Me quedo paralizada por un segundo, asimilando sus palabras. Su revelación me ha hecho sentir como si estuviera flotando. Y tengo que admitir, que me ha encantado.—Mía, tenemos que dejar las cosas claras entre tú y yo —dice él, mientras camina por la habitación nervioso.—Te escucho.—No sé qué es esto, pero sé que no puedo ignorar lo que siento por tí. Te tengo en mi cabeza todo el día.Sus ojos no se apartan de los míos, y en ellos veo reflejada mi propia confusión, mi curiosidad, mi deseo de explorar lo desconocido. Por un momento, el mundo exterior desaparece, y solo quedamos él y yo, y la posibilidad de un comienzo.—Estoy seguro de que tú sientes lo mismo, aunque te resistas a reconocerlo. También sé, que ha pasado demasiado rápido. Pero, sabes que tengo una relación. ¿Qué te parece si resuelvo mi situación antes de que nos permitamos explorar lo que podría surgir entre nosotros?Lo miro, boquiabierta, incapaz de ocultar mi sorpresa. Tengo mariposas, elefantes y hipopótamos bai
La pelirroja acaricia la mano de James con ternura, y él, le devuelve una sonrisa cómplice. De pronto, siento su mirada dirigirse hacia mí, actúo con rapidez, escondiéndome detrás de un árbol.¡Madre mía, madre mía! susurro para mis adentros, con la esperanza de pasar desapercibida. Al girar la esquina, me topo con un grupo bullicioso de excursionistas. Sin perder un segundo, me mezclo entre ellos, camuflándome. Con cada paso que doy, la tensión en mi cuerpo va desapareciendo.Finalmente, cuando estoy lo suficientemente lejos, respiro profundamente aliviada. Ya que no puedo pasear tranquilamente, decido dirigirme a mi negocio para ver a mi amiga Jud. Al llegar al club, veo a una de las chicas de la limpieza que está afuera, distraída en una nube de humo de su cigarrillo. Me aproximo discretamente, y noto cómo su semblante cambia al reconocerme. Un destello de nerviosismo cruza su rostro, y no puedo evitar sonreír.—Buenos días, señorita Crawford.—Buenos días, Casandra.—Acabo de sal
¡Qué cabreo tengo! y no precisamente porque él no haya terminado con su novia. Entiendo que Julie es su pareja, y quizás se haya arrepentido de sus palabras. ¡Oye! Qué lo entiendo. No va a dejar una relación larga por otra chica que acaba de conocer, sin embargo, que me confiese que le gusto y luego, al día siguiente la trae a la casa para cenar.... eso me demuestra que tengo delante de mí, a un gilipollas, engreído y, para colmo, demasiado guapo el condenado. Por eso, me voy a ceñir al plan, necesito con urgencia las clases de seducción de Jud, para salir cuánto antes de esta casa y perderlo de vista cuánto antes.Me dirijo hacia el dormitorio de Franchesca con una bandeja con té y unos pastelitos. Doy varios golpecitos suaves a la puerta de madera con mis nudillos, poco después la abre.¡Lo sabía! Al verla, puedo comprobar que ha estado llorando, se aparta de la puerta, para dejarme pasar, entro despacio para evitar que el té caliente se derrame. Avanzo con cuidado, deposito la band
JamesAgarro a Mía del brazo para que vuelva a caminar. Si permanezco un minuto más en la sección de lencería acabaré tirándome de los pelos, y comprando todos los sujetadores de la tienda para ella ¡Pedazo de cuerpo que tiene esta mujer! Y su abultado pecho, lo bien que lo oculta con esas camisetas holgadas, todavía no sé cómo me he contenido en el probador, me han entrado unas ganas locas de arrancarle toda la ropa y verla completamente desnuda. Cada día que pasa, la encuentro aún más hermosa. Sacudo la cabeza, intentando deshacerme de esa imagen que se ha grabado en mi mente.Caminamos juntos, hasta que finalmente llegamos a la sección de perfumes. Comienzo a buscar uno para mí. Un frasco llama mi atención, por su diseño simple pero elegante. Al probarlo en mi piel, puedo decir que es perfecto para mí, las mujeres no se podrán resistir.Cuando veo a Mía contemplando un estuche de belleza. Está repleto de cremas corporales, geles y un millón de movidas para mujeres, que no sé ni pa
MÍAEmpiezo a preparar los solomillos. Mientras tanto, James se dirige a la nevera. Coge las fresas y las coloca bajo el chorro de agua fría, lavándolas. Una vez limpias, las deja en un cuenco de cristal. Después, coge una botella de champán de la nevera. Y tras verterlo en dos copas altas, me extiende una, con una sonrisa.—Por favor, prueba la combinación de champán con fresas.Acepto probar la mezcla y descubro que el champán hace que la fresa sepa aún mejor. Es sin duda, una combinación deliciosa.Ahora es el turno de James, cuando da un mordisco a la fresa, ese simple gesto me parece tan sensual, que me quedo observándolo, embobada.—Tenías razón, está bastante bueno —admito.—¿Bastante bueno? Déjame decirte que es lo mejor que has probado en tu vida.La tensión se palpa en el ambiente, James reduce la distancia entre nosotros. Me ofrece otra fresa, pero esta vez la lleva a mi boca para que la muerda, y eso es exactamente lo que hago. Doy un mordisco a la fresa y luego paso mi l
Mía Ya he descubierto las verdaderas intenciones de Richard para que James rompa con su novia. Resulta que tanto el padre de Julie como el de James son policías corruptos, y la pelirroja, parece estar también involucrada en sus sucios negocios. Por lo tanto, supongo que Richard busca alejar a James de ella, ya que es la única manera de mantenerlo al margen de todo.Yo solo espero, que mi club no se vea afectado por sus reuniones clandestinas, no quiero que mi negocio se convierta en su lugar para mover sustancias ilegales. No puedo dejar de sentir pena por James, que está siendo manipulado desde las sombras por su padre.La voz de Anne hace que me aleje de mis pensamientos.—James y Julie se conocen desde que eran pequeños. Empezaron a salir hace muchos años. No quiero ser chismosa, pero debo confesar que Julie no me convence del todo. Parece que solo le importa su imagen, solo piensa en ella. Mientras tanto, mi hermano James la adora, durante todos estos años, se ha desvivido por el
Mía Me siento en el borde de la cama, con los brazos cruzados sobre el pecho. No voy a permitir que venga ahora a regañarme, con el espectáculo de su novia ya tengo suficiente. Por su culpa, tengo mal cuerpo, solo quiero huir e irme a mi casa.—¿Se puede saber por qué no me hiciste caso? Te dije que no salieras de la habitación —me reclama, mientras pasa una mano por su cabello castaño.—Tenía que ir al baño, además, la culpa es tuya. Si pensabas romper con ella, ¿porqué no la llevaste a otro sitio? Me levanto para poder enfrentarlo, con el corazón latiendo con fuerza.—Te pedí por tu bien que te quedaras en tu habitación. La conozco muy bien. Y no te dejará en paz. Lo que te pedí, lo hice pensando en ti. —Pero, ¿qué tonterías dices? Si ya nos vio en el patio bebiendo champán, ¿qué más da que saliera un momento de mi habitación? De todas formas, no le tengo miedo, así que no te preocupes.—Si me preocupo, es porque le has dado un puñetazo, sabía que esto iba a pasar. Su padre es po
En este momento de mi vida no tengo que pensármelo, este hombre me ha cautivado de tal manera que mi respuesta no puede ser otra que un rotundo sí. —Quiero darte una oportunidad y que tú me la des a mí. Una vez que está todo dicho, nos quedamos en silencio mirándonos a los ojos, y yo me quedo esperando mi primer beso. Su mirada viaja con delicadeza desde mis labios, pasando por la curva de mi nariz, hasta detenerse finalmente en mis ojos. —Deseo besarte. —Hazlo —susurro, con la voz temblorosa. —No te puedes ni imaginar las ganas que tengo —confiesa—. Pero como te dije antes, quiero hacer bien las cosas. Así que, señorita Crawford. ¿Sería tan amable de concederme el honor de su compañía para cenar mañana por la noche? Me gustaría llevarte a un restaurante, creo que es perfecto para nuestra primera cita oficial. —Estaré encantada de ir a cenar contigo. James me sonríe, se levanta de la cama, se inclina hacia mí y me planta un beso en la frente. El roce de sus labios hace que cier