El vestíbulo estaba lleno de gente, yo seguía con mi mano agarrando el brazo de Nikolay.
Estaba ataviado en un traje negro, con una camisa blanca y una corbata azul oscuro. Se veía impresionante. Su cabello estaba bien peinado, sin dejar ningún riso suelto.
Nos introducimos en la multitud, y ahí fue que lo vi...
Marcus...
Iba acompañado de una chica hermosa, realmente sensual. Su cabellera negra caía maravillosa por su espalda. Su vestido negro era divino, y hacia juego con el traje del maldito.
Oh, Dios mío.
¿Por qué tiene qué estar tan bueno?
Una punzada de celos me atraviesa cuando él pone su mano en la de ella, le sonríe tan abiertamente.
Estoy votando chispas...
Maldigo en mi mente unas quinientas veces al ruso, y cierro los ojos buscando calmarme.
—¿Ocurre algo? —pregunta Nikolay en mi oído.
Sigo mirando al ruso maldito, que, en ese preciso momento mira en mi dirección. Sonrío, y gi
Sus ojos me ven con un brillo especial, no encuentro las palabras para expresarlo.Su mano acuna mi mejilla y le regala una suave caricia... Una que se siente magnífica. Sonrío y dejo un beso en su mano.Se acerca, y con suavidad se adueña de mis labios. Su beso toma intensidad al instante, y sus fuertes manos se apoderan de mi cintura.Se aleja de mi, y me regala esa hermosa sonrisa baja bragas que me debilita.—Eres tan hermosa. —susurra, toma mi mano y la besa—. Te quiero, Génesis, no sabes cuanto. Es una sensación extraña, que me llena de felicidad.Me hala y su pecho colisiona con el mío.Sus palabras me alegran el alma, y me endulzan la vida, y aunque siento lo mismo, me da miedo decirlo. Expresar mis sentimientos fue lo único que no aprendí en esta vida.—Marcus, yo... -—Shh... —pone un dedo en mis labi
Lo miro, y no puedo evitar sonreír...Es tan guapo, tan diferente a los demás—o eso quiero pensar—, y es todo mío. Sí, señor. Me muerdo el labio, reprimiendo una sonrisa perversa.—Deja de violarme con la mirada —se carcajea—. Aunque, no sería mala idea. Ven aquí.Dejo el carrito, y a paso lento me acerco.Sus pozos azules escudriñan mis movimientos. Llego a su encuentro y me abraza por la cintura, desata el nudo de mi Albornoz. Quedo desnuda, y me envuelve con su toalla, siento su virilidad chocando contra mi vientre.Beso su pecho, y susurro:—Me tengo que bañar...—¿Te acompaño? —pregunta.—¿No me digas qué quieres usar el truco de "ahorrar agua"? —indago, dejando otro beso en su torso.—¿Funcionó? —suelta una pequeña
LunesGénesis—¿Dónde está Karen? —le pregunto a Anny.Nos ha tocado limpiar una habitación, perteneciente a un importante señor, dueño de varias empresas exportadoras en New York.Karen, salió hace unas horas y no se ha reportado, y ya me estoy preocupando.—Dijo que tenía una cita. —contesta mi amiga.—¿Una cita? ¿no habrás escuchado mal? —indago.—Estoy igual de sorprendida que tú, es muy extraño todo esto. Aunque si ella es feliz, no hay problema.—Tienes razón, lo importante es que ella sea feliz. —concuerdo.—Falta poco para el cumple años de los niños, tengo casi todo preparado para ese día. —exclama emocionada.—Cuento los días para verlos, esos hermosos bebés se han robado mi corazón. —musito sonriendo.—Cuando tengas el tuyo...—Imposible. —la interrumpo.—¿Qué?—Yo no tendré hijos, ni loca. —un escalofrío me recorre ante la
MarcusCon los ojos abiertos Génesis mira A Ketlan...Y por primera vez, desde que lo conozco, veo a mi amigo sin palabras, está blanco como un papel. Y sigue mirando la foto de los niños.—¿Tienes un hermano gemelo? —pregunta Gen.—¿No ha escuchado que sí? —exclama Ketlan, con sequedad.Sí, Ketlan tiene un genio muy especial, y verlo reír... Bueno, eso es casi imposible.—No le permito...—Gen. —la paro.No quiero que mi mejor amigo, y la mujer de mi... Bueno, no quiero que se lleven mal. Es muy importante para mi.—Si es verdad lo que dice esa donna, me encargaré personalmente de esta situación. —Musita Ketlan, decidido.—¿Insinúa qué ella miente? —pregunta enojada Gen, se acerca un poco, la tomo del brazo y ella se suelta&mdas
Martes 31 de eneroMarcusMe estiro en la cama, y alargo un brazo buscando el delgado cuerpo de la mujer que me tiene loco.Me incorporo cuando no la encuentro.Maldita, se ha ido.Gruño frustrado.Me levanto y me dirijo al baño, una ducha relajante me hará comenzar el día de la mejor manera...Génesis—Pregunta seria, ¿por qué no nos emborrachamos en un bar por ahí? —Karen suelta el trapeador.Anny y yo la miramos.—¿Estás loca? es martes, no ha empezado bien la semana y ya quieres beber. Alcohólica. —bisbisea lo último Anny.—Yo no le veo nada de malo, al contrario, me parece una excelente idea. —secundo a Karen.—No, no me arrastraran com
GénesisYa perdí la cuenta de cuántos chupitos de vodka me he tomado, corrección... Nos hemos tomado, porque Anny y Karen están en las mismas que yo: ebrias.Bailamos al ritmo de la música, mis caderas tienen vida propia, como las manos del fulano que tengo detrás, que se ha pegado como garrapata desde hace media hora.Karen está a unos pasos de mí, gozando como nunca con un sueco que la encandilado desde que llegamos al bar.Anny me sorprendió, se ha besado con tres tipos diferentes, solo que ahora baila con otro.El alcohol hace que nuestro lado más perverso, negro, sucio y que tenemos guardado bajo llave, salga a relucir...De vez en cuando le echo una miradita, estoy borracha pero no dejaré que un degenerado me desvirtúe la muchacha.Con lo que atesora la virginidad esa mujer, perderla en un bar borracha sería horrible.Sonrío, Anny no ha podido disfrutar nada de
—Pobre de ti —exclama Anny bostezando—, a mí se me quitó hace dos semanas, soy libre aún.—Cállate, que no estoy muy bien que digamos, tengo tantas cosas dándome vueltas en la cabeza.—Mejor dicho, hagamos silencio las dos, la cabeza me va a estallar —dice Anny sobando su frente.Entro al baño y me coloco un tampón, salgo y le digo:—Sí, durmamos un poco, solo un poco más —digo recostándome en mi cama.{...}—¿Pero qué diablos...?Abro los ojos, Anny se está levantando de su cama, tiene los cabellos desordenados, parece una loca después de una gigantesca pelea.—Nos acostamos hace cinco minutos, y ya nos tenemos que levantar, odio trabajar para vivir —dice ella.—Somos dos, aunque pronto me iré de aquí y no tendré que trabajar más nunca, por fin —murmuro.—Hablando de eso, ¿cuanto tiempo falta para...?—¡Llegué! —grita Karen, interrumpiendo nuestra conversación.<
Jueves 2 de febreroGénesisSon las ocho de la noche, camino por los pasillos del hotel, a paso rápido. Voy a doblar para tomar el ascensor, pero una mano se cierne sobre mí brazo y me jala hasta hacerme chocar contra la pared.Para cuándo soy consciente de quién se tomó el atrevimiento de ponerme las manos encima, estoy encerrada en unos fuertes brazos.Aprieto mi mandíbula.—Hace mucho quería hablar contigo —informa, su fría voz se cuela como espinas en mis oídos, su cabello castaño va perfectamente peinado.—¿Qué se le ofrece? —pregunto, tratando de sonar lo más calmada posible.—¿Que te traes con Marcus? —pone su mano por mi cuello, sus dedos rozan mi piel con suavidad, su caricia me produce asco—. Podr&ia