—¿Estás completamente segura?—cuestiona tía Moira frunciendo el ceño, quizás mi explicación no le ha convencido del todo."No" pienso, pero no me atrevo a repetir lo que hay en mi cabeza.—Si—miento y para ser más convincente me atrevo a sonreír fingiendo un poco de emoción por volver y tener una vida como la de todos los demás.—Ha pasado poco tiempo desde que llegaste. ¿Qué te hizo cambiar de opinión? ¿Tus amigos? ¿Ya les contaste?—No, pero tuve una charla con mi padre, creo que al fin entendió que lo que paso no fue mi culpa, así que me parece que quiere redimirse, ha conseguido que me trasfieran a otra universidad y probablemente alquilara un dormitorio para mí, aún no hemos hablado al respecto, pero supongo que lo haremos cuando llegue.—¿Él vendrá?—cuestiona alzando las cejas, quizás sorprendida— entonces lo que dices es cierto, ese hombre no ha pisado este sitio desde aquella última visita en la que vinieron con tu madre, esa fue la última vez que la vi, al igual que a ti.—Si
—Adelante—expresa la voz de la señora Mitchell, desde el otro lado de la puerta después de dar algunos ligeros golpeteos. Aspiro una gran bocanada de aire antes de entrar, como si en realidad fuese a arrojarme a una piscina en vez de adentrarme en una habitación. Lo primero que veo al ingresar es un par de ramos de rosas blancas, los cuales inundan la habitación con su fragante aroma.Trago saliva y doy un par de pasos hasta que algo en mi rango de visión me obliga a detenerme, vestidos de novia, algunos modelos similares y otros muy diferentes entre sí, pero igualmente hermosos. No obstante, hay un vestido en específico que me llama la atención, uno que se distingue entre la cantidad de tela blanca, tul y encaje. El vestido es amplio, se ajusta a un maniquí, este tiene mangas de encaje floral, pero la tela que lo sostiene es semitransparente provocando la ilusión de que en realidad el encaje esta pegado al maniquí, como si fuera parte de él. El busto tiene un corte corazón para cau
La caja se me cae de las manos, intento levantarlo antes de que la señora Mitchell se dé cuenta de que lo tire, pero al levantar la vista observo como la señorita Grace sale detrás de él a pesar de que lleva puesto un vestido que le impide andar como a ella le gustaría. Intenta levantar la falda del vestido para poder correr detrás de Aidan, pero de un momento a otro, la señora Mitchell avanza más rápido que ella siguiendo a Aidan, de pronto los tres se van de mi vista, mi instinto me dice que debería aprovechar ese momento para poder huir y volver con Moira o incluso para irme a casa, pero mi curiosidad por saber que ha sido todo eso me obliga a seguir a las tres personas que acaban de salir. Dejo el vestido tirado y salgo del closet para poder aproximarme a la puerta de la habitación, si alguna pudo lograr detenerlo, seguramente lo hizo en el pasillo, me asomo, pero no veo a nadie, así que continuo caminando hasta que finalmente llego a las escaleras, ahí a mitad de los peldaños s
—¿Y bien?—dice la madre de Aidan o mejor dicho la arpía que tiene por madre—estamos esperando tu respuesta.—¿Cómo puede una madre amenazar a su hijo de esta manera?—cuestiona Aidan con una expresión de decepción en el rostro, no creo realmente lo que esta pasando, ni tampoco el cómo hablan de destruir vidas como si se tratara de beber un poco de té.—Precisamente por eso Aidan, eres mi hijo, pero desgraciadamente no eres el primogénito de tu padre, un error más y será el fin de tu herencia. ¿Quieres eso? ¿Ser igual de miserable que los demás?—Vivir de lo que trabajas no es ser miserable—protesta Aidan.—No me importa lo que creas, solo quiero tu respuesta—insiste la señora Mitchell— ¿Dejaras a un hijo sin su padre? ¿Permitirás que Liam se quede con lo que te pertenece? ¡Oh mejor aún! ¿Permitirás que destruya la vida de la golfa que se atrevió a meterte en tu cama? ¡Elige!Trago saliva y cierro los puños impotente, enojada y frustrada. Ver esto me enferma, quizás las otras dos razone
— Brian—murmuro cerca de él para llamar su atención, pero debido a la hora que está próxima a la comida, su atención esta centrada en cocinar. Al ver que no me escucha me atrevo a caminar entre sus ayudantes para tomarlo de la manga y obligarlo a notarme.—¿Qué pasa?—expresa frunciendo el ceño, sorprendido y al mismo tiempo enfadado, quizás por quitarle tiempo sabiendo como es la señora Mitchell.—Tenemos que hablar—le solicito firme, ojalá pudiera contarle en ese mismo instante el coraje que me quema por dentro.—Disculpa, pero ahora no puedo, debo terminar la comida, quizás más tarde—sugiere presuroso con el fin de volver a lo suyo, pero antes de que gire me atrevo a tomarlo del brazo.—No puede ser más tarde—me aproximo más a él, entonces él frunce el ceño más y como si pudiera ver a través de mí, observa mi rostro con cautela.—¿Qué te paso?—cuestiona confundido.—Precisamente es de lo que necesito hablar contigo. Nos vemos en diez minutos en la habitación de Anna, voy a buscarla—
—¿Qué mierda?—brama Brian reincorporándose para tomar una postura recta y al mismo tiempo imponente, se nota cuan molesto se encuentra.—¿Cuándo?—cuestiona Anna inclinándose sobre sus rodillas para acercarse a mí, quizás para observarme mejor, frunce el ceño molesta y al mismo tiempo preocupada.—¿No es obvio?—cuestiona Brian iracundo—¡Mira su rostro!Brian se mueve de aquí para allá en la habitación, aunque es pequeña, logra encontrar el espacio suficiente para dar vueltas, para controlar su ira, pero no sé por cuanto tiempo puede permanecer aquí.—Tan solo unos minutos antes de que los fuera a buscar—admito, las manos de Anna toman la mía y entonces se sienta a mi lado.—Tenemos que decirle a tu tía—sugiere, pero sus palabras me bajan la presión y palidecen mis rostro.—¡No!—exclamo, suelto su mano y me alejo de ella, incluso dejo olvidada la compresa fría sobre su cama—ella me pediría una explicación ¿Qué se supone que le diga? ¿Qué me acosté con Aidan y por eso su hermano me golpe
—¿Exactamente en donde estaban?—cuestiona la voz de Anna por el auricular de mi teléfono móvil, se escucha nerviosa y no es para menos, ella no es el tipo de chica que hace este tipo de cosas, escabullirse para entrar a hurtadillas en la habitación de un chico, pero no cualquiera y por supuesto no uno que sea exactamente especial, sino más bien peligroso, ha demostrado que no tiene ni siente compasión por el sexo más débil, por lo que mi amiga también esta en riesgo de sufrir lo mismo que yo— no quiero estar mucho tiempo adentro. —Deben seguir en su equipaje—afirmo o al menos eso es lo que espero. Levanto la vista para mirar por la ventana de mi habitación, como siempre se observa un panorama de Kylemore, un cielo extrañamente azul, sin una nube, con el bosque verdoso, llamando a propios y extraños a visitar sus rincones, pero pese a todo lo que se puede pensar de Kylemore, ahora me parece una prisión, pero no exactamente mía, sino de Aidan. No lo he visto desde aquel día, tampoco p
Liam:Me alegra saber que tu aventura por suiza ha sido placentera, no me imagino dormir a la intemperie en las montañas, pero supongo que para alguien tan experimentado como tú es cosa de niños. Ojalá pudiéramos vernos pronto y hablar sobre lo que paso entre nosotros, sé que sigues molesto y que el que respondas mis cartas y me cuentes sobre tus viajes e incluso sobre los festivales a los que has asistido y en donde has conocido más de una chica, es tan solo una forma de torturarme.Me lo merezco por acostarme con tu hermano cuando estábamos saliendo. No tengo justificación para lo que sucedió, solo puedo decirte que estaba ebria, demasiado como para diferenciarlo de ti, sé que lo que hice estuvo mal y lo reconozco, pero haciendo de lado lo que paso esa noche, quiero que sepas que tengo un retraso, no es de tu hermano porque según lo que el médico me dijo, tiene más tiempo de gestación, no me cabe duda de que es tuyo.Debemos hablar.Grace.—¡Mierda!—dijo un tanto nerviosa, emocionad