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2. ¿Cómo llegue aquí?

Cinco meses antes…

Como escritora de novelas de romance y erotismo es posible pensar que tengo la certeza de lo que es el amor y cómo mantenerlo a través del tiempo, debería saber cual es la fórmula perfecta para provocar el interés de mi pareja, nada más lejos de la realidad, porque la verdad sea dicha no tengo idea de como funciona el amor.

Hasta el día de ayer pensé que lo había descubierto pero en este momento voy en un avión rumbo a Grecia de luna de miel con mi mejor amiga, lo cual me deja claro que no tengo nada claro, pues mi novio, el amor de mi vida desde hace cinco años me engañaba con mi prima la cual también era una dama de honor.

Lo recuerdo como si hubiese sido ayer…, espera si fue ayer que ocurrió todo, en fin,  ayer a esta hora estaba frente al espejo observando como me maquillaban.

—Lorena todo está muy hermoso hija y al parecer estás madurando y dejando esa vida bohemia de escritora, ahora serás la esposa de un médico reconocido.

—La verdad mamá lo más importante es que lo amo, encontré el hombre perfecto para mí, mejor que cualquier protagonista de mis novelas.

—Pues ya va siendo momento que vivas en el mundo de la realidad y dejes el de fantasía.

 —¿A qué te refieres?

— ¿Te has visto en el espejo?, eres hermosa pero muy normalita siempre en Jeans con un moño descuidado y sin maquillaje apenas te colocas labial.

—Pero así me conoció, me ama y acepta Carlos, él no me está pidiendo cambiar.

—Ahora serás su esposa, quien lo representa, no puedes ser igual, se realista él está rodeado de mujeres hermosas y exitosas y debes luchar por mantenerlo.

—¡Ay mamá!, hoy es el día de nuestra boda ¿te puedes calmar?

—Por favor damas sé que están muy emocionadas pero es momento de calmarse—, intervino mi amiga Veronica intentando calmar los ánimos.

—Mamá, no es que no valoro tus consejos solo que hoy quiero disfrutarlo en base a mis propias elecciones, cuando regrese de mi luna de miel prometo pasar por casa y escuchar sobre todos los tips necesarios para convertirme en toda una dama de sociedad.

—Está bien, solo recuerda que para mantener un matrimonio, a un hombre interesado, hay que aplicar la inteligencia—, concluyó mi madre que siempre tenía que tener la última palabra.

Termine de prepararme al igual que mi cortejo y partimos todos felices a la iglesia, una vez allí nos preparamos en un pequeño saloncito, se suponía que debíamos estar solo unos minutos, pero empezó a correr el tiempo y simplemente no pasaba, —Papá, ¿puedes ir a ver que ocurre?, vamos retrasados con la hora, ¿por qué no nos han llamado?

Mi padre un tanto incómodo pues era un hombre tímido fue a preguntar y regresó solo un par de minutos después, —El novio no ha llegado.

—¿Cómo que no ha llegado?, me escribió hace una hora que estaba listo, ¿Será que le ocurrió un accidente?, ¡ay, Dios mio no lo permita!—, comencé a llamar desesperada y el teléfono se encontraba apagado, insisto a todo número que se me ocurre y de pronto tocan a la puerta e ingresa mi suegro.

—Carlos, no va a venir—, dice visiblemente afectado.

—¿Cómo que no si él habló conmigo?

—Lo único que explicó es que no te ama y que deseaba estar con la mujer con la que si lo hace, Brenda, tu prima, quién además está embarazada—, mi ex suegro tenía mucho tacto para dar noticias, menos mal no era psicólogo.

Mi corazón se rompió en mil pedazos en ese momento había estado engañada quién sabe por cuánto tiempo y ahora ¿cómo podría superar la vergüenza, la humillación?, solo me senté en un pequeño sillón y comencé a llorar.

El muy imbécil no me pudo hacer un desplante en privado no, después de un año de planificar juntos nuestra boda, desde las tarjetas de invitación hasta las flores, decidió dejarme esperando por él en la iglesia, estaban las familias de ambos y habíamos gastado una pasta en todo, para que simplemente no tuviera siquiera el valor de enfrentarme cara a cara, pero lo que más me dolió fue el rostro de decepción de mi madre quien solía culparme de mis malas decisiones y para ella Carlos cambiaría mi estupidez.

Tenía 5 horas de vuelo para pensar y por mucho que estaba agotada en mi mente repasaba todos los recuerdos de nuestra relación desde que nos conocimos y tristemente no se identificar en qué momento me dejó de amar o quizá si nunca lo hizo, se me escapó de las manos una relación a la que le aposté todo y me preguntaba ahora ¿Cómo escribiría historias de amor si ya no creo en el?

Este viaje que debió estar plagado de amor y pasión ahora representa para mi la búsqueda de paz mental, pues después de recibir la noticia de mi suegro este salió del salón y mi madre se giró, —Justo lo que te dije, ¿qué hiciste?, ¿cómo perdiste un hombre así?, nunca haces nada bien, este iba a ser tu más grande logro y lo arruinaste como siempre, nunca progresaras, otra mujer fue más astuta que tú y hasta un hijo le va a dar.

—Señora pero ¿cómo le dice algo así a su hija?

—Y tú te callas, desde que te conoció nos has sido más que una mala influencia, pues de ahora en adelante estás sola, ¿quieres hacer las cosas a tu manera?, sal y dile a tus invitados que no hay matrimonio y se tú quien dé la cara.

Y así con mi vestido de novia, con el maquillaje corrido y el sufrimiento a flor de piel, me toco decirle la noticia a todos, muchos me preguntaron que paso, si había señales y hasta me juzgan que soy la responsable de que tuviera una aventura, la típica doble moral en estos casos que justifica al hombre y  a la mujer se le carga de culpas, pero no estoy dispuesta a degradarme así, si bien cometí errores, el deshonesto, falso y mentiroso sigue siendo él.

—Puedo escuchar los engranajes de tu cerebro funcionar puedes por favor dejar de pensar un poco, se que estas agobiada pero por favor hablemos, juguemos a las cartas, veamos películas, que me estreso de verte afligida.

—Por cierto, ¿que te dijo tu querido esposo de que me acompañaras en este viaje?

—Sabes que mientras el pueda disfrutar con su novio y yo permanezca casta y pura él no tiene nada que ver con lo que haga.

—No te juzgo amiga pero no entiendo como aceptaste un trato así, te cercena tu vida y felicidad.

—En mi favor diré que era joven e inocente y no tenía claro que era la homosexualidad creo que pensé que a Jean Pierre se le pasaría, que me amaría y lo haría cambiar, me deslumbro con su dinero y atenciones, para una chica pobre y huérfana como yo era increíble que un hombre tan hermoso y perfecto se fijara en mí.

—Eres hermosa y una persona maravillosa pero mientras estés atada a él te será más difícil encontrar el amor, bueno perdóname no soy quien para opinar ya ves que no soy ninguna autoridad en el amor.

—Amiga lo que te paso no es tu culpa, depositamos nuestra confianza en esas personas especiales esperando en ese salto de fe ser correspondidos de la misma manera pero ya vez que nada es perfecto, en mi caso desde el principio supe la verdad de mi situación pero eso no me exime del dolor.

—Creo que en este viaje debemos aprovechar de desechar todos esos sueños e ilusiones que nos creemos desde niños y en una semana cuando lleguemos a España seamos unas mujeres renovadas.

—Pues te compro la idea de broncearnos, darnos masajes y pasear, total sabes que llevo la tarjeta de crédito sin limites, asi que ha darnos unos caprichos.

—Y yo a tomar notas para mi próxima novela, mira que ya me gaste el anticipo en la boda fallida.

—¿En serio?

—Si amiga, por mucho que me acepten algunos devolver parte del dinero igual se cobrarán los depósitos, es decir, esta boda no solo me dejó deprimida y traicionada sino acabó con mis ahorros.

—Tranquila, por ahora no nos preocupemos, yo cubro todo desde que lleguemos a Grecia, luego veremos como nos las arreglamos, ya veras que todo este desastre pasará.

Intentaba ser fuerte, trataba de no llorar, pero era inevitable, por momentos solo regresaba a aquella situación desastrosa, parte de mi familia se encargaría de devolver los regalos a los invitados, pero el resto de los preparativos eran caso perdido, así que tanto la comida, pastel y flores fueron distribuidos entre los invitados, mientras yo lloraba desolada, ojala en Grecia me esperara al menos el consuelo e inspiración para seguir adelante.

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