo esto, más que un sueño, parecía ser una pesadilla, una increíble y horrible pesadilla.—Marcus, yo… No sé que decirte… Todo esto me tiene muy confundida, aún no creo… — Carmen tragó grueso, notando como Marcus arrugaba el entrecejo ante sus palabras, por lo que decidió rectificar. — Quiero decir, aún no asimilo que Bastián y que su familia… Pertenezcan a una mafia y…—Escucha, sé que es muy duro, muy difícil, en especial para ti y entiendo que te tomará un tiempo asumirlo… — Marcus volvió a acercarse, esta vez con
«¡Por Dios, ¿qué es esto?!», el corazón de Carmen latía desbocado, mientras los ojos se le llenaban de lágrimas, presa del terror, mientras que ella notaba como Marcus se quedaba impotente ante los invasores, viendo con rabia las armas que, desde diferentes puntos lo apuntaban a él y a sus hombres.El sujeto que abrazaba a Carmen desde atrás comenzó a retroceder, arrastrándola junto a él, deteniéndose junto a un lujoso y oscuro automóvil sin placas que abrió su puerta trasera, Carmen fue lanzada en el interior y cuando ella intentó gritar y saltar de vuelta afuera del auto, otras grandes manos la sostuvieron, tapándole también los labios.Carmen intentó luchar con todas sus fuerzas, forcejeando y pataleando, desesperada por escapar del auto que ya arrancaba, con las lágrimas a punto de salirse por el temor de lo que le esperaba.¿La iban a asesinar?, ¿esos hombres estaban allí para terminar el trabajo que no pudieron lograr la noche anterior al empujarla?De pronto, esas fuertes m