Estimadas lectoras y lectores Valeria y Marco están encontrando la tranquilidad, su vida poco a poco le va llegando la paz.
Al día siguiente, Laura salió a recoger el vestido que utilizaría para la boda de su hermana, un hermoso vestido melocotón hecho de finas capaz de velo, el color casi se perdía en la blancura de su piel. En un principio pensaba ir junto a Paloma, pero hoy sintió que necesitaba un día libre, un día sola, como los que hacía mucho tiempo no tenía.Afortunadamente, su vida solitaria se había terminado, su hija llenaba un gran espacio en su corazón, pero no solo ella, sino también su padre, sus hermanos y ahora toda la familia Pellegrini, si no era uno era otro, pero nunca estaba sola.Sin dudar, dejó Adele en casa con Paolo y Maurizio, además de que Emma había prometido estar ahí temprano, por lo que, sin remordimiento, salió y fue a un exclusivo centro comercial, entró a la tienda donde consiguió su vestido. Mientras le traían este, admiraba otros modelos que estaban en exhibición, maravillada por cada modelo, por cada tela y por cada detalle.Sin ver su alrededor, alguien ya la había ide
Laura rápidamente tomó las llaves de su auto, era obvio que no esperaba encontrarse al padre de su hija, sinceramente con todo lo vivido, sí, en ocasiones pensaba en él, pero inmediatamente trataba de disipar los recuerdos, ya que la mayoría de ellos se empañaban con la última interacción.Más de un año después se encontraban, si bien su padre y familia la habían apoyado hasta este punto, ella no podía negar que verlo en persona le revolvía cosas en el estómago.- Laura… Podemos hablar… - Dijo Adrien en un tono de súplica.Laura lo miraba temerosa, la última vez que se habían visto, prácticamente él le había demostrado lo poco que le importaba y lo mucho que podría hacerle.- Adrien, lo siento… Pero no… Tú y yo, no tenemos nada de qué hablar. No me tomes a mal mi reacción; sin embargo, lo último que quiero es volver a tener problemas contigo. – Dijo Laura, tomando todo el valor que podía.Los años que vivió a la deriva de su familia, prácticamente la habían hecho tímida, poco a poco ha
Laura miró por el espejo y vio cómo aquel hombre que aún día ella había amado, se quedaba ahí parado. No pudo evitar soltarse a llorar, salió del lugar y, tan pronto como vio un lugar apartado, aparco y comenzó a llorar.- ¿Por qué, Adrien? ¿Por qué? ¡Tú nos dejaste! ¡Tú te olvidaste de nosotras! – Decía Laura en voz alta mientras lágrimas empañaban su mirada.Ella se había hecho la más fuerte, no se podía dar el lujo de dejar que Adrien la viera romperse. Finalmente, su día alegre se había empañado por la presencia de aquel joven de quien aún sentía amor, pero que tal como lo dijo, era más grande el amor por su hija que por él.Luego de unos minutos más, donde se permitió llorar, comenzó a conducir nuevamente, se secó las lágrimas, sonrió ante el espejo retrovisor y comenzó a conducir. Al llegar a casa ya no tenía los ojos rojos, pero sí el corazón roto, Emma la recibió con Adele en brazos.- Laurita, tu pequeña no deja de buscarte… - Dijo mientras Adele se emocionaba al ver a su madr
Después de aquella plática, Laura se sintió mejor, se recostó a dormir con su hija. Eran pasadas las 11:00 pm, cuando la puerta de su habitación se abrió. Laura, al sentir la mirada de alguien, despertó, se llevó un gran susto, pero luego reaccionó.Delante de ella estaba alguien, alguien que le hacía mucha falta desde hacía tiempo.- Luciano… ¡Hermano! – dijo Laura y luego se abalanzó sobre él. - ¡Hermano! ¡Eres tú! ¡Estás aquí! – decía Laura mientras le acariciaba el rostro, lo miraba y no lo podía creer.Los ojos de Laura se le llenaron de lágrimas, por su lado, Luciano no pudo ser el chico rudo, ella era su hermanita, ella era su hermanita chiquita, aquella a quien siempre defendió, a quien siempre cuidó.Luciano apretó el abrazo y luego se separó, no sin antes mirar a la pequeña niña que estaba profundamente dormida en la cama.- ¡Oye…! ¡Es hermosa mi sobrina! ¡Está preciosa!Laura se limpió las lágrimas, lo miró, se levantó de la cama y lo volvió a mirar.- ¿Dónde habías estado?
Massimo veía cómo sus dos hijos interactuaban, era evidente que ambos siempre habían sido muy unidos, estaba claro que Luciano siempre fue el hermano mayor.Por el lado de Almendra, se sorprendía cómo era el cambio de Sebastiano para con su hermana, el chico tímido evidentemente no era, el joven abrazador menos, con Laura era un joven protector y sonriente, en ese momento entendió que aún le faltaba mucho por conocerle.Luego de un par de horas, llegó el momento de ir a dormir, Massimo asignó dos habitaciones para los jóvenes y luego fue a dormir, mientras estaba recostado en la cama, pensaba en el futuro, aún tenía mucho que trabajar, aun había mucho que sanar. Él había permitido que se cometieran varios errores en su hijo, que Moretti sabía cómo manejar, pero él no.Una de las cosas que en ese momento le cruzó la mente, era lo incómodo que sería, el reencuentro de Paloma con Luciano, por poner un ejemplo, su hijo no era malo, pero eso no lo eximia de cometer errores como los del pasa
Paloma había decidido pasar los 6 días que faltaban para la boda, en casa de sus padres. Ella sentía que los necesitaba, sabía que ellos se irían pasando la boda, por lo que, ni lenta, ni perezosa, había hablado con Aldo. Su ahora esposo entendió claramente la situación y, aunque Marco le causara cierto miedo, él iría a verla todos los días.Dos días antes, Marco lo llamó y le pidió que ese día no fuese. Ese día quería que él y Paloma tuvieran un día de padre e hija, así que, Aldo entendió.- Papá, ¿A dónde vamos a ir? – Preguntó Paloma a Marco un tanto intrigada.- ¡Es una sorpresa! Anda, ya no seas tan desesperada, mira que voy a dejar a tu madre con las locas de sus amigas y eso ya es mucho… - Dijo Marco en un tono divertido.Marco, en estos pocos días, había visto a su esposa sonreír de maneras que solo lo hacía con sus amigas. Aunque era notorio que entre Aurora y Regina había muchas diferencias, ambas rayaban en lo divertido, cada una tenía sus propias anécdotas, su propia vida
Marco vio a su hija y no pudo evitar abrazarla y, sin que ella se percatara, limpiar una lágrima de nostalgia.- ¿Oye, papá?- ¿Qué sucede, hija?- ¿De verdad quieren regresar a México?- ¿Mmm? La verdad es que este país es hermoso, pero así como existen cosas buenas, también hay cosas malas. Mi pasado, el pasado de tu madre, son cosas que siempre nos dolerán a pesar de que no lo digamos todo el tiempo.- Ya veo…- ¿Tú y Aldo han platicado dónde vivirán ahora que se casen?- Bueno, él me dijo que donde yo elija estará bien, él puede trabajar desde donde esté, aunque no niega que algunas veces tendrá que reunirse con su padre y con Teodore. ¿Sabías que Teodore tiene familia?- ¡Teodore! ¿Ese viejo cascarrabias, hosco y amargado? ¡No!- Sí, no he ido a casa y no he coincidido con él, pero Aldo ha estado saliendo y enseñándole la ciudad a Ali, el hijo de Teodore. Al parecer, el chico tiene casi la misma edad que Aldo, incluso Teodore se acaba de casar. Aldo me dijo que su esposa es muy jo
Faltaban dos días para la boda de Paloma y Aldo, Massimo buscaba qué obsequiar a su hija y sobrino, realmente no sabía qué comprar, caminaba por las tiendas exclusivas en Lazio, pero por más que lo intentaba, no sabía qué regalar.Desde la llegada de Luciano, hace dos días, Laura y los niños se la pasaban pegados a él, Massimo se sentía un tanto excluido, pero al final, les estaba dando el tiempo para conversar. Aunque, Almendra, le daba la opción de integrarse, Massimo inventaba alguna excusa para no estar, de igual manera, no ayudaba mucho que Diana hubiese tenido que viajar.Frustrado, Massimo se sentó a tomar un café, no sabía qué regalar, no sabía qué comprar. Nunca había hecho esas cosas, Mateo siempre estaba para ayudarle, él conocía sus gustos y de las personas que le rodeaban, aunque en el caso de Paloma y Aldo, creía que de igual manera no sabría qué regalar.Mientras esperaba su café, revisaba su móvil, veía las fotos de su hija, trataba de buscar una pista, veía las fotos