—¿Por qué eres tan terco Luca? —él miraba a su madre enojado, harto del mismo tema.
—Ya te he dicho mil veces que no me interesa, ¿porque no lo entiendes tú de una vez por todas?
—Cariño, quiero lo mejor para ti, yo prometo estar para ti siempre, tus hermanos, tu padre, Leticia y yo te apoyaremos. — Luca rió sarcástico, él sabía que su familia si lo quería, pero Leticia, era una m*****a mentirosa e interesada en su dinero, él lo sabía, pero aún así no la alejaba, tenía un buen sexo con ella, aunque siempre lo hacían a oscuras y nunca lo besaba, él por su lado no le importaba, solo satisfacer su necesidad.
—Mamá, por favor, te lo he repetido por 10 largos años no pienso operarme, me da igual ser cómo soy.
—No mientas Luca, ¿acaso crees que soy tonta? ¿Crees que no me he dado cuenta de las veces que te ves al espejo y lloras por no ser como eras? ¿O de las miles de mujeres que te ven con desprecio y tú te haces el fuerte, cuando por dentro sufres? Si en verdad te sintieras feliz contigo mismo te juro no te molestaría con la operación, pero no es así y como madre quiero verte feliz.
Luca se sintió derrotado, su madre lo conocía muy bien, estaba cansado de todo, ya no quería saber nada de nadie, quería desaparecer y olvidarse de todo, quería borrar ese maldito episodio donde su vida había cambiado. Él había sido un joven apuesto, risueño, pero cuando tenía 16 años un borracho lo atropelló, lanzandolo junto a un gran ventanal de una tienda a 100 metros de distancia, fue una época difícil para él, ya que estuvo apunto de morir, varios vidrios quedaron incrustados en sus piernas, gracias a eso estuvo un año en recuperación para poder caminar de nuevo, en los brazos, pero la mayoría fue en el rostro, un rostro que no volvió hacer el mismo, un rostro que quedó marcado horriblemente, pero había pasado por tanto y estuvo apunto de morir, que tenía miedo a una operación, prefería vivir feo y solo, a no vivir, amaba como el sol calentaba su piel por las mañanas, oír la lluvia caer y golpear la ventana, ese olor a tierra mojada, la brisa fresca en un día de verano, él simplemente amaba vivir, y agradece cada momento, aunque quisiera ser feliz y pleno de todo no podía, él sabía que a pesar de querer aparentar ser fuerte era muy sensible y odiaba ver como la gente lo rechazaba o lo miraba con asco, por el siemple hecho no tener un rostro normal, sin marcas.
—Mamá, sabes que te amo, pero ya no insistas, te lo pido, no pienso operarme ni ahora ni nunca, te prometo que haré el mayor de mis esfuerzos por no dejarme vencer y no dejarme llevar lo que dice la gente, se que quieres lo mejor para mí, y esto no lo es, por favor entiendeme, te lo suplico.
Gabriella suspiró, debía de entenderlo, ¿quién si no?, decidió dejar el tema por la paz, si él no quería no podía obligarlo, debía apoyarlo y no dejar que nadie lo humillara o lo hiciera sentir inferior, Luca era único y no por su accidente en el rostro si no por lo luchador que era, si él quería vivir así lo haría, algún día él encontraría su felicidad completa y ella sería feliz también.
—Está bien cariño, lo que tú digas. Ahora quiero pedirte un gran favor. —Luca suspiró aliviado, al parecer su madre al fin había entendido.
—¿Que favor madre?
—¿Te recuerdas que te hable que la hija de mi mejor amiga Marta que vive en Chicago desde hace 20 años?. —Luca asintió. —Pues bien ella es graduada en finanzas, tiene 23 años, Marta quiere que April regrese, pero para eso necesita que ella encuentre un trabajo mejor del que tiene, ¿crees que puedas ofrecerle algo mejor para que regrese?
—Mamá — empezó a decir Luca...
—Lo sé, sé lo que me vas a decir, y no es que ella quiere meterse en la vida de su hija, es sólo que le hace falta, Luca ve a su hija una vez al año. Está sola, sólo quiere a su hija cerca, yo haría lo mismo si no pudiera estar con ninguno de ustedes. —Bennett suspiró.
—Está bien mamá, veremos que puedo hacer para que la hija de esa señora trabaje conmigo. —Gabriella sonrió feliz.
—Gracias hijo, te lo agradezco, ahora me voy, te dejo trabajar.
Luca se despidió de su madre y siguió trabajando....
PV GabriellaVer a mi hijo solo me duele, ojalá cambiara su forma de pensar, ser feliz tal y como es, así cómo nosotros su familia lo ama.Estoy en la sala pensando en la conversación que tuve ayer con Luca, cuando entra Cecilia, mi ama de llaves, avisando que tengo una visita, frunzo el ceño ya que no esperaba a nadie, le digo que la haga pasar, a los segundos entra Marta desconsolada, llorando a mares.—¿Qué te pasa cariño? —dije abrazando a mi amiga.—Perdí mi casa Gabriella, lo perdí todo. —sus palabras me dejan en shock.—¿Qué? ¿Cómo? — su mirada me lo dijo todo. — Sigues jugando ¿cierto? —su llanto incrementó.—Lo dejé, juro que lo dejé, por April lo hice, pero al parecer tienen pagarés firmados por mí, donde ponía mi
Cuando Luca mandó el correo le extrañó que la susodicha no contestara de una vez, al parecer era cierto que no estaba muy convencida de venirse, a pesar de que le había ofrecido una muy buena cantidad de dinero, la verdad lo hacía por su madre, quería verla feliz, aunque a él también le gustaba ayudar, cuando llegó la notificación del correo lo abrió y leyó que había aceptado, madre e hija podrían estar juntas, justo cuando pensaba contestar de vuelta, Leticia entró como si fuera la dueña y eso le molestó.—Hola cariño, ¿Cómo estás?—Estaba perfectamente hasta que llegaste, ¿puedo saber porque entras sin mi permiso?—La inepta de tu secretaria no está, y yo no pensaba quedarme hasta que ella le diera la gana venir.—Está almorzando Leticia, y
Cuando April piso de Londres, después de tantos años, se sentía muy nerviosa, cuando empezó a buscar entre la gente no tuvo que buscar mucho, ya que su madre estaba con una gran cartel y una gran sonrisa esperándola. “Bienvenida April” ella le devolvió la sonrisa.—April —dijo Marta lanzándose al cuerpo de su hija, la abrazo con todo el amor que sentía por su hija, ella devolvió el abrazo, era su madre y la quería. — ¿Que tal el vuelo?—Tranquilo —dijo encogiéndose de hombros.—Me alegro, ven te quiero presentar a mi mejor amiga, claro que la conociste cuando eras una bebé. —llegó hasta Gabriella y las presentó. —April ella es Gabriella mi mejor amiga, y Gabriella mira que bella se hizo mi April.Gabriella le dio una cálida sonrisa y la abrazó, April por u
Cuando todos se fueron a dormir, tanto Luca como April daban vueltas en sus camas.En ella había algo que le atraía a él, quería ser su amiga, quería sanar ese dolor que veía en sus ojos, quería poder hacerle entender que no tenía por qué sentirse mal con él mismo. Trataba de escuchar a ver si la puerta de la habitación de la par se abría, *sonrió para sí misma* Gabriella le había dado una habitación al lado de la de Luca.Estaba harta de dar vueltas en la cama, por lo que se levantó, estaba segura que todos estaban durmiendo, por lo que bajaría en camisón, daba igual, nadie la vería, pero al parecer no sería así, justo cuando abrió la puerta, también se abrió la puerta continua, ambos se miraron sorprendidos, pero enseguida April le sonrió como siempre lo hacía cuando lo veía, pero solo con él.—Hola, ¿No puedes dormir? —Dijo caminando hasta él.—Hola, no, ¿Tú tampoco?
Mientras que April sentía que su corazón se quería salir del pecho, Luca salía más rojo que un tomate, ninguno sabía qué les pasaba, sólo que algo mágico crecía entre ellos.April sabía que él era especial, además era guapo claro que lo era, sus ojos grises, su sonrisa, su cabello, su cuerpo, era bueno, amable, hasta podía jurar que era cariñoso, ¿porque no veía lo que era realmente? Ella poco a poco se lo haría ver. Deseaba con todo su corazón que amaneciera pronto, a partir del día siguiente pasaría todo el día con él.Por su lado Luca sabía que April era única, esa sonrisa lo desarmaba, sus ojos grises como el acero podía ver más de él que lo que había a simple vista, tenía un cuerpo escultural, sus pechos y su lindo trasero lo estaban volviendo loco y ni qué decir de sus labios, gruesos y con ese color tan natural, deseaba besarlo, pero no podía y no debía, ella seguramente solo lo vería como un amigo y nada más. Pero a pesar de eso ella l
Cuando April iba a entrar, escuchó la voz de Luca bastante molesta.—Te recuerdo que tú nunca has sido, ni eres nada mío, y si no me dio la gana estar contigo la semana pasada es porque ya no me interesas, así que es la última vez que te pido que te marches de mi oficina.—¿Acaso te has vuelto loco? Nadie te hará caso Luca, ninguna mujer volverá tan siquiera a mirarte aunque sea para darte la hora, yo soy lo único que tienes. —Enojada por lo que estaba escuchando, April entró sin importarle tocar la puerta. Ambos giraron hacia la puerta, Luca le sonrió, mientras que Leticia fruncía el ceño.—¡Hola! —dijo sonriéndole a Luca con cariño — ¿interrumpí algo?—No — dijo Luca—Sí — debatió Leticia. — así que puedes irte por donde viniste, y para la próxima toca la puerta, no vaya hacer que encuentres una escena que no sea apta para ti. —Luca la miro enojado por su co
—A partir de hoy eres mi heroína, un ángel y mi nuera, me encantó ver como has defendido a mi hijo. — dijo Gabriella emocionada, Luca no quitaba la mirada de April.—Yo… yo.. no sé qué me pasó, es mi primer día y ya hice un escándalo.—No te preocupes cariño, esto que acabas de hacer es para celebrarlo a lo grande, eso fue increíble.April estaba realmente incómoda y Luca lo notó.—Mamá, ¿me dejas hablar con April a solas? , para luego ir a almorzar.—Por supuesto cariño, iré a ver que esa maldita zorra ya no esté en la empresa.Gabriella dio la vuelta y se dirigió a primera planta, para verificar que la basura ya estuviera afuera.Luca abrió la puerta de su oficina e hizo que April entrará de primero.—Luca de verdad lo siento, no debí sacarla así, aunque se lo merecía.—Deja d
Cuando April lo escuchó, algo en ella se rompió haciendo que se sintiera mal y enojada al mismo tiempo, por lo que sin pensarlo dos veces, agarró sus cosas y salió de ahí, tenía que pensar con claridad, ¿De verdad hizo bien en irse a Londres? ¿Por qué actuaba tan frío si él no era así? ¿O es que ella se habría creado a una persona que no existe?April empezó a caminar y a recorrer las calles, no conocía mucho de Londres, pero quería distraerse, su celular tenía casi toda la batería así que después llamaría a Gabriella para pedirle la dirección de su casa y se iría en taxi, no le hacía bueno tener chófer, cuando no conocía y quería conocer.Entró a un centro comercial y se fue a mirar tiendas, tenía dinero para comprar cosas, pero no le apetecía nada para ella, entró a una tienda que fue para comprar dos hermosas blusas una para Gabriella y otra para su mamá, siguió recorriendo las grandes tiendas y vio un hermoso vestido para Mia, seguro