Finalmente, termino de ponerme el pantalón y unas zapatos deportivos que Anna compro para mí, desgraciadamente con parte del dinero que ganamos hoy. Hay muchas cosas en mi cabeza, pero esa culpa no me deja tranquila. Una vez que termino Brian comienza a desinstalar el puesto para entregarlo al ayuntamiento, por suerte, después de una hora de lluvia, se ha calmado un poco, como para permitir que podamos irnos.Ninguno de los dos se atreve a preguntarme nada de lo sucedido, quizás por pena o tal vez porque el pueblo es demasiado chico, por lo que los oídos están esperando que diga algo al respecto, sé que de alguna manera la gente vio que yo estaba ahí involucrada.Cuando terminamos de empacar todo, Brian lleva las cosas a un taxi que acaba de contratar, Anna y yo subimos mientras él sube todo en el porta equipaje y después de unos minutos entra con nosotras y el taxi avanza.Anna me toma de la mano, en ese momento descubro que las mías están congeladas, así que no evito que ella me com
Miro a mis amigos de vez en cuando mientras narro como sucedió todo, desde aquella noche en que bebí para conservar mi empleo hasta el día en que me rescato de ser ultrajada por un desconocido.Las expresiones de mis amigos van de la sorpresa, al horror, hasta pasar al escepticismo.Ninguno de los dos se atreve a decir nada, ni siquiera para hacer preguntas, aunque sé que tienen mucho que preguntarme, se nota en sus rostros. Cuando termino, trago saliva y también derramo un par de lágrimas por haber sido una imbécil y dejarme llevar por una fantasía que no podía pasar más allá que un par de noches en la cama. —Así que he decidido irme con mi padre antes de que esto se salga de control—admito con cierto tono melancólico, inclino la mirada, pero ninguno dice nada. Se crea un silencio sepulcral que me abruma, no lo soporto por lo que levanto la vista. Brian parece inquieto, pero como si algo le molestará. Anna parece entre sorprendida y enfadada, quizás por no haberle contado nada de
—¿Estás hablando enserio? —cuestiona Anna perpleja. —Si—asevero un tanto emocionada, pero mis mejillas se enrojecen al darme cuenta de esa emoción, como si esperara algo, un milagro, pero aunque esas cartas tuviesen información importante, no cambiarian el hecho de que Aidan y yo estamos destinados a no estar juntos. —¿Sabes donde estan? —cuestiona Brian de repente, su pregunta me sorprende ya que ha sido él, quien me ha dicho desde que lo supo, que debo marcar limites, darme cuenta de que para Aidan no era mas que una distracción o quizas una diversión pasajera o al menos eso fue lo que entendi con su actitud y sus palabras. —Me parece que en el guardarropa del joven Liam—expreso, pero la emoción ya ha desaparecido, trato de no hacerme ilesiones, pensar en mi propio futuro, uno en el que Aidan no tiene lugar y claro donde yo tampoco me encuentro en su vida. Me levanto de mi sitio y voy hacia la cocina, siento la mirada de mis amigos, me observan sacar un par de tazas y tambien
—No esta manipulandome, solo estoy siguiendo la voz de la razón. Su hermano ya nos descubrió, es solo cuestión de tiempo para que la familia entera lo haga y si eso sucede...—Moira saldra perjudicada—interrumpió Brian.—Sé que ya has tomado tu decisión—expresó Anna un tanto nerviosa—pero no te sientes impotente con todo esto, es decir, el joven Aidan igual podria estar siendo engañado y ese bebé, bien no podria ser suyo y solo se lo edtan abjudicando porque su familia es poderosa.Me quedo en silencio pensando en la posibilidad, seguir indagando solo va a lastimarme, por lo que no tengo mas opción que mentir y excusarme. —No y aunque asi fuera, ya no puedo entrar a la casa, no a menos que el joven Liam quiera matarme a mitad de pasillo—explico. —Cierto, él parecia ser un hombre tranquilo, pero aparentemente es muy voluble—menciona Anna. Brian suspira en cierto momento llamando nuestra atención, el ladea la cabeza un par de veces y después levanta la mirada hacia mi. —Tal vez si t
—¿Estás completamente segura?—cuestiona tía Moira frunciendo el ceño, quizás mi explicación no le ha convencido del todo."No" pienso, pero no me atrevo a repetir lo que hay en mi cabeza.—Si—miento y para ser más convincente me atrevo a sonreír fingiendo un poco de emoción por volver y tener una vida como la de todos los demás.—Ha pasado poco tiempo desde que llegaste. ¿Qué te hizo cambiar de opinión? ¿Tus amigos? ¿Ya les contaste?—No, pero tuve una charla con mi padre, creo que al fin entendió que lo que paso no fue mi culpa, así que me parece que quiere redimirse, ha conseguido que me trasfieran a otra universidad y probablemente alquilara un dormitorio para mí, aún no hemos hablado al respecto, pero supongo que lo haremos cuando llegue.—¿Él vendrá?—cuestiona alzando las cejas, quizás sorprendida— entonces lo que dices es cierto, ese hombre no ha pisado este sitio desde aquella última visita en la que vinieron con tu madre, esa fue la última vez que la vi, al igual que a ti.—Si
—Adelante—expresa la voz de la señora Mitchell, desde el otro lado de la puerta después de dar algunos ligeros golpeteos. Aspiro una gran bocanada de aire antes de entrar, como si en realidad fuese a arrojarme a una piscina en vez de adentrarme en una habitación. Lo primero que veo al ingresar es un par de ramos de rosas blancas, los cuales inundan la habitación con su fragante aroma.Trago saliva y doy un par de pasos hasta que algo en mi rango de visión me obliga a detenerme, vestidos de novia, algunos modelos similares y otros muy diferentes entre sí, pero igualmente hermosos. No obstante, hay un vestido en específico que me llama la atención, uno que se distingue entre la cantidad de tela blanca, tul y encaje. El vestido es amplio, se ajusta a un maniquí, este tiene mangas de encaje floral, pero la tela que lo sostiene es semitransparente provocando la ilusión de que en realidad el encaje esta pegado al maniquí, como si fuera parte de él. El busto tiene un corte corazón para cau
La caja se me cae de las manos, intento levantarlo antes de que la señora Mitchell se dé cuenta de que lo tire, pero al levantar la vista observo como la señorita Grace sale detrás de él a pesar de que lleva puesto un vestido que le impide andar como a ella le gustaría. Intenta levantar la falda del vestido para poder correr detrás de Aidan, pero de un momento a otro, la señora Mitchell avanza más rápido que ella siguiendo a Aidan, de pronto los tres se van de mi vista, mi instinto me dice que debería aprovechar ese momento para poder huir y volver con Moira o incluso para irme a casa, pero mi curiosidad por saber que ha sido todo eso me obliga a seguir a las tres personas que acaban de salir. Dejo el vestido tirado y salgo del closet para poder aproximarme a la puerta de la habitación, si alguna pudo lograr detenerlo, seguramente lo hizo en el pasillo, me asomo, pero no veo a nadie, así que continuo caminando hasta que finalmente llego a las escaleras, ahí a mitad de los peldaños s
—¿Y bien?—dice la madre de Aidan o mejor dicho la arpía que tiene por madre—estamos esperando tu respuesta.—¿Cómo puede una madre amenazar a su hijo de esta manera?—cuestiona Aidan con una expresión de decepción en el rostro, no creo realmente lo que esta pasando, ni tampoco el cómo hablan de destruir vidas como si se tratara de beber un poco de té.—Precisamente por eso Aidan, eres mi hijo, pero desgraciadamente no eres el primogénito de tu padre, un error más y será el fin de tu herencia. ¿Quieres eso? ¿Ser igual de miserable que los demás?—Vivir de lo que trabajas no es ser miserable—protesta Aidan.—No me importa lo que creas, solo quiero tu respuesta—insiste la señora Mitchell— ¿Dejaras a un hijo sin su padre? ¿Permitirás que Liam se quede con lo que te pertenece? ¡Oh mejor aún! ¿Permitirás que destruya la vida de la golfa que se atrevió a meterte en tu cama? ¡Elige!Trago saliva y cierro los puños impotente, enojada y frustrada. Ver esto me enferma, quizás las otras dos razone