April sonrió feliz cuando entró a su casa, esa en la que había vivido con su padre toda su vida, era hermosa, amplia y espaciosa, tenía 4 habitaciones, 2 baños, sala, comedor, cocina, una cochera para dos autos y lo mejor de todo era un amplio patio, con una pequeña piscina, muchos árboles, bellas flores que ya estaban algo marchitas, y el verde césped estaba algo crecido.
—Señora, ya coloque las cosas de los niños en su respectiva habitación — April se giró hacia Emilce, una señora de unos 50 años, con su cabello blanco, unos ojos cafés claros, casi miel que transmitían una paz increíble y quién había empezado a trabajar con ella hace menos de un mes, como nana de sus hijos y por recomendación de William ya que la que tenía de la nada decidió renunciar, cosa que le pareció extraño, aún
El nuevo día comenzaba y los rayos del sol empezaban a iluminar un gran día, uno que April jamás olvidaría, April se había bañado y alistado antes de bajar hacer el desayuno, uno dónde Emilce le ayudó, la nueva nana de sus hijos también bajó de una vez bañada y lista, así que el desayuno estuvo listo y la mesa estaba puesta decidió bañarse a los gemelos antes de desayunar, Emilce bañó a Eddy mientras que April lo hacía con Emily, una vez los gemelos estaban listos bajaron de desayunar, los niños estaban contentos, saldrían a pasear y conocer su nuevo hogar, ellos seguían esperando a Luca, deseaban con toda su fuerza, que él pronto fuera su papá, como siempre había querido. Una vez terminado el desayuno
April se dirigía hacia el instituto de arte, mientras conducía no podía quitar la sonrisa de su rostro, miró por el espejo retrovisor a sus hijos, quienes iban comiendo palomitas garretts, muy felices al igual que ella.—Se ve muy contenta— April miró de reojo a Emilce sin dejar de sonreír.—Lo estoy, desde que conocí a Luca me ha cambiado la vida, a sido lo mejor que me ha pasado, me enamoré de él con tan solo verlo sonreír, sabe, cuando lo vi jugaba con unos niños, se veía tan relajado y sonría tan hermoso, que solo ese simple gesto hizo que mi corazón quisiera salirse de mi pecho. Recuerdo que cuando lo tuve de frente le hablé y sonreí, me preguntó si estaba vieja — April se carcajeó al recordarlo — No había comprendido lo hermoso y maravilloso que era y que es. Espero poder ser feliz a su lado
April deseaba irse y poder seguir con sus pistas para poder llegar a April, faltaba tan poco, pero debía pensar en sus hijos, ellos debían alimentarse y ella también, su bebé necesitaba crecer fuertemente.—Te ves muy impaciente — April se echó a reír.—¿Tanto se me nota? — Emilce asintió con una sonrisa.—Sí, pero te entiendo, creo que yo estaría igual que tú, Luca se ha pasado con sorpresas tan maravillosas.—Sí, ha sido increíble, y de verdad deseo poder ver lo que falta. —April miró a Emilce a los ojos — ¿Puedo preguntarte algo?—Lo que sea.—¿De dónde conoce a Luca? — Emilce sonrió con cariño.—Fui su nana por 16 años, él era un niño tan alegre, tan amable, tan intel
April llegó con la emoción y los nervios a mil, ¿cómo era posible que su corazón latiera tan rápido? observó a su madre y ella con una gran sonrisa le dio un leve asentimiento con la cabeza, April salió a toda prisa del auto, siguiéndole su madre, la nana y sus pequeños.El Shedd Aquarium es un acuario techado y moderno, famoso por su variedad de hábitats y una hermosa vista al lago Michigan.Y como había estado haciendo Luca desde que el día había empezado, seguía sorprendiendola y como había hecho en el Zoológico cerró el acuario, exclusivamente para ellos, afuera, en la puerta principal estaba repleta de globos estos eran grandes, transparentes y llenos de pétalos de rosas, había globos en forma de corazón, y en forma de anillos.Había miles de pétalos de rosas en el suelo, de tantos
—¿Deseas ser mi esposa para toda la vida? — las palabras de Luca dejaron a April sorprendida, se tapó su rostro con las manos y se echó a llorar, su sueño se hacía realidad. — Cariño, ¿dije algo malo? — Luca se sorprendió que April llorara más, ella lo miró, mientras se limpiaba las lágrimas de su mejilla, y se tiró a los brazos de Luca, éste que no lo vio venir y como se había levantado del piso al ver a April llorando, no pudo sostenerse y cayó al piso con April encima.—No has dicho nada malo, por el contrario, hoy ha sido uno de los mejores días de mi vida, eres tan increíble, Te amo Luca y si, acepto ser tu esposa para toda la vida..Luca sonrió, le acarició el rostro con tanta suavidad y cariño que April cerró sus ojos al tacto de su hombre, Luca se separó un poco de ell
April guió a Luca hasta su habitación, una a la que apenas entraron, dieron rienda a la pasión, Luca, aprisiono a April contra la pared y la besó como si no hubiera un mañana, recorría con sus manos el perfecto cuerpo de April. Ella solo gemía y se deshacía en la caricias de Luca, se sentía tan excitada que de forma salvaje y violenta abrió su camisa haciendo que los botones volaran por la habitación, para desgraciada de ambos eran mortales y necesitaban el bendito aire para respirar, por lo que se separaron pocos centímetros, y le ayudó a April a quitarse su camisa, una que votaría porque ya no tenía botones. Le quitó el vestido a April y lo tiró junto con su camisa, Luca se puso más duro, de lo que ya estaba, April tenía una ropa interior tan, pero tan sexy, que deseaba no soltarla en una semana.—Eres tan hermosa, tan divina, tan
April se miraba al espejo y le gustaba verse tan radiante, no podía creer que ya mañana sería su boda con el hombre que amaba, todo parecía un hermoso sueño y no quería despertar, Luca entró a la habitación y en cuanto la vio quedó estático, recorriendola con la mirada de pies a cabeza.—Estás increíblemente hermosa. — April llevaba un hermoso vestido color vino, con toda su espalda descubierta, le llegaba hasta los pies, y su hermoso vientre se nota redondo, que la hacía tener mezcla entre adorable y sensual.—Y tú te ves fabuloso, de una vez te digo que sí veo alguna mujer cerca tuyo con intenciones de conquistarte le parte el cuello. — Luca no pudo evitar soltar una carcajada al escucharla.—Pues como no quiero ir hacerte una visita conyugal una vez por semana a prisión mejor me alejo de todas ellas, d
—¡Puja cariño!, ¡puja!, — Luca trataba de dar ánimos a April, deseaba saber que sería su nuevo bebé.—Es muy fácil… para ti — dijo ya cansada, deseaba salir de una vez por todas de eso. — juro que este si será el último.. — pujo una vez más.—Amor, prometiste darme diez hijos y con este seria la mitad, todavía faltan cinco más — April lo miró deseando matarlo, amaba su esposo, estos 7 años, casi 8 a su lado había sido los mejores, pero el hombre cada dos años la embarazaba, amaba a sus hijos, pero creía que con cinco ya eran más que suficiente.—Eso lo dije en medio de un orgasmo, no sabía lo que decía. — dijo recordando el momento.—April, quiero 10 hijos.—Pues adoptamos a los otros cinco porque yo ya no