Queridos lectores ¡Espero les esté gustando la historia! Poco a poco irán atando cabos de que es lo que sucederá con los personajes.
Luego de llegar a la mansión Pellegrini, Leonardo subió a su dormitorio y se encerró en él, no tenía ánimos para seguir hablando del tema, sabía perfectamente que Caterina había sufrido de las acciones de su padre, pero jamás imagino el cambio en curso que darían las cosas en la actualidad. Massimo se encontraba molesto, no podía tranquilizarse por lo que prefirió ir a casa de Alessia. Necesitaba hablar con alguien, desahogar lo que traía atorado y no podía dejar salir tan fácilmente. Se sentía traicionado, por su mente cruzaba la idea que todo ello era un plan orquestado por su abuela y Pietro, algo le decía que Guadalupe también podría estar implicada consiente o inconscientemente en el tema, si no ¿Cómo podría explicar que ella ahora sería una accionista? Y no cualquiera, sería la segunda mayoritaria.- Amor ¿Por qué esa cara? - Dijo Alessia mientras abría sus brazos para abrazarle. - ¡No he tenido un buen día! Hubo una junta con todos los accionistas de la compañía. La abuela nos
Franco Amato era un hombre que estudió leyes, inicialmente trabajó como abogado corporativo y por ende, esto le había ayudado a colarse en las filas de varias empresas. Entre ellas el Grupo Priego y Socios, en ese entonces era liderado por Lorenzo Pellegrini, quien había adoptado el apellido de su esposa. Este hombre poco a poco se volvió la mano derecha del presidente en curso, todas las decisiones importantes, Lorenzo las consultaba con Franco, llegó el momento en que, el presidente encontró más factible firmar un poder para que él manejara la compañía. Después de ello, Franco Amato tuvo mano libre para hacer y deshacer lo que quisiera, por lo que cuando hubo oportunidad, las familias Priego y Barzinni quedaron fuera del grupo. Pietro Barzinni cedió sus acciones a Caterina bajo una exclusiva clausula, al ver que su hijo hacia malos manejos en el negocio familiar. Los Priego por su lado, regresaron a México y dejaron en manos de Caterina el manejo de sus acciones, Franco aprovecho
A la mañana siguiente, Alessia salió con el pretexto de ir con una amiga a desayunar, no podía cancelar la reunión. Massimo se quedó hasta más tarde en la cama, era la primera vez en años que podía darse ese lujo. Leonardo se levantó y buscó a Massimo, pero no logró localizarlo en la mansión. - Emma ¿Has visto a Massimo? - Ayer salió y aún no ha vuelto. - Emma dime algo, ¿Cómo fue la relación de mi hijo con Guadalupe? - Señor ¡Pienso que nunca fue buena! La señora se casó muy joven y el señor se aprovechó de ello. Emma soltó lo visto sin tapujos, ella llevaba años trabajando para los Pellegrini y existía confianza, por lo que al ver a Leonardo decidió contar la historia. Leonardo se quedó atónito al escuchar por todas las penas que hizo su hijo pasar a la chica. Llego a la conclusión de que su hijo era un monstruo, definitivamente la familia Amato seguía causando estragos, maldijo a la familia, pero ya nada podría hacerse, un nuevo miembro de gestaba en el vientre de esa mujer.
Guadalupe llevaba ya una semana en la clínica y aunque había tenido un buen avance, cuando llegaba a su habitación o cuando daba paseos por los jardines y se encontraba sola, las lágrimas brotaban, lloraba en silencio.Se sentía tan hueca, esa sensación no se le quitaba por mas que se esforzara, caminaba y le dolían las piernas. Se desmoronaba por las noches cuando iba a dormir, la semana que paso a lado de Massimo, le había dejado una marca, extrañaba el calor de su abrazo y al cubrirse con la manta para no temblar, temblaba de tristeza su corazón.- Massimo tu y yo hicimos un voto al casarnos, me has decepcionado, quiero que esto se vaya, que termine, te has quedado con mi alma, con mi corazón, ¿Acaso hay algo que no debas tener? ¡Lo tienes todo!Me he dado cuenta de que lo que soy y he sido, no bastara, tu corazón no es accesible para mí. Tal vez piensas que no se lo que has hecho, pero ¡Lo sé! Y eso me tiene así, me duele pensar que no te podré volverte a ver. – Dijo en voz alta, p
Guadalupe iba saliendo hacia la entrada principal, caminaba rápidamente tratando de no mirar atrás, cuando de repente se topo con la penetrante mirada de Massimo. Su andar se paro en seco y pronto sintió un hueco en el estomago y las manos le comenzaron a sudar.Pietro y Aurora venían detrás de ella, pero se habían detenido cuando la abuela Caterina les pidió que cuidaran bien de Guadalupe, les hacia una larga lista de peticiones, ella no estaba segura de que llevarla fuera lo ideal, pero la chica no quería permanecer más en donde había estado con su futuro exesposo, así que la abuela ya nada tenía que hacer.- ¿Podemos hablar? – Dijo Massimo con un poco de nostalgia en la voz y en la mirada.- ¡Tu y yo no tenemos nada de que hablar! Lo que haya que decir, por favor, díselo a mi abogado, yo hare lo mismo de ser necesario. – Dijo Guadalupe y siguió su camino.- Traigo los papeles de divorcio, no es necesario ir al juzgado. – dijo Massimo en un tono serio.Guadalupe detuvo el andar y se
Franco Amato había contratado a un buen investigador privado, la tarea encomendada era encontrar a Alberto Priego.- Necesito que lo busques, necesito saber todo lo relacionado con Alberto, Alejandro y Camila. Se que no deben estar lejos, no podrían dejar a su hija y/o nieta sola, tanto tiempo.- ¡Si señor! Usted pierda cuidado, que si ese hombre esta en Italia, le vamos a encontrar. Pondré a varios hombres a buscarle, esto no debe demorarnos tanto, aun cuando Caterina lo esté protegiendo.- ¡Perfecto! Y ¿Has logrado averiguar algo sobre Marco Barzinni?- ¡Efectivamente! Si hay un Barzinni vivo, este vive en Nueva York. Pero está más protegido que el mismo presidente, mantiene un bajo perfil, pero, aun así, lo hemos encontrado.- Manténganlo vigilado, necesito saber cada uno de sus movimientos.- ¡Así será señor!El juez Amato subió a su lujoso auto y le dijo al chofer:- Llévame a la siguiente dirección.- ¡Si señor! ¿Oiga, pero este acaso no es…?- ¡Efectivamente! Necesito hablar con
Pietro, Aurora y Guadalupe después de un largo viaje llegaron a Gaeta, Angostina los esperaba en la entrada, al ver a Guadalupe abrió los brazos y dijo:- ¡Señorita Ángela! ¡Que gusto verla de nuevo aquí! Su habitación ya está lista, tal como usted la dejo.- ¡Gracias Angostina! ¿Estás lista para seguir dándome clases de cocina italiana?- ¡Claro señorita! Ya sabe, la cocina es suya.Aurora al ver que todo marchaba bien, dijo:- Bueno, bueno ya estamos en Gaeta, por lo que debo ir a mi apartamento, hace casi un mes que no me paro por ahí, por lo menos debo de dar señales de vida, los dejo para que termines de instalarte Guadalupe.- Aurora, ¡Le pediré al chofer te lleve a casa! – Dijo Pietro- ¡Gracias Señor Pellegrini! ¡No esperaba más! – Dijo Aurora irónicamente.- Angostina, ¡Por favor pídele alguno de los chicos nos ayude con las maletas de Guadalupe!- ¡Si señor! Si no hay más que hacer, me retiro a preparar la cena. – Dijo Angostina marchándose.- Pietro, vamos a caminar, quiero
Pietro después de dejar a Guadalupe en su habitación se dirigió a su estudio, paso ahí largo rato sentado en la silla detrás de su escritorio. Pensaba en como la vida nuevamente le hacia una jugada, Guadalupe había regresado a casa, pero ahora no estaba sola, ya no era una niña como cuando llego ahí la primera vez.- Hasta en esto siempre debes ir delante mío Massimo… Pensó en voz alta.Recordó cómo fue la confusa relación que mantuvo en secreto con Guadalupe mientras ella estuvo ahí. Ella nunca menciono nada de Massimo, así que cuando decidió regresar a casa de este y casarse, Pietro pensó que solo se trataba de un berrinche por haberla abandonado la noche de la cena de la compañía.Nadie supo que entre Pietro y Guadalupe había más de lo que se veía en la superficie, el poco a poco se fue enamorando de la chica. El no le negaba hacer lo que ella quería, por lo que Guadalupe había conseguido un empleo en un Café – Bar, era vocalista de una banda de rock que tocaba ahí de vez en cuando,