5. Una locura

Adrian caminaba de un lado al otro pensando en toda una artimaña elaborada para llevar a cabo su plan, él porque se esforzaría tanto teniendo disponible tantas mujeres a su disposición el tampoco lo entendía, pero aquella chica le había despertado demasiado el interés para dejarla escapar tan fácilmente y necesitaba calmar a sus padres un tiempo al menos encontrando  una novia asi fuera de mentira, no tenía nada que perder al intentarlo, pero necesitaría mucha ayuda y pulir sus destrezas en actuación.

—Definitivamente estás loco hermano y más que yo, todo este plan solo para conocer a una chica.

—Digamos que no soy bueno con los rechazos y me he encaprichado, en fin necesito de tu ayuda sino no funcionara.

—¿Y cuál es mi beneficio?, teniendo en cuenta que arruinaras mi cita con su amiga.

—Se que apostamos los carros pero voy a cambiar mi oferta si me ayudas con esto te daré mi auto favorito sin chistar.

—¿En serio? ¿El porche?

—Si.

Baco de inmediato le extendió la mano con una sonrisa en el rostro, —Hecho, ahora cuéntame a detalle tu plan…

La mañana siguiente Verónica se levantó temprano para prepararse, Lorena que ya estaba despierta desde la madrugada la saludó animadamente, para su amiga era la oportunidad de sentir un poco de emoción, sentirse una mujer deseada y no sabía si era eso o aquel hombre galante que conoció pero Lorena sentía todos sus sentidos alterados, su intención era solo llevar a Verónica hasta el muelle y regresar rápidamente al hotel, casi no durmió escribiendo, pues se despertó en la madrugada exaltada llena de ideas, tenía uno de esos días llenos de inspiración donde su mente creaba mucho más rápido de lo que sus manos escribían y lo queria aprovechar.

—¿Qué te parece Lore?

—Estás muy hermosa, ese chico quedará impactado.

—Exageras amiga, es un hombre acostumbrado a estar con modelos y de la Elite, y sabes que yo con mi cuerpo de latina por mi madre soy quizá de otras proporciones.

—No tengas en cuenta eso, si te ha invitado es porque llamas su atención, así que no te discrimines a ti misma.

—Vale, mantendré una actitud ganadora.

—Esa es mi chica, ahora lo mejor es salir ya para llegar puntuales.

Se abrazaron ambas amigas y Verónica concluyó, —Gracias amiga eres mi hada madrina.

—Nada de eso, eres tú quien entra en un lugar y enloqueces a todos, no has tenido la oportunidad de ser el centro de atención para un hombre, te mereces pasarla bien.

—Gracias, me preocupa el hecho que te veo muy cansada si me necesitas puedo quedarme.

—Tranquila no hace falta, el saber que la estas pasando bien me alegrará el día y me motivara a escribir más inspirada en una historia de romance como puede ser la vuestra.

—Bueno sabes que no me hago ilusiones, veamos que me espera jamás he tenido una escapada, a pesar de las condiciones de mi matrimonio no lo he engañado, básicamente por miedo, pero es la realidad.

—Entonces ánimo, tampoco estás haciendo nada malo por ir a desayunar con un potencial amigo.

—Así es, me siento vieja, nunca he hecho estás cosas.

—Tranquila todo saldrá bien.

Una vez en el auto escuchamos un poco de música local, nos reímos pues no entendemos nada de la letra pero parece llena de emoción así que igual la disfrutamos en silencio, no hay muchos vehículos a esta hora así que en pocos minutos nos encontramos frente al muelle, hay muchos Yates y Lanchas de diferentes tamaños, tal como lo hablamos acompaño a mi amiga hasta el lugar acordado, "el amor, tu destino".

Es el  nombre del Yate, una embarcación espectacular de varios pisos que a primera vista grita lujo, tomó un grupo de fotos por precaución pero no me parece apropiado que la cita de mi amiga me pille haciéndolo pues puede tomar a mal, sin embargo cuando estaba por retirarme escucho una voz profunda que saluda.

—Buen día, hermosas damas, ¿Como están?—, Baco las había visto llegar y se había mantenido en silencio al ver a la amiga de su invitada tomar fotos cual paparazzi, era su forma de cuidarla y eso le gusto.

—Hola buen dia, Baco—, respondió tímidamente Verónica.

—Buen dia, disculpa de verdad por lo de las fotos supongo que para ustedes es un tema delicado de privacidad, pero…

—No pasa nada, lo entiendo a la perfección, no tienes que explicarme nada, por el contrario me parece muy bien, si lo deseas puedes pasar y conocer el lugar.

—No por favor, debo ir a trabajar, solo quería asegurarme que todo iba bien.

—De acuerdo, entonces no insistiré con una condición, que nos tomes unas fotos juntos y una donde aparezcas tú.

—Jajaja, de acuerdo entonces hagámoslo para finalmente darles privacidad y dejarles disfrutar del desayuno mientras curro.

Hicimos un grupo de fotos y para ser honesta nos divertimos, Baco sin duda era un chico alegre y despreocupado, que se dedicó a hacer caras graciosas y poses como si se tratara de un actor, pero debía dejar a la parejita sola e ir a trabajar antes que se me pasara ese arrebato de ideas e inspiración para escribir, así que les di a cada uno dos besos y me despedí para caminar ahora más pensativa hacia el vehículo de alquiler, aquel lugar era hermoso y nunca ambiente alguna escena en mis novelas en un yate o cualquier medio de transporte sobre el agua, así que ya tenía una idea más para incluir en mi relato. 

Veronica se sentía como en un sueño Baco era un galán, atento y alegre que no paraba de hacerla sonreír, exceptuando una llamada que había recibido de su hermano la cual atendió de manera privada, estaban dedicando a ella toda acción, lo cual era la primera vez que vivía pues su esposo solo la tenía de adorno mientras dedicaba a su amante, comenzaron a desayunar y la química era evidente.

Por momentos Baco tomaba alguna porción de fruta y se la daba en la boca con la mayor sensualidad posible, sabía que era española así que le había pedido a su cocinera que prepara algunas cosas típicas como la tortilla, pero lo que realmente le encantó fueron los churros, que emocionada como si se tratara de una niña los tomaba con sus manos quedando rastros de azúcar en sus dedos que luego de observarla por un rato como los limpiaba con sus labios no aguanto la tentación y le tomó las manos para repetir la acción el mismo, cosa que excitó a ambos.

Por mi parte me había tomado mi tiempo para llegar de nuevo al carro en parte porque tenía sueño y también porque me tomé el tiempo de disfrutar de la vista y de ese aire marino que te llena de energía, una vez en el auto me coloque el cinturón de seguridad e intente colocar la visera de una manera que me permitiera obstruir el contacto directo del sol en mis ojos y poder ver al frente antes de arrancar, por un momento baje la mirada a mi palanca de velocidad pues se trataba de un auto sincrónico y cuando avance de inmediato me di cuenta que tenía una persona enfrente a quien por más que frene le había pegado, angustiada me bajé y corrí al frente solo para darme cuenta que se trataba del hombre misterioso que conocí la noche anterior en el bar, quien estaba tirado inerte en el piso del estacionamiento y parecía estar inconsciente.

"¿Dios mío, qué he hecho?"

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