Kimberly.Lo besé y tras rogarle que me hiciera suya, el me devolvió el beso con pasión haciéndome olvidar todo, excepto el olor de su cuerpo, su piel en contacto con la mía y esos labios que mientras me besaba, me hacía desear más y más. Me alzó en sus brazos, yo quería decirle donde estaba mi habitación, pero, si para ello tenía que despegar mis labios y mis manos del cuerpo de ese hombre, lo veía imposible. Jason Blake era un hombre de recursos, ya lo encontraría él, yo lo único que quería era estar pegada a él, en sus brazos, mientras mis brazos rodeaban su cuello y mis labios eran devorados por los suyos. Una vez dentro de la habitación, me posó sobre la cama, sin dejar de besarme. Mientras, estaba sobre mí. Comenzó a desnudarse con una mano y la otra soltaba el cinturón de mi alborno. Sólo se separó de mis labios para mirarme, estaba completamente desnuda debajo de esa prenda, excepto por unas pequeñas tangas negras y un sujetador de encaje que elevaban mis senos, ya erectos
Jason.Mi cuerpo aun temblaba por lo que había experimentado y mi corazón latía como si hubiera corrido una maratón, no era sólo sexo, había tenido en mi vida, noches de sexo muy satisfactorio. Pero lo que había sentido con la sirena, traspasaba la idea de simple relación sexual, cuando estuve en su interior, fue como llegar a casa, era el lugar donde siempre me gustaría estar. Una idea me llegó en ese momento, ¿y si este era el motivo por lo que mis padres discutían? Un recuerdo, de besos, y abrazos llegaron a mi memoria. Siempre había, en mi recuerdo, destacado de forma significativa, las grandes discusiones, los tiras y aflojas, su falta de atención hacia mí, sólo me usaban como arma arrojadiza, pero tras mi experiencia con mi mujer, porque ahora sí que ella, era verdaderamente mía, otras cosas llegaron a mi memoria, las flores que inundaban la casa, los besos, las risas tras las discusiones, las horas en que mis padres se encerraban en su cuarto, y yo nos lo oía discutir. No pude
Kimberly. Me dirigí directamente a la ducha, aunque mi cuerpo estaba totalmente adolorido, por la noche de pasión que había pasado con Jason, mi mente estaba aún peor. ¿Cómo se atrevía mi madre a presentarse en mi casa, y decirle a Jason que se fuera de mi vida? La mujer que nos había traicionado a mi padre y a mí. Que impuso, su manera de ver la vida, por encima de algo tan básico, como era darle la oportunidad que un padre y una hija se conocieran, me privó del amor de mi padre, cuando ella es incapaz de amar a nadie. Mientras me duchaba, rememoré la conversación que había tenido con mi padre. Me di cuenta, que el fondo, él estaba alegre porque yo lo encontrara, que estuviera en su vida. Sabía que tenía que volver a hablar con él, y pedirle disculpas por mi comportamiento, había salido huyendo, cuando me vi sobrepasada por la situación. Me prometí que lo haría hoy, Para mí era importante iniciar una relación con mi padre, conocerlo, si él me quería en su vida. Salí de la ducha y
Kimberly Estaba tan abducida por ese hombre que, sólo el grito de quien menos esperaba en la boda, me hizo caer como si callera de un edifico de doce plantas. -” No estoy de acuerdo con esta boda, ¡Kimberly Anabel Peterson, te vienes conmigo, ahora!”- el grito de mi madre paralizó todo. Yo estaba tan en shock que apenas note que mi padre y mi madre se habían quedado mirándose el uno al otro. Se miraba como retándose, pero si hubiera tenido el ojo de halcón de Jason, me hubiera dado cuenta que tras esas miradas había algo detrás, que los dos estaban ocultando. Me recuperé en segundos, y la nueva, Kimberly hizo su aparición -” Tarde empresaria Peterson, ya estoy casada.”- Miré el acta de matrimonio que ya habíamos firmado, los testigos, Jason y yo, y se lo mostré. -” Eso lo puedo resolver yo, en cinco minutos, con un abogado, pero este matrimonio no sigue más.”- dijo mi altanera madre. Iba a responderle a eso, pero Jason se me adelantó. Y sus palabras sólo confirmaron lo que, en e
JasonComencé a salir de la sala y para callar a la Sirena, volví a darle una ligera nalgada en el trasero, otro gemido la hizo callar. -” Decididamente Kimberly Blake eres un peligro para cualquier ser humano, así que tendré que saciarte y mantenerte ocupada toda mi vida. Así agotada la raza humana podrá sobrevivir otros cuatro mil años más, antes que la extermine, algunos de nuestros descendientes.”- -” Eso es una promesa señor Blake, me mantendrá saciada y agotada el resto de mi vida”- me contesto la sirena mientras continuaba acariciándome el trasero. -” Es una promesa que su eficiente esposo comenzará a cumplir ahora mismo”- le dije y subí en el ascensor para dirigirme a la suite nupcial, regalo de mi jefe. Esa sería mi primera noche de casado, y la segunda de Kim como mujer activa sexualmente, esperemos que mañana alguno o los dos amanezcamos vivos. Aunque como siempre, ya en el ascensor, la Sirena, hizo de las suyas, y lo gracioso es que no debía sorprenderme, pero la Amaz
Kimberly. Es verdad que cuando te casas, previamente deberíais tener claro, como va ha ser vuestra vida. Ahora comprendo porque muchos matrimonios, fracasan en el primer año. Pero como nosotros somos tan “especiales” nos tiramos , mas bien para ser sincera, me tiré, de cabeza a esta aventura y arrastre a Jason conmigo. Todo por la guerra que mantengo con mi madre. A ver si me entendéis no me arrepiento de haberme casado, al contrario en este matrimonio hay muchas cosas que compensan y con creces, que haya dado este paso. No me refiero sólo al sexo, que es alucinante y me tiene enganchada a ese hombre, literalmente. Es más bien porque prefiero, estar todo un día discutiendo y enfrentándome, a mi marido, que estar tres años en una relación tranquila e insípida, que no me aporta nada. Esto no quiere decir que sea fácil, quizás porque nosotros no somos fáciles, al contrario, somos todo los opuestos. Y para que me entendáis os doy una muestra. Llevamos una semana de casados, y ya empi
Kimberly Gracias a Dios, dentro de su carácter sobre protector, Jason, había enviado a dos escoltas a seguirme, ellos al verme tan alterada, se dieron a conocer.-” Señora Blake, ¿se encuentra bien?”- me dijo uno sujetándome por el hombro.Yo no podía hablar, ni responder aún estaba en estado de shock.Ellos se encargaron de avisar a Jason y de contarle lo que había provocado mi estado, mientras, me ayudaba a sostenerme antes que cayera, con respeto y tocándome lo indispensable para que no me fuera al suelo.Yo por mi parte no podía quitar la vista de la puerta, detrás la cual estarían mis padres, que muy probablemente, estarían teniendo sexo. Era como cuando un ciervo ve acercarse a una camioneta, sabe que se tiene que apartarse, pero se queda paralizado por el miedo. A mí me ocurría lo mismo.Sólo reaccioné, cuando sentí que me abrazaban, oía voces, pero yo no las distinguía, pronto un olor familiar me recordó a Jason, pero no podía quitar mi vista de la puerta parar ver quien me a
Jason.Vi cómo como mi tigresa se dormía, y por eso aproveché para decirle todo lo que mi corazón sentía, sabía que tenía que decírselo en persona. Pero sabía que aún no estaba preparado. tenía que fortalecer mi corazón, ante algún posible rechazo de ella.Kimberly era más similar a su madre, de lo que ella, conscientemente, se permitiría ser. Ambas eran orgullosas, se pasaban la vida intentando demostrar que no necesitaban a nadie, que ellas eran capaces de todo. Pero cuando se enamoraban luchaban como tortugas panza arriba para evitar ese sentimiento. Quizás eso era lo que me daba esperanza en Kim, ya que se pasaba el día retándome, buscando la manera, de cogerme en una y así sentirse más dueña de la relación. Yo adoraba enfrentarme a ella, a lo mejor en eso también me parecía a mis padres.También esa había sido la razón para perseguir a la amazona hasta volverla mi esposa, mía. A Kimberly Blake, no había que dejarla pensar, mejor era retarla para que ese fuego heredado de su padre,