Abigail Miller
Ordeno mi bolso con la mente perdida en la promesa que le hice ayer al señor Akim de lograr que su hijo me ame a mí del mismo modo que yo a él, y eso me tiene mal porque soy consciente que no lo voy a lograr y que la promesa quedará en el aire. Ni siquiera sé cómo voy a cuidar de Vadim si él llega a morir, todos sabemos que Vadim no me quiere a su lado, si su padre llega a morir menos me querrá, diría que hasta me hará sentir culpable de su muerte, se sumergirá en la depresión y se volverá un ser más amargo de lo que ya lo es. No quiero ni imaginármelo, todo en esta casa se volverá oscuro y tenso, ya lo doy por hecho.
Limpio mis lágrimas y cuelgo en mi hombro el bolso, tomo de la mesa mi móvil y llaves del auto para irme a la universidad, salgo de la habitación y bajo las escaleras apresurada, no desayunare aquí en casa, hoy soy yo quien no tiene ganas de mirar a Vadim ni de soportar sus miradas de odio, quiero tener un día de paz donde no tenga que sentirme mal por lo que él pueda decirme o hacer, no sé cómo le pienso hacer para que él se enamore de mí, nunca debí prometer nada, la cuestión es que no podía negarme ante el señor Akim, ahora veré como salgo de este problema.
Llego abajo y antes de salir marco el número de mi mejor amiga para decirle que ya voy saliendo de casa y que pasare por ella temprano para que no tarde en alistarse, al momento que cuelgo la llamada escucho un carraspeo detrás de mí, tomo aire hasta que lo libero, no quiero voltearme, se de quien se trata.
—¿Ya te vas a la universidad? — guardo mi móvil.
—Si — respondo sin mirarlo.
—¿No desayunaras? — ¿Ahora resulta que se preocupa por si desayuno o no? Ja ¿Me iré morir?
—No — mis respuestas son monótonas, eso es algo que a él siempre le ha solido molestar de mi ¿Pero qué más puedo responder si no nos llevamos bien?
—Camina al comedor, tu desayuno está ya servido ¿No sabes que es de mal gusto dejar la comida? — rio con ironía.
—Mira quien lo dice, el señor que siempre se queja de que la comida no es lo que esperaba y por mal criado termina dejándola — escucho sus pasos acercarse a mí.
—Ve ahora a desayunar, no quiero tener que discutir contigo por esto. Mira que no me encuentro de humor — me volteo y quedo de cerca de él, tenerlo en frente de mi ocasiona descontrol en mi corazón.
—¿Qué crees? Yo tampoco me encuentro de humor, y menos para aguantarme tus quejas, insultos y humillaciones Vadim, no pienso desayunar, no tengo hambre y me importa tu opinión ¿Entendiste? — alza su mano y la cierra ante mi como tratando de controlar la ira que tiene por dentro. El que yo le hable fuerte lo irrita, siempre ha deseado que yo sea un niña tonta y sumisa que guarde silencio y alabe a su santa palabra, pero no, nunca me he quedado callada aun cuando me duela y termine bajando la cabeza, siempre que nos cruzamos ambos nos insultamos y nos peleamos hasta que alguno de los dos termine de irse molesto o dolido, yo siempre termino con ambas, molesta y dolida, él… él molesto e irritado.
—Cuida tus palabras Abigail ¿Debo recordarte que vives en mi casa? — odio cuando me saca en cara donde vivo.
—No será por mucho, lo único que lamento es que tambien nos tocará compartir en el trabajo — cierra sus ojos y desvía la mirada enfadado, no me imagino la discusión que tendría él y su padre por eso mismo. Yo pienso que es una locura, ese hombre y yo no podremos trabajar en el mismo lugar, si vivir juntos es un caos, en el trabajo será peor.
—No te emociones, hare lo que sea para que no tengas acciones en mi empresa, insisto, mi padre se está volviendo loco en dejarte ser parte, no comprendo porque toma esas decisiones cuando sabe que no estoy de acuerdo y que tú no tienes derecho a nada, ni siquiera a vivir aquí — mi mentón tiembla por el hecho de que quiero llorar, no puedo ni hablar, de hacerlo me iré en llanto.
Vadim me hiere mucho, sus palabras son bastante hiriente ¿Qué he hecho de malo para que me tenga tanto odio?
—Tengo que irme — le doy la espalda — No te preocupes, te daré las acciones que tu padre me otorgue, todo lo que me deje te lo dejare a ti, tienes razón en algo, yo no tengo derecho a nada de esta familia — abro la puerta y él la cierra de inmediato.
—Nuca has tenido derecho a nada, ni siquiera al cariño de mi padre luego de… — guarda silencio, me volteo a verlo a los ojos y esta tan lleno de rencor ¿Por qué? ¿Por qué siente tanto odio? ¿Qué pudo pasar en el pasado que yo no sepa o recuerde? Esto me afecta tanto — Largo — abre la puerta y me toma del brazo para sacarme de la casa, yo me suelto de mala gana y lo empujo ya molesta de sus acciones.
—¡Imbécil! No veo la hora de irme de aquí y no tener que volver a verte jamás, eres despreciable Vadim — pronuncio su nombre con la voz cortada.
Le doy la espalda y camino hasta el auto, entro y miro por el cristal de la ventana como golpea la puerta y luego la cierra, me desplomo a llorar como un estúpida que soy, enciendo rápido el auto y salgo de la mansión para ir en busca de mi amiga, quería evitarme una discusión con él por la razón de que tengo evaluaciones, y siempre que peleamos me desconcentro a tal punto de no poder sacar las notas estimadas.
Minutos luego llego a casa donde vive mi mejor amiga Perry, ella sube al auto y me saluda con ese entusiasmo de siempre, a veces quisiera ser como ella, alegre, espontánea y animada, pero no, yo soy silenciosa, aburrida y siempre cargo conmigo una tristeza y dolor que perturba a muchos porque creen que algo malo me sucede, aunque si es así, ese algo malo es el imbécil de Vadim Ivanov. Odioso ruso lo detesto.
—¿Tus ojos rojos e hinchados tienen que ver con Vadim? — asiento mientras conduzco.
—Es un… tonto Perry, digo que lo odio pero no es cierto, solo lo digo para yo misma engañarme de que es así, ya no sé qué hacer, y lo peor de todo es que le prometí a su padre cuidar de él el día en que muriera, pero no es solo eso, sino que me hizo prometerle que yo lo iba a enamorar ¡¿Dime cómo puedo lograr algo como eso cuando Vadim está cegado por un odio que no entiendo?! Estoy cansada, agotada de soportar sus humillaciones y de que me saque en cara que soy una mantenida, que no tengo ni un techo propio porque vivo bajo el de él, no puedo ni decir que mi habitación es mi habitación porque me sale con que tiene derecho de entrar ya que está en su casa — limpio con cuidado mis lágrimas — No sé si lo que mi madre hizo estuvo bien o mal, creyó y consideró que estaría en buenas manos, pero mira Perry, soy infeliz en esa casa, no puedo… no puedo tener tranquilidad. Pero eso no es lo peor, Akim en su testamento dejo claro que tengo acciones en su empresa y eso tiene a Vadim de mal genio porque yo no tengo derecho a nada de esa herencia, y está bien, puede que sea cierto pero yo no tengo la culpa que esa haya sido la decisión de su padre. Quiero irme Perry, no soporto vivir con él — me desahogo con mi amiga, aunque casi siempre lo hago.
—¿Sabes que es lo que me molesta de ti? Que sigues enamorada de ese bueno para nada, Abi… Vadim no merece que lo ames, es un tonto, un hombre con la mentalidad de un niño. Amiga necesito que en serio ya superes a Vadim, no sé ni siquiera como te enamoraste de él si siempre te trató mal — me detengo antes de llegar a la universidad.
—No sé, cosas… ¿Del amor o del destino? Lo cierto de todo es que ya no quiero amarlo y ahora todo se complica por la promesa que hice — ella abre sus brazos y rueda la mirada.
—No la cumplas, después que muera no sabrá si lo cumpliste o no — abro mis ojos y ella se suelta a reír, no le veo el chiste.
—¡Perry! ¿Cómo puedes decir eso amiga? Es como un padre para mí — alza sus manos.
—Vale, disculpa, el chiste estuvo mal. Pero bien ¿Piensas intentar cumplir la promesa? — muerdo mi labio y miro a la calle dudosa.
—¿Tengo opciones?
—Sabes que la tienes, pero cuando hablamos de promesa lo vemos con algo de moral, de palabra, algo que no podemos romper por la lealtad que se tiene a esa persona a la cual se lo prometimos, sea por amor o por odio — pego mi frente del volante.
—Lo sé, lo se Perry. Lo intentare, pero antes investigare porque me odia, y la única persona que me lo puede decir es Akim, si quiero lograrlo tengo que saber porque me odia tanto Vadim, de esa forma será más fácil y ambos arreglaremos las diferencias.
—Esperemos que así amiga, no quiero que salgas más lastimada de lo que te encuentras por culpa de ese idiota. Y yo que pensaba animarte a que salieras con Robert, pero ya que, el pobre tendrá que desistir de la idea — continúo mi camino hasta llegar a la universidad.
—Vamos Perry, sabes lo que pienso de Robert, es muy… ¿Arrogante? — me observa con incredibilidad.
—¿Me estas tomando el pelo? Vadim es el tripe de arrogante y aun así te enamoró — muerdo mi labio y abro mis ojos.
—Son… casos diferentes, y no quiero que sigamos hablando de Vadim, enserio quiero tener un día de paz ¿Me puedo quedar hoy en tu casa? No quiero llegar a mi casa que no es mi casa — digo con sarcasmo.
—Por supuesto, sabes que eres bienvenida a mi hogar, nosotros allá si te queremos — logro sonreír luego de tanto llanto.
Termino de entrar en la universidad y de reunirme con mis amigos, me tomo un tiempo a solas para practicar la evaluación de hoy, Perry ayudó a que mi tristeza desapareciera cuando me dijo que este fin de semana nos podemos ir a casa de sus abuelos, quedan en un pequeño pueblo en Nueva Zelanda, salir de la ciudad de New York es lo mejor que me puede pasar en estos días de tanto estrés.
Entramos al salón y cuando voy a tomar asiento escucho que alguien me llama, levanto mi vista y me doy cuenta que se trata de Samuel, el guardaespaldas que se supone debe cuidar de mí, pero como salí molesta y antes de la hora no le avise, seguro lo reprendieron por mi culpa. Camino en dirección a él y le llevo un dulce como ofrenda de disculpa por no haberle anunciado mi hora de salida.
—Lo siento, seguro Vadim por estar molesto conmigo te dijo algo — recibe el caramelo pero en su mirada me doy cuenta que su visita es por algo más.
—Paso algo Abi — ya me imagino lo que es, y sin que lo diga empiezo a llorar — Lo siento pequeña, falleció hace unos minutos, me pidieron que te diera la noticia — me aferro al cuerpo de Samuel muy afectada por la muerte del señor Akim, ese quien cuidó de mi hasta el sol de hoy y quien me ha brindado todo su apoyo. No se cómo voy a recuperarme de esta perdida.
¡Dios, como duele!
Abigail MillerSigo recostada en la cama con una foto del señor Akim, han pasado cuatro días desde su funeral y su sepultura, en todos estos días me he sentido vacía, triste y dolida por esta pérdida tan grande, el único que consideraba como una familia me ha dejado sola, ya no tengo a nadie tan cercano como lo era él conmigo, lo extraño, me hace falta y saber que no lo volveré a ver más me duele mucho.Tomo asiento y limpio mi rostro cuando escucho golpes provenientes de la habitación que esta antes de la mía, allí se encuentra Vadim desahogándose seguramente, la pérdida de su papá le ha dolido muchísimo, he querido acercarme a él y darle mi apoyo pero en cuanto me mira no hace más que voltear la mirada y pas
Abigail Miller—Señorita Abigail, afuera le espera un joven llamado Boris Dave — salgo rápido de la piscina al escuchar que Boris ha venido aquí a visitarme cuando le dije que no podía debido a que Vadim ahora ha cogido la costumbre de armar dramas y echar a todos de casa olvidando que yo tengo derecho a este hogar.Cada día se vuelve más insoportable y arrogante conmigo, han pasado ya tres años y él no muestra ningún signo de cambiar su trato hacia a mí, en unos cuatros meses obtendré mi doctorado como abogada penal y podré salir corriendo de esta casa para no tener que ver con ese hombre. Lamento mucho que no pueda cumplir con mi promesa, pero no pienso continuar humillándome más ni tratar de hacer que él cambie cuando está negado hacerlo, por mi Vadim se puede ir al mismo infierno y pudrirse para siempre.—Voy ense
Vadim Ivanov Miro fijo a Abigail quien desayuna de forma desanimada, al parecer pronto llegará ese tal Boris a buscarla para llevársela de mi casa, pero lo único que se llevará de aquí será la sorpresa de saber que ella no se marchará con él, ella no pondría en riesgo aquello por lo que tanto luchó, y estoy bastante seguro que no lo ama lo suficiente como para renunciar a su profesión. No pienso permitir que ella me deje, ahora las cosas han cambiado y no me da la gana de dejar que ella se vaya de esta casa, ni siquiera cuando obtenga el doctorado, los padres de ella arruinaron por así decir la felicidad de los padres míos incluyendo la mía, y siento que debo devolverle a ella un poco de lo que sentí. Mi padre me hizo prometerle que debía cuidarla y hacer a un lado mi odio y el pasado, por supuesto no creo cumplir aquella promesa cuando lo único que siento en mi corazón es eso, un odio imposible de cambiar. Para mí, Abigail es tan culpable c
Abigail MillerLuego la discusión entre Vadim, Boris y mi persona salí al jardín trasero para controlar mis emociones, el beso que recibí por su parte me desestabilizó haciendo olvidar de lo mal que hice sentir a Boris con la mentira, aunque no todo era mentira, de cierta forma continuo enamorada de Vadim y creo que así será hasta el día de mi muerte, o cuando me canse de esperar a que él cambie.Tomo aire repetidas veces ahogando mi llanto y mi desamor, ya no encuentro la manera de hacerlo cambiar de parecer o de huir de esta casa, la manera de huir sería hacerlo en secreto y, sin embargo, es muy poco probable que lo logre cuando me mantiene vigilada, Vadim se ha vuelto tan… obsesivo conmigo que sabe todo de mí, les apuesto a que tiene mi teléfono intervenido y por eso siempre sabe muchas cosas que me dejan boca abierta. No sé cómo es que no me rec
Vadim IvanovEntro en la casa bajo la compañía de mi amigo Abe Davis, él y yo mantenemos una amistad desde hace más de quince años, es como mi hermano y casi siempre nos encontramos para conversar sobre nuestras vidas y como nos va en los negocios. Esta noche saldremos a una fiesta de gala y le dije que podía venir a mi casa y de aquí salir los dos juntos, él se encargará de ubicar a las bellas damas que nos harán compañía tanto en la fiesta como el hotel durante la noche, he tenido muchos días de estrés debido a las desobediencias de Abigail y lo único que quiero al respecto es salir hoy y descargar mi mal genio en alcohol y mujeres.—¿Y tu hermanita? — pregunta con burla, sabe lo mucho que me molesta ese tipo de comentarios.—No es mi hermana y no me interesa saber de ella, Abe — dejo muy claro, pero él continúa
Abigail Miller Llego temprano a casa y me encuentro con un enorme desastre, como si un huracán hubiera pasado por este lugar acabando con todo a su paso, no comprendo que pudo suceder aquí, lo más perturbador es que el silencio que habita en la casa me resulta bastante terrorífico ¿Dónde están los empleados? ¿Por qué este desastre? Camino hasta la cocina en busca de alguien que me explique lo que ha pasado, al entrar me encuentro con Juno de vuelta, le doy un fuerte abrazo al cual ella corresponde, tenerla aquí en casa me sienta muy bien, es una de las personas en esta casa con la cual converso mucho y quien sabe de mi amor por Vadim. —¿Qué sucedió aquí? ¿Entró alguien a la casa? — Juno niega, miro a todo el personal quien se mantiene en silencio — Juno, habla. —Vengo llegando Abi, no sabría decirte que ocurrió. —El señor Ivanov ocasionó el desastre señorita Miller, fue a buscarla a la fiesta donde usted había asistido, pero a
Vadim Ivanov Despierto y lo primero que mis ojos miran es el rostro de Abi dormida, miro toda la habitación y me doy cuenta de que esta no es para nada la mía, me levanto de la cama con sumo cuidado de no despertarla y tratando de entender cómo fue que llegue aquí, o mejor dicho, como fue que termine dormido en su cama y con ella. Sé que anoche bebí mucho y que subí a su habitación a esperarla, luego ya no recuerdo más, es como si mi recuerdo de esas horas se fuese borrando, supongo que mi nivel de alcohol era muy alto y por eso no recuerdo lo que sucedió. Salgo de la habitación de Abi y cuando me voy dirigiendo a la mía me encuentro con Corwin parado en la puerta quien mantiene en sus manos un sobre amarillo. —Señor — muestra una mirada cómplice. —No es nada de lo que tu mente intensa se imagina — me hace entrega del sobre. —Me había alegrado por un momento, pero veo que aun continúa errado señor — suspiro y abro la
Vadim IvanovEntro en la casa luego de llegar temprano, el lugar se mantiene en completo silencio excepto el patio trasero, de allí proviene una escandalosa música y que detesto mucho, Abi desde muy pequeña generó cierto gusto por el rock, algo que a para mi gusto es horrible y alocado, si observas a Abi jamás pensaras que le gusta ese tipo de música, pero cuando la conoces te das cuenta de que está chiflada y lo único que escucha son cosas extrañas, músicas que solo me causan dolor de cabeza. Algo que odio con todo mi corazón es que cuando estoy estresado y al borde de comerte un crimen ella pone a todo volumen la escandalosa música, tanto que sientes como los cristales del hogar vibran, decirle que quite la musica es inútil, porque solo sube el volumen en mi cara desafiándome, lo que hago es tomar las llaves de mi auto, mi billetera y largarme de casa para regr