La boda

Más tarde ya en su oficina, Bruno llamó a su asistente para que investigara y detuviera la publicación de esas fotos, estaba hablando con ella sobre eso, cuando de repente la puerta de su oficina se abrió intempestivamente, entrando en el lugar Noah Williams un amigo de su padre, quien se encontraba completamente furioso.

—Señor Williams ¿Qué lo trae por aquí? —Preguntó con curiosidad, el señor Williams era un hombre educado y respetuoso, aunque por lo visto por su cara no tenía un buen día.

—No puedo decir que es un placer verte Bruno, vengo a exigir que respondas por la reputación de mi hija Nicole, me han hecho pasar la peor vergüenza.

Aventó un diario de escándalos sobre su escritorio, Bruno palideció al observar que en primera plana estaban las fotos donde se encontraba en la cama con la chica, pensó que en verdad eran rápidos para publicar ese tipo de noticias, sabían que trataría de impedir que se publicaran, no pensó que esa chica fuera la hija de uno de los amigos de su padre y no cualquier amigo, más bien él mejor, el no conocía a las chicas porque no a acostumbraba a asistir a las reuniones.

—Entiendo perfectamente su molestia señor Williams, si me permite usted explicarle. —Dijo intentando que el hombre lo escuchara.

—No hay nada que explicar, la reputación de mi hija ha sido dañada y tienes que reparar el daño que has provocado, esas imágenes están por todos lados.

Iba a contestar cuando entró su padre, por la cara que traía no estaba nada contento, esa chiquilla si que la había armado, cruzó las manos sobre su pecho totalmente exasperado.

—Espero que Noah ya te haya dicho lo que te mereces hijo, imagino que estás dispuesto a solucionar esto de la mejor manera.

—Y según ustedes esa manera será casándome con la caprichosa de su hija. —Dijo molesto al recordar lo sucedido.

—Hijo no se que estabas pensando para hacer lo que has hecho. —René se tallaba el pelo con ambas manos, no podía ver a la cara a su amigo.

—Padre no es lo que parece, esa chiquilla me ha drogado y se ha metido a mi habitación, para colmo se ha puesto de acuerdo con la prensa para dañar mi reputación.

—¡Basta! No permitiré que te expreses así de mi hija, no se de que mañas te has valido para llevarla a la cama. —Estaba conteniéndose para no soltarle un golpe a Bruno, como se atrevía a hablar así de su hija.

—Noah, por nuestra amistad de años te aseguro que mi hijo va a responder a tu hija como debe ser. —Ese hijo suyo tenía que aprender.

Después de discutir algunas horas, Bruno aceptó casarse con la que él consideraba era una desquiciada, después de todo había sido su primera vez, pero nunca le perdonaría lo que había hecho para atraparlo, juró hacerla pagar cada día.

Un mes después los periódicos anunciaban la próxima boda, el soltero más codiciado, a sus treinta años por fin sentaría cabeza, contraería nupcias con Andrea Nicole Williams una chica de diecinueve años, la hija más pequeña del magnate de la tecnología Noah Williams, Bruno aventó su teléfono a un lado después de leer la noticia.

El día de la boda había llegado, muy a su pesar sus padres organizaron una boda por todo lo alto, parado frente al altar observaba a Nicole acercarse del brazo de su padre, no podía negar que se veía espectacular vestida de novia, era hombre y podía notar que la chica era muy bonita, su cara se iluminaba con esos grandes ojos inmensamente azules, su pelo largo y muy n***o hacía contraste con lo blanco de su piel, pero eso no quitaba lo fría y calculadora que era, tendría que andarse con cuidado para no caer en sus garras.

Nicole no podía disimular su tristeza, sus padres no le preguntaron si se quería casar, simplemente la obligaron, era el día más triste de su vida, vio a su futuro esposo parado frente al altar, no podía negar que era guapo, noto que era muy alto, su pelo n***o resaltaba el azul intenso de sus ojos, pensó que ese cuerpo y cara  muchos lo querrían cuando menos para un día domingo, aunque eso no quitaba lo jodidamente estúpido que era.

Su madre había elegido el vestido, era hermoso, blanco, cubierto de cientos de pequeños cristales, en pocas palabras, era un sueño echo vestido, los Leone habían insistido en hacerse cargo por completo de la fiesta, frente al altar Nicole pedía a Dios que algo sucediera para que la boda no se llevará a cabo, pero fueron inútiles sus súplicas, Bruno se mostró indiferente en todo momento, durante los votos, dijeron lo primero que se les vino a la mente, Nicole pensaba que era la ceremonia más triste y fría a la que había asistido, lástima que se trataba de la suya.

Sondra veía que su plan había salido mal, Nicole tendría que estarse casando con Leandro, no con ese hombre que a ella le parecía muy atractivo, no podía creer la suerte que tuvo, Bruno le gustaba y lo quería para ella, era guapo y millonario, su hermana no merecía a alguien así.

La fiesta fue por todo lo alto, la madre de Bruno había elegido la decoración con excelente gusto, Nicole se encontraba incómoda con tantos desconocidos que se acercaban a felicitarla, la pareja bailo el vals nupcial tan solo para darles gusto a sus padres, para callar el que dirán que ha ellos tanto les importaba, Bruno la sostuvo por la cintura, apretando fuertemente al grado que sintió que no podía respirar, se acercó a su oído y le hablo con esa voz ronca que la alteraba con tan solo escucharla.

—No te hagas ilusión alguna conmigo, te aseguro que hoy empieza tu tormento, te prometo que te haré pagar muy caro lo que me hiciste. —Después de decirlo se rio de una manera que a ella le pareció escalofriante.

Ella empezó a llorar, por un momento tuvo el impulso de salir corriendo para alejarse, se contuvo al pensar en sus padres, Bruno limpió sus lágrimas con sus dedos, daba la impresión de que estaba siendo tierno, Nicole sabía que lo hacía por aparentar, quien los veía pensaría que lloraba de emoción, cuan alejado de la realidad era eso.

Terminando la recepción, la tomó del brazo, luego de despedirse de sus padres, abrió la puerta del auto para ayudarla a subir y se subió a su lado, ella deseaba regresar a casa con sus padres, pero sabía que no era posible, antes de encender el auto él se le quedó viendo.

—Espero te comportes a la altura, ser la esposa de un Leone es mucha responsabilidad, pobre de ti donde me llegues a avergonzar de alguna manera, desde ahora me perteneces y puedo hacer de ti lo que yo quiera.

—Al igual que tu, yo no estoy conforme con esta boda, creo que deberíamos de divorciarnos después de un tiempo. —Esperaba que aceptará su propuesta, después de todo no creía que quisiera estar a su lado.

—Jajaja ni lo sueñes mujercita, conseguiste lo que querías, ahora pagarás el precio de haberme engañado de esa manera.

Nicole no contestó, prefirió quedarse callada, se sentía tan pequeña a su lado, sentía que esos ojos azul profundo destilaban maldad y odio hacia ella, tenía que planear todo muy bien para poder escapar pronto de ese maniático.

Al llegar a la mansión, bajaron del auto, Bruno se acercó y sin ella esperarlo la alzó entre sus brazos, Nicole se sintió aterrada.

—Tranquila, esto es lo que se debe hacer por tradición la primera vez que la novia entra en el que será su hogar, no queremos tener años de mala suerte en nuestro matrimonio.

Ella solo pudo observar la sonrisa retorcida de Bruno al decir esto.

Al entrar en la mansión, enseguida la aventó al sofá de mala manera, ella pegó un grito al caer, Bruno creyó que quizá se había lastimado algo, sintió el impulso de acercarse a ella, pero luego pensó que no era para tanto.

—Te pondré muy claras las cosas señorita, tendrás tu habitación, tienes prohibido entrar a la mía, no saldrás de está casa a menos de que yo lo autorice, me acompañaras a eventos públicos y cenas familiares cuando sea necesario, no daremos de qué hablar más de lo que ya lo hemos hecho.

—¿Tengo alguna otra opción? Estoy completamente en tus manos, sabes que mi padre me hizo renunciar a todo antes de casarme contigo.

Bruno sonrió maliciosamente, lo que Nicole no sabía es que él había convencido a su padre de aceptar la propuesta de Sondra de quedar ella como única heredera, no porque estuviera de acuerdo con esa ambiciosa, sino porque así Nicole quedaría por completo a su merced.

—No te meterás en mi vida ni en mis decisiones, aceptarás que dirija tu vida como me plazca, si querías estar a mi lado a costa de lo que fuera, pues así será.

Subió molesto a su habitación, dejándola sola en la sala, su presencia lo irritaba, esa niña caprichosa y mimada no sabía con quién se había metido, arruinarle la vida no sería tan sencillo, tendría un costo y sus consecuencias.

A la mañana siguiente Nicole bajó a desayunar, afortunadamente Bruno ya se había marchado, en la cocina se encontró con una chica del servicio.

—El señor ha ordenado que si desea algo se lo prepare usted misma, de ahora en adelante usted se hará cargo de sus propias cosas.—La chica la observó de la cabeza a los pies y sonrió con desprecio.

Nicole prefirió ignorarla, busco en los gabinetes y en el refrigerador, después se preparó un café y unas tostadas con mermelada, al terminar subió a su recámara a arreglarse, iría a ver a su mejor amiga Sophie, no la había in otado a la boda, sabía que se enteraría por los medios y quería explicarle.

Al bajar e intentar salir la detuvo un guardia en la puerta.

—El señor dió la orden de que por ningún motivo la dejemos salir, tampoco puede recibir visitas a excepción de sus padres.

—¿Quién carajo se cree tu jefe? Mi dueño no es y saldré a como dé lugar, paso junto a él y se dirigió hacia la salida.

El guardaespaldas hizo un gesto de disgusto, se acercó a ella y la alzó sobre su hombro, una chica de su complexión y estatura era fácil de manejar, la llevó a su habitación, después cerró con llave.

—Lo siento señora, las órdenes del jefe no se discuten.

Nicole pensó que sin duda estaba casada con un orangután, ya habría tiempo de regresarle todas sus atenciones.

Era tarde y no había podido hablar con Sophie, estaba segura que estaría molesta por no haberla invitado a la boda, todo aquello era muy vergonzoso, jamás creyó verse envuelta en una situación como aquella, la imagen que sus padres tenían sobre ella había cambiado, tenía que hablar con Sondra, lo había intentado antes de la boda, pero no le había contestado, desde lo que hizo invento pretextos para no estar en casa de sus padres.

Tan solo quería saber porqué lo hizo, ahora se daba cuenta de que la odiaba desde pequeña, incluso le había llegado a decir que era adoptada, pero sus padres lo negaban, ella amaba a su hermana y siempre justificaba su comportamiento, Noah y Emma siempre las trataron por igual, eran unos padres muy amorosos, aunque ella creía que ocultaban algo y sabía que tarde o temprano lo iba a averiguar.

Esperaba pronto poder alejarse de Bruno, no era sana esa relación si es que así se le podría llamar a aquello, tanto él como ella habían sido víctimas de Sondra, esperaba encontrar pruebas para demostrarle que era inocente y así poder obtener su libertad.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo