Kimberly.Ha pasado un año desde que descubrí de la manera más extraña, que estaba embarazada.Al final como siempre, me salí con la mía, claro está, que, a costa de la paz mental de mi marido y unos celos, por no ser ya su centro de atención. Ahora el asistente Blake esta más atareado que nunca.No sólo tiene que satisfacer los caprichos de un jefe, absorbedor y controlador, como es Norman Miller, sino que en casa tiene a dos Sirenas cautivadoras, que lo tienen loco.Aunque si soy sincera, Christine Evelyn Blake, es peor que su madre. Desde que nació decidió que su padre le pertenecía, y ejerce ese poder diariamente. No se duerme si su padre no la acuesta, solo quiere que aparte de mis pechos, sea su padre quien le dé de comer. Nos pasamos el día compitiendo por la atención de mi hombre. Y sólo tiene cinco meses.Por su parte el traidor de mi marido está encantado, adora a su pequeña gema.Si como veis al ilustre asistente, mientras yo soy una sirena, su hija es una joya, un tesoro qu
Hola a todas mis lectoras, me alegro que se decidieran a leer esta novela, pero para poder entenderla mejor, y aunque yo les dejaré un apunte por encima de quienes son nuestros protagonistas, creo que podrás seguir mejor su historia, si lees antes mi novela anterior “La noche que te convertiste en la madre de mis hijos”, en ella Kimberly Peterson y Jason Blake, se conocieron, e indicaron su guerra personal donde una singular apuesta, los llevara por caminos que ni ellos mismos imaginaron, y a los que no están preparados. Ambos personajes tienen su propia personalidad, Jason es frio, tranquilo, infinitamente eficaz en todo lo que se propone o encomienda. Hasta que conoció a Kimberly era un mujeriego empedernido que, por su pasado, odia cualquier tipo de relación sentimental, decidió hace mucho tiempo que no se quiere casar, pero cierta modelo le hizo cambiar de opinión, aunque aún no sabe si es por la apuesta que ambos comparten, o es por algo más profundo que ni él se atreve a sacar a
Nota de la autora.No puedo contaros como se conocieron Kimberly y Jason sin que conozcamos algo de su historia y el papel que desarrollaron sus dos mejores amigos: Yvaine. *Esta mañana tras despedirme de los niños, me dirigí a mi puesto de trabajo. Cuando estaba saliendo del coche, acompañada de mí siempre fieles e incognitos guardaespaldas, recibí la llamada de mi mejor amiga de Los Ángeles, Kimberly. -” No me puedo creer que después de ponerte en contacto conmigo, para que te arreglara la cancelación del alquiler del piso, y te preparara la mudanza de los niños y la tuya, te hubieras olvidado, totalmente de mí.”- el reclamo de mi amiga, me hizo sonreír, siempre había sido muy exigente en nuestra relación de amistad, pero esta vez era verdad que la había tenido un poco olvidada. -” ¡Buenas días en tu caso!, buenas tardes en la mía, señorita Kimberly, veo que sigue siendo tan audaz y educada como siempre”- la sonrisa que oí a través del teléfono, me hizo ver que ya mi amiga, habí
Kimberly. -” ¡Amigas para esto!”- pensé en alto, no podía creer que después de haberme llamado a estas horas, y solo porque su marido le estaba haciendo el amor, mi mejor amiga Yvaine, me hubiera dejado hablando sola con el teléfono. Después de la llamada de teléfono que le hice a Yvaine donde casi no podía contestarme porque su recién estrenado marido la tenía ocupada.La verdad es que me estaba aburriendo en la fiesta de presentación, si no me llega a llamar Yvai, hace rato que me hubiera ido, no entiendo fiestas de presentaciones de producto, si termina siendo una forma más de acosar a los modelos. Si no fuera porque le habían dado un chivatazo, de qué mi padre podría asistir a este tipo de evento, no hubiera venido, ni hubiera sustituido a Susan, en su proyecto de hoy. Decidí escabullirme, de la fiesta, por las escaleras ya que era lo más cercano que tenía, mientras había estado hablando con mi amiga me había ido alejando poco a poco del ruido para escucharla mejor hasta llegar
Jason.-” Soy el asistente Blake, necesito que revises todas las salidas de las escaleras de emergencia, de los pisos del dieciocho hacia abajo. Revisar si sale una mujer con un traje de noche azul y blanco. Quiero saber en qué habitación se hospeda, y que se me proporcione toda la información que se tenga de ella”- tras dar la orden, esperé a que me llegará la información. No se tardó mucho, en descubrí que mi esquiva espía, se llamaba Kimberly Peterson, tenía veintiún años, era modelo. Y había trabajado en Los Ángeles para una gran agencia, hace unos días se había trasladado a Nueva York, para trabajar en una agencia de la ciudad, ya había sido preseleccionada como imagen, junto con otras dos modelos, de los centros comerciales Miller. Esta información me hizo sonreír, decidí dejar en recepción su teléfono, para que no se lo dejara cuando abandonara el hotel. No pretendía dejarla sin trabajo, al contrario, pretendía darle mucho más trabajo, y hacer posible para que fuera todas las
Kimberly. No podía creer que ese pervertido fuera el asistente y mejor amigo del marido de mi mejor amiga. Y encima me llamaba problemática, por su cara parecía que sólo fue un encuentro fortuito, no era para tanto, solo le faltaba bostezar. La rabia me comía, porque sabía que para mí era algo mucho más importante, ese desaprensivo me había robado mi primer beso, y parecía que no le importaba. -” ¡Mira que eres creído!, lo tienes todo, pervertido. ¿Quién fue quien causo problemas?, ¿quién fue el que no pudo apartar sus manos, su cuerpo y sus...labios?, eres un maldito salido, un peligro para las mujeres. Además, nunca dije que fuera mi primer beso eso lo supusiste tú, gracioso”- le dije roja de furia. Ni adrede volvía a llamarlo guapo. -” Protesta demasiado la dama, ¡ni que la hubiera llevado a mi cama!, da igual. Jefe me voy, no deseo que la mejor amiga de la señora, se vea afectada otra vez, y tenga alucinaciones, donde no ha pasado nada importante.”- dijo el pervertido de Jason
Kimberly. Llevé a mi “queridísima” amiga, al exterior, sin saber dónde estaba, me sorprendí cuando me vi en una terraza preciosa rodeada de rosales de todos los colores, que daba al jardín y al final del mismo, se veía la piscina con un edificio grande a su lado. -” ¿Qué es lo que pretendes Yvaine Stewart, actual señora Miller? ¿Casarte te ha afectado al celebro o algo?”- le pregunte enfada. -” No, ¿Por qué lo crees?”- me dijo la desconocida Yvai, haciéndose la inocente. -” No sé quizás porque, ¡pretendes casarme con el ayudante de tu marido! ¿Qué bicho es le ha picado, Yvaine? Ahora como eres una mujer casada, piensas que todo el mundo, debe casarse. Te recuerdo que, hasta hace poco, ni querías oír y hablar del gran y maravilloso Norman Miller, terminabas amenazándome con no ver más a los pequeños, si te decía algo sobre él, y no hablemos como te ponías, cuando te sugería que le contarás que era el padre de los gemelos. De repente, de la nada, decides que todos debemos estar casa
Kimberly Dos días después de mi desagradable suceso en la mansión Miller, en la fiesta de celebraciones la empresa donde trabajaba Yvaine, acompañé a mi amiga, disfruté de como se había vengado de sus enemigos, ella había subido al despacho de su marido para darle explicaciones Yo permanecí, cerca de la barra mientras la esperaba y observaba como los buitres se acercaban hacia mi rodeándome, pero no se acercaban permanecían a distancia. Al ver que había pasado media hora y que no había regresado, supe que no iba a volver, no tenía ni que imaginarme quién era responsable de su desaparición, desde que mi amiga estaba con el padre de sus hijos, se había vuelto muy previsora. Me imaginé que ahora mismo, en estos momentos, la dulce Yvaine estaría intentando compensar a su marido por haber sido tan traviesa, y haber organizado todo ese show en el aniversario de su empresa. Vi como, a esta altura algunos los buitres habían perdido ya su interés ante mi actitud fría, pero otros serían aún