Me fui a casa caminando ese día ¿Cuánto más podría negarme a los deseos que carcomen mi alma? Olesia me ofrecía un encierro que sentía particularmente liberador. Por otro lado, estaba mi vida en libertad, tan limitada por la escasez de dinero y de parejas buenas, ya estuve bajo el yugo de una chica, Veronica… Si estuve atrapado en esas horribles condiciones ¿Por qué no hacerlo ahora bajo el poder de una que realmente valiera la pena?La noche me envolvía en esas calles infinitas que llevaban de una forma u otra hasta mi hogar, me tarde más de lo acostumbrado, por lo que al abrir la puerta me topé con mi madre y mi abuelo, me esperaban gustosos, mi llegada fue como ver tierra firme para el marino que lleva meses navegando, la primera corrió a darme un abrazo, no importaba cuanto tiempo pasara seguía siendo su pequeño.—Estábamos preocupados estúpido —Reclamó dándome un coscorrón.—Seguro que andaba con una muchacha guapa —Burló el anciano con una risa áspera, tratando de ocultar sus ve
Un tonto que parecía que se le fuera a declarar a su amor platónico, pero, todo lo contrario, estaba distante de la chica que tanto me gustaba, buscando la oportunidad de encaminar de nuevo su vida, quizás eso fuera suficiente para llamar la atención de la persona a la cual amaba con locura. Llegó hasta la cabina de inscripciones, donde un sujeto con sueño lo recibió cordialmente.—Buen día ¿En que lo puedo ayudar? —Interrogó viendo su teléfono con desidia.—Vengo para conocer la matrícula de idiomas modernos —Comenté provocando que alzara su oreja con atención.—¿Nuevo ingreso o reinscripción? —Cuestionó provocando que suspirara con cierto agobio.—Reinserción —Acepté ante su mirada comprensiva, esperando una más despectiva esta me tomo por sorpresa.—Es un gusto tenerte de vuelta Liam —Dijo antes de siquiera solicitarme la cedula —Habla directamente con Miriam, no hace falta que pases por el protocolo —Mandó sonriente.—Gracias Gunter —Comuniqué un tanto nervioso, pensaba que mi aus
Subí por el ascensor como si fuera inocente de absolutamente todo, solo un chico más que venía a trabajar, salude al personal y me fije en las conductas de mis colegas, ninguno tenía pareja y al igual que yo todos la anhelaban, ese era el fundamentalismo imperante en los hombres, mientras las mujeres pueden dedicarse a sus vidas de una forma mucho más sabia, los varones por otro lado, anclados a los deseos primitivos pasamos demasiado tiempo pensando en las relaciones y muy poco en lo que sinceramente nos hará felices.Por eso decidí ir a la Universidad y ahora con la promesa de la maestra Miriam ya estaba convencido, si me echaban de aquí no me importaba, haría lo que ella dijera para ganar un poco más y con eso mantenerme hasta sacar la carrera, porque eso tenía más peso que cualquier cosa, no volvería a plantearme si quiera si estaba dispuesto a dejar de lado mi libertad por algo tan simple como el placer.—Buenos días chicos, vaya, mucha testosterona en tan pocos metros cuadrados
—¿Crees que eres muy gracioso no Liam? —Cuestionó Olesia con un rostro furico.—Honestamente pensé que te gustaría lo que te daría —Argumenté de forma tonta.—Tengo el dinero suficiente para comprarme todo eso y mucho más. No me sorprende en lo más mínimo, tonto —Sus palabras me dolieron, era como clavos sobre mi pobre corazón.—¿Y la carta? —Dudé con el semblante recio.—Por eso vine… —Suspiró acercándose peligrosamente, cuando me quise dar cuenta tenía sus labios sobre los míos.Imposible, pensé que jamás volvería a sentir un placer tan maravilloso como aquel, era una primavera de sensaciones, todas increíblemente vibrantes una frescura digna de las montañas más altas, guiadas por su lengua tan experta y fastuosa, cuando el instante termino me quede embobado ante sus labios rosados, decorados con un color escarlata que la hacían verse estupenda.—Mi debilidad son los artistas Liam, por eso te escogí, ya me preguntaba cuando me dedicarías un verso, solo que fue mucho más de lo que es
Es cruel como el destino se interpone entre el conocimiento que queremos saber, buscamos incesantemente la forma de alcanzar aquello que anhelamos y entonces nos damos cuenta de que justo antes de lograrlo tenemos cosas por hacer, la cotidianidad es de lejos el peor enemigo de los sueños, ser atrapado por ese círculo vicioso acaba por destruirnos. Así me sentía al darme cuenta de que antes de mi reunión con Corina tendría que soportar un día de trabajo como cualquier otro, fingiendo que nada había pasado. —Bueno chicos, hoy es el último día del mes, espero que den todo de ustedes para llegar lo más cerca que podamos a la meta ¡Éxitos! —Exclamó la supervisora con un rostro emocionado.—¡Claro que si se puede! —Mencionó Alison rellenando su taza con café y leche, retirándose a la sala donde trabaja.Todos los presentes nos vimos con rostros no muy convencidos, la realidad era solo una, cuando revisamos los archivos con los objetivos del mes estos estaban muy lejos del cien por cien
La burocracia empresarial siempre es molesta, subimos las escaleras con una mezcla curiosa entre felicidad y fastidio. Por un lado, venia el fin de semana y estaríamos una hora entera sin lidiar con los clientes, por el otro, representaba una perdida rotunda de tiempo, pues siendo honestos no iba a ser algo relevante. Una cosa que yo tenía es que las ilusiones se me iban rápido y no creía para nada en las promesas.—Siéntense tranquilos muchachos Olesia y yo venimos en un momento —Indicó Corina con su siempre constante sonrisa.—Bueno señores a perder el tiempo se ha dicho —Comentó Franco en voz baja, causando risas en los presentes.—Al menos es mejor que lidiar con conflictos —Indicó Mery con un bostezo pronunciado.—Después de esto ya nos vamos —Alegó Engel frotando sus manos con ansiedad.—Hablen por ustedes, a mí me toca turno nocturno —Suspiró Alison con desilusión.—Me debían un favor —Alzó los dedos en señal de paz la afroamericana, contenta por su intercambio tan favorable.
(…) Centro Comercial Corintios / Dos Horas más Tarde.Ese sitio era diferente a Logias, más pequeño, más laberintico, menos opulento y sus tiendas, en su mayoría sencillas, tenían precios asequibles, la zona dedicada a la comida era la única espaciosa y amplia, con muchísimas sillas y mesas para degustar de los alimentos, por la hora no estaba demasiado lleno, de hecho, tenía ya bastante tiempo esperando, le escribí por el teléfono y esta replicó que ya venía en camino, solo que yo era totalmente incapaz de encontrarla o al menos así fue hasta que la vi acercarse con un señor obeso y un bebé precioso, esta al verme salió corriendo para abrazarme, dándome un beso en la mejilla.—¿Tenias mucho rato por aquí? —Consultó sonriente.—No tanto Corina, aunque si me preocupo que fuese algún tipo de trampa —Suspiré aliviado.—Si eres tonto, descuida ¡Amor! Él es Liam, el chico que te comenté —Me presentó con cordialidad al varón.—Alexander, un placer, espero que puedan ayudarte, nada como ir t
Olesia Mazur, una chica que sin duda es incomparable, perfecta como ella sola, trágicamente su mala experiencia con el amor ha creado una coraza a su alrededor, tan dura y fría que quien se atreva a intentar rebasarla seguramente sea destruido en el intento. No estaba yo para enfrentarme a algo como eso, puede que incluso peque de cobarde, pero me tiene sin cuidado.Volví a mi casa como si nada hubiese pasado, mi madre me pregunto si las cosas estaban bien y mentí diciendo que me encontré con un amigo, ya tuve suficiente dosis de cariño y consejo maternal, ahora tomaría mis propias decisiones, pues en la vida nadie debe decidir por nosotros o de lo contrario nos lamentaremos para siempre.Estuve chateando con amigos, comiendo y escribiendo esos dos días. Ahora mi prosa ya no estaba dedicado a esa bella dama, era más bien un manifiesto de mis propios desastres románticos, los cuales en un universo alterno quizás podrían haber funcionado. Mezclando con un poquito de realeza esos conflic