Me tiré en la cama y con el celular en la mano. Hoy tenía ganas de follar, así que me puse a ver perfiles en tinder. Pasé perfil a perfil; ninguno me llamaba realmente la atención, hasta que la foto del torso desnudo de un hombre tatuado me llamó la atención. Me metí a su perfil en busca de más fotos, pero solo estaba esa. Leí su descripción y sonreí.
“Solo busco sexo. Si esperas algo más, pasa de este perfil”— ¡perfecto! — dije sonriendo.Le di like al perfil y de inmediato recibí un mensaje del tipo tatuado.“¿Quieres follar?” — decía el mensaje.Yo me mordí el labio un poco. Hace dos semanas que lo había dejado con Joaquín y lo quería, pero tenía que pasar página, y qué mejor que con un sexy y misterioso hombre.“Estoy muy caliente”, le respondí.“Veámonos hoy. Te paso la dirección. Te espero a las ocho en punto. Sé puntual”, me escribió.Yo miré mal el mensaje, pero le respondí que sí. Quería sacarme a Joaquín de la cabeza.Me levanté de la cama y fui a buscar algo de ropa. Tenía grandes expectativas con este hombre. Ojalá y no me decepcione, ya que estoy cansada de recibir decepciones de los hombres.Cuando se iba acercando la hora, decidí salir y buscar un taxi, ya que mi coche estaba en reparación. Afortunadamente, uno pasó cerca y pude subir. Le di la dirección al taxista y este emprendió el viaje.Saqué mi celular y le envié un mensaje al tipo diciendo que ya iba en camino, y él solo me contestó con un “ok”. Puse los ojos en blanco con su respuesta.El taxista no tardó mucho y llegamos en unos quince minutos en lugar. Yo le pagué y me bajé del taxi. Caminé lentamente hasta la entrada del bar, entré sin ningún problema y empecé a buscar al hombre.“¿En qué mesa estás?”, le escribí.“En la última. Estoy vestido de negro”, me respondió.Yo miré el lugar y entonces lo vi. Él estaba de espaldas a mí, así que caminé rápidamente hasta la mesa. Cuando me senté, le sonreí, pero mi sonrisa desapareció al ver al hijo de puta que se quedó con mi zapato.— No puede ser — dije molesta.Él ladeó la cabeza y me miró fijamente. Después, lentamente, sonrió.— Cierto, no puede ser. ¡Carajo, esto sí es tener mala suerte! — me dijo el infeliz.— ¿Me robas y te enfadas? — le pregunté indignada.Él se señaló con el dedo.— ¿Yo te robé? — me preguntó haciéndose el indignado.Respiré profundamente. ¿Acaso podía tener más mala suerte?— ¡Qué pérdida de tiempo! — me dijo él con voz cansada.Él se levantó del asiento, sacó un par de billetes y los dejó caer en la mesa.— ¿De verdad te irás? Eres un patán de primera — le dije.Él volvió a sentarse.— ¿Vas a follar conmigo? — me preguntó.Yo negué con la cabeza de inmediato.— Entonces no me hagas perder el tiempo. Pude haber ligado con alguien ya — me dijo de mal humor.— ¡Pero qué hijo de puta! ¿Sabes cuántos años tengo como para que me hables de esa manera? — le pregunté molesta.Él se encogió de hombros.— No me interesa. Yo solo quería follar, y sabes que es lo peor, que me engañaste — me dijo.¿Qué? ¿En qué momento lo había engañado?— ¿De qué carajo hablas? — le pregunté.Él sacó su celular y me mostró la fototeta que tenía en la app.— ¿Por qué subes fotos que no son tuyas? — me acusó.Yo abrí de par en par la boca. Este tipo se estaba ganando una patada en el trasero.— ¡Pero qué te pasa! Claro que son mis tetas. Pagué mucho por ellas como para que me digas que te estoy engañando — le dije.Él sonrió de medio lado.— Pues no parece. Esta foto y esas no se ven iguales — me dijo señalando mis tetas.— Apuesto a que esta foto tiene por lo menos unos dos años. En todo ese tiempo, las tetas se caen — me dijo.Carajo, a mí nunca me habían insultado tanto en menos de cinco minutos.— Pero bueno, dada tu edad, es normal, ¿cierto? — me preguntó.Yo respiré profundamente, tratando de calmarme, porque estaba a nada de lanzarme a él y estrellarle la cabeza en la mesa.— Me voy. Ya he perdido minutos valiosos contigo — me dijo.Él se volvió a levantar y empezó a caminar hacia la salida. Yo también me levanté y prácticamente corrí detrás de él, hasta que lo alcancé.— ¿Siempre eres tan patán? — le pregunté ya fuera del bar.Él se dio la vuelta, me miró y asintió con la cabeza.— Mira, yo solo quería follar con alguien, y después dejarle algo de dinero para que se coma alguna hamburguesa, y no volver a verla nunca más. He tenido malas experiencias follando con conocidas — me dijo.¡Wow! El idiota definitivamente era la m****a más grande que había conocido en la vida.— Eres repugnante — le dije.Él se encogió de hombros.— Solo soy sincero. ¿O no es lo que tú buscas también? Ambos somos repugnantes — me dijo.Yo me mordí el labio inferior. El chico tenía algo de razón, pero no dejaba de ser lo que era: un mierdas.— Puede que tengas razón, pero yo jamás trataría de esa manera a ninguna pareja sexual que tenga — le dije.Él se rió.— Es que yo no quiero una pareja sexual. Solo quiero un agujero para meterle la polla. Me da igual los sentimientos de la otra persona. Yo solo quiero mi propio placer — me dijo.¡Vaya, pero qué idiota!— ¿Vamos a follar sí o no? Ya me está cansando esta estúpida conversación — me preguntó con irritación.Yo me acerqué a él y asentí con la cabeza.— ¿Dónde está tu coche? — le pregunté.Él sonrió de lado y se apartó un poco, señalando a una enorme motocicleta negra.— Estás jodidamente loco si piensas que me subiré en eso — le dije.Él se acercó a la motocicleta y me pasó un casco.— Deja de hacerme perder el tiempo — me dijo.Yo puse los ojos en blanco. Si este imbécil volvía a decir otra vez esa misma frase, yo me iba a volver loca.— Tengo un vestido. No puedo simplemente abrirme de piernas — le dije.Él se subió a la motocicleta. Yo me acerqué más a él.— Pensé que querías simplemente abrirme las piernas — me dijo con diversión.— Eres tan irritante. Me caes mal — le dejé en claro.— Como quieras. Ahora sube a la moto. Me estás haciendo perder el tiempo — me dijo.Le di un golpe en la cabeza con el casco y él empezó a quejarse.— Me tiene harta esa frase — le dije.Me subí a la motocicleta con dificultad. Era super incómodo estar así.— Ponte el casco — me ordenó de mala gana.Yo sonreí un poco y me puse el casco. Él también se puso su casco. Después, me abracé a su cintura. Yo no quería terminar con el trasero fracturado.— ¿Cómo te llamas? — le pregunté.Él se quedó en silencio por un momento.— Dimitri — me respondió.— Soy Grace — le dije.Él asintió con la cabeza y, sin avisar, arrancó. Yo pegué un grito cuando él aceleró. Andamos por un rato hasta que aparcó frente a un hotel. Yo me bajé y luego él se bajó. Le entregué el casco, y ambos entramos al hotel. Dimitri se acercó a la recepción. Después de que la chica le dio la llave, me llamó. Ambos fuimos al ascensor. Ninguno de los dos dijo nada, y se sintió bastante bien.El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron. Los dos salimos y fuimos a buscar el número de la habitación. Cuando la encontramos, Dimitri abrió la puerta. Cuando estuvimos dentro, él cerró con seguro y empezó a quitarse la camisa negra.— Desnúdate — me ordenó.Yo puse los ojos en blanco. Cómo me molestaba que me ordenaran las cosas.— Desnúdame tú — le dije.Él tiró su camisa al suelo y me miró con el ceño fruncido.— ¿Por qué eres tan complicada? Solo vamos a follar — me dijo.Yo me encogí de hombros, después pegué mi espalda a la puerta y lo miré con una ligera sonrisa en los labios.— No me hagas perder el tiempo y desnúdame. ¿O no puedes hacer algo tan sencillo? — le pregunté.Él se acercó a mí, me bajó el escote del vestido, dejando al aire mis tetas. Dimitri se metió el pezón de mi teta derecha a la boca, succionó con fuerza, lastimándome, pero no le dije nada. Sentí sus manos metiéndose por debajo de la falda de mi vestido. Él apretó y acarició mi culo. Vaya, todo en él era agresivo. Yo lo miré mientras él lamía mis pechos como un perro sediento.Mi celular empezó a sonar, así que lo saqué del bolso y miré el identificador. Era Kat. Aparté a Dimitri de mí y contesté.— ¿Grace, dónde estás? Estoy en el hospital con Ethan. Hayden está de viaje y estoy sola, y muy nerviosa — me dijo.Podía escuchar la desesperación en su voz.— Envíame la dirección, estaré allí lo más pronto posible — le aseguré.Kat me colgó y después me llegó un mensaje con la dirección. Metí el celular en mi bolso, me arreglé el vestido, busqué mi cartera, saqué algunos billetes y me acerqué a Dimitri, que me miraba con seriedad.— Cómprate una rica hamburguesa — le dije.Metí los billetes en la pretina de su pantalón y me alejé de él. Salí de la habitación con una sonrisa en los labios.— Espera — gritó él.Yo me di la vuelta y él se acercó a mí.— Dame tu número — me pidió.Yo lo quedé mirando y después me reí.— ¿Para qué? Yo solo quería follar contigo, y aunque no pasó, no creo que algo entre nosotros se repita — le dije.Me di la vuelta y caminé al ascensor con una sonrisa en los labios. Estaba segura de que le había golpeado con fuerza su ego.Salí del hotel con una sonrisa en los labios. Ninguna mujer me había tratado como ella, y lo increible es que no estaba para nada molesto. Miré los billetes en mi mano y los guardé en el bolsillo. Esta sí que me las iba a pagar. Saqué mi celular y llamé a Debbie. Ella contestó de inmediato.— Te espero en mi apartamento, no tardes — le dije antes de que ella pudiera decir algo, y después colgué.Caminé hasta mi motocicleta y a lo lejos vi a Grace. Me subí a la motocicleta y arranqué, deteniéndome a su lado.— Sube, yo te llevo — le dije.Ella me miró de arriba a abajo. Tenía una enorme sonrisa de satisfacción en los labios.— ¿Vas a matarme? — me preguntó.Yo le pasé el casco.— Sube y deja de decir estupideces — le dije.Ella se puso el casco y subió a la motocicleta, senti sus brazos enredarse en mi cintura.— ¿A dónde vamos? — le pregunté.Ella me dio el nombre del hospital y yo arranqué de inmediato. Podía sentir cómo ella se aferraba a mí con fuerza. Sonreí un poco. Hacía años qu
Me quede con Kat hasta que el bebé estuvo mejor. Afortunadamente, resultó que solo tenía fiebre, aunque Kat lo tomó como si fuera una enfermedad mortal.Ella y yo estábamos en la habitación con el bebé, sentadas en un pequeño sofá. Kat me miró y me sonrió un poco.— Gracias por acompañarme, sé que arruiné tu cita — me dijo.— Yo no estaba en ninguna cita — le dije.Ella bajó la mirada a mis pechos y luego volvió a mirarme a los ojos. Lentamente bajé también la mirada y vi un enorme chupetón en mi pecho derecho, se veía demasiado rojo.— Me picaría algo — le dije.Kat empezó a reír.— Sí, claro, un vampiro hambriento — me dijo ella aún riendo.Yo la empujé un poco.— Qué graciosa eres — le dije sarcásticamente.— ¿Lo conozco? — me preguntó.Negué de inmediato con la cabeza. No me gustaba mentirle, pero dado que no había pasado nada entre él y yo, y tampoco creo que pase, es mejor omitirlo.— Fue un tipo que conocí en un bar, nada del otro mundo — le contesté.Ella asintió con la cabeza
Tras terminar de comer, Dimitri me llevó a mi apartamento. Yo abrí la puerta y me quedé en el marco mirándolo; él me miraba con seriedad. — Gracias por traerme — le dije. Él me acercó a su cuerpo. — Tenemos algo pendiente, pero ya no será hoy — me dijo. Se alejó de mí. — No será nunca. Soy la mejor amiga de la esposa de Hayden; lo nuestro es prohibido — le dije. Él empezó a reír. — Hablas como una adolescente molesta — me dijo. Lo miré mal. — Mejor vete, no quiero llamar a seguridad — lo amenacé. Asintió con la cabeza y se fue. Entré a mi apartamento y cerré la puerta con un portazo. Ese hombre era insufrible. Era tan injusto que fuera tan guapo. Me quité los zapatos y la ropa, y fui hasta mi habitación. Me tiré en la cama y me quedé mirando el techo por un rato hasta que me dio sueño. Al día siguiente llegué temprano a mi trabajo para encontrarme con una odiosa chica con la que estaba trabajando. La verdad es que me molestaba enormemente que me presionaran. Yo sabía cómo
Me senté frente a Boris, que me estaba regañando. Lo miré a los ojos para que pensara que le estaba prestando atención, pero la verdad era que no me interesaba nada de lo que decía, y no porque fuera un irresponsable. La realidad es que hace más o menos una semana ya había revisado dichos documentos y ya había hecho la mayoría del trabajo. Ser un playboy millonario no era tarea fácil.— ¿No has escuchado nada de lo que te he dicho, verdad? — me preguntó de mal humor.Yo asentí con la cabeza inmediatamente, a pesar de no prestarle mucha atención a todo su regaño, sabía cuáles eran las partes importantes.— Ya he revisado los documentos, y sí, es una buena propuesta. También sé que aún no confías en que yo pueda con las empresas y con las carreras, pero sí puedo hacerlo. Así que deja de estresarte, que eso me pone de mal humor — le dije.Boris caminó hacia mí y se sentó a mi lado. Él agarró mi mano y empezó a darle golpecitos, sabía que ahora vendría un sermón de esos que odiaba, donde m
Dimitri aparcó su coche frente a un enorme y lujoso edificio, yo lo quedé mirando, se le notaba a leguas que tenía dinero, y no precisamente por las carreras. Había en él un aura extraña que me intrigaba.— ¿Cuál es tu nombre completo? — le pregunté.Dimitri volteó a verme, él no tenía ninguna expresión en su rostro.— ¿Me pedirás dinero para follar, si te digo que soy asquerosamente rico? — me preguntó.Puse los ojos en blanco de inmediato, este tipo estaba a la defensiva todo el tiempo, y eso era muy molesto.— Eres una mierda, Dimitri — le dije.Él se recostó en el asiento, sin apartar su mirada de mí.— Lo soy, así que no es necesario que lo repitas todo el tiempo, es molesto — me contestó.Yo abrí el coche y bajé de él, estaba cometiendo un error al haber aceptado esto, Dios, cada vez era más patética, y todo por la polla de un hombre que no vale la pena.— ¡Detente, carajo! — grito.Yo me detuve y voltee, él estaba caminando hacia mí con las manos dentro de los bolsillos, se veí
Salí hecho una fiera, necesitaba sacar toda esta rabia o iba a explotar. Me subí en mi motocicleta y aceleré, el viento pegaba en mi rostro con brusquedad, haciéndome sentir como la escoria que sabía que era. Aceleré aún más pasando el límite de velocidad.Llegué hasta el gimnasio que Boris había equipado para mí, me bajé de la moto y entré. Caminé con rapidez hasta el saco que estaba en una esquina, el primer golpe que le di se sintió bien, así que empecé a golpear repetidas veces, con más rapidez y fuerza.—¡Carajo! — grité con frustración.Golpeé el saco con más fuerza hasta que sentí como mi mano crujía. Había sido un completo imbécil, pero no sabía comportarme de otra manera.Golpeé con más fuerza el saco, necesitaba sacar toda la frustración que sentía, sacar toda la rabia, todo el dolor.— ¡Ya es suficiente! — gritó Boris.Yo dejé de golpear el saco y volteé a verlo. El se veía preocupado, como todas las veces anteriores y eso me enfurecía, yo... solo quería poder sacar mi rabi
Días después.Dimitri me llevó a un lugar completamente diferente, yo lo quedé mirando pero él no dijo nada al respecto, aunque yo sí estaba curiosa por esto. ¿Para qué necesitaría un segundo lugar si su penthouse era enorme y precioso? — Esta vez no te dejaré escapar — me dijo él. Dimitri me sacó la camisa y empezó a besar mi cuello, bajando hasta mis pechos, chupando con desesperación mi pezón.— ¿Por qué tienes otro lugar? — le pregunté. Él dejó de succionar mi pezón y levantó la vista para mirarme. — Eres tan raro — le dije. Dimitri soltó mi pezón y se levantó. — Y tú muy curiosa. No deberías hacer tantas preguntas. Estoy seguro de que no te gustará la respuesta — me dijo seriamente. Yo le desabroché el jean y metí mi mano dentro, tocando a través de la tela de su ropa interior su pene. — Quiero saberlo — le respondí. Dimitri empezó a reír. — Asesino a mujeres rubias en este lugar — me respondió. Yo me separé de él y empecé a reír. Definitivamente, este hombre era de lo
Ambos salimos del apartamento satisfechos y felices, él me acompañó hasta la salida del edificio y cuando ya estábamos allí, él volteó a verme.— ¿Quieres que te lleve a casa? — me preguntó.Yo lo quedé mirando y negué con la cabeza. quien diría que este hombre tan odioso y prepotente me preguntaría tal cosa.— Puedo irme sola — Le dije.Dimitri respiro profundamente.— Después no te quejes de mi mala actitud — Me dijo de mala gana.Yo sonreí un poco, era un poco lindo cuando trataba de ser amable.— Quedamos en que esto será como si fuera un polvo de una noche ¿tu acompañas a casa a todas las mujeres con las que has follado? — le pregunté.Dimitri se metió la mano al bolsillo, sacó su billetera, después unos cuantos billetes y me los metió dentro del escote.— Para la hamburguesa — me dijo con una sonrisa.Yo me saque los billetes y los guardé en mi bolso. Él se acercó más a mí, se inclinó y me besó, pero esta vez no fue un beso insípido como los que me daba anteriormente, yo le resp