EZRA — ¿Por cuánto tiempo estuvo el rastreador marcando en el mismo lugar? — pregunta Vadim —Por unos 10 minutos, salieron de la casa de Rebeca, rodaron por una hora, se estancaron en esa dirección por minutos y desaparecieron—Le comento —Debieron seguirlo — dice mientras mira a la carretera, ansioso. —Era la intención, pero no sé, la casa se minó de policías, nos interrogaron y no nos podíamos mover, intentamos más de una vez lograr salir de allí para perseguirlo, pero esos malditos insistían en detenernos. —Ya estamos cerca, los demás se encuentran allá esperándonos — Finn nos comenta al volante a punto de llegar al sitio. —Roguemos que sea allí donde se encuentre, porque de no ser así no sé qué será de mi vida, habremos perdido su rastro y eso… sería muy horrible—Vadim comenta preocupado. —Hemos llegado — se estaciona, allí se encuentra la otra camioneta en espera de nosotros, mis compañeros Chris, Axel, Riley y Brendan se encuentran armados y ya listos para entrar en acción.
Vadim Ivanov Tiemblo de impotencia, camino en dirección a donde se encuentra Ezra con esas enormes ganas de asesinar a Abe, pero no puedo en este instante perder el tiempo cuando mi Abi se encuentra desnuda, atada a unas malditas cadenas como si fuese un animal, el corazón se me desgarra al mirar su espalda sangrar, y todo es peor cuando miro por sus piernas correr sangre. Libero sus manos y con una manta cubro su cuerpo desnudo, ella llora y se queja por el dolor que ese malnacido le ha ocasionado, no sé ni siquiera como sostenerla para evitar lastimarla más de lo que se encuentra, me odio por haber permitido que le ocurriera semejante maltrato, Abe pagará con sangre lo que ha causado en Abi. Esto es inhumano, no concedo el que un hombre pueda llegar tan lejos y ser capaz de herir a una mujer de esta manera tan cruel y vil, es muy bizarro y mórbido lo que ha hecho con ella, es… simplemente inaceptable. —Me duele… el vientre — me mantengo en el suelo con ella, está pálida, sin fuer
Vadim Ivanov Había estado ausente mientras Abi estuvo secuestrada, y lo que menos quería era abandonarla, me encontraba atento a todo lo que el doctor me decía, a cada detalle, verla tan indefensa y tan vulnerable me hacían sentir de lo peor, trato de mantenerme fuerte ante ella para no mostrarle que toda esa m****a me hace daño, la pérdida del bebe y el trauma ocasionado en mi hermosa Abi, era una pesadilla, solo podía mantenerme en calma y mostrando mi mejor semblante para que no fuera evidente mi dolor, Corwin e Irish, han sido mi bastón para sostenerme ante todo este terrible suceso, pero aun así, no es suficiente, no planeo quedarme con los brazos cruzados, y por más que ella necesite mi compañía en estos momentos, necesito drenar toda esta ira que tengo por dentro. —Señor Vadim ¿Cómo se siente?—Pregunta Corwin. —Ya lo sabes, creo que no es necesario decirlo, ¿Acaso no es evidente? —Si, por supuesto, y temo por ello, le tengo un enorme aprecio a la señorita Abi, pero debe ser
Vadim Ivanov Camino en dirección hacia donde se encuentra Abi sonriendo y sosteniendo una pequeña caja de regalo que es para mí, por mi cumpleaños, me la tiende y con gusto la sostengo abriéndola así para mirar el contenido, es un precioso reloj de oro y con una escritura por dentro del cristal “Cuando se hace una promesa de amor, esta, dura para toda la vida” Levanto mi vista hacia ella, coloco el reloj en mi muñeca me acerco unos centímetros más, para besarla. —Gracias por tan hermoso detalle — su mirada se mantiene clavada en mis ojos, incitándome a perderme en los de ella, más de lo que ya me encuentro perdido. —¿Te ha gustado? — Asiento — Te amo inmensamente, mi bello ruso — rodea mi cuello. —Y yo a ti, mi bella Abi — ¿Qué si soy feliz con ella? Es más que obvio, hoy es un día importante para los dos, y no porque es mi cumpleaños únicamente, sino porque después de tanto tiempo, nos vamos a casar —¿Estás lista para convertirte hoy, en mi señora esposa? — sus ojos brillan de fe
Abigail MillerCamino descalza por la arena de la playa con destino a donde se encuentra mi familia reunida en este instante jugando, mis dos pequeños tesoros, al verme, corren mi dirección y yo me agacho extendiendo mis brazos para recibirlos con encantos.—¡Mami! — expresan con escándalo.—Me los voy a llevar al mar para que los tiburones se los coman — agravo mi voz y ellos corren gritando la los brazos de su salvador, mi bello esposo.—¡No deben temer, el rey de los mares está aquí para protegerlos de esa sirena hermosa, perdón, malvada! — me rio, y los niños iguales de su papá.—¡Papi está enamorado, papi está enamorado! — él cubre su rostro.—¡Oh, no, los pequeños han descubierto mi secreto, ahora saben que me he enamorado de esa bella sirena! — Cae tendido en el suelo y los niños suben sobre él — ¿Qué te parece? Me descubrieron — dice cuando acabamos con el juego.—No eres bueno mintiendo — se levanta de la arena para alzarme y darme un beso en los labios.—Tardaste mucho — vue
Abigail MillerPerdí a mi madre cuando tenía la edad de quince, ella trabajaba para la familia rusa Ivanov y en su último aliento le pidió al señor Akim Ivanov que por favor no me dejara desamparada debido a que no tenía a mas nadie, él sin problema aceptó cuidar de mí y encargarse de mi futuro como si fuese su hija, pero su hijo nunca estuvo de acuerdo con la idea, los motivos son desconocidos para mí, él simplemente me odiaba desde que yo era una niña, y hoy en día su odio es mucho peor, hace que mi vida sea un infierno sin ninguna necesidad. En ocasiones intento saber la razónde su odio, he querido preguntarle a él mismo pero saber que terminare humillada me hace hacerme a un lado, también he querido irme de casa, le he comentado al señor Akim las diferencias que existen entre su hijo y mi persona, que lo mejor es que yo viva aparte, pero se rehúsa a dejarme ir, le prometió a mi madre que el día en que yo saliera de esta casa seria cuando obtuviera mi título en la uni
Abigail MillerOrdeno mi bolso con la mente perdida en la promesa que le hice ayer al señor Akim de lograr que su hijo me ame a mí del mismo modo que yo a él, y eso me tiene mal porque soy consciente que no lo voy a lograr y que la promesa quedará en el aire. Ni siquiera sé cómo voy a cuidar de Vadim si él llega a morir, todos sabemos que Vadim no me quiere a su lado, si su padre llega a morir menos me querrá, diría que hasta me hará sentir culpable de su muerte, se sumergirá en la depresión y se volverá un ser más amargo de lo que ya lo es. No quiero ni imaginármelo, todo en esta casa se volverá oscuro y tenso, ya lo doy por hecho.Limpio mis lágrimas y cuelgo en mi hombro el bolso, tomo de la mesa mi móvil y llaves del auto para irme a la universidad, salgo de la habitación y bajo las escaleras apresurada, no desayunare aquí en casa, hoy soy yo quien no tiene ganas de mirar a Vadim ni de soportar sus miradas de odio, quiero tener un día de paz donde no tenga que sentir
Abigail MillerSigo recostada en la cama con una foto del señor Akim, han pasado cuatro días desde su funeral y su sepultura, en todos estos días me he sentido vacía, triste y dolida por esta pérdida tan grande, el único que consideraba como una familia me ha dejado sola, ya no tengo a nadie tan cercano como lo era él conmigo, lo extraño, me hace falta y saber que no lo volveré a ver más me duele mucho.Tomo asiento y limpio mi rostro cuando escucho golpes provenientes de la habitación que esta antes de la mía, allí se encuentra Vadim desahogándose seguramente, la pérdida de su papá le ha dolido muchísimo, he querido acercarme a él y darle mi apoyo pero en cuanto me mira no hace más que voltear la mirada y pas