Kimberly. Me dirigí directamente a la ducha, aunque mi cuerpo estaba totalmente adolorido, por la noche de pasión que había pasado con Jason, mi mente estaba aún peor. ¿Cómo se atrevía mi madre a presentarse en mi casa, y decirle a Jason que se fuera de mi vida? La mujer que nos había traicionado a mi padre y a mí. Que impuso, su manera de ver la vida, por encima de algo tan básico, como era darle la oportunidad que un padre y una hija se conocieran, me privó del amor de mi padre, cuando ella es incapaz de amar a nadie. Mientras me duchaba, rememoré la conversación que había tenido con mi padre. Me di cuenta, que el fondo, él estaba alegre porque yo lo encontrara, que estuviera en su vida. Sabía que tenía que volver a hablar con él, y pedirle disculpas por mi comportamiento, había salido huyendo, cuando me vi sobrepasada por la situación. Me prometí que lo haría hoy, Para mí era importante iniciar una relación con mi padre, conocerlo, si él me quería en su vida. Salí de la ducha y
Kimberly Estaba tan abducida por ese hombre que, sólo el grito de quien menos esperaba en la boda, me hizo caer como si callera de un edifico de doce plantas. -” No estoy de acuerdo con esta boda, ¡Kimberly Anabel Peterson, te vienes conmigo, ahora!”- el grito de mi madre paralizó todo. Yo estaba tan en shock que apenas note que mi padre y mi madre se habían quedado mirándose el uno al otro. Se miraba como retándose, pero si hubiera tenido el ojo de halcón de Jason, me hubiera dado cuenta que tras esas miradas había algo detrás, que los dos estaban ocultando. Me recuperé en segundos, y la nueva, Kimberly hizo su aparición -” Tarde empresaria Peterson, ya estoy casada.”- Miré el acta de matrimonio que ya habíamos firmado, los testigos, Jason y yo, y se lo mostré. -” Eso lo puedo resolver yo, en cinco minutos, con un abogado, pero este matrimonio no sigue más.”- dijo mi altanera madre. Iba a responderle a eso, pero Jason se me adelantó. Y sus palabras sólo confirmaron lo que, en e
JasonComencé a salir de la sala y para callar a la Sirena, volví a darle una ligera nalgada en el trasero, otro gemido la hizo callar. -” Decididamente Kimberly Blake eres un peligro para cualquier ser humano, así que tendré que saciarte y mantenerte ocupada toda mi vida. Así agotada la raza humana podrá sobrevivir otros cuatro mil años más, antes que la extermine, algunos de nuestros descendientes.”- -” Eso es una promesa señor Blake, me mantendrá saciada y agotada el resto de mi vida”- me contesto la sirena mientras continuaba acariciándome el trasero. -” Es una promesa que su eficiente esposo comenzará a cumplir ahora mismo”- le dije y subí en el ascensor para dirigirme a la suite nupcial, regalo de mi jefe. Esa sería mi primera noche de casado, y la segunda de Kim como mujer activa sexualmente, esperemos que mañana alguno o los dos amanezcamos vivos. Aunque como siempre, ya en el ascensor, la Sirena, hizo de las suyas, y lo gracioso es que no debía sorprenderme, pero la Amaz
Kimberly. Es verdad que cuando te casas, previamente deberíais tener claro, como va ha ser vuestra vida. Ahora comprendo porque muchos matrimonios, fracasan en el primer año. Pero como nosotros somos tan “especiales” nos tiramos , mas bien para ser sincera, me tiré, de cabeza a esta aventura y arrastre a Jason conmigo. Todo por la guerra que mantengo con mi madre. A ver si me entendéis no me arrepiento de haberme casado, al contrario en este matrimonio hay muchas cosas que compensan y con creces, que haya dado este paso. No me refiero sólo al sexo, que es alucinante y me tiene enganchada a ese hombre, literalmente. Es más bien porque prefiero, estar todo un día discutiendo y enfrentándome, a mi marido, que estar tres años en una relación tranquila e insípida, que no me aporta nada. Esto no quiere decir que sea fácil, quizás porque nosotros no somos fáciles, al contrario, somos todo los opuestos. Y para que me entendáis os doy una muestra. Llevamos una semana de casados, y ya empi
Kimberly Gracias a Dios, dentro de su carácter sobre protector, Jason, había enviado a dos escoltas a seguirme, ellos al verme tan alterada, se dieron a conocer.-” Señora Blake, ¿se encuentra bien?”- me dijo uno sujetándome por el hombro.Yo no podía hablar, ni responder aún estaba en estado de shock.Ellos se encargaron de avisar a Jason y de contarle lo que había provocado mi estado, mientras, me ayudaba a sostenerme antes que cayera, con respeto y tocándome lo indispensable para que no me fuera al suelo.Yo por mi parte no podía quitar la vista de la puerta, detrás la cual estarían mis padres, que muy probablemente, estarían teniendo sexo. Era como cuando un ciervo ve acercarse a una camioneta, sabe que se tiene que apartarse, pero se queda paralizado por el miedo. A mí me ocurría lo mismo.Sólo reaccioné, cuando sentí que me abrazaban, oía voces, pero yo no las distinguía, pronto un olor familiar me recordó a Jason, pero no podía quitar mi vista de la puerta parar ver quien me a
Jason.Vi cómo como mi tigresa se dormía, y por eso aproveché para decirle todo lo que mi corazón sentía, sabía que tenía que decírselo en persona. Pero sabía que aún no estaba preparado. tenía que fortalecer mi corazón, ante algún posible rechazo de ella.Kimberly era más similar a su madre, de lo que ella, conscientemente, se permitiría ser. Ambas eran orgullosas, se pasaban la vida intentando demostrar que no necesitaban a nadie, que ellas eran capaces de todo. Pero cuando se enamoraban luchaban como tortugas panza arriba para evitar ese sentimiento. Quizás eso era lo que me daba esperanza en Kim, ya que se pasaba el día retándome, buscando la manera, de cogerme en una y así sentirse más dueña de la relación. Yo adoraba enfrentarme a ella, a lo mejor en eso también me parecía a mis padres.También esa había sido la razón para perseguir a la amazona hasta volverla mi esposa, mía. A Kimberly Blake, no había que dejarla pensar, mejor era retarla para que ese fuego heredado de su padre,
Jason.Estaba viviendo la peor pesadilla del mundo, entre mis brazos, y como si fuera una película de terror, se encontraba la mujer de mi vida, desangrándose, después de haber sido apuñalada.Las últimas palabras que me había dicho no me consolaban, me habían costado encontrarla, y aún más tiempo aceptar lo que sentía por ella, así que cuando vi llegar a los sanitarios me volví loco. No quería que nadie la tocara, en mi mente sentía que, si dejaba de abrazarla, la perdería para siempre.Norman intento mediar conmigo, todos para mi eran mis enemigos, sólo el vínculo que manteníamos mi mejor amigo y yo me hizo reaccionar, al oír a mi jefe decir con su voz autoritaria:- “¡Suéltala y apártate, asistente Blake!”-Esto me hizo reaccionar, era como si años de trabajar a las órdenes de mi mejor amigo, lo hubiera integrado en mi subconsciente y actuara de forma automática dentro de mi locura.Al apartarme los sanitarios comenzaron a trabajar, yo sólo miraba como, hipnotizado, como la entubaba
Kimberly.Ha pasado un año desde que descubrí de la manera más extraña, que estaba embarazada.Al final como siempre, me salí con la mía, claro está, que, a costa de la paz mental de mi marido y unos celos, por no ser ya su centro de atención. Ahora el asistente Blake esta más atareado que nunca.No sólo tiene que satisfacer los caprichos de un jefe, absorbedor y controlador, como es Norman Miller, sino que en casa tiene a dos Sirenas cautivadoras, que lo tienen loco.Aunque si soy sincera, Christine Evelyn Blake, es peor que su madre. Desde que nació decidió que su padre le pertenecía, y ejerce ese poder diariamente. No se duerme si su padre no la acuesta, solo quiere que aparte de mis pechos, sea su padre quien le dé de comer. Nos pasamos el día compitiendo por la atención de mi hombre. Y sólo tiene cinco meses.Por su parte el traidor de mi marido está encantado, adora a su pequeña gema.Si como veis al ilustre asistente, mientras yo soy una sirena, su hija es una joya, un tesoro qu