Seis meses después…Bonnie heredó mis hermosos ojos verdes, pero la mirada penetrante y amarga de su padre, una combinación bastante peculiar. Ella era muy tranquila, pero cuando quería algo se hacía notar.Hoy tenía una cena con Dimitri, y mi hermana se había ofrecido a cuidar a la bebé. Bella se había vuelto bastante cercana a mí en estos meses, cosa que me alegraba mucho ya que yo la quería infinitamente.—Te ves hermosa —me dijo Dimitri, mirándome de arriba abajo.Sentí mis mejillas arder mientras él me observaba con intensidad, con tanto deseo. Me acerqué a él y lo miré a los ojos. Dimitri me dio una ligera sonrisa y sentí cómo todo mi cuerpo empezaba a calentarse.—Quiero que te quites la ropa interior —me pidió sin apartar sus ojos de los míos.—Pensé que solo íbamos a cenar —le respondí con una sonrisa.Dimitri volvió a sonreír.—Invertí mucho dinero en esto. Así que quítate la ropa interior —dijo con una sonrisa traviesa.Hice lo que me pidió y me la quité, la tiré a un lado
Dos años después,En la noche de Navidad, Bonnie estaba profundamente dormida. Había esperado a Papá Noel hasta altas horas de la noche, hasta que el sueño pudo más que ella. La dejé en su habitación y fui a la mía, ya que también estaba algo cansada.—¿Dimitri, estás en el baño? —pregunté.Pero no hubo respuesta alguna. Empecé a sacarme la ropa, quería ponerme la pijama y dormir todo lo que restaba de la noche.—Jo… jo… jo… —dijo alguien a mis espaldas.Lentamente me di la vuelta, semidesnuda, y allí, vestido con una tanga roja, un gorro de Navidad y una larga barba blanca, estaba él, mirándome como si fuera la mujer más sexy del mundo.—¿Has sido una buena niña este año? —me preguntó.Me mordí el labio inferior para no reírme.—He sido muy mala —le dije en tono sexy.Él contoneó su cadera hacia mí y se acercó lentamente.—Entonces, Papá Noel será muy malo contigo —me dijo.Abracé su cuello y lo atraje hacia mí.—Castígame, he sido muy mala —le dije.Los ojos de Dimitri brillaron con
Tenía que hablar bien con Muriel, ella no podía llevarse una mala impresión mía. Yo era un hombre culto, educado, bueno en la cama, sexy, millonario y un muy buen besador. Yo era casi perfecto. Le iba a demostrar que no iba a encontrar un mejor hombre en esta tierra.La puerta del sauna se abrió y entró Vlad con su típica mala cara. Yo lo miré y respiré profundamente.— Mikha, Salvatore quiere hablar contigo — me dijo.¿Qué carajo quería Salvatore? ¿Y por qué tenía que venir a molestarme a estas horas?— ¿Pero qué m****a quiere ese hombre? ¿Por qué no envía un mensaje como una persona normal? — me quejé.Salí del sauna junto a Vlad. Salvatore estaba en el recibidor de mi casa. Él me miró y desvió la mirada inmediatamente.— ¿Qué haces aquí? — Yo le pregunté mientras ponía mis manos en la cadera. Odiaba que interrumpieran mi momento de relajación. Él me miró muy mal.— Uno de mis socios te quiere conocer. Sería un buen negocio hacer trato con ese hombre — me comentó.Salvatore pasó su m
Camine sin rumbo fijo, mientras bebía de la lata de cerveza, ¡estaba furiosa! Hayden habia perdido por el imbécil de ese chico, ¡carajo! había perdido muchísimo dinero por su culpa, ya no iba a follar con ningún hombre en el desierto.Pegue un grito de frustración y seguí caminando por la pista, mientras las personas se iban, algunas felices y otras inconformes como yo, se quejaban mientras salían del lugar.Mi teléfono sonó y yo lo conteste de inmediato.— dónde estás? — Me preguntó Kat.Respire profundamente, para aclarar la voz, no queria que ella se diera cuenta que la derrota de Hayden me había afectado.— No lo sé, tal vez en el más allá — Le dije.Yo ya me había acostumbrado a ganar y como estaba tan segura del triunfo, aposté todo el dinero que tenía destinado para mis vacaciones.— No digas estupideces, ahora trae tu culo al motorhome — Me dijo.Yo le respondí que si y me di media vuelta para regresar. cuando iba llegando al motorhome de Hayden, me detuve en seco, ya que esta
Meses después. Llegué a mi apartamento más temprano que nunca. Sabía que Joaquín ya estaba en la cocina cocinando algo delicioso para los dos. Desde que estoy con él, mi vida en general ha dado un gran cambio, uno al que me estoy acostumbrando, pero me gusta. Joaquín es el hombre perfecto: amoroso, comprensivo, bastante bueno en la cama y lo mejor es que me ama tal cual soy. — ¡Hola! — saludé al entrar. Joaquín salió de la cocina con una enorme sonrisa, se acercó a mí y me dio un beso en los labios. — ¿Cómo te fue en el trabajo? — me preguntó. Yo abracé su cuello y le di un beso más profundo en los labios. Él me apartó un poco y me sonrió. — Excelente, ¿y el tuyo? — le pregunté. Joaquín trabajaba en una muy buena empresa, así que no teníamos ningún problema con las finanzas del apartamento. — Me fue muy bien, de eso también quería hablarte — me dijo con una sonrisa. Yo asentí con la cabeza. — ¿Qué pasa? — le pregunté. Él se arrodilló ante mí y sacó de su bolsillo un anillo.
Me tiré en la cama y con el celular en la mano. Hoy tenía ganas de follar, así que me puse a ver perfiles en tinder. Pasé perfil a perfil; ninguno me llamaba realmente la atención, hasta que la foto del torso desnudo de un hombre tatuado me llamó la atención. Me metí a su perfil en busca de más fotos, pero solo estaba esa. Leí su descripción y sonreí.“Solo busco sexo. Si esperas algo más, pasa de este perfil”— ¡perfecto! — dije sonriendo.Le di like al perfil y de inmediato recibí un mensaje del tipo tatuado.“¿Quieres follar?” — decía el mensaje.Yo me mordí el labio un poco. Hace dos semanas que lo había dejado con Joaquín y lo quería, pero tenía que pasar página, y qué mejor que con un sexy y misterioso hombre.“Estoy muy caliente”, le respondí.“Veámonos hoy. Te paso la dirección. Te espero a las ocho en punto. Sé puntual”, me escribió.Yo miré mal el mensaje, pero le respondí que sí. Quería sacarme a Joaquín de la cabeza.Me levanté de la cama y fui a buscar algo de ropa. Tenía
Salí del hotel con una sonrisa en los labios. Ninguna mujer me había tratado como ella, y lo increible es que no estaba para nada molesto. Miré los billetes en mi mano y los guardé en el bolsillo. Esta sí que me las iba a pagar. Saqué mi celular y llamé a Debbie. Ella contestó de inmediato.— Te espero en mi apartamento, no tardes — le dije antes de que ella pudiera decir algo, y después colgué.Caminé hasta mi motocicleta y a lo lejos vi a Grace. Me subí a la motocicleta y arranqué, deteniéndome a su lado.— Sube, yo te llevo — le dije.Ella me miró de arriba a abajo. Tenía una enorme sonrisa de satisfacción en los labios.— ¿Vas a matarme? — me preguntó.Yo le pasé el casco.— Sube y deja de decir estupideces — le dije.Ella se puso el casco y subió a la motocicleta, senti sus brazos enredarse en mi cintura.— ¿A dónde vamos? — le pregunté.Ella me dio el nombre del hospital y yo arranqué de inmediato. Podía sentir cómo ella se aferraba a mí con fuerza. Sonreí un poco. Hacía años qu
Me quede con Kat hasta que el bebé estuvo mejor. Afortunadamente, resultó que solo tenía fiebre, aunque Kat lo tomó como si fuera una enfermedad mortal.Ella y yo estábamos en la habitación con el bebé, sentadas en un pequeño sofá. Kat me miró y me sonrió un poco.— Gracias por acompañarme, sé que arruiné tu cita — me dijo.— Yo no estaba en ninguna cita — le dije.Ella bajó la mirada a mis pechos y luego volvió a mirarme a los ojos. Lentamente bajé también la mirada y vi un enorme chupetón en mi pecho derecho, se veía demasiado rojo.— Me picaría algo — le dije.Kat empezó a reír.— Sí, claro, un vampiro hambriento — me dijo ella aún riendo.Yo la empujé un poco.— Qué graciosa eres — le dije sarcásticamente.— ¿Lo conozco? — me preguntó.Negué de inmediato con la cabeza. No me gustaba mentirle, pero dado que no había pasado nada entre él y yo, y tampoco creo que pase, es mejor omitirlo.— Fue un tipo que conocí en un bar, nada del otro mundo — le contesté.Ella asintió con la cabeza