Abigail Miller
Perdí a mi madre cuando tenía la edad de quince, ella trabajaba para la familia rusa Ivanov y en su último aliento le pidió al señor Akim Ivanov que por favor no me dejara desamparada debido a que no tenía a mas nadie, él sin problema aceptó cuidar de mí y encargarse de mi futuro como si fuese su hija, pero su hijo nunca estuvo de acuerdo con la idea, los motivos son desconocidos para mí, él simplemente me odiaba desde que yo era una niña, y hoy en día su odio es mucho peor, hace que mi vida sea un infierno sin ninguna necesidad. En ocasiones intento saber la razón de su odio, he querido preguntarle a él mismo pero saber que terminare humillada me hace hacerme a un lado, también he querido irme de casa, le he comentado al señor Akim las diferencias que existen entre su hijo y mi persona, que lo mejor es que yo viva aparte, pero se rehúsa a dejarme ir, le prometió a mi madre que el día en que yo saliera de esta casa seria cuando obtuviera mi título en la universidad y cuando encontrara un trabajo estable, para él su promesa tiene valor y quiere cumplirla, el problema es que yo no soporto seguir viviendo bajo el mismo techo que su hijo, cada vez los roces entre nosotros son críticos y temo el cómo puedan terminar. Lo más cómico de todo es que cuando era pequeña solía decirle a mi madre que yo al crecer me iba a casar con él, viví enamorada de ese hombre el cual su único sentimiento hacia mí es odio.
La ilusión de pequeña quedó en un pasado cuando madure y me di cuenta que para Vadim solo soy un estorbo, no negare que aun mis ojos lo continúan viendo como hombre y no como un amigo, enemigo o familiar si se puede decir, él siempre será mi amor secreto, ese del que nadie tiene idea y jamás lo tendrán. Él es seis años mayor que yo, es guapo, elegante y como ya lo sabían muy adinerado, diría que son los más ricos del país, tienen acciones en todos lados y pequeñas sucursales que les llenan las cuentas bancarias, aparte fuera del país poseen empresas, en Rusia tienen dos más que son manejada por la misma familia, y en ocasiones por el señor Akim o Vadim cuando viajan a su país.
Como de costumbre, cada vez que él está en la piscina lo observo a través de la ventana nadar en la piscina, algunas veces disfruto de la vista que me ofrece, pero en otras ocasiones quienes disfrutan de la vista son otras personas más, y me refiero las mujeres que suele traer la cual son diferentes siempre, en el tiempo que llevo conociéndolo no lo he visto traer a la misma mujer, según él lo que he escuchado cuando conversa con el baboso de su amigo es que no quiere que ellas se involucren sentimentalmente, ya que no está interesado en ninguna mujer que no sea en aquella que tanto ama y con la cual no puede estar porque ella no. Que irónico, yo enamorada de él, y él de otra que quizás ya lo este de alguien más. Así parece ser como es la vida, no siempre seremos correspondidos, más tontos nosotros que seguimos aferrados con las esperanzas de que nos amen. Más tonta soy yo, él jamás se fijará en mí, primero me odia, y segundo soy muy joven para él. Amo al hombre incorrecto.
Vadim sale de la piscina y desde la altura donde me encuentro veo como el agua corre por su tonificado cuerpo, inconforme busco de prisa mi binocular para mirar mucho mejor, cuando lo encuentro lo acerco a mis ojos y muerdo mi labio inferior al ver todo lo sexy que es, desde sus pies hasta su cabeza lo detallo, si alguien mira lo que hago me llamaran pervertida. Vadim se vuelve a lanzar en la piscina y continua con la natación, cruzo mis piernas y libero un estúpido suspiro de mis labios por lo que causa dentro de mí, ese bien llamado amor
Muevo mi mano para posarla en la mesa que da justo con la ventana y sin querer tumbo al suelo un florero causando llamar su atención por el sonido que emite al quebrarse, yo me tumbo al suelo y corto mi mano cuando la poso encima del vidrio, no puedo creer que haya sido tan tonta y me dejara descubrir, siempre tengo precaución pero esta vez me centre tanto en su cuerpo que no me di cuenta hacia donde movía mi mano. Sentada en el suelo miro la cortada y empiezo a marearme, si hay algo que nunca me ha gustado ver es la sangre, y justo ahora sale de mi herida como si me fuesen cortado una vena, lloro como una niña mimada porque presiento que moriré desangrada, mi cuerpo se encuentra paralizado al no saber qué hacer para detener el sangrado, estos son los momentos donde me encantaría gritar mamá y que ella apareciera por esa puerta corriendo a ver qué es lo que sucede, pero como no está toca ver como resuelvo y lidio con mi pánico.
Cuando considero que en realidad debo gritar, Vadim abre la puerta y observa mi mano, mira el desastre en el suelo y rueda la mirada, aparte muestra una sonrisa burlona porque sabe el pánico que me da cuando miro tanto sangre, camina en mi dirección y toma una pose en cuclillas para mirar de cerca mi herida, desvía la mira a la ventana y luego a mi binocular, junta su entrecejo y por último se centra en mí.
—¿Me estabas… espiando? — pregunta, yo quiero morirme ahora de la vergüenza. Me ha descubierto.
—¿Qué? Claro que no, existen mejores cosas y personas a la cual espiar, no perdería mi tiempo en ti — respondo de mal humor para ver si así olvida el tema.
—¿Segura? Me pareció haberte visto mirar por la ventana — se levanta para tomar asiento en mi cama.
—¿Puedes llamar una ambulancia? — eleva su ceja.
—¿Me estas tomando el pelo? Lo que tienes en un simple cortada, avisare a Ava para que te… cure esa herida — se levanta de mi cama.
—Puedo decirle yo — me levanto del suelo y cubro mi mano con una toalla.
—¿Por qué me espías? No quiero que lo vuelvas hacer, odio que estén husmeando en mi vida Abigail. Deberías de terminar tus deberes de la universidad y no estar pendiente de mí.
—¿Te crees tan importante? No te husmeaba, no me interesa hacerlo cuando no tienes nada de interesante — juega con su larga barba.
—Bueno, puedo asegurar que mi vida es mucho más interesante que la tuya, pero en fin, eso no viene al caso. Baja y dile a Ava que cure la herida antes que se infecte y luego sea peor, después subes y terminas de hacer tus deberes, no quiero notas bajas, pago muy caro tus estudios — suelto una risa sarcástica.
—¿Tu? ¿Pagar mis estudios? Hasta donde se lo hace tu padre, la ropa que visto me la compra él, el dinero que tiene mi tarjeta me lo da él, todo lo que tengo se lo debo a él, no a ti — niega y luego pasa la lengua por sus labios.
—Sí. Es mejor que le debas a él, ya que no te cobrara nada, procura nunca deberme Abigail — se me acerca — Porque yo si te cobrare, hasta lo último — susurra.
—Ya se entonces — me mira directo a los ojos.
—Ya baja — coloco en su pecho descubierto mi mano sana y lo empujo alejándolo un poco, su cercanía me quema y me pone nerviosa.
—Ya deja de mandarme como si yo fuese tu hija.
—Gracias a dios no lo eres. Y mando sobre ti las veces que yo desee, si no te gusta las puertas están abiertas para que te vayas, créeme que no te detendré, me harías un enorme favor si te vas — ¿Por qué me odia tanto? ¿Por qué yo no puedo hacer lo mismo con él? quiero preguntarle la razón de su gran odio hacia mí pero no me salen las palabras, el nudo en mi garganta me hace mantenerme en silencio.
—¿Te sientes muy hombre al tratar mal a una mujer? — levanta mi mentón.
—¿Mujer? Solo eres una adolecente de 22 años — wow, porque el señor es muy mayor.
—Sí, pero creo tener la madurez que tu no — toca mi cabello.
—Baja — su tono de voz cambia a uno más demandante.
—No — llevo la contraria, ni crea que permitiré que mande sobre mí, no tiene ningún derecho. Tengo que ya hacer a un lado mis sentimientos por Vadim, a partir de hoy empezare a sacarlo de mi vida y de mi corazón. No puedo seguir enamorada de él.
—Bien, si la herida se te infecta será tu responsabilidad, niña malcriada — abro la puerta.
—Lárgate de mí habitación — mira el lugar.
—Te recuerdo que la habitación está en mi casa, lo que quiere decir que puedo entrar y salir cuando yo quiera Abigail — se dirige hasta la cama y se recuesta en ella con confianza — No me moveré de aquí hasta que bajes y Ava te vea la mano — sin opciones termino siendo yo quien sale de la habitación y bajo en busca de Ava, ella es una enfermera que han contratado para que este pendiente de la salud del señor Akim quien ha empeorado en todo lo que va de mes.
Me siento tan mal por saber que en cualquier momento él nos podría dejar, ha sido tan buen hombre que no quiero que muera, lo adoro un mundo y ha sido como un padre para mí, me aconseja, me ayuda con mis deberes y siempre está atento a lo que necesite. Salgo al jardín y me encuentro con ambos ahí, Akim está sentado tomando un té y Ava entregándole las píldoras que debe tomar a esta hora, yo tomo asiento en frente de él y le sonrío disimulando mi tristeza, él por su lado abre sus ojos al ver la sangre de la toalla que cubre mi mano.
—¿Qué te ha pasado?
—Me corte, pero no fue mucho ¿Ava crees que puedas limpiar la herida? — ella asiente de inmediato.
—Hija, debes tener mucho cuidado, no es una cortada pequeña, fue profunda — hago gesto de dolor cuando ella limpia la herida.
—Sobreviviré — digo.
—Abigail — pronuncia mi nombre de forma tan preocupante que ya me aterra lo que dirá — Hija, sabes que le hice una promesa a tu madre y la cumpliré aun cuando ya no este con ustedes, no sé cuánto tiempo me quede de vida, has notado que mi salud no mejora para nada y que cada día estoy peor, quiero me prometas un cosa, solo en ti puedo confiar y saber que si me voy lo hare muy tranquilo — mi corazón se oprime porque lo siento como si estuviera despidiendo de mí.
—¿Qué está diciendo? Ahora es que le queda vida señor Akim, esto es… una recaída de poco tiempo, vera que pronto volverá estar en pie — miro hacia la puerta y allí se encuentra Vadim recostado del marco con sus brazos cruzados mirándonos.
—Puede que si, como puede que no, aun así te quiero pedir algo — asiento.
—Lo escucho.
—Sé que mi hijo te ha causado problemas… por eso me encargue de asegurar tu futuro, de esta casa no te vas hasta que termines tus estudios y consigas un trabajo estable, trabajo que ya tienes seguro para comenzar una vez que te gradúes, serás parte de mi empresa — abro mis ojos y miro a Vadim quien niega en descuerdo, parece que él sabía ya de esto — Mi promesa debe ser cumplida, te acogí como a esa hija que nunca tuve, espero al menos vivir para cuando tengas tu título universitario — no quiero llorar, no quiero hacerlo, no tengo que hacerlo, debo ser fuerte — Ya más adelante sabrás lo que está a tu nombre, ahora lo que te quiero pedir es que por favor, me prometas que jamás dejaras solo a Vadim, que aun cuando salgas de esta casa siempre cuidaras de él en mi ausencia, necesito que me prometas que harás lo que sea para… — se me acerca un poco más — hacer que su corazón lata por ti del mismo que el tuyo late por él — parpadeo al darme cuenta que Akim sabe de lo que siento por él, la pregunta es ¿Vadim tambien lo sabrá?
Abigail MillerOrdeno mi bolso con la mente perdida en la promesa que le hice ayer al señor Akim de lograr que su hijo me ame a mí del mismo modo que yo a él, y eso me tiene mal porque soy consciente que no lo voy a lograr y que la promesa quedará en el aire. Ni siquiera sé cómo voy a cuidar de Vadim si él llega a morir, todos sabemos que Vadim no me quiere a su lado, si su padre llega a morir menos me querrá, diría que hasta me hará sentir culpable de su muerte, se sumergirá en la depresión y se volverá un ser más amargo de lo que ya lo es. No quiero ni imaginármelo, todo en esta casa se volverá oscuro y tenso, ya lo doy por hecho.Limpio mis lágrimas y cuelgo en mi hombro el bolso, tomo de la mesa mi móvil y llaves del auto para irme a la universidad, salgo de la habitación y bajo las escaleras apresurada, no desayunare aquí en casa, hoy soy yo quien no tiene ganas de mirar a Vadim ni de soportar sus miradas de odio, quiero tener un día de paz donde no tenga que sentir
Abigail MillerSigo recostada en la cama con una foto del señor Akim, han pasado cuatro días desde su funeral y su sepultura, en todos estos días me he sentido vacía, triste y dolida por esta pérdida tan grande, el único que consideraba como una familia me ha dejado sola, ya no tengo a nadie tan cercano como lo era él conmigo, lo extraño, me hace falta y saber que no lo volveré a ver más me duele mucho.Tomo asiento y limpio mi rostro cuando escucho golpes provenientes de la habitación que esta antes de la mía, allí se encuentra Vadim desahogándose seguramente, la pérdida de su papá le ha dolido muchísimo, he querido acercarme a él y darle mi apoyo pero en cuanto me mira no hace más que voltear la mirada y pas
Abigail Miller—Señorita Abigail, afuera le espera un joven llamado Boris Dave — salgo rápido de la piscina al escuchar que Boris ha venido aquí a visitarme cuando le dije que no podía debido a que Vadim ahora ha cogido la costumbre de armar dramas y echar a todos de casa olvidando que yo tengo derecho a este hogar.Cada día se vuelve más insoportable y arrogante conmigo, han pasado ya tres años y él no muestra ningún signo de cambiar su trato hacia a mí, en unos cuatros meses obtendré mi doctorado como abogada penal y podré salir corriendo de esta casa para no tener que ver con ese hombre. Lamento mucho que no pueda cumplir con mi promesa, pero no pienso continuar humillándome más ni tratar de hacer que él cambie cuando está negado hacerlo, por mi Vadim se puede ir al mismo infierno y pudrirse para siempre.—Voy ense
Vadim Ivanov Miro fijo a Abigail quien desayuna de forma desanimada, al parecer pronto llegará ese tal Boris a buscarla para llevársela de mi casa, pero lo único que se llevará de aquí será la sorpresa de saber que ella no se marchará con él, ella no pondría en riesgo aquello por lo que tanto luchó, y estoy bastante seguro que no lo ama lo suficiente como para renunciar a su profesión. No pienso permitir que ella me deje, ahora las cosas han cambiado y no me da la gana de dejar que ella se vaya de esta casa, ni siquiera cuando obtenga el doctorado, los padres de ella arruinaron por así decir la felicidad de los padres míos incluyendo la mía, y siento que debo devolverle a ella un poco de lo que sentí. Mi padre me hizo prometerle que debía cuidarla y hacer a un lado mi odio y el pasado, por supuesto no creo cumplir aquella promesa cuando lo único que siento en mi corazón es eso, un odio imposible de cambiar. Para mí, Abigail es tan culpable c
Abigail MillerLuego la discusión entre Vadim, Boris y mi persona salí al jardín trasero para controlar mis emociones, el beso que recibí por su parte me desestabilizó haciendo olvidar de lo mal que hice sentir a Boris con la mentira, aunque no todo era mentira, de cierta forma continuo enamorada de Vadim y creo que así será hasta el día de mi muerte, o cuando me canse de esperar a que él cambie.Tomo aire repetidas veces ahogando mi llanto y mi desamor, ya no encuentro la manera de hacerlo cambiar de parecer o de huir de esta casa, la manera de huir sería hacerlo en secreto y, sin embargo, es muy poco probable que lo logre cuando me mantiene vigilada, Vadim se ha vuelto tan… obsesivo conmigo que sabe todo de mí, les apuesto a que tiene mi teléfono intervenido y por eso siempre sabe muchas cosas que me dejan boca abierta. No sé cómo es que no me rec
Vadim IvanovEntro en la casa bajo la compañía de mi amigo Abe Davis, él y yo mantenemos una amistad desde hace más de quince años, es como mi hermano y casi siempre nos encontramos para conversar sobre nuestras vidas y como nos va en los negocios. Esta noche saldremos a una fiesta de gala y le dije que podía venir a mi casa y de aquí salir los dos juntos, él se encargará de ubicar a las bellas damas que nos harán compañía tanto en la fiesta como el hotel durante la noche, he tenido muchos días de estrés debido a las desobediencias de Abigail y lo único que quiero al respecto es salir hoy y descargar mi mal genio en alcohol y mujeres.—¿Y tu hermanita? — pregunta con burla, sabe lo mucho que me molesta ese tipo de comentarios.—No es mi hermana y no me interesa saber de ella, Abe — dejo muy claro, pero él continúa
Abigail Miller Llego temprano a casa y me encuentro con un enorme desastre, como si un huracán hubiera pasado por este lugar acabando con todo a su paso, no comprendo que pudo suceder aquí, lo más perturbador es que el silencio que habita en la casa me resulta bastante terrorífico ¿Dónde están los empleados? ¿Por qué este desastre? Camino hasta la cocina en busca de alguien que me explique lo que ha pasado, al entrar me encuentro con Juno de vuelta, le doy un fuerte abrazo al cual ella corresponde, tenerla aquí en casa me sienta muy bien, es una de las personas en esta casa con la cual converso mucho y quien sabe de mi amor por Vadim. —¿Qué sucedió aquí? ¿Entró alguien a la casa? — Juno niega, miro a todo el personal quien se mantiene en silencio — Juno, habla. —Vengo llegando Abi, no sabría decirte que ocurrió. —El señor Ivanov ocasionó el desastre señorita Miller, fue a buscarla a la fiesta donde usted había asistido, pero a
Vadim Ivanov Despierto y lo primero que mis ojos miran es el rostro de Abi dormida, miro toda la habitación y me doy cuenta de que esta no es para nada la mía, me levanto de la cama con sumo cuidado de no despertarla y tratando de entender cómo fue que llegue aquí, o mejor dicho, como fue que termine dormido en su cama y con ella. Sé que anoche bebí mucho y que subí a su habitación a esperarla, luego ya no recuerdo más, es como si mi recuerdo de esas horas se fuese borrando, supongo que mi nivel de alcohol era muy alto y por eso no recuerdo lo que sucedió. Salgo de la habitación de Abi y cuando me voy dirigiendo a la mía me encuentro con Corwin parado en la puerta quien mantiene en sus manos un sobre amarillo. —Señor — muestra una mirada cómplice. —No es nada de lo que tu mente intensa se imagina — me hace entrega del sobre. —Me había alegrado por un momento, pero veo que aun continúa errado señor — suspiro y abro la