Kimberly Gracias a Dios, dentro de su carácter sobre protector, Jason, había enviado a dos escoltas a seguirme, ellos al verme tan alterada, se dieron a conocer.-” Señora Blake, ¿se encuentra bien?”- me dijo uno sujetándome por el hombro.Yo no podía hablar, ni responder aún estaba en estado de shock.Ellos se encargaron de avisar a Jason y de contarle lo que había provocado mi estado, mientras, me ayudaba a sostenerme antes que cayera, con respeto y tocándome lo indispensable para que no me fuera al suelo.Yo por mi parte no podía quitar la vista de la puerta, detrás la cual estarían mis padres, que muy probablemente, estarían teniendo sexo. Era como cuando un ciervo ve acercarse a una camioneta, sabe que se tiene que apartarse, pero se queda paralizado por el miedo. A mí me ocurría lo mismo.Sólo reaccioné, cuando sentí que me abrazaban, oía voces, pero yo no las distinguía, pronto un olor familiar me recordó a Jason, pero no podía quitar mi vista de la puerta parar ver quien me a
Jason.Vi cómo como mi tigresa se dormía, y por eso aproveché para decirle todo lo que mi corazón sentía, sabía que tenía que decírselo en persona. Pero sabía que aún no estaba preparado. tenía que fortalecer mi corazón, ante algún posible rechazo de ella.Kimberly era más similar a su madre, de lo que ella, conscientemente, se permitiría ser. Ambas eran orgullosas, se pasaban la vida intentando demostrar que no necesitaban a nadie, que ellas eran capaces de todo. Pero cuando se enamoraban luchaban como tortugas panza arriba para evitar ese sentimiento. Quizás eso era lo que me daba esperanza en Kim, ya que se pasaba el día retándome, buscando la manera, de cogerme en una y así sentirse más dueña de la relación. Yo adoraba enfrentarme a ella, a lo mejor en eso también me parecía a mis padres.También esa había sido la razón para perseguir a la amazona hasta volverla mi esposa, mía. A Kimberly Blake, no había que dejarla pensar, mejor era retarla para que ese fuego heredado de su padre,
Jason.Estaba viviendo la peor pesadilla del mundo, entre mis brazos, y como si fuera una película de terror, se encontraba la mujer de mi vida, desangrándose, después de haber sido apuñalada.Las últimas palabras que me había dicho no me consolaban, me habían costado encontrarla, y aún más tiempo aceptar lo que sentía por ella, así que cuando vi llegar a los sanitarios me volví loco. No quería que nadie la tocara, en mi mente sentía que, si dejaba de abrazarla, la perdería para siempre.Norman intento mediar conmigo, todos para mi eran mis enemigos, sólo el vínculo que manteníamos mi mejor amigo y yo me hizo reaccionar, al oír a mi jefe decir con su voz autoritaria:- “¡Suéltala y apártate, asistente Blake!”-Esto me hizo reaccionar, era como si años de trabajar a las órdenes de mi mejor amigo, lo hubiera integrado en mi subconsciente y actuara de forma automática dentro de mi locura.Al apartarme los sanitarios comenzaron a trabajar, yo sólo miraba como, hipnotizado, como la entubaba
Kimberly.Ha pasado un año desde que descubrí de la manera más extraña, que estaba embarazada.Al final como siempre, me salí con la mía, claro está, que, a costa de la paz mental de mi marido y unos celos, por no ser ya su centro de atención. Ahora el asistente Blake esta más atareado que nunca.No sólo tiene que satisfacer los caprichos de un jefe, absorbedor y controlador, como es Norman Miller, sino que en casa tiene a dos Sirenas cautivadoras, que lo tienen loco.Aunque si soy sincera, Christine Evelyn Blake, es peor que su madre. Desde que nació decidió que su padre le pertenecía, y ejerce ese poder diariamente. No se duerme si su padre no la acuesta, solo quiere que aparte de mis pechos, sea su padre quien le dé de comer. Nos pasamos el día compitiendo por la atención de mi hombre. Y sólo tiene cinco meses.Por su parte el traidor de mi marido está encantado, adora a su pequeña gema.Si como veis al ilustre asistente, mientras yo soy una sirena, su hija es una joya, un tesoro qu
Hola a todas mis lectoras, me alegro que se decidieran a leer esta novela, pero para poder entenderla mejor, y aunque yo les dejaré un apunte por encima de quienes son nuestros protagonistas, creo que podrás seguir mejor su historia, si lees antes mi novela anterior “La noche que te convertiste en la madre de mis hijos”, en ella Kimberly Peterson y Jason Blake, se conocieron, e indicaron su guerra personal donde una singular apuesta, los llevara por caminos que ni ellos mismos imaginaron, y a los que no están preparados. Ambos personajes tienen su propia personalidad, Jason es frio, tranquilo, infinitamente eficaz en todo lo que se propone o encomienda. Hasta que conoció a Kimberly era un mujeriego empedernido que, por su pasado, odia cualquier tipo de relación sentimental, decidió hace mucho tiempo que no se quiere casar, pero cierta modelo le hizo cambiar de opinión, aunque aún no sabe si es por la apuesta que ambos comparten, o es por algo más profundo que ni él se atreve a sacar a
Nota de la autora.No puedo contaros como se conocieron Kimberly y Jason sin que conozcamos algo de su historia y el papel que desarrollaron sus dos mejores amigos: Yvaine. *Esta mañana tras despedirme de los niños, me dirigí a mi puesto de trabajo. Cuando estaba saliendo del coche, acompañada de mí siempre fieles e incognitos guardaespaldas, recibí la llamada de mi mejor amiga de Los Ángeles, Kimberly. -” No me puedo creer que después de ponerte en contacto conmigo, para que te arreglara la cancelación del alquiler del piso, y te preparara la mudanza de los niños y la tuya, te hubieras olvidado, totalmente de mí.”- el reclamo de mi amiga, me hizo sonreír, siempre había sido muy exigente en nuestra relación de amistad, pero esta vez era verdad que la había tenido un poco olvidada. -” ¡Buenas días en tu caso!, buenas tardes en la mía, señorita Kimberly, veo que sigue siendo tan audaz y educada como siempre”- la sonrisa que oí a través del teléfono, me hizo ver que ya mi amiga, habí
Kimberly. -” ¡Amigas para esto!”- pensé en alto, no podía creer que después de haberme llamado a estas horas, y solo porque su marido le estaba haciendo el amor, mi mejor amiga Yvaine, me hubiera dejado hablando sola con el teléfono. Después de la llamada de teléfono que le hice a Yvaine donde casi no podía contestarme porque su recién estrenado marido la tenía ocupada.La verdad es que me estaba aburriendo en la fiesta de presentación, si no me llega a llamar Yvai, hace rato que me hubiera ido, no entiendo fiestas de presentaciones de producto, si termina siendo una forma más de acosar a los modelos. Si no fuera porque le habían dado un chivatazo, de qué mi padre podría asistir a este tipo de evento, no hubiera venido, ni hubiera sustituido a Susan, en su proyecto de hoy. Decidí escabullirme, de la fiesta, por las escaleras ya que era lo más cercano que tenía, mientras había estado hablando con mi amiga me había ido alejando poco a poco del ruido para escucharla mejor hasta llegar
Jason.-” Soy el asistente Blake, necesito que revises todas las salidas de las escaleras de emergencia, de los pisos del dieciocho hacia abajo. Revisar si sale una mujer con un traje de noche azul y blanco. Quiero saber en qué habitación se hospeda, y que se me proporcione toda la información que se tenga de ella”- tras dar la orden, esperé a que me llegará la información. No se tardó mucho, en descubrí que mi esquiva espía, se llamaba Kimberly Peterson, tenía veintiún años, era modelo. Y había trabajado en Los Ángeles para una gran agencia, hace unos días se había trasladado a Nueva York, para trabajar en una agencia de la ciudad, ya había sido preseleccionada como imagen, junto con otras dos modelos, de los centros comerciales Miller. Esta información me hizo sonreír, decidí dejar en recepción su teléfono, para que no se lo dejara cuando abandonara el hotel. No pretendía dejarla sin trabajo, al contrario, pretendía darle mucho más trabajo, y hacer posible para que fuera todas las