Cuando Luca mandó el correo le extrañó que la susodicha no contestara de una vez, al parecer era cierto que no estaba muy convencida de venirse, a pesar de que le había ofrecido una muy buena cantidad de dinero, la verdad lo hacía por su madre, quería verla feliz, aunque a él también le gustaba ayudar, cuando llegó la notificación del correo lo abrió y leyó que había aceptado, madre e hija podrían estar juntas, justo cuando pensaba contestar de vuelta, Leticia entró como si fuera la dueña y eso le molestó.
—Hola cariño, ¿Cómo estás?
—Estaba perfectamente hasta que llegaste, ¿puedo saber porque entras sin mi permiso?
—La inepta de tu secretaria no está, y yo no pensaba quedarme hasta que ella le diera la gana venir.
—Está almorzando Leticia, y no es ninguna inepta, podrías retirarte estoy trabajando. —dijo mientras se levantaba y se dirigía hacía la puerta. Leticia lo abrazó por detrás y todo su cuerpo se tenso.
—Hace un mes no estamos juntos, me haces falta. —empezó a bajar su mano hasta llegar al miembro de Luca dónde empezó a estimularlo, hasta que empezó a crecer en sus manos, — ¿Que tal si me recuesto boca abajo en tu escritorio y tú me la metes desde atrás? —Leticia sabía que cuando le hablaba sucio a él le ponía más. Pero aunque estuviera malditamente excitado Luca no tendría sexo en su oficina, nunca lo había hecho y nunca lo haría.
—Aquí no Leticia, y lo sabes, si quieres puedes llegar en la noche a mi departamento — abrió la puerta y antes de salir se dirigió a ella, en su rostro pudo ver la mueca de asco que hizo cuando le veía a la cara. — En tres minutos vuelvo, y no te quiero aquí —dijo antes de dirigirse a la cafetería del mismo piso, sabía que nadie estaría ahí todos estarían en el gran comedor almorzando o fuera de la empresa en algún restaurante, él odiaba ver la cara que ponía sus empleados al verlo, por eso llegaba antes que nadie y se iba cuando no quedaba nadie, aunque tuviera elevador privado en su oficina, pero no había dado dos pasos cuando escuchó las últimas palabras de Leticia, palabras que aunque no quisiera le seguían doliendo “Maldito Cuasimodo” odiaba que la gente lo despreciara tanto, respiro profundo y siguió su camino, esperó exactamente 3 minutos regresó a su oficina recogió sus cosas, y se fue directo a su departamento, hoy no iría a casa de sus padres no se sentía bien, cuando Berny su chófer, guardaespaldas y amigo lo vio sabía que él porque, cada vez que alguien lo humillaba o lo herían él buscaba su refugio donde nadie pudiera lastimarlo, él realmente apreciaba a su jefe, era un gran hombre.
De camino a uno de sus departamentos, le mandó un mensaje a Patricia su secretaria avisando que se había ido y que ella podía hacer lo mismo. Luego mandó otro a su madre diciendo que no llegaría.
Luca tenía dos apartamentos en esa ciudad uno dónde se cogia a las mujeres, pero a ninguna, absolutamente ninguna tenía la clave para entrar al departamento, ni siquiera Leticia, él o Berny bajaban a recoger a quién subiría, y el otro era donde él busca paz, dónde podía desahogar su dolor sin que nadie lo criticara.
Cuando llegó, se encerró en su habitación, tenía una gran vista de toda la ciudad, en su balcón estaba rodeado de flores, flores que su madre había colocado, ya que desde niño él se sentaba o se acostaba en medio del jardín de la casa, eso lo hacía relajarse, sentir en paz.
Se sentó en el suelo, se abrazó a sus rodilla y lloró, lloró como un niño, odiaba sentirse así, por más que se hacía el fuerte ante los demás solo liberaba el dolor que le causaban las palabras de los demás, ese día no sólo había sido Leticia, en una reunión que había tenido en la mañana antes de entrar oyó cómo se burlaban de él, “el monstruo de la empresa” “Freddy krueger” hasta “Chucky el muñeco diabólico” claro que como sale en la última película todo lleno de cicatrices el rostro, ¿Por qué la gente tenía que ser tan cruel? ¿Acaso no se daban cuenta del daño que hacían? Estaba cansado de las humillaciones, claro que delante de él ni siquiera decían mu, aún así antes de salir de esa m*****a sala les dijo a los que había oído burlarse que estaban despedidos.
Trataba de ser fuerte y cruel, pero la verdad le costaba, quería tener una vida normal, enamorarse, tener hijos, vivir feliz con la mujer de su vida, pero sabía que eso nunca iba a pasar, nunca llegaría una mujer amarlo, ¿Quién lo haría? si hasta el mismo se asustaba cuando se veía en el espejo. Tras de todo sabía que no era valiente, porque si lo fuera hace mucho hubiera acabado con su vida con tal de no sufrir más, pero sabía que no era capaz, además haría sufrir a su familia y lo más valioso de todo es que amaba vivir, vivir esos pequeños momentos únicos que tenía en paz, esos pequeños momentos en los que tenía felicidad.
Cuándo vio que oscureció decidió ir a dormir, quería descansar, olvidar ese día y soñar, soñar en que era feliz y conocía a la mujer de su vida, una que lo amaba y lo aceptaba tal cual era.
Luca despertó en su gran cama después del mediodía, claro que se fue durmiendo después de las 5 am, y tenía un dolor de cabeza que no se aguantaba ni solo.
Salió rumbo a la cocina, sólo con un pantalón pijama, tenía las cicatrices en las piernas, pero esas no le importaba. El cuerpo de Luca estaba muy bien trabajado, era lo único que hacía para tratar de sentirme bien con sigo mismo, su abdomen estaba perfectamente marcado.
Iba a prepararse algo para comer, pero antes que nada iba a tomarse dos ibuprofeno, no había pasado ni dos minutos de haber llegado a la cocina cuando Berny llegó.
—¿Quieres almorzar conmigo? ¿O ya has comido? — no lo había visto, pero ya lo había sentido, su guardaespaldas era el amigo más leal que podía tener. Terminó de buscar las pastillas, llenó un vaso con jugo de naranja, y de inmediato se las tomó. El jugo le refresco la garganta, luego se giró hacia Berny que seguía sin contestar. Lo vio algo tenso por lo que frunció el ceño. —¿Que pasa?
—Al parecer la “Señorita” Leticia Jones llegó ayer al departamento suyo, y al no haber nadie para recibirla armó un escándalo poniendo mal su nombre.
—¡Maldita loca!
—Luca, se que soy solo un empleado, pero, ¿hasta cuando va a soportar a esa víbora? Usted es un buen hombre, sabe que mi esposa Ana lo quiere mucho, al igual que su familia, así mismo llegará una mujer que lo ame tal y cual es. — Luca rió amargamente.
—Eres más que un empleado y lo sabes, eres uno de mis pocos amigos. Tienes razón, pero solo en una cosa y es que tengo que cortar de raíz lo que tengo con ese parásito. En cuanto lo otro, Berny seamos sinceros, nunca ninguna mujer se va a fijar en mí.
—No lo creo así, hay muchas mujeres que se fijan en los sentimientos de la gente, en cómo son realmente y no en lo físico
—Pues Dios te escuche, y en verdad me mande esa mujer para mí. Aunque la verdad yo no quiero sufrir también por amor, por eso mejor no quiero a nadie, mejor vivir como vivo.
Berny puso los ojos en blanco, definitivamente su jefe era terco.
Luca hizo almuerzo para ambos, tuvo dos grandes profesoras que le enseñaron el mundo gastronómico, su madre y Ana y la verdad lo agradecería eternamente.
Cuándo estaba terminando de comer, su celular sonó, al mirar que era su madre quién llamaba, contestó de inmediato.
—Madre —fue lo primero que dijo.
—Cariño, ¿te encuentras mejor? ¿Vendrás hoy?
—Estoy mejor, pero no, no iré hoy ni en estos días, quiero estar solo mamá, y así quiero estar.
—Cariño, por favor….
—Mamá — le cortó antes de que siguiera con lo mismo. —Por favor te digo yo, cuando me sienta de verdad con ánimos te prometo que iré.
Gabriella suspiró resignada.
—Esta bien cielo, solo quería recordarte que April vendrá en dos días, iremos por ella al aeropuerto, y quería saber si ¿querías acompañarnos.? — a él le hubiera gustado decir que sí, siempre le había gustado conocer gente nueva, pero desde el accidente ya no era fan de eso.
—No mamá, la conoceré el lunes, cuando se incorpore a la empresa.
Gabriella odiaba que se negarán cuando ella pedía algo, pero lo comprendía, aunque no sabía qué era lo que realmente pasaba cuando se aislaba de todos, ella nunca se quejaba, por el contrario lo apoyaba.
—Está bien cariño, como tu quieras, no olvides cuanto te amo.
—Gracias mamá y yo también te amo, nos vemos después. — dijo antes de cortar.
Ese día se quedó en su casa, pero jueves, viernes y sábado, fue al orfanato, un lugar que le encantaba ir, disfrutaba con los niños, a pesar de que al principio preguntaban que le había pasado con el tiempo los niños ya no preguntaban, lo querían mucho, Luca era muy bueno con ellos, ese lugar cada día era más moderno, había gastado muchos millones, haciéndolo más grande el lugar, en 5 años había casi 250 niños más, pero el lugar era hermoso, Luca tenía cada habitación con tres camarotes, un baño, un televisor, las habitaciones eran enormes y eran casi 73 habitaciones, claro eso parecía un internado o hospital, eran más de mil metros cuadrados y 6 pisos, tenía dos habitaciones de juegos para niños menores de 12 años y otras dos de 12 hasta los 18. Un gran jardín, Luca estaba por poner más habitaciones, quería que cada niño se sintiera bien, hasta la educación de esos pequeños pagaba, en el transcurso de esos 5 años, muchos habían salido y seguían estudiando y trabajando para él, incluso ellos donaban al lugar de dónde había salido.
Mientras jugaba con los niños, no podía dejar de sonreír esos niños los llenaba, habían dos pequeños, hermanos gemelos de dos años de edad, que eran muy pegados a él, incluso lloraban cada vez que se tenía que ir. Amaba a esos pequeños Emily, y Eddy, una idea pasó por su cabeza y frunció el ceño, ¿porque no lo había pensando antes? Tal vez podría adoptarlos.
Decidió ir hablar con la encargada a ver qué le podían pedir a él por adoptar a esos pequeños, cuando iba caminando se giró un momento para poder ver que los niños siguieran jugando, sin poder evitarlo volvió a sonreír, ellos cambiarían su vida. Al girarse de nuevo chocó con un pequeño y delicado cuerpo.
Una hermosa mujer, con unos preciosos ojos grises estaba delante de él con una encantadora sonrisa.
Cuando April piso de Londres, después de tantos años, se sentía muy nerviosa, cuando empezó a buscar entre la gente no tuvo que buscar mucho, ya que su madre estaba con una gran cartel y una gran sonrisa esperándola. “Bienvenida April” ella le devolvió la sonrisa.—April —dijo Marta lanzándose al cuerpo de su hija, la abrazo con todo el amor que sentía por su hija, ella devolvió el abrazo, era su madre y la quería. — ¿Que tal el vuelo?—Tranquilo —dijo encogiéndose de hombros.—Me alegro, ven te quiero presentar a mi mejor amiga, claro que la conociste cuando eras una bebé. —llegó hasta Gabriella y las presentó. —April ella es Gabriella mi mejor amiga, y Gabriella mira que bella se hizo mi April.Gabriella le dio una cálida sonrisa y la abrazó, April por u
Cuando todos se fueron a dormir, tanto Luca como April daban vueltas en sus camas.En ella había algo que le atraía a él, quería ser su amiga, quería sanar ese dolor que veía en sus ojos, quería poder hacerle entender que no tenía por qué sentirse mal con él mismo. Trataba de escuchar a ver si la puerta de la habitación de la par se abría, *sonrió para sí misma* Gabriella le había dado una habitación al lado de la de Luca.Estaba harta de dar vueltas en la cama, por lo que se levantó, estaba segura que todos estaban durmiendo, por lo que bajaría en camisón, daba igual, nadie la vería, pero al parecer no sería así, justo cuando abrió la puerta, también se abrió la puerta continua, ambos se miraron sorprendidos, pero enseguida April le sonrió como siempre lo hacía cuando lo veía, pero solo con él.—Hola, ¿No puedes dormir? —Dijo caminando hasta él.—Hola, no, ¿Tú tampoco?
Mientras que April sentía que su corazón se quería salir del pecho, Luca salía más rojo que un tomate, ninguno sabía qué les pasaba, sólo que algo mágico crecía entre ellos.April sabía que él era especial, además era guapo claro que lo era, sus ojos grises, su sonrisa, su cabello, su cuerpo, era bueno, amable, hasta podía jurar que era cariñoso, ¿porque no veía lo que era realmente? Ella poco a poco se lo haría ver. Deseaba con todo su corazón que amaneciera pronto, a partir del día siguiente pasaría todo el día con él.Por su lado Luca sabía que April era única, esa sonrisa lo desarmaba, sus ojos grises como el acero podía ver más de él que lo que había a simple vista, tenía un cuerpo escultural, sus pechos y su lindo trasero lo estaban volviendo loco y ni qué decir de sus labios, gruesos y con ese color tan natural, deseaba besarlo, pero no podía y no debía, ella seguramente solo lo vería como un amigo y nada más. Pero a pesar de eso ella l
Cuando April iba a entrar, escuchó la voz de Luca bastante molesta.—Te recuerdo que tú nunca has sido, ni eres nada mío, y si no me dio la gana estar contigo la semana pasada es porque ya no me interesas, así que es la última vez que te pido que te marches de mi oficina.—¿Acaso te has vuelto loco? Nadie te hará caso Luca, ninguna mujer volverá tan siquiera a mirarte aunque sea para darte la hora, yo soy lo único que tienes. —Enojada por lo que estaba escuchando, April entró sin importarle tocar la puerta. Ambos giraron hacia la puerta, Luca le sonrió, mientras que Leticia fruncía el ceño.—¡Hola! —dijo sonriéndole a Luca con cariño — ¿interrumpí algo?—No — dijo Luca—Sí — debatió Leticia. — así que puedes irte por donde viniste, y para la próxima toca la puerta, no vaya hacer que encuentres una escena que no sea apta para ti. —Luca la miro enojado por su co
—A partir de hoy eres mi heroína, un ángel y mi nuera, me encantó ver como has defendido a mi hijo. — dijo Gabriella emocionada, Luca no quitaba la mirada de April.—Yo… yo.. no sé qué me pasó, es mi primer día y ya hice un escándalo.—No te preocupes cariño, esto que acabas de hacer es para celebrarlo a lo grande, eso fue increíble.April estaba realmente incómoda y Luca lo notó.—Mamá, ¿me dejas hablar con April a solas? , para luego ir a almorzar.—Por supuesto cariño, iré a ver que esa maldita zorra ya no esté en la empresa.Gabriella dio la vuelta y se dirigió a primera planta, para verificar que la basura ya estuviera afuera.Luca abrió la puerta de su oficina e hizo que April entrará de primero.—Luca de verdad lo siento, no debí sacarla así, aunque se lo merecía.—Deja d
Cuando April lo escuchó, algo en ella se rompió haciendo que se sintiera mal y enojada al mismo tiempo, por lo que sin pensarlo dos veces, agarró sus cosas y salió de ahí, tenía que pensar con claridad, ¿De verdad hizo bien en irse a Londres? ¿Por qué actuaba tan frío si él no era así? ¿O es que ella se habría creado a una persona que no existe?April empezó a caminar y a recorrer las calles, no conocía mucho de Londres, pero quería distraerse, su celular tenía casi toda la batería así que después llamaría a Gabriella para pedirle la dirección de su casa y se iría en taxi, no le hacía bueno tener chófer, cuando no conocía y quería conocer.Entró a un centro comercial y se fue a mirar tiendas, tenía dinero para comprar cosas, pero no le apetecía nada para ella, entró a una tienda que fue para comprar dos hermosas blusas una para Gabriella y otra para su mamá, siguió recorriendo las grandes tiendas y vio un hermoso vestido para Mia, seguro
El beso era apasionado y estaba haciendo que ambos perdieran la conciencia, pero antes de que eso pasara April se separó, necesitaba respirar, maldito fuera el oxígeno, con un gran suspiro y una sonrisa en su rostro lo miró a los ojos.—Tengo algo para ti. —Luca se sorprendió, la vio comprar cosas de hombre, pero no pensaba que fuera para él.—¿Por qué?—Porque puedo y quise — buscó entre las bolsas el regalo de Luca y se lo entregó con una sonrisa — Espero y te guste. — Luca sacó de la bolsa de regalo la camisa, la corbata y una caja cuando vio el reloj, sonrió, April tenía buen gusto.—Todo está muy hermoso April, tienes muy buen gusto — dijo con una gran sonrisa en rostro, luego miró las otras bolsas de regalo. — ¿Y esas bolsas, para quienes son? — April también las miró.—De Gabriella, Stuart, Elías, Liz y mamá. — dijo también sonriendo.<
—Te daré todo de mí, serás mía y de nadie más.—Tuya y solamente tuya. — dijo antes de volverse a besar, eran adictivos a sus labios.Luca la besaba tan apasionadamente y tan delicado al mismo tiempo, como si tuviera miedo a romperla. Él con manos algo temblorosas empezó a quitar la ropa de April, dejándola completamente desnuda, sus ojos se oscurecieron al verla, definitivamente era más hermosa que ninguna otra que sus ojos hayan visto.—Eres increíblemente hermosa —dijo con voz ronca de la excitación, April no pudo evitar sonrojarse, pero no sólo su rostro, sino todo su cuerpo y esa acción no le pasó desapercibida a Luca — Magnífica.Su boca buscó los labios de April, luego, empezó a descender, por su barbilla, cuello, y por último llegó a sus senos, los cuales metió a su boca, chupó y mordió suavemente uno por uno, cuando su boca le daba atención a uno su mano, le daba