Seguí saliendo en citas con hombres que conocía en dicha app, siempre terminando en nada; todos tenían desperfectos. Respiré profundamente mientras caminaba hasta mi coche. Hoy bebería un poco; mi cuerpo me pedía alcohol. — ¿A dónde vas, guapa? — me preguntó esa voz tan única y conocida. Yo me di la vuelta y le sonreí. — ¿Cómo supiste dónde estaba? — le pregunté a Dimitri. — Tú me lo dijiste, así que quise venir; sabía que ibas a llamarme — me respondió. Me acerqué a él y lo abracé, apoyando mi barbilla en su pecho. — Pues no iba a llamarte, solo quería ir a mi apartamento y descansar un poco. Dimitri también me abrazó y me dio un beso en los labios. — Entonces, llévame, porque no he traído mi coche — me dijo mientras sonreía. Yo asentí con la cabeza y me separé de él. — ¿Quieres acompañarme mañana a pasear y comer helado? — le pregunté. Él frunció el entrecejo y yo me reí; era obvio que un tipo como él jamás había hecho algo tan sencillo como eso. — Y después follaremos —
Los días pasaron y, aunque en alguna ocasión dije que debería alejar un poco a Dimitri, había ocurrido totalmente lo opuesto, y yo ya no sabía qué más hacer. A veces quería terminar esto, pero después me arrepentía alegando que solo estábamos follando. Pero en el fondo, yo era consciente de que no era verdad, de que estaba sintiendo algo más por él y eso me asustaba un montón. Volvió a despertar entre los brazos de Dimitri. Yo me quedé allí, mirándolo dormir. Él se movió un poco, dejando al descubierto la cicatriz que tenía en el cuello. Yo levanté la mano y lentamente pasé los dedos por ella. — ¿Qué te pasó? — le pregunté. Dimitri abrió los ojos y me miró. Sus ojos grises me miraban con intensidad. — Fue un accidente, ya te lo había dicho — me respondió. Yo me separé de él y me senté en la cama. — ¿Cómo fue? — le pregunté. Dimitri arrugó el entrecejo. — Yo no te pregunto por tu vida privada, de hecho ni siquiera me importa. ¿Por qué debería importarte la mía? — me preguntó en
Toqué la puerta de Grace con agresividad. Ella tenía que arreglarlo, no podía ir por la vida con una polla flácida. Volví a tocar la puerta y esta se abrió de golpe. Grace me miró y me puso mala cara.— ¿Qué quieres, Dimitri? Pensé que ya me había librado de ti —me dijo con molestia.Yo no le presté atención y entré. Ella cerró de un portazo. Me di la vuelta y la quedé mirando. Grace tenía un mini vestido, estaba hermosamente maquillada; era obvio que saldría con alguien.— ¿A dónde vas? —le pregunté.Ella frunció el ceño.— Lárgate de aquí, lo dejamos esta mañana —me recordó.Yo me crucé de brazos.— No se me para la polla —le dije.Grace abrió ligeramente la boca y después empezó a reír.— Pues tómate algo, existen muchas pastillitas que te pueden ayudar con ese problema —me dijo como si nada.Respiré profundamente.— No necesito tomarme esas mierdas. Todo es tu culpa —la acusé.Grace se señaló a sí misma y empezó a reír.— Estás loco. ¿Por qué tendría yo la culpa? —preguntó.Me ace
Me estiré sobre el duro y muy musculoso cuerpo de Dimitri, lo miré y él ya estaba despierto, mirándome con una sonrisa. Yo me acerqué un poco más y le di un beso en los labios.— Buenos días, baby — lo saludé.— Buenos días, mami — me contestó el infeliz con una sonrisa.Me senté en la cama y lo observé; él tenía uno de sus brazos detrás de la cabeza, la sábana solo tapaba parte de su miembro, dejando a la vista su cuerpo de dios griego. Aparté la sábana y sonreí, allí estaba el motivo de mi obsesión.— Estoy empezando a creer que solo me quieres contigo por mi miembro — dijo él mientras se la agarraba y la movía de un lado a otro.— Estoy contigo por tus sentimientos, por tus grandes sentimientos — le dije sonriente.Acercé mi mano hasta su abdomen y bajé lentamente, poniéndola sobre la suya.— ¿Quieres probar mis sentimientos? — me preguntó.Yo sonreí y asentí con la cabeza, bajé lentamente la cabeza. El timbre de mi apartamento empezó a sonar y yo me detuve a mitad de camino.— Ver
El sábado llegó y Kat me llamó desde temprano para recordarme sobre el evento. Me levanté y me arreglé en tiempo récord. Si llegaba tarde, Kat me mataría.— ¿A dónde vas? — me preguntó Dimitri tumbado en mi cama.— A un evento con Kat, se me había olvidado por completo — le contesté.— ¿No crees que ese vestido está muy escotado? — preguntó él.Lo miré y me reí.— El que no muestra no vende — le respondí.Dimitri se levantó de la cama y me miró mal.— Tienes razón, y te tomaré la palabra — me dijo.Él levantó su ropa y empezó a ponérsela.— ¿Cómo así? — le pregunté.Él me sonrió. Dimitri era demoníaco.— Si quieres, te puedes quedar aquí — le dije.— Tengo un evento al cual ir — me dijo con una sonrisa.— ¿Es en serio, Dimitri? Eso es ser muy inmaduro de tu parte — le dije.Él se encogió de hombros.— El que no muestra no vende — me dijo con una sonrisa.— Te estás metiendo en arenas movedizas, no me jodas después — le advertí.— Me encanta el riesgo — me dijo.Agarré mi bolso y le la
Siempre soñé con ser famosa y estar en las portadas de las revistas, pero jamás imaginé que sería de esta manera. Toda la ciudad estaba llena de revistas con fotos mías junto a Dimitri follando en el coche, y eso era tan mortificante.Miré mi celular, que no había dejado de sonar. En el identificador estaba el nombre de mi hermana, así que no contesté. Sabía muy bien lo que me diría y no estaba de humor para sus sermones.Una de las asistentes se acercó a mí, me sonrió y me tendió la revista.— ¿Me la puedes firmar? — me preguntó con una sonrisa.Asentí con la cabeza y le firmé la revista.— Creo que todas las mujeres te tienen envidia en estos momentos, y me incluyo. Dimitri es hermoso — me dijo.Le sonreí.— Gracias — respondí.Ella se dio la vuelta y salió de mi oficina. Al instante siguiente, la puerta se volvió a abrir, pero esta vez era mi jefe, quien tenía una enorme sonrisa en los labios.— ¿Te había dicho alguna vez que eres mi trabajadora favorita? — me preguntó.Negué con l
Dimitri me dejó en el edificio donde yo vivía y se excusó conmigo porque tenía que irse, según él porque alguien no había hecho bien su trabajo y ahora tenía que arreglarlo. Tener a Dimitri como jefe debe ser una tortura, así como es tan demandante para follar, debe ser aún más en el trabajo.Entré al edificio y el hombre que estaba en la recepción me llamó. Yo me acerqué a él y lo saludé cordialmente.— Le han dejado un regalo — me dijo.Él sacó una caja bastante grande envuelta en papel regalo y me la entregó.— Muchas gracias — le dije.Fui con la caja hasta el ascensor y subí a mi piso, caminé hasta la puerta de mi apartamento y entré. Hoy, con lo que había pasado con mi coche, me había puesto a pensar en muchas cosas y en lo locas que pueden llegar a ser muchas personas.Puse la caja en mi sofá y me alejé. Más tarde vería qué es, ahora iba a darme un baño y comer algo, ya que no había podido hacerlo con Dimitri.Después de bañarme y comer, me senté al lado de la caja. Mi curiosid
Llegué a la casa de Kat, necesitaba de su consejo sobre mi ex. Estaba tentada en ir, pero estaba loca, así que un consejo viniendo de mí no era válido.— ¿Dime que dejaste a ese tipo? Te está haciendo hacer cosas que tú jamás harías en la vida —me dijo apenas abrió la puerta.La miré con la ceja levantada.— ¿Recuerdas el día que me encontraste follando con un compañero en una de las banquetas del campus? —le pregunté.Ella agarró mi mano y me metió dentro de la casa.— Pero nadie los fotografió —me dijo molesta.— No te enojes por eso. De hecho, me gusta todo eso. Al fin estoy cumpliendo uno de mis sueños: ser famosa —le dije.Kat me miró mal.Me llevó hasta el sofá y ambas nos sentamos. Yo la miré con una sonrisa, mientras ella me observaba con el ceño fruncido.— Me encontré con Ronan mientras salía de la estación de policía —le dije.— ¿Qué hacías en una estación de policía? —me preguntó.Le sonreí un poco.— Una persona me está enviando amenazas, o bueno, solo pone la palabra "pu