Estimadas lectoras y lectores Creo que Teodore finalmente ha decidido dar un gran paso... Finalmente ha aceptado formar una familia, aceptar a la mujer que tiene a su lado y vivir loque le reste de vida.
Luego de que Teodore y Fátima pasaran su primera noche juntos, luego de 23 años, aquel hombre despertó, miraba el bello rostro de aquella mujer y no podía comprender cómo es que ella podía quererle, como si él no había hecho nada extraordinario.De a poco, Fátima fue abriendo los ojos al sentir la mirada del hombre a su lado, un ligero rubor se instaló en sus mejillas, estaba desnuda, completamente desnuda, y a su lado, estaba el hombre por quien había rezado poco más de la mitad de su vida.- Teodore… - Dijo Fátima casi en un susurro.- Así suena mejor… ¿Ya vez como si puedes decirme así? – Dijo el hombre mirándole fijamente.Ella lucía encantadora, aquel rubor que pintaba sus mejillas, le atraía a Teodore, pero no sabía cómo expresarlo, con su mano acarició la mejilla de su mujer, ella hizo un gesto de agrado. Por dentro se dijo, ¡Al demonio, si ya lo hicimos, que debería avergonzarnos! La atrajo hacia su pecho y la comenzó a besar, estaba seguro de que podría volverse adicto a ella
Finalmente, el chofer de Laura llegó, la chica se despidió de todas las mujeres que estaban en el salón, entre las que obviaron que Valeria aún no regresará a este. Todas en sus cabezas tenían la idea de que estaba ocupada cuidando de su par de gemelos; sin embargo, estaban muy alejadas de la realidad.Marco y Valeria se encontraban inmersos en una sesión de besos y caricias, como hacía mucho tiempo no tenían oportunidad. Valeria alcanzó a ver las luces del auto que se alejaba, fue ahí donde reaccionó en que no había regresado a ver a las chicas.- Marco… Marco… Las chicas están en el salón… - dijo Valeria, toda sonrojada.- ¿Y…? – Dijo Marco, aún besando su piel y apretando su cuerpo contra el suyo.. Marco… Debo ir a verlas… - Dijo Valeria un tanto desconcentrada.- Otro ratito… No sé cuándo podamos tener un momento así otra vez. – dijo Marco, perdido en lo que tenía frente a él.El hombre disfrutaba de ver cómo su esposa se retorcía de placer debajo de él, aquel escritorio estaba he
Al día siguiente, Laura salió a recoger el vestido que utilizaría para la boda de su hermana, un hermoso vestido melocotón hecho de finas capaz de velo, el color casi se perdía en la blancura de su piel. En un principio pensaba ir junto a Paloma, pero hoy sintió que necesitaba un día libre, un día sola, como los que hacía mucho tiempo no tenía.Afortunadamente, su vida solitaria se había terminado, su hija llenaba un gran espacio en su corazón, pero no solo ella, sino también su padre, sus hermanos y ahora toda la familia Pellegrini, si no era uno era otro, pero nunca estaba sola.Sin dudar, dejó Adele en casa con Paolo y Maurizio, además de que Emma había prometido estar ahí temprano, por lo que, sin remordimiento, salió y fue a un exclusivo centro comercial, entró a la tienda donde consiguió su vestido. Mientras le traían este, admiraba otros modelos que estaban en exhibición, maravillada por cada modelo, por cada tela y por cada detalle.Sin ver su alrededor, alguien ya la había ide
Laura rápidamente tomó las llaves de su auto, era obvio que no esperaba encontrarse al padre de su hija, sinceramente con todo lo vivido, sí, en ocasiones pensaba en él, pero inmediatamente trataba de disipar los recuerdos, ya que la mayoría de ellos se empañaban con la última interacción.Más de un año después se encontraban, si bien su padre y familia la habían apoyado hasta este punto, ella no podía negar que verlo en persona le revolvía cosas en el estómago.- Laura… Podemos hablar… - Dijo Adrien en un tono de súplica.Laura lo miraba temerosa, la última vez que se habían visto, prácticamente él le había demostrado lo poco que le importaba y lo mucho que podría hacerle.- Adrien, lo siento… Pero no… Tú y yo, no tenemos nada de qué hablar. No me tomes a mal mi reacción; sin embargo, lo último que quiero es volver a tener problemas contigo. – Dijo Laura, tomando todo el valor que podía.Los años que vivió a la deriva de su familia, prácticamente la habían hecho tímida, poco a poco ha
Laura miró por el espejo y vio cómo aquel hombre que aún día ella había amado, se quedaba ahí parado. No pudo evitar soltarse a llorar, salió del lugar y, tan pronto como vio un lugar apartado, aparco y comenzó a llorar.- ¿Por qué, Adrien? ¿Por qué? ¡Tú nos dejaste! ¡Tú te olvidaste de nosotras! – Decía Laura en voz alta mientras lágrimas empañaban su mirada.Ella se había hecho la más fuerte, no se podía dar el lujo de dejar que Adrien la viera romperse. Finalmente, su día alegre se había empañado por la presencia de aquel joven de quien aún sentía amor, pero que tal como lo dijo, era más grande el amor por su hija que por él.Luego de unos minutos más, donde se permitió llorar, comenzó a conducir nuevamente, se secó las lágrimas, sonrió ante el espejo retrovisor y comenzó a conducir. Al llegar a casa ya no tenía los ojos rojos, pero sí el corazón roto, Emma la recibió con Adele en brazos.- Laurita, tu pequeña no deja de buscarte… - Dijo mientras Adele se emocionaba al ver a su madr
Después de aquella plática, Laura se sintió mejor, se recostó a dormir con su hija. Eran pasadas las 11:00 pm, cuando la puerta de su habitación se abrió. Laura, al sentir la mirada de alguien, despertó, se llevó un gran susto, pero luego reaccionó.Delante de ella estaba alguien, alguien que le hacía mucha falta desde hacía tiempo.- Luciano… ¡Hermano! – dijo Laura y luego se abalanzó sobre él. - ¡Hermano! ¡Eres tú! ¡Estás aquí! – decía Laura mientras le acariciaba el rostro, lo miraba y no lo podía creer.Los ojos de Laura se le llenaron de lágrimas, por su lado, Luciano no pudo ser el chico rudo, ella era su hermanita, ella era su hermanita chiquita, aquella a quien siempre defendió, a quien siempre cuidó.Luciano apretó el abrazo y luego se separó, no sin antes mirar a la pequeña niña que estaba profundamente dormida en la cama.- ¡Oye…! ¡Es hermosa mi sobrina! ¡Está preciosa!Laura se limpió las lágrimas, lo miró, se levantó de la cama y lo volvió a mirar.- ¿Dónde habías estado?
Massimo veía cómo sus dos hijos interactuaban, era evidente que ambos siempre habían sido muy unidos, estaba claro que Luciano siempre fue el hermano mayor.Por el lado de Almendra, se sorprendía cómo era el cambio de Sebastiano para con su hermana, el chico tímido evidentemente no era, el joven abrazador menos, con Laura era un joven protector y sonriente, en ese momento entendió que aún le faltaba mucho por conocerle.Luego de un par de horas, llegó el momento de ir a dormir, Massimo asignó dos habitaciones para los jóvenes y luego fue a dormir, mientras estaba recostado en la cama, pensaba en el futuro, aún tenía mucho que trabajar, aun había mucho que sanar. Él había permitido que se cometieran varios errores en su hijo, que Moretti sabía cómo manejar, pero él no.Una de las cosas que en ese momento le cruzó la mente, era lo incómodo que sería, el reencuentro de Paloma con Luciano, por poner un ejemplo, su hijo no era malo, pero eso no lo eximia de cometer errores como los del pasa
Paloma había decidido pasar los 6 días que faltaban para la boda, en casa de sus padres. Ella sentía que los necesitaba, sabía que ellos se irían pasando la boda, por lo que, ni lenta, ni perezosa, había hablado con Aldo. Su ahora esposo entendió claramente la situación y, aunque Marco le causara cierto miedo, él iría a verla todos los días.Dos días antes, Marco lo llamó y le pidió que ese día no fuese. Ese día quería que él y Paloma tuvieran un día de padre e hija, así que, Aldo entendió.- Papá, ¿A dónde vamos a ir? – Preguntó Paloma a Marco un tanto intrigada.- ¡Es una sorpresa! Anda, ya no seas tan desesperada, mira que voy a dejar a tu madre con las locas de sus amigas y eso ya es mucho… - Dijo Marco en un tono divertido.Marco, en estos pocos días, había visto a su esposa sonreír de maneras que solo lo hacía con sus amigas. Aunque era notorio que entre Aurora y Regina había muchas diferencias, ambas rayaban en lo divertido, cada una tenía sus propias anécdotas, su propia vida