Jason. Aun no puedo creer que casi no me pudiera controlar, con lo frio e inexpresivo que soy yo, con estas cosas del sexo. En mis relaciones, anteriores siempre había tenido cuidado con quién me he acostaba, desde luego no dejaba que mi deseo tomase totalmente el control, ya que dependía mucho de él, y desde luego siempre me protegía. Pero no sé lo que me pasaba, con Kimberly, cada vez que la veía o la tenía cerca, se adueñada de mí, una necesidad, casi patológica, de poseerla. Así que, desde que esa bruja de pelo rojo, esa sirena devora hombres, me retó, sabía que estaba perdido. Por primera vez en mi vida, mi cautela saltó por los aires, tanto es así que, sólo pensaba en poseerla. No me importaba que fuera su primera vez, no importaba ni quiera las consecuencias, ya que ni había tomado medidas para protegernos. En cierta forma, y muy oculta, que aún no quería ni ver, porque el dolor en cierta parte de mi cuerpo, debido al deseo insatisfecho, no paraba de recordarme lo que se hab
Jason.Cada día pienso que no me puedo sorprender con lo que mi mujer pueda hacer, pero al parecer ella piensa lo contrario, ya que es tan imprevisible que, siempre consigue sorprenderme. Como ahora que, para evitar que otras mujeres me miren, ha desatado un revuelo que, de seguro saltaran en las noticias, Sólo hay que ver el nivel de exaltación de todos los periodistas que nos rodean. Esto habrá robado, un poco, del protagonismo de las principales personalidades que han organizado esta rueda de prensa, Norman y su mujer.La sentí pegada a mí, mientras me besaba, con la intención de demostrar que yo, Jason Blake, ahora estaba cogido, comprometido o lo que fuera que esa cabeza de guerrera amazona haya imaginado. Para protegerla de los constantes flases y su intimidad, al ser, mi prometida, una figura semi pública, ya que es modelo, coloqué mi cuerpo tapando al suyo, mientras la atraía hacia mí y profundizando el beso, para que la peligrosa modelo no pudiera pensar, así podía ocultarla
Kimberly.Mientras entraba en la sala privada donde estaba Yvaine, aún estaba en shock, acaba de conocer a mi padre, y él en ves mirarme como si estuviera loca, al llamarlo Papá si apenas conocerlo, lo único que hizo fue llamarme por un nombre que no conocía, y decirme que me parecía a su hermana gemela excepto por los ojos, para después derrumbarse en el suelo, de la impresión.Yvaine me miró extrañada cuando me vio entrar, pero pronto comprendió todo, cuando vio entrar a mis escoltas cargando el cuerpo sin sentido de Marcus Campbell. Su antiguo tío político y actualmente mi padre biológico.-” ¿Qué le has hecho, pelirroja?”- me preguntó acercándose a él y tomando le el pulso para ver si estaba bien.-” Yo no le he hecho nada, simplemente le dije unas palabras, él me respondió otras y sin más se derrumbó”- le dije intentando controlar temblor de mis manos. Yvaine, me miro con incredulidad, y girándose se volvió hacia los escoltas.-” ¿Que le dijo al pobre señor Campbell?, ¿Y porque n
Jason.Mientras soportaba el interrogatorio inquisitivo de mi jefe, intentaba dejar claro que, por mucho alcohol que me hiciera ingerir, el torturador CEO, no confesaría ninguna de las intimidades que había existido entre Kim y yo. -” ¡Déjalo ya! Primero, no voy a confesar nada, tu no harías, No diré nada de lo que ocurre entre mi mujer y yo. Segundo, este interrogatorio seguro que podría ser investigado por el Tribunal sobre derechos humanos del Haya, por tortura psicológica. Así que o me dejas en paz o te denuncio, psicópata Miller. ·- le dije poniendo otro whisky mientras el me miraba con esa sonrisa perversa que me decía que no iba a parar. -” Primero, No me preocupa lo que me cuentes, porque en el fondo no tienes nada que contar, asistente Blake, ya confesó hace unas horas, la señorita Peterson, que aún es virgen, así que lo que hayas echo, nunca ha llegado a su final. Lo que me lleva a pensar que mi querido asistente infalible, ya no lo es tanto, hay cosas que se te resisten”
Kimberly.Lo besé y tras rogarle que me hiciera suya, el me devolvió el beso con pasión haciéndome olvidar todo, excepto el olor de su cuerpo, su piel en contacto con la mía y esos labios que mientras me besaba, me hacía desear más y más. Me alzó en sus brazos, yo quería decirle donde estaba mi habitación, pero, si para ello tenía que despegar mis labios y mis manos del cuerpo de ese hombre, lo veía imposible. Jason Blake era un hombre de recursos, ya lo encontraría él, yo lo único que quería era estar pegada a él, en sus brazos, mientras mis brazos rodeaban su cuello y mis labios eran devorados por los suyos. Una vez dentro de la habitación, me posó sobre la cama, sin dejar de besarme. Mientras, estaba sobre mí. Comenzó a desnudarse con una mano y la otra soltaba el cinturón de mi alborno. Sólo se separó de mis labios para mirarme, estaba completamente desnuda debajo de esa prenda, excepto por unas pequeñas tangas negras y un sujetador de encaje que elevaban mis senos, ya erectos
Jason.Mi cuerpo aun temblaba por lo que había experimentado y mi corazón latía como si hubiera corrido una maratón, no era sólo sexo, había tenido en mi vida, noches de sexo muy satisfactorio. Pero lo que había sentido con la sirena, traspasaba la idea de simple relación sexual, cuando estuve en su interior, fue como llegar a casa, era el lugar donde siempre me gustaría estar. Una idea me llegó en ese momento, ¿y si este era el motivo por lo que mis padres discutían? Un recuerdo, de besos, y abrazos llegaron a mi memoria. Siempre había, en mi recuerdo, destacado de forma significativa, las grandes discusiones, los tiras y aflojas, su falta de atención hacia mí, sólo me usaban como arma arrojadiza, pero tras mi experiencia con mi mujer, porque ahora sí que ella, era verdaderamente mía, otras cosas llegaron a mi memoria, las flores que inundaban la casa, los besos, las risas tras las discusiones, las horas en que mis padres se encerraban en su cuarto, y yo nos lo oía discutir. No pude
Kimberly. Me dirigí directamente a la ducha, aunque mi cuerpo estaba totalmente adolorido, por la noche de pasión que había pasado con Jason, mi mente estaba aún peor. ¿Cómo se atrevía mi madre a presentarse en mi casa, y decirle a Jason que se fuera de mi vida? La mujer que nos había traicionado a mi padre y a mí. Que impuso, su manera de ver la vida, por encima de algo tan básico, como era darle la oportunidad que un padre y una hija se conocieran, me privó del amor de mi padre, cuando ella es incapaz de amar a nadie. Mientras me duchaba, rememoré la conversación que había tenido con mi padre. Me di cuenta, que el fondo, él estaba alegre porque yo lo encontrara, que estuviera en su vida. Sabía que tenía que volver a hablar con él, y pedirle disculpas por mi comportamiento, había salido huyendo, cuando me vi sobrepasada por la situación. Me prometí que lo haría hoy, Para mí era importante iniciar una relación con mi padre, conocerlo, si él me quería en su vida. Salí de la ducha y
Kimberly Estaba tan abducida por ese hombre que, sólo el grito de quien menos esperaba en la boda, me hizo caer como si callera de un edifico de doce plantas. -” No estoy de acuerdo con esta boda, ¡Kimberly Anabel Peterson, te vienes conmigo, ahora!”- el grito de mi madre paralizó todo. Yo estaba tan en shock que apenas note que mi padre y mi madre se habían quedado mirándose el uno al otro. Se miraba como retándose, pero si hubiera tenido el ojo de halcón de Jason, me hubiera dado cuenta que tras esas miradas había algo detrás, que los dos estaban ocultando. Me recuperé en segundos, y la nueva, Kimberly hizo su aparición -” Tarde empresaria Peterson, ya estoy casada.”- Miré el acta de matrimonio que ya habíamos firmado, los testigos, Jason y yo, y se lo mostré. -” Eso lo puedo resolver yo, en cinco minutos, con un abogado, pero este matrimonio no sigue más.”- dijo mi altanera madre. Iba a responderle a eso, pero Jason se me adelantó. Y sus palabras sólo confirmaron lo que, en e