Jeremiah se encontraba en su despacho, con la mente en otro lugar, intentando concentrarse en los informes que tenía sobre su escritorio. Sin embargo, la añoranza y el dolor por la pérdida de su madre lo invadían por completo, haciendo imposible que pudiera concentrarse en su trabajo de la misma manera que solía hacerlo. Su semblante apagado y su actitud malhumorada habían sido notados por sus empleados, pero ninguno de ellos tenía idea de la verdadera razón detrás de su comportamiento.Los días continuaban pasando, uno tras otro, sin que Jeremiah encontrara una salida a su dolor. El tiempo, que solía ser su aliado, ahora parecía cruel y despiadado, haciéndole recordar constantemente lo efímera que es la vida y lo frágiles que somos ante la muerte.Las noches eran especialmente difíciles para él. Mientras el mundo dormía, él se encontraba atrapado en un torbellino de recuerdos y pensamientos entrelazados. La presencia ausente de su madre había dejado un vacío insuperable en su vida, c
Estaba decidido a confrontar lo que había evitado durante esa semana. Sabía que debía hablar con Nora sobre lo sucedido en la clínica de fertilidad, donde su esperma había sido utilizado para concebir a una hija de la que él no tenía conocimiento. Era consciente de que la situación se había vuelto aún más complicada y no podía seguir evitándola.Sin decir una palabra más, los dos se dirigieron a la casa de Jeremiah un lugar más tranquilo, alejados del bullicio del hotel. Mientras se dirigían al estacionamiento, Nora había olvidado su móvil y regresó a buscarlo, pero Jeremiah decidió esperarla en la auto.Por otro lado, Sussan aguardaba impaciente en su coche, acechando a la mujer que había causado parte de su ruina. Al reparar en ella, decidió llevar a cabo su venganza. Nora caminaba ajena al peligro inminente, el ruido ensordecedor de un motor acelerado hacía eco en el estacionamiento, pero ella no lo notaba. Sussan, con ojos llenos de odio, dirigía su vehículo directamente hacia su
Al llegar al hospital, Nora fue ingresada de inmediato a la sala de emergencias. Al despertar, sus ojos recorrieron el lugar sintiéndose desorientada. Pero los recuerdos llegaron a su mente cayendo como un balde de agua fría.Intentó levantarse de la cama, pero Jong se lo impidió.—Nora, tranquila —la detuvo por los hombros haciendo que ella volviera a recostarse en la cama.Sus ojos miraban hacia todos lados, en busca del dueño de sus pensamientos.—Je-jeremiah, ¿Cómo está él? —balbuceó.Jong apretó los labios en una línea fina, sin estar seguro de decirle la situación complicada en la que estaba su mejor amigo. —Lo han llevado a emergencia, aún no sabemos nada, Nora—se limitó a decir sin entrar en detalles.La desesperación la embargó, Nora comenzó a sollozar imaginado lo peor. Se sentía culpable por lo que había sucedido, y de solo pensar en lo que podría pasarle a Jeremiah le causó terror. —Dime que estará bien, por favor... Él debe vivir —pidió en medio del llanto—. Prométeme q
Jeremiah sintió un nudo en la garganta al escuchar el amor y la ternura con la que Nora pronunció su nombre. Era como si todas las preocupaciones y el miedo que había sentido se alejaran al instante en el que se encontraron sus miradas.Aunque Nora no podía ocultar la angustia que aún brillaba en sus ojos, Jeremiah notó el alivio que irradiaba su rostro al verlo despierto. Su mano temblorosa alcanzó a acariciar la mejilla de Jeremiah, mientras sus dedos recorrían con delicadeza la fina línea de barba que comenzaba a crecer en su rostro.—Nora... —susurró Jeremiah con un hilo de voz, apenas audible entre el silencio de la habitación—. Estoy bien, no llores, cariño.A pesar de que el dolor punzante en su cabeza seguía allí, la presencia reconfortante de Nora parecía atenuarlo un poco. Había estado inconsciente durante horas, horas en las que Nora había estado allí, en silencio, velando por él.Con una mezcla de dulzura y preocupación, Nora se acomodó más cerca de Jeremiah, envolviendo s
—Lo siento, debe ser difícil para ti todo esto —murmuró compadecida por él—. Puedes expresar lo que sientes, te ayudará...—No, no quiero hablar de eso. Desearía borrar los recuerdos que tengo para no sentir pena y, al mismo tiempo, lástima por una mujer que ha hecho tanto daño —emitió Jeremiah, su voz reflejando el resentimiento que albergaba. Pero lueg, su expresión se suavizó al mirarla—. En fin, cambiemos de tema y explícame algo que me tiene intrigado. Parece que me he perdido algo.Nora asintió en comprensión, entendía que todo aquel asunto de Sussan era delicado para él. Y respetó su decisión, no volvió a tocar más el tema.—De acuerdo, ¿qué quieres que te explique? —quiso saber.—¿Cómo es que tú y Jane se ven tan unidas? —indagó él, sin poder evitarlo.—Bueno, la verdad es que tampoco imaginé que nos llevaríamos bien. Pero simplemente sucedió así —se encogió de hombros, lo que provocó que Jeremiah soltara un bufido, mostrando su inconformidad con su respuesta—. Hace días, Jane
Cinco años después...El aroma a humo se filtró por la rendija de la puerta, provocando que Zoe arrugara la nariz, preguntándose qué nuevo invento habría hecho su padre esta vez. Se levantó del suelo con precaución para no arruinar su dibujo y se apresuró por el pasillo, descendiendo las escaleras rápidamente. Tapó su nariz debido al desagradable hedor que invadía la casa.—Papá —llamó, pero nadie respondió.Confundida, se acercó a la cocina en busca de su progenitor, pero solo encontró un caos. El humo llenaba el ambiente por todas partes y el pavo estaba completamente carbonizado. Miró a su alrededor, sorprendida al ver que las ventanas estaban abiertas.De repente, Jeremiah emergió entre la neblina de humo, luciendo un delantal y sosteniendo un extintor. Su rostro estaba cubierto de harina. Al darse cuenta de la presencia de su hija, apretó los labios en una fina línea. Se rascó nerviosamente la nuca, presentía que sería el hazmerreír en la cena.—Oh, princesa..
Había pasado una hora, el tiempo le había parecido eterno a Nora y Sofía quienes habían ido a buscar a Elliot al aeropuerto. El Chef había estado de viaje debido a un proyecto de trabajo que finalmente había culminado, y apenas estuvo listo tomó el primer avión de regreso a su hogar. El proceso de duelo de Elliot tras la muerte de Marlene lo llevó a viajar a Italia en busca de paz y tiempo para sanar. Pero le surgió una oportunidad para ampliar sus conocimientos, haciendo que se quedara dos años más en la ciudad. Sin embargo, cuando se enteró de la alegre noticia del matrimonio de su hermano, no pudo evitar regresar a Nueva York de inmediato. Aunque había tenido sentimientos románticos hacia Nora, sabía que no debía interferir en el amor que ella y Jeremiah compartían.Decidió superar esos sentimientos y enfocarse en su sueño de abrir su propio restaurante, el cual se encontraba cerca del hotel de su hermano. Quería apoyar a Jeremiah de todas las formas posibles y
La lluvia arreciaba con fuerza en la ciudad, mientras Nora caminaba por las calles mojadas en busca de aquella clínica que había sido su último recurso. Su hermana había intentado todo lo posible para quedar embarazada, y junto con su cuñado habían agotado no solo todos sus ahorros sino también sus esperanzas. Nora, que la noche anterior había confesado a su hermana lo que estaba por hacer, aun sentía un nudo en su estómago.¿Sería capaz de llevar a cabo su plan de manera clandestina? Pero no había opciones, no podía permitir que su hermana cayera en la depresión y la tristeza a la que la habían conducido los innumerables tratamientos de fertilidad fallidos. Lo haría, era por su familia, era por el bienestar de todos.Estaba dispuesta a ir por ello.Nora se encaminó al lugar sintiéndose nerviosa, su vida estaba a punto de cambiar pero valdría la pena. Entró en la clínica, el lugar era pequeño pero agradable, las paredes pintadas de blanco estaban adornadas con algunos cuadros y había