Retomó la marcha y se dirigió a casa de su hermana para darles la noticia a ella y Oliver. Bajó del taxi luego de haberle pagado al chófer y subió los escalones, e introdujo la llave en la cerradura. Entró al interior del cálido hogar que se encontraba en silencio.
—¡Ya llegué! —anunció.Irena salió de la habitación junto a su esposo y corrieron a abrazar a la joven.—Estoy tan agradecido contigo, eres un ángel —emitió Oliver besando la frente de Nora.—¿Estás segura de lo que has hecho? —preguntó su hermana.Irena se sentía agradecida pero preocupada por la decisión de su hermana de ofrecer su vientre para quedar embarazada. Además que también estaba en juego la relación de Nora con su novio.—Sí, estoy segura. Quiero darles lo que tanto han estado buscando, aunque debemos esperar los resultados —dijo Nora recordando lo que le había explicado el doctor.—¿Y qué pasará con Dylan, le has dicho de lo que estás haciendo? —preguntó Irena.—Le contaré, he quedado con él esta noche para hablar —su hermana asintió —. No te preocupes, de seguro entenderá, sabes cómo es Dylan.Irena sujetó la mano de Nora con cariño.—No sé cómo agradecerte lo que estás haciendo por nosotros —su hermana la abrazó durante unos segundos para luego separarse de ella —. Prometo devolverte el favor, es más, te pagaré si es necesario...Nora negó.—Ya es suficiente lo que ustedes hacen por mí, estamos a mano. Además, yo solo les estoy ofreciendo mi vientre para su bebé, él o ella les pertenece a ustedes y sé que harán un buen trabajo como padres —expresó sincera provocando que Irena no pudiera retener las lágrimas.—¿Cuándo se sabe los resultados? —inquirió Oliver mientras abrazaba a su esposa acariciando su espalda con suavidad.Él también se sentía en deuda con su cuñada, y pensaba pagarle lo que estaba haciendo por Irena quien era la que más había sufrido.—Dentro de quince días —contestó Nora segura de que todo saldría bien.Tenía el presentimiento de que quedaría embarazada.—¿Qué les parece si salimos un rato? —propuso Oliver con la intención de animar a su esposa quien se veía algo triste.Irena sentía una mezcla de emociones encontradas al enterarse de la decisión de su hermana. Por un lado, sentía una profunda gratitud hacia Nora por ofrecerse a ayudarles a ella y su esposo a tener un hijo. Nunca olvidaría la generosidad y bondad de su hermana al tomar una decisión tan importante y significativa.Sin embargo, también sentía una gran tristeza al enfrentarse a la realidad de que ella misma no podía concebir un hijo con su esposo. La noticia la hacía recordar nuevamente la dolorosa realidad de que no podía tener hijos propios y que necesitaría la ayuda de su hermana para crear una familia.—Genial, iré a cambiarme —dijo Nora a gusto con la idea de salir un rato.Los tres decidieron ir a un restaurante, el lugar era elegante y costoso. Pero quería disfrutar junto a su esposa y cuñada de una buena cena, además que sentía que la ocasión lo ameritaba. No quería hacerse ilusiones, sin embargo era inevitable no imaginar lo feliz que sería al escuchar a un pequeño decirle papá.Sin duda se sentía especialmente agradecido con Nora por sacrificarse por ellos.Al cabo de un rato, su hermana y cuñado la dejaron en el centro comercial donde se encontraría con Dylan. Nora estaba nerviosa pensando en cómo decirle a su novio que iba a tener un bebé por vientre en alquiler, pero intentó relajarse para darle la decisión que había tomado.Al final, era su cuerpo y no debía pedirle permiso a nadie. Sin embargo, no quería que su novio creyera otra cosa de ella. A medida que se acercaba a la mesa donde estaba Dylan, sentía su corazón latir cada vez más rápido.Tomó una bocanada de aire antes de acortar los pocos metros que quedaban y detenerse frente a él.—Hola —dijo besando su mejilla.—Pensé que no vendrías —le dedicó una sonrisa.—Estaba con mi hermana y Oliver —explicó la razón de su tardanza —. ¿Has ordenado ya?—No, te estaba esperando para ordenar juntos —emitió Dylan colocando su mano encima de la de Nora.La joven sonrió. Su novio no solo era guapo sino además todo un caballero.Después de ordenar un tiramisú de chocolate, ambos decidieron caminar por el centro comercial. Iban tomados de la mano, mientras él le contaba de su día en el trabajo. Nora lo escuchaba con atención, interesada de lo que su novio le decía.—¿Y qué tal tú, cuéntame qué has hecho? —inquirió Dylan notando que ella se había mantenido en silencio todo ese tiempo.Nora se preparó mentalmente para hablar con Dylan, sabía que esta conversación cambiaría todo.—En realidad tengo algo importante que decirte —confesó ella.—Claro, ¿Qué pasa? —indagó su novio sintiendo curiosidad.Nora bajó la vista a sus manos entrelazadas y suspiró antes de soltar la noticia.—He decidido que quiero tener un bebé.Las cejas de Dylan se alzaron en sorpresa, no imaginó escuchar aquello.—¿Un bebé? —ella asintió —. Entiendo que ese sea tu deseo, pero aún somos muy jóvenes para pensar en ser padres, ¿no lo crees?Nora negó y se adelantó a decir.—No, no es lo que estás pensando. Verás, mi hermana y su esposo no pueden tener hijos y he decidido ayudarles prestando mi vientre usando la inseminación para llevar a cabo el embarazo —explicó.Dylan frunció el ceño.—Espera, ¿quieres decir que el bebé no sería nuestro? —cuestionó cada vez más confundido.—Exacto, el bebé sería de mi hermana y su esposo, pero yo lo llevaría en mi vientre —respondió Nora.—¿Y por qué no buscan a otra persona? Además, también hay otros métodos que podría servir —comentó su novio en desacuerdo con la decisión apresurada que estaba tomando Nora.—Dylan, lo han intentado y no pueden tener hijos. Quiero ayudar a mi hermana y su esposo a tener una familia. Es algo que siempre han querido y no soporto ver que están que sufriendo por todo esto —emitió diciéndole el motivo por el cual había llegado a tomar esa decisión tan importante.Pero Dylan no comprendían por qué su novia tenía que hacer aquel sacrificio tan grande por su hermana. Le parecía descabellado todo aquello. Por otro lado, no pudo evitar pensar que tal vez era una excusa para cubrir su posible engaño.Su mente comenzó a imaginar escenarios donde Nora estaba con otro hombre y por eso inventaba todo aquel embarazo.Entonces recordó lo que sus amigos le habían dicho.«Tu novia estaba a solas con otro chico»Esas palabras comenzaron a repetirse una y otra vez en su cabeza. Dylan se quedó unos segundos sopesando en todo, y cada vez le parecía extraña la idea de concebir un bebé por inseminación.—Esto es una locura. ¿Cómo puedes hacer algo así? ¿Cómo puedo confiar en que no me estás ocultando algo más grande? —la miró receloso.—¿Qué estás diciendo? —intentó acercarse a él pero su novio retrocedió —. Dylan, esto es algo que he estado pensando mucho si debía o no hacer y me ha costado tomar la decisión. No sé que estarás imaginando, pero créeme que no te estoy ocultando nada.—No lo sé, Nora. Me siento confundido e inseguro en este momento ¿Cómo puedo confiar en que no me estás mintiendo? Nora lo miró con ojos llenos de lágrimas. La reacción de Dylan la tomó por sorpresa. Ella esperaba que él fuera más comprensivo, pero ahora incluso dudaba de su fidelidad.—¿Cómo puedes ser capaz de desconfiar de mí? —preguntó dolida —. Te amo, Dylan, eres mi mejor amigo y el chico del que he estado enamo
Por otro lado, Nora salió del consultorio con una sonrisa gigante en el rostro, emocionada por la aventura que acababa de empezar. Con su mano sobre su vientre, Nora supo que aquel bebé era el más deseado de todos, y que lo quería con todo su corazón aunque le perteneciera a su hermana.Iba tan ensimismada en sus propios pensamientos que no se percató de Jeremiah quién venía caminando por el pasillo sintiéndose impotente por lo ocurrido. Sin percatarse de ella, tropezó con Nora haciendo que esta casi perdiera el equilibrio y cayera al suelo, pero él la sostuvo antes que esto ocurriera.—¿Estás bien? —preguntó mirándola con preocupación.Nora lo miró con sorpresa, no imaginó que era el mismo hombre que había visto semanas atrás.—S-sí, sí. Lo siento —titubeó ella observando de cerca los ojos de aquel hombre.Eran de un azul tan intenso que por un breve instante se perdió en ellos. Pero entonces volvió a la realidad y se separó de Jeremiah como si de pronto su cercanía fuera demasiado p
—No quiero que discutamos esta noche, no de nuevo. Solo disfrutemos de nuestra compañía y mañana conversamos, ¿vale? —dijo Irena entre su pecho.—Lo siento cariño, perdóname por todo —murmuró Oliver al darse cuenta lo mucho que les estaba afectando a ambos aquella situación —. Yo...—Shhh, mañana hablamos —interrumpió ella colocando un dedo en sus labios.Oliver asintió y acercó su rostro al de Irena, la besó con ternura, demostrando lo mucho que la amaba. Por otro lado, Nora observaba a la pareja desde la puerta de su habitación, escondida para no arruinar la reconciliación de su hermana y cuñado. Sonrió contenta antes de cerrar la puerta y entrar a su dormitorio dándole privacidad. Irena y Oliver decidieron salir a cenar fuera de casa, querían pasar un tiempo en pareja para conversar mejor. Antes de irse le dijeron a Nora que no tardarían en regresar pronto, sin embargo no fue así.Las manecillas del reloj se movían lentamente, marcando las diez de la noche. Nora se encontraba en
Cuatro años después...—Te llamaré si ocurre algo, aunque estará en buenas manos, no te preocupes —aseguró Sofía dedicándole una sonrisa que tranquilizó a Nora.—Vale, me marcho —dijo ella dirigiéndose a la salida del pequeño local—. Gracias por cuidar de Zoe.—No tienes qué agradecer, es una niña encantadora —ladeó la cabeza mirando a la pequeña jugando en el suelo.Nora se despidió de su amiga y se encaminó hacia la estación de buses. Mientras aguardaba allí, sacó su móvil para revisar la hora asegurándose que no llegaría tarde a la entrevista de trabajo. Sin embargo, los minutos pasaron y parecía no haber ningún transporte que llegara a pesar de la espera. Resignada, Nora decidió ir a pie hasta el lugar donde se dirigía; el hotel Beaumont. Nora caminaba por las calles de la ciudad con nerviosismo. Hacía unas semanas que había dejado su trabajo con Sofía, su antigua jefa, quién tenía un pequeño negocio de comida pero que desafortunadamente no le había ido del todo bien en el local
El edificio era impresionante, una estructura alta y majestuosa que se elevaba hacia el cielo. Cuando cruzó la puerta principal, se encontró en un vestíbulo enorme y elegantemente decorado. Había una gran cantidad de personas circulando por allí, conserjes atendiendo a los huéspedes, personas que llegaban y salían de la recepción, personal de limpieza que iba y venía por los pasillos.Nora no podía dejar de admirar la belleza del lugar. El hotel estaba decorado con buen gusto y tenía el ambiente cálido y acogedor que se esperaría de un lugar tan sofisticado. A pesar de la magnitud del edificio, todo parecía cuidadosamente diseñado para que fuera fácil orientarse.Finalmente, Nora llegó a la oficina donde se reuniría con el gerente del hotel. Se sintió un poco intimidada por el tamaño y la elegancia del espacio, pero se dio cuenta de que el gerente era un hombre amable y cortés. Después de charlar con él durante unos minutos, Nora salió de la oficina sintiéndose más aliviada y optimist
Nora iba de camino al hotel, sintiéndose un poco ansiosa de comenzar su primer día en aquel majestuoso lugar. Se había levantado temprano para llevar a su hija a la guardería y emprendió camino al edificio que no quedaba muy lejos de allí. Después de la muerte de Irena y Oliver, ella había tenido que mudarse a un apartamento pequeño en el barrio de Brooklyn debido a las deudas que poco a poco se fueron acumulado e incluso tuvo que hipotecar la casa donde había vivido más de cinco años con su hermana y cuñado. Nora llegó al hotel Beaumont e ingresó a su interior dirigiéndose hacia la puerta que decía "solo personal autorizado" y entró sin molestarse en tocar antes. Adentro se encontraban sus compañeros de trabajo quienes al verla le dedicaron una mirada curiosa, provocando que ella se sintiera un poco cohibida.—Oh, que bueno que llegaste Nora —habló el mismo hombre de ayer acercándose a Nora.Era Joseph, el gerente que le había dado el trabajo. Le sonrió.—Aún falta diez minutos par
Mientras tanto, Nora en su labor del día, fue interrumpida por una llamada por parte de la niñera quien no solía comunicarse con ella a menos que le hubiera pasado algo a su hija.Alarmada, atendió la llamada luego de disculparse con la chica que le estaba explicando cómo servir las bebidas calientes.—¿Bueno? —dijo después de ir un momento a las escaleras de emergencia del edificio.—Nora, disculpa que te esté llamando en horas de trabajo. Pero es urgente, Zoe se ha lastimado en el parque y no ha dejado de llorar —sus palabras hicieron que Nora se alertara —. La hemos revisado y parece no haberse hecho daño...—Enseguida voy para allá —emitió Nora sin dejar que la niñera terminara de hablar.Regresó de vuelta a la cocina y le explicó la situación al chef Elliot quien le permitió abandonar el trabajo por aquella emergencia que le había surgido a Nora. —Gracias —dijo ella antes de salir de allí.Caminó a toda prisa por las calles de la ciudad, sintiendo su corazón bombear con fuerza.
Nora llevó a su hija al living del hotel, que quedaba ubicado en el cuarto piso del edificio. Estaba arriesgando su empleo al haber traído a la niña a aquel lugar donde solo podían estar los empleados y huéspedes. Sin embargo, al no ver a nadie allí, le pidió el favor al chef Elliot que la ayudara a ocultar a la niña hasta que terminara su turno.—Este es un lugar seguro —dijo el chef luego de asegurase que no hubiera algún empleado cerca.Nora y Zoe cruzaron la estancia del living. Aquel lugar era un espacio amplio y confortable que invitaba al descanso y la relajación. La decoración era elegante y moderna, con una paleta de colores neutros y claros creando una atmósfera serena y acogedora. En el centro del ambiente se encontraba un sofá de gran tamaño y diseño sofisticado, con cojines suaves y mullidos que invitaban a sentarse y disfrutar de una buena conversación o leer un libro.A su alrededor también había varios muebles como butacas, mesas auxiliares y un mueble de TV. La ilumi