Termino de ingresar al despacho. Me sirvo un Whisky antes de sentarme frente a él.
—Alguien nos robó, asaltaron la bodega que está a las afueras de la ciudad —exclama, pasándose una mano por su cabello castaño.
—Eso es imposible, esa bodega está bien resguardada —pronuncio asombrado.
—Esto está muy raro, Marcus —espeta enfadado—. Casi nadie sabía sobre esa bodega.
—Hay que investigar, tal vez haya un infiltrado —sugiero bebiendo un trago.
—Ya empecé con eso, tengo a mi mejor hombre —teclea algo en la computadora—. ¡Dimitri!
A los segundos un hombre alto, cabello negro y de facciones gruesas, entra. Debe rondar entre los treinta y algo.
—¿Señor? —es ruso, su acento lo delata.
—Dimitri, quiero presentarte a mi amigo, Marcus Rusakov —levanta la mirada del computador.
Me saluda con un asentimiento de cabeza, que correspondo al instante. Pero hay algo en él que no me gusta, sus ojos me miran con molestia.
—
Su cara, oh, aquél bello rostro que me ha encandilado en estos últimos días, me ve furioso. Pasa varias veces las manos por su cabello, lo veo, y sus ojos están inyectados en sangre, conclusión final:Está tremendamente enojado.—Estoy esperando una respuesta —masculla.—¿Por qué te interesa? —pregunto.Sus ojos se dirigen a mi, frunce su entrecejo y aprieta sus puños.—Porque me da la puta gana, ahora responde —se acerca, frente a mi se ve más alto, más imponente.Sus ojos azules agua, destilan furia pura. Su pecho sube y baja conforme su respiración se agita.—Es mi amigo, es como mi familia —mi respuesta lo hace fruncir el ceño.—No te creo, te acuestas con él, ¿verdad? —sus palabras cargan veneno.Oh, quieres insultarme, y me estas hablando mal. Si crees que me echaré a llorar estas muy equivocado.—¿Sabes qué? ¡Piensa lo que se te de la puta gana! —grito—. ¡Insúltame! ¡habla todo lo mal de mi que
El vestíbulo estaba lleno de gente, yo seguía con mi mano agarrando el brazo de Nikolay.Estaba ataviado en un traje negro, con una camisa blanca y una corbata azul oscuro. Se veía impresionante. Su cabello estaba bien peinado, sin dejar ningún riso suelto.Nos introducimos en la multitud, y ahí fue que lo vi...Marcus...Iba acompañado de una chica hermosa, realmente sensual. Su cabellera negra caía maravillosa por su espalda. Su vestido negro era divino, y hacia juego con el traje del maldito.Oh, Dios mío.¿Por qué tiene qué estar tan bueno?Una punzada de celos me atraviesa cuando él pone su mano en la de ella, le sonríe tan abiertamente.Estoy votando chispas...Maldigo en mi mente unas quinientas veces al ruso, y cierro los ojos buscando calmarme.—¿Ocurre algo? —pregunta Nikolay en mi oído.Sigo mirando al ruso maldito, que, en ese preciso momento mira en mi dirección. Sonrío, y gi
Sus ojos me ven con un brillo especial, no encuentro las palabras para expresarlo.Su mano acuna mi mejilla y le regala una suave caricia... Una que se siente magnífica. Sonrío y dejo un beso en su mano.Se acerca, y con suavidad se adueña de mis labios. Su beso toma intensidad al instante, y sus fuertes manos se apoderan de mi cintura.Se aleja de mi, y me regala esa hermosa sonrisa baja bragas que me debilita.—Eres tan hermosa. —susurra, toma mi mano y la besa—. Te quiero, Génesis, no sabes cuanto. Es una sensación extraña, que me llena de felicidad.Me hala y su pecho colisiona con el mío.Sus palabras me alegran el alma, y me endulzan la vida, y aunque siento lo mismo, me da miedo decirlo. Expresar mis sentimientos fue lo único que no aprendí en esta vida.—Marcus, yo... -—Shh... —pone un dedo en mis labi
Lo miro, y no puedo evitar sonreír...Es tan guapo, tan diferente a los demás—o eso quiero pensar—, y es todo mío. Sí, señor. Me muerdo el labio, reprimiendo una sonrisa perversa.—Deja de violarme con la mirada —se carcajea—. Aunque, no sería mala idea. Ven aquí.Dejo el carrito, y a paso lento me acerco.Sus pozos azules escudriñan mis movimientos. Llego a su encuentro y me abraza por la cintura, desata el nudo de mi Albornoz. Quedo desnuda, y me envuelve con su toalla, siento su virilidad chocando contra mi vientre.Beso su pecho, y susurro:—Me tengo que bañar...—¿Te acompaño? —pregunta.—¿No me digas qué quieres usar el truco de "ahorrar agua"? —indago, dejando otro beso en su torso.—¿Funcionó? —suelta una pequeña
LunesGénesis—¿Dónde está Karen? —le pregunto a Anny.Nos ha tocado limpiar una habitación, perteneciente a un importante señor, dueño de varias empresas exportadoras en New York.Karen, salió hace unas horas y no se ha reportado, y ya me estoy preocupando.—Dijo que tenía una cita. —contesta mi amiga.—¿Una cita? ¿no habrás escuchado mal? —indago.—Estoy igual de sorprendida que tú, es muy extraño todo esto. Aunque si ella es feliz, no hay problema.—Tienes razón, lo importante es que ella sea feliz. —concuerdo.—Falta poco para el cumple años de los niños, tengo casi todo preparado para ese día. —exclama emocionada.—Cuento los días para verlos, esos hermosos bebés se han robado mi corazón. —musito sonriendo.—Cuando tengas el tuyo...—Imposible. —la interrumpo.—¿Qué?—Yo no tendré hijos, ni loca. —un escalofrío me recorre ante la
MarcusCon los ojos abiertos Génesis mira A Ketlan...Y por primera vez, desde que lo conozco, veo a mi amigo sin palabras, está blanco como un papel. Y sigue mirando la foto de los niños.—¿Tienes un hermano gemelo? —pregunta Gen.—¿No ha escuchado que sí? —exclama Ketlan, con sequedad.Sí, Ketlan tiene un genio muy especial, y verlo reír... Bueno, eso es casi imposible.—No le permito...—Gen. —la paro.No quiero que mi mejor amigo, y la mujer de mi... Bueno, no quiero que se lleven mal. Es muy importante para mi.—Si es verdad lo que dice esa donna, me encargaré personalmente de esta situación. —Musita Ketlan, decidido.—¿Insinúa qué ella miente? —pregunta enojada Gen, se acerca un poco, la tomo del brazo y ella se suelta&mdas
Martes 31 de eneroMarcusMe estiro en la cama, y alargo un brazo buscando el delgado cuerpo de la mujer que me tiene loco.Me incorporo cuando no la encuentro.Maldita, se ha ido.Gruño frustrado.Me levanto y me dirijo al baño, una ducha relajante me hará comenzar el día de la mejor manera...Génesis—Pregunta seria, ¿por qué no nos emborrachamos en un bar por ahí? —Karen suelta el trapeador.Anny y yo la miramos.—¿Estás loca? es martes, no ha empezado bien la semana y ya quieres beber. Alcohólica. —bisbisea lo último Anny.—Yo no le veo nada de malo, al contrario, me parece una excelente idea. —secundo a Karen.—No, no me arrastraran com
GénesisYa perdí la cuenta de cuántos chupitos de vodka me he tomado, corrección... Nos hemos tomado, porque Anny y Karen están en las mismas que yo: ebrias.Bailamos al ritmo de la música, mis caderas tienen vida propia, como las manos del fulano que tengo detrás, que se ha pegado como garrapata desde hace media hora.Karen está a unos pasos de mí, gozando como nunca con un sueco que la encandilado desde que llegamos al bar.Anny me sorprendió, se ha besado con tres tipos diferentes, solo que ahora baila con otro.El alcohol hace que nuestro lado más perverso, negro, sucio y que tenemos guardado bajo llave, salga a relucir...De vez en cuando le echo una miradita, estoy borracha pero no dejaré que un degenerado me desvirtúe la muchacha.Con lo que atesora la virginidad esa mujer, perderla en un bar borracha sería horrible.Sonrío, Anny no ha podido disfrutar nada de